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BOTIQUIN DE VACACIONES

Heridas, cortes, rozaduras... son habituales en verano. Por eso, en primer lugar, el botiquín de viaje
idóneo debe incluir material de curas adecuado: gasas esterilizadas, tiritas, algodón, vendas y
productos antisépticos. El material de cura del botiquín nos servirá para limpiar la herida,
desinfectarla y protegerla convenientemente.

Otros productos que deben incluirse en el botiquín de viaje son medicamentos para el alivio de
pequeños problemas digestivos, como la acidez estomacal, las digestiones pesadas, el
estreñimiento y la diarrea, que pueden manifestarse durante los viajes debido a los cambios de
hábitos en la alimentación. Para ello, tenemos a nuestra disposición fármacos como antiácidos,
antidiarreicos y laxantes, que se pueden adquirir sin necesidad de receta médica en la farmacia.

Un dolor de cabeza puede estropearnos los días de descanso. Por eso, es aconsejable llevar en el
botiquín medicamentos analgésicos, para el alivio del dolor ocasional, y antipiréticos, para
combatir la fiebre. Otros productos de farmacia que podemos incluir en un botiquín de viaje
idóneo son los antihistamínicos, para evitar reacciones alérgicas producidas por las picaduras de
insectos o el contacto con plantas, así como fármacos para combatir el mareo, especialmente si
vamos a hacer largos desplazamientos en coche, avión o barco.

Por último, en el botiquín de viaje no deben faltar los protectores solares, esenciales para disfrutar
de las vacaciones veraniegas con seguridad para nuestra piel, y los repelentes de insectos, sobre
todo si vamos a viajar a regiones donde abundan estos molestos animales.

CHECKLIST NIÑOS

1. EL PROTECTOR SOLAR. Específico para cada uno de los miembros de la familia, especialmente si
se tienen niños de distintas edades. Los bebés, por ejemplo, deben estar a la sombra en todo
momento, por lo que en su caso el protector solar es físico, añadiendo una sombrilla o una tienda
de campaña anti rayos UVA para bebés, y ropa fresquita en colores claros, adecuada para el
verano, además de un gorrito con visera. En los niños menores de tres años hay que utilizar cremas
solares específicas para ese tramo de edad, ya que los componentes químicos de las cremas que
usamos los mayores a veces son demasiado agresivas con su piel. El factor de protección debe
situarse entre 30 y 50, y, si es posible, vestirles con prendas de baño que también incluyan factor
de protección en el tejido, así como gorrito y gafas de sol homologadas. Las cremas destinadas a
partes específicas del cuerpo, como la cara, también son recomendables, especialmente en niños
más mayores, que son quienes pasan más horas jugando al sol y bañándose en el agua.

2. EQUIPAMIENTO 'BABY'. Es decir, todo lo que normalmente llevarías contigo al salir de casa,
incluidos pañales limpios, ademñas de pañales bañador para la playa o piscina, que son resistentes
al agua y los únicos con los que podrás bañarte con tu bebé (después tienes que volver a
cambiarlos por uno normal), toallitas desechables, polvos de talco, biberones y vasitos, un bañador
-además de alguna que otra muda-, una cremita hidratante y bolsas de plástico extra para poder
tirar los pañales usados cuando volváis de la playa, por si no hubiera contenedores cerca.

3. TOALLAS PARA TODOS Y UNA SOMBRILLA... O DOS. Tanto con bebés como con niños de
cualquier edad, la sombrilla es el mejor protector solar junto con la crema, y es fundamental para
no sucumbir a una insolación. Recuerda que hay que evitar estar al sol en las horas centrales del
día, y que la sombra de la sombrilla es el mejor sitio para descansar entre chapuzón y chapuzón. En
cuanto a las toallas, acuérdate también de traer al menos una o dos extra, para secarse después
del baño y evitar poner una toalla mojada sobre la arena.

4. CHALECOS HINCHABLES. Los accidentes por ahogamiento tienen un elevado índice de


mortalidad infantil, sobre todo en las piscinas privadas, aunque eso no quita para que apliquemos
las normas de seguridad necesarias allá donde hay agua. Antes que flotadores y manguitos, los
chalecos hinchables son la mejor opción ya que no impiden que los niños puedan darse la vuelta
solos si voltean en el agua. Los chalecos deben mantenerse puestos siempre que los niños estén
jugando cerca de la orilla.

5. JUGUETES, PERO POCOS. Sólo los necesarios: mejor dejar que los niños escojan uno diferente
que traer a la playa cada día, en lugar de ir cargando con todo su arsenal en cada ocasión. Cubos y
palas para hacer castillos de arena hoy, una pelota hinchable mañana, y al día siguiente, unas palas
para jugar al borde del mar.

6. LÍQUIDOS Y SNACKS. Los primero son imprescindibles para mantener a los niños hidratados pero
también a papá y mamá. El agua fresquita es la mejor opción, antes que los zumos envasados, que
suelen incorporar grandes cantidades de azúcar por lo que no sólo llenan de calorías vacías la dieta
de los niños sino que pueden tener el efecto contrario y dar aún más sed a los 'peques'. En cuanto
a los snacks, las frutas son una fuente natural de agua y vitaminas, mientras que unos sandwiches
pueden matar el hambre entre horas y se pueden preparar fácilmente antes de salir de casa con la
ayuda de los niños. Aquí tienes cinco ideas de snacks saludables para hacer su verano más
fresquito.

7. MINIBOTIQUÍN. El botiquín de las vacaciones debe cubrir todo lo posible, o al menos, lo básico.
No hace falta traérselo todo a la playa, aunque si son necesarias por ejemplo las tiritas resistentes
al agua, gasas y antisépticos, un antimosquitos específico para niños y bebés, algún medicamento
analgésico y un antiácido.

8. LA ROPA DE LOS NIÑOS. A veces hace falta una muda para que puedan volver a casa con ropa
limpia y sin arena ni la sal del mar, especialmente ropa interior. También unos zapatos de goma con
los que poder caminar sobre la arena sin quemarse, y meterse en el agua sin sufrir accidentes al
pisar por ejemplo una concha de mar.

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