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Kruger
Freud advirtió desde sus primeros desarrollos que la histeria juega sus síntomas en relacion con el
cuerpo. Lacan retoma en su enseñanza la insatisfacción. La insatisfacción en la histeria tiene el
estatuto de un modo de goce, viene a suplir el goce que no hay.
La insatisfacción toma otra función al articularse al goce absoluto que la histeria sostiene como
posible. En relacion con este goce, toda satisfacción resulta desvalorizada y por lo tanto se
transforma en insatisfacción.
En los tiempos actuales un recurso para cubrir la falta es la compra, con lo cual, el consumo se
transforma, para la histérica, en un elemento necesario, en una búsqueda constante por saciar la
insatisfacción.
Caso
Mujer de 45 años que padece un impuso a comprar. Definió este impulso a comprar como un
síntoma por su reiteración y por su exceso El gasto que realiza esta por fuera de su posibilidad
económica. (No es esta la razón de su queja en primera instancia sino que es un síntoma que va
tomando forma bajo transferencia). Realiza compras desmedidas de ropa y por eso lo
relacionamos con el cuerpo.
En segundo lugar, como no dispone del dinero necesario para tanta compra utiliza la tarjeta de
crédito (su marido le pide control pero no alcanza para parar el impulso sino denigra su posición).
En tercer lugar, hay una relacion entre compra y "el tener-no tener". Hay algo del lado del no
tener que esta mujer encubre imaginariamente con estas compras: "lo que no se tiene se compra".
En relacion a su historia, es una hija única de un matrimonio humilde. Su madre era una enfermera
la cual representaba el único sostén familiar, por ello, ambas (madre hija) sostienen un hombre
impotente.
En apariencia encuentra un lugar en el Otro, un lugar del cual se siente desalojada. El "síntoma" se
articula a una posición de la histeria que es el sentimiento, vía la pobreza, de no tener un lugar en
el Otro.
La exclusión del dinero empieza a dibujar la figura de una madre donadora. Esta figura nos evoca a
la madre donadora del pene o al padre de quien se espera un hijo. Sin embargo, Lacan ha
planteado un mas allá de esta elaboración, ubicando a la madre del lado del tener fálico.
La mujer que se siente autorizada como madre pos la adopción, al ser nombrada por la ley, suele
quedar embarazada. Este fue el caso. Al año siguiente de la adopción logra tener un hijo "de la
panza".