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| | | Cavirero 3 . EL DESARROLLO INTELECTUAL DEL ADOLESCENTE Jean Prager Porrovsorcanmnrs, Ja adolescence Ia ead en a que el individuo se integra dentro de la sociedad de los adultos, la edad en que ya no se siente por debajo del nivel de sus mayores, sino un ‘gual al adulto, por lo menos en cuanto a.sus de- rechos, y muy frecuentemente por encima de éh (debido al resurgimiento del narcisismo 0 egocen- trismo, que a menudo ha sido sefialado). Esta inte- gracién en la sociedad adulta tiene muchos aspectos afectivos, mas 0 menos asociados a la pubertad, cuyo tratamiento dejo a personas més calificadas para tal cosa que yo. Pero también involuéra‘cam- bios intelectuales muy profundos, que hatu:xeeibido ‘mucho merior-ateneién (cosa bastante extrafia), posiblemente debido a que con frecuencit’se° basa la. discusién. en el postuladb de qué 4a*afectividad =v explica ‘todo, pero también, sin duda, porque la comprensién de estos cambios intelectuales requiere tun detallado andlisis Iégico, como corolario necese- rio del anilisis psicolégico. 48a. rnEup, P. OSTENMIETH, J. PIAGET ¥ OTROS Destaquemos primero el hecho de que las nove: andes intelectuales cognitivas que: ctracterizan 1 los procesos de pensamiento del adolescente no son absolutamente novedosas, no son el resultado de una creacién o de una emergencia inesperada, sino que en cierto modo constituyen el término coronamiento de todo un proceso evolutivo que comienza con el nacimiento y cuyas etapas podemos observar en el curso del desarrollo del nifio. Des- ppués de la fase sensorio motora, durante Ta eval el {nfante elabora esquemas de accién en los que ya €s posible observar los fundamentos de las futuras operaciones intelectuales, el nfo entre los 2 y los 7 aos pasa por una fase de pensamiento preopera ~ nal que se caracteriza por una gradual interioriza- cién de las acciones sensorio motoras. Alrededor de Jos Tut 8 afios el nifio descubre las que nosotros Aenominaremos operaciones concretas (clasifica- cién, serializacién, correspondencias entre dos tér- rminos, nimeros, operaciones espaciales y otras simi- lares), que constituyen ya una especie de légica debido a sus estructuras de grupos. Pero se trata de tuna légica de aleance muy limitado, que se refiere solamente a objetos que puedan ser manipulados fisica o mentalmente. Esta légica, conduce s6lo a sistemas, restyingidos, correspondientes a. ciertas estructuras de clases, de relaciones y de némeros, eX pero que no inclayen a Ja.16gica formal y general a Ta cual Haman los Togicos légica de las proposicio- nes, Ia que a su vez hace posible razonar sobre In base, de hipétesis y no. basindose. meramente: en abjetos: EL DESARROLLO DEL ADOLESCENT 49) ‘Ahora bien, Ia gran novedad que caracteriza al pensamiento adolescente y que comicnza a mani- festarse alrededor de los 11 6 12 afios, pero que recién Hega a su equilibrio a los 14 6 15, consiste en Ia desvinculacién de Ia Iogica concreta de los objetos, de manera que pueda operar con proposi- , ciones verbales o simbélicas, sin otra base. Sobre todo, esta novedad est en la generalizacién de tal égica complementéndola con un conjunto de com- binaciones. Este conjunto de combinaciones no es radicalmente nuevo y se limita a ampliar, en cierto sentido, las clasificaciones y serializaciones del ni: vel de las operaciones concretas. Es nuevo, no obs- tante, en cuanto se)trata de operaciones en un plano sis alejado, de operaciones sobre operaciones. Un conjunto de combinaciones consiste, en realidad, en tuna clasificacién de todas las clasificaciones posi- bles, en una serializacién de las serializaciones (permutaciones), y asf siguiend La gran novedad resultante reside en Ia posibili: dad de manipular ideas, en lugar de limitarse a manipular objetos. En una palabra, el adolescente ‘es un individuo capaz de elaborar 0 comprender teorfas y conceptos ideales 0 abstractos (y es en esto donde alcanza el nivel del adulto). El nifio no construye teorias. Por cierto, sus ideas pueden ser coherentes, y el psicélogo que las estudia puede ‘ompilarlas y coordinarlas fécilmente en estructu- ras tebricas formales. Pero el nifio'mismo no las ‘expresa como teorfas. Se contenta con-vivir en.el ‘presente, en el dominio de la realidad cotidiana. El adolescente, en cambio, es capa. de-hacer proyestos para el futur (un Lebensplan), de toncebir inte- ” 50. A. FREUD, P, OSTERRIETH, J. PIAGET ¥ OTROS reses no inmediatos, y.de.apasionarse por las ideas, 1s. ideales.o las ideologias. Este hecho bisico da origen a un problema de psicologia de la inteligen- cia y no meramente a un problema de la afec- tividad. Examinemos més atentamente el modo en que se hacen posibles estas nuevas conquistas. En primer lugar, la novedad reside en la capacidad de razonar sobre la base de hipétesis. Este es el primer rasgo que distingue la inteligencia adolescente de la infan: til, Las operaciones concretas se refieren solamente 1 objetos o hechos perceptibles, y se efectian paso a paso sin poder independizarse de lo concreto y,” sobre todo, sin poder desligar la forma del razona- ‘miento de su contenido material. Por el contrario, las nuevas operaciones que aparecen entre los 12 y los 15 afios implican la capacidad de razonar so bre Ja base de hipétesis, esto es, con proposicio- nes a las que no se considera verdaderas 0 falsas sino que se las formula experimentalmente part extraer todas las posibles consecuencias de ellas, que luego son verificadas comparindolas con los hhechos. Este razonamiento basado en hipétesis seri tun tipo de razonamiento formal, o sea, estaré gober- nado por la sola estructura del razonamiento. Ademis, estas operaciones formales son més fe- eundas que las operaciones concretas de ppocas clases, relaciones y niimeros que domina el nigio en el perfoddo precedente. A estas nuevas operaciones potirfamos Iamarlas operaciones: proposicionales. En otras palabras, pertenecen'a la légica de las roposiciones y no a la mera légica de las clases ¥ Tas rolaciones. j | { EL DESARROLLO DEL. ADOLESCENTE 51 La légica de las proposiciones es la combinacién de proposiciones ¢ hipétesis independientementé de su contenido y mediante un simple mecanismo de combinaciones légicas. Estas operaciones son, por ejemplo, Ia conclusién “si/luego”, o la disyuncién “o/0", son exclusivas © no exclusivas, de incompati- bilidad, ete. Estas son las operaciones empleadas en ‘una exposicién légica cuando, por ejemplo, se admi- te la hipétesis de una opinién opuesta para mostrar cules serian las consecuencias necesarias de esta opinion, Estas operaciones proposicionales (podriamos Ila- marlas también operaciones hipotético-deductivas) exhiben toda una serie de nuevas caracteristicas, en contraste con las operaciones concretas. La pri- mera de tales caracteristicas es que consisten en un conjunto de combinaciones. Las operaciones concre- fas avanzan paso a paso, de acuerdo con las seme- janzas, de modo tal que, por ejemplo, en una clasi- ficacién zool6gica s6lo es posible clasificar a los animales de una determinada manera, mientras que no tendrfan una significacién natural los aspectos combinatorios de una clase que incluyera a dos subclases no contiguas, como Ias ostras y los came- os. En cambio, un conjunto de combinaciones implica la vinculacién de un elemento con cualquier ‘tro elemento, segiin todas las combinaciones. posi- bles por grupos de dos, tres, etc. Y como se puede demostrar logicamente, las operaciones proposicio- nales asumen esa técnica de los conjuntos de com. ‘binaciones. JEs muy interesante observar que el preadoles- cente y el adolescente Megan a este_conjunto de 52 A, FREUD, P. OSTERRIETH, J. PIAGET Y OTROS. combinaciones de ideas y de proposiciones a la misma edad y en el mismo nivel mental en los que adquieren la capacidad de combinacién en la mani- pulacién de objetos. Por ejemplo, si le damos a un niffo cierta cantidad de fichas rojas, azules y verdes y le-pedimos que efectiie todas las combinaciones de colores posibles, en grupos de dos por dos, tres por tres, y cuatro por cuatro, nunca obtiene un sis- tema completo y procede empiricamente. En el nivel de las operaciones proposicionales, en cambio, €l sujeto es capaz de efectuar estas combinaciones de objetos, asf como es capaz de lograr combinacio- nes de proposiciones desde e! punto de vista légico. ‘Ademis, cuando se le da al sujeto un material fisico que le permite descubrir espontineamente algunas leyes 0 algunos factores elementales, como los fac- tores de flexibilidad o los que desempefian un papel cen Ja frecuencia de Ias oscilaciones de un péndulo, y otros similares, comprobamos que hay una dife- rencia importante entre los nifios que se hallan en 1 nivel de las operaciones concretas y los adoles- centes que han alcanzado el nivel de las operaciones ‘proposicionales. Los primeros pasan directamente Ta accién. Hacen variar todos los factores al mismo tiempo; apelan a la serializacién y a las relaciones directas. En cambio, el joven de entre 12 y 14 afios tratard de disociar los factores haciendo variar un solo elemento por vez y neutralizando a todos los demés: Intentaré compilar un inventario de facto- res,.en otras palabras, de posibles ‘hipétesis,.que luego verificar4, y sobre. todo. en: este inventari0# cen esta verificacién trataré-de tomar en-cusntastodas" las;combinaciowes posibles. De manera: que T#T6Bica EL DESARROLLO DEL ADOLESCENTE 53 esascpronosiciones no es.meramente una logics yy verbal sino también un instramento de ‘combinacio- ‘ngs, para el andlisis de la realidad externa. ‘Una segunda novedad de las operaciones propo- sicionales o formales es que constituyen sistemas que sintetizan en un solo sistema las dos formas de ‘Rrersbiidad inherentes a las operaciones cortere- tas. Hay un reversibilidad por inversién 0 por nega- { y una reversibi taso de la Iogica de las relaciones; por ejemplo, ‘esth a la izquierda de B y esto tiene como conse ‘cuencia necesaria que B esté a la derecha de A. Estas dos formas de roversibilidad permaneven eparadas en el campo de las operaciones concretas, aplicindose una de ellas a las clases y la otra a las elaciones. En el dominio de las operaciones propo: fae sete sre cada operaci6n estiatsim= plicadas su inversiy su reciproca. De modo tal | ue es posible sintetizarlas a las dos en un solo sis- | tema. Este sistema es bastante complejo y asume Ia forma de lo que se denomina un grupo cuater- | ASI Ge cmt taneformacione (el grupo de | Klein): tansoracin nvera Ne reciproca R, Ia conelativa C, o inversa de la recfproca, y la idén- tica I. Este grupo INRC, descubierto en la logica diel adolescente, se halla también en la Iogica de las proposiciones y constituye una de las estructuras légicas fundamentales. ‘Ahora bien, este sistema de dos reversibilidades hace posible la construceién de una serie de nuevos. concepts, todos:los cuales aparecen en el nivel de tentre los 12 y los 14 afios; pero sin este anélisis z ; 54 A. FREUD, P. OSTERRIETH, J. PIAGET ¥ OTROS dgico seria dificil demostrar la vinculacién existente centre ellos. Esto-se:aplicay por ejemplo, a los con- ceptos de ptoporeioties,'a los conceptos de relacién ite acciény reaccién, las coordinaciones de des- plazamientos segin dos sistemas de referencia si- . multéneos, (por ejemplo, un caracol se mueve sobre una tabla mientras que a ésta se Ja mueve en una direccién opuesta), eteétera. En conclusién, es evidente que estas transforma. ciones intelectuales tipicas del pensamiento adoles- ‘cente le permiten al joven, no sélo lograr su inte- -gracién. dentro de las relaciones ‘sociales de ‘los adultos, la cual es por cierto la caracteristica mis general de este perfodo del desarrollo, sino también dominar cierto ntimero de opetaciones intelectuales fumdamentales que forman la ‘base de la educacién Gientifica en el nivel de la escuela secundaria. Pero queda sin resolver el problema de la generalidad de estas transformaciones intelectuales, que hemos destacado en el curso de este capitulo. Es probable que en las sociedades subdesarrolladas que tienen todavia una organizacién tribal el individuo perma: nnezea durante toda su vida en el nivel de las oper clones concretas, sin aleanzar nunea el de las opera: ciones formales 0 proposicidnales que caracterizan a los adolescentes en nuestio eireufo cultural. Pero fen esas sociedades las generaciones més jévenes siguen.sometidas a la autoridad de los “mayores” de la tribu, y éstos a su vez permanecen sometidos a las tradiciones conservadoras de-sus antepasados. Se da, por lo tanto, una relacién circular entre los proces0s sociales y los intelectuales, y todos esttén resides vor ei conservadurismo. En nuestras.s0- EL DESARROLLO DEL, ADOLESCENTE 55 ciedades el problema atin no resuelto es el de saber si estas trausformaciones intelectuales surten el mis- mo efecto en todas las clases de la sociedad. Cier- tos indices parecen sefalar lo contrario, pero prefe: trams rtervar musta opintén porgue es muy sible que entre los obreros manuales y técnicos fe desarollen en un sivel vocacional las misma operaciones formales que encontramos en los ado- Tescentes que han recibido una educacién literaria © cientifica, pero mientras que en éstos ellas se presentan en un nivel verbal o experimental, en aquillos se darian de un modo diferente. Un. gran nimero de problemas no han sido atin resueltos en teste campo, rico en promesas para el andlisis de I conducta eognitiva del adolescent

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