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La organización masónica
en la independencia americana

afiliados de un grado ignoraban cuales eran los afilia-

dos de los grados superiores.
Dado los serios peligros que entrañaba el pensa-
miento de la independencia de América, el nombre de
Sin :ib a n d o n a r los afiliados era confiado principalmente á la memoria.
s II ]) r o p ó s i t o de y los trabajos se hacían verbalmente, cuidando de no
iiSGgurarse el con- dejar constancia escrita. La más mínima imprudencia,
curso de I n g l a t e - cualquier delación podía hacer fracasar los trabajos y
rra, Miranda -pensó
que la o r g a n i z a- comprometer la vida y' la libertad de los afiliados.
cion masónica se- Por lo general las tenidas, en las que se empleaban
ría la más adecuada para unir en sn empresa á todos los signos, toques y señales sólo conocidas por los afi
los americanos. liados, habiéndoles comunes para todos los grados y
Al efecto constituyó en Londres una asociación ma- otros especialmente para cada grado, se celebraban con
sónica denominada "Sociedad Lautaro ó Caballeros lia asistencia de un número de hermanos que, i'avamcntc
cionales" compuesta de americanos y de altas perso- pasaba de siete y en diversos lugares, para no lla-
nalidades inglesas, entre las que se cuenta á Lord Mac- mar la atención de los formidables y terribles enemigos
dnff, conde de Fií'e, descendiente de aquel héroe de de la institución.
Shakespeare, que mató con sus propias manos al asesino En el Gran Oriente de Londres fueron afiliados las
^íacbeth y legó este lema 6. sus descendientes: principales personalidades ]) olí ticas y literarias de bi
''Empuñemos más bien con mano firme la espada nía Ann'rica Española, que se hallaban en Europa.
ladora, y como hombres buenos defendamos resuelta
mente nuestros nativos derechos desconocidos". Primercs proyectos de independenc'a
El gran Oriente de la masonería de la independencia
.'unericana quedó establecido en Londres. En Cádiz se El Gran Oriente de Londres creyó posible obtcncr
fundó una Gran Logia para la península, con logias; ('! concurso de Inglaterra y de los Estados Unidos par;i
en todo el país. Las comunicaciones con los sudamei i- alcanzar la independencia.
'•anos las mantenía especialmente el Gran Oriente de En 1797. Miranda solicitó por intermedio del gran
I,ondres. ministro Pitt y del célebre Hámilton el concurso de l:t
Los americanos que llegaban al continente eran ob- Gran Bretaña y de los Estados Unidos, sobre la base
jeto de cautelosas investigaciones respecto á sus ideas de una alianza ofensiva y defensiva, ofreciéndole una
políticas y, después, de terminadas aquellas y cnaiulo compensación de 30 millones de libras esterlinas y al
v\ resultado había sido favorable, eran invitados á afi- gunas ventajas comerciales.
liarse á la Sociedad " L a u t a r o " . Igual procedimiento Pitt acogió la idea, sobre la base de una expedición
se seguía con los criollos, que descollaban on América. de 10.000 hombres de los Estados Unidos protegida por
por su inteligencia. una escuadra inglesa. El presidente Adams no se deci-
La "Sociedad Laiitaro ó Caballeros TíacionaUs ó dió á prohijar el proyecto y éste fué aplazado.
Oran Tíeuuión Americana", que tambiÓJi así fué deno- En 1801, antes de firmarse la paz de Amieus surgió
niinada la institución creada por Miranda, iniciaba pau- de nuevo el provecto y eu 1803 fué sometido por se-
latinamente á sus afiliados en los grandes fines qne gunda vez al gobierno inglés por intermedio del Yiz
perseguía. A este efecto los trabajos masónicos se conde de Melville, primer lord del Almirantazgo y sir
dividieron eu cinco grados. Home Pophaní; este x'iltimo redactó una mcmor'a ai--
En el prim-.n- grado el afiliado se CDmprjmetía con d i ente al ministro Pitt. En diciembre de 1804 quedó
su vida y bienes á trabajar por la independencia ame- convenido que siv Home Popham acompañaría á Mi
ricana. randa con la fragata ' ' D i a d e m a " , de 64 cañones, á fin
En el segundo grado, hacía su profesión de fe de- de cooperar á sus planes.
mocrática—jurando que " n o reconocería por gobierno Rusia medió entonces para que se aplazara la reali-
I'-gftimo de las Américas síuo aquel que fuese elegido zación del proyecto y so accedió diferentemente á esto
por la libre y espontánea p e d i d o, por mo t i v o s dp
voluntad de los pueblos, y ])olítica europea,
de trabajar por la funda- Eu todas estas negocia
ción del sistema republí- ^- cienes la Logia L a u t a r o
cano". había establecido la con-
En el tercer grado, se dición e x p r e s a que " l a
e M c o m eu daba al afiliado intervención de la Grait
t V a b a j os de propaganda Bretaña y de los Estados^
civil en favor de los nue- Unidos sería s ó l o p a r a
vos ideales. a s e g u r a r la independen-
En el cuarto grado, el cia, sin pretender uingn-
nfiliado era comí s i o n a d o 7ia soberanía, ní tampoco
para influir en la admi- mezclarse en nada de sus
nistración en favor de la privilegios ó derechos po-
causa y para i n t e r e s a r , líticos, c i v i l e s ó milita-
manteniendo una extraor- res.' '
dinaria reserva, á los fuu-
'•ionarios piíblicos que, en La Logia Lautaro
el momento supremo, de- en América
bían secundar la acción
de la revolución.
El Gran Oi'iente de Lon-
Eu el quinto grado, los dres veía postergado nue-
trabajos versaban sobre la vamente su plan.
i'cción militar de la revo- Aquellas negociacio n e K
lución, sobre las institu- no habían d e t e n i d o \o^
ciones que debían implan- trabajos de p r o p a g a n d a
tarse y sobre los ciuda- en toda la extensión de
danos á quienes convenía la América.
confiar el gobierno de los Xo pasaba día sin c]\\('
pueblos. algún americano de noto-
Los hermanos del lilti- riedad fuese iniciado en
• jno grado podían trabajar los propósitos de la logia
en todos y cada uno de y se constituyera en cen-
los g}'ndos anlei'inres. Los tro de una asociación, en
 'I lugar de su resitleiiciu ; sin niu- ;ily:ún iiiiciadn lli'vase
una misión, disimulando su carácter. Bajo la modesta
«ondiciún de un marinero; la indiferencia de un comer-
<-iantG; la insospechable condición de eclesiástico: de
turista, etc., se ocultaba la de un afiliado encargado de
llenar una misión, más ó menos importante.
La Logia Lautaro consideró que la difusión do las
'ibras de Volt aire, Montesquien, J. J. Rousseau, la
I*3uciclopedia, contribnirja eficazmente al despertamient-j
<ii! los pueblos de América. Su previsión era exacta.
üelgrano, en sus memorias, dice: "Como en la época
de 1789, me hallaba en España, y la revolución de la
I''rancia hiciese también la variación de ideas, y parti-
cularmente en los hombres de letras con quienes tra-
taba, se apoderaron de mí las ideas de libertad, igual-
dad, seguridad, propiedad, y sólo veía tiranos en los
que se oponían á que el hombre, friese donde fuese, dis-
frutara de unos derechos
<IUG Dios y la Naturaleza
le habían concedido, y que
aun las mismas sociedades
habían a c o r d a do en sus
establecimientos indirecta-
mente' '.
Era preciso s a l v a r la
severa vigilancia q u e l a s
autoridades e s p a ñ o l a s y
eclesiásticas ejercían para
impedir la circulación de
los libros p r o h i b i d o s . Y
aquella fué fácilmente bur-
lada.
Los curas tenían el per-
miso p a r a introducir or-
namentos y vasos sagrados
sin pagar derechos, y por
tanto sin abrir sus cajo-
es, sii^o en la sacristía.
Rousseau, Voltaire, la En-
liclopedia, Montes q u i e n ,
eran a c o n d i c i o n a d o s , por
manos amigas, entre aque-
llos ornamentos y vasos, y
manos, también a m i g a s .
(os recogían al abrirse los
<MJones. Por medio de es-
te ardid, los autores fran-
'•eses eran leídos con avi-
<1P2 y ocultamente en to-
das las ciudades de Amé-
rica.
Cuando, alguna vez, se
sorprendía la e x i s t e n c i a
de aquellas obras, la au-
toridad se apoderaba de
'•lias y, con gran solemnidad, las hacía devorar por las
llamas en los atrios de los templos.
Cada ano de esos autos de fe, solo servía para des-
pertar la curiosidad de los hombres y los más intelec-
timles se afanaban para obtener algunos de aquellos
misteriosos libros, que no tardaban en obtener.
Los más valientes y anlorosos hombres de América,
fueron iniciados en el colosal proyecto de independi-
^ zarla.
Las comunicaciones entre Buenos Aires, Santiago de
Chile, Chuquisaca, Charcas, Guayaquil, Bogotá, Caracas
eran difíciles y tardías. Con excepción de Chile, lo son
todavía.
_ Sin embargo, en poco tiempo el pensamiento, que ha-
bíu inspirado la fundación de la Logia Laxi+aro, S9 ha-
bía difundido en toda la América, no obstante la cántela
con que debía ser comunicado y la imposibilidad de
hacer uso de los muy deficientes y escasos medios de
publicidad de la época.
La acción de la logia, por medio de emisarios que
recorrieron todo el continente y depositaron en todas
partes la semilla de la i'evolución, hizo posible el ad-
mirable sincronismo do 1-is primeros movimientos de
independencia, demostrando, una vez más en la histo-
ria, que nada puede impedir el avance de las grandes
conquistas del derecho humano.
Sir Home Popham. valiéndose de las informaciones
que había requerido del" americano Guillermo V. White,
establecido en Buenos Aires, á quien había conocido
íiUimamente en la India, donde aquel tuvo importantes
í'stablecimientos comerciales, pudo suministrar á Miran-
da datos de mucha importancia sobre los crioUns más
importantes de la sociedad porteña, en la que "White
gozaba de verdaderas simpatías y contaba o n buenas
amistiídes.
Entre los criollos sindicados, por sus ideas progre-
sistas, para servir de punto de concentración de los
''lenientos americanos propicios á la idea de la inde-
liendeucia, figuraban Manuel Bel grano, Mariano Moro-
no, Juan Martín Puoyrredón, Manuel Arroyo, el doctor
Juan José Castelli. Francisco Antonio Escalada, Pedro
Cervino y Tomás Fernández.
Miranda trasmitía sus imnresiones y proyectos sobre
la independencia, á los iiatriotas de Buenos Aires, p i r
intermedio de Saturnino Pona, con quien se comunica-
bu por correo especial.
Todas las energías de Miranda se hallaban consagra-
das á la realización del pensamiento de la independen
cia de América, y. mediante su extraordinaria actividatV
pudo iniciar, en brevísimo tiempo, dado los medios de
comunicación de la época y la reserva con que debía
proceder en su vasto plan, á las principales inteiectua
lidades y hombres de acción americanos.
Acogieron con entusiasmo la idea de alcanzar la in-
dependencia, ocupando su puesto de labor, entre otros
muchos: Servando Teresa Mier, en Méjico; Simón Bo
lívar, Andrés Bello, Santiago Marino, José Antonio
Páez, Antonio Ricaurte, José Cortoz Madariag.i (chile-
no), canónigo de Caracas, Francisco Javier Ustaríz,
.Tasé Félix Rivas y el doctor Briseño, en Venezuela;
Francisco de Paula Santander, Francisco José Caldas,
el primer matemático, as-
trónomo y naturalista de
Bogotá, y Antonio Nariño,
en Nueva Granada; el co
ronel Antonio Baraya del
A^'alle de Cauca, el poeta
.Tose Joaquín Olmedo, Juan
Pío Montufar y Rocafiier-
if'. en Quito: José Ángulo,
el poeta Mariano Melgar y
José Caro (cubano), en r!
P e r ú : los doctores Manut-t
y Jaime Zerdáñez. el co
ronel José Antonio Alvarez
de Arenales y B í ^ r n a r d o
Monteagudo, en Charcas y
Chuquisaca: rl doctor Juan
Martínez de Rozas, el doc-
tor Juan Egaña, el padre
Camilo Henríquez y FAer-
nnrdo O'Higgins, en Chile
Expedición de Miranda
Cuando Miranda se con-
venció de que el concurso
ib' Inglaterra y de los Es-
tados Unidos, para obte-
n"r la i n deto PTi flencia de
América, quedaba p o s t e r
gado indefinidamente, r e
solvió acometer la empre-
sa, confiado en la grande-
za de su causa y el emiieño
que sus compatriotas pu-
sieran por ser libros. Al
efecto, pasó á los Estados
Unidos, donde algunos co-
merciantes norteamericanos le proporcionaron los r((ur-
sos necesarios para proveerse de dos corbetas y otras
naves menores.
El 3 de agosto de 1806, Miranda, con quince buques
y quinientos hombres, desembarcaba en el puerto de
Vela y ocupaba el puerto de Coro; pero los habitantes
del país no le secundaron en su acción, viéndose obli-
gado á retirarse á la isla de Oruba y á disolver sus
fuerzas. Miranda volvió á Inglaterra desengañado de sn
pueblo; pero resuelto á esperar una nueva oportunidad
para repetir la invasión.
Los ingleses en el Plata
Poco tiempo antes, el gobierno británico se había
liropuesto asegurar su comercio de las Indias Orienta-
les, para lo cual resolvió apoderarse de la colonia ho-
landesa del Cabo de Buena Esperanza.
-^Esta empresa fué llevada á cabo con toda felicidad
por una expedición de la que era jefe naval sir-Home
Popham y el general David Baird, que tenía por segun-
do al brigadier Guillermo Cari Beresford.
Popham era militar y político; habíase distinguido en
todas las guerras marítimas de la Gran Bretaña en los
Estados Unidos, en la India, en Egipto y en Europa.
El éxito de la expedición Popham, las confidencias
de Pitt. las conferencias con Miranda y el proyecto de
expedición, concertado por estos personajes en 1703.
liara promover la independencia de América, desperta-
ron en el jefe británico la ambición de gloria y de for-
tuna y, por sí y ante sí, resolvió apoderarse del Río de
la Plata é implantar la soberanía británica, creyendo
que esta empresa le sería fácil.
El 10 de junio de 1806, la expedición Popham se ha-
llaba en las aguas del Río de la Plata. Las tropas de
desembarco, al mando de Beresford, entraron triun-
fantes en la ciudad de Buenos Aires, el día 27 de ju-
nio de 1806, tomando posesión de la ciudad.
Las proclamas de Beresford revelaron á los patricios
que la expedición inglesa tenía por objeto la conquista
y no la independencia, como se había concortado ante-
riormente con Miranda.
El cambio de bi política británica, respecto á los
aim-iiyaiiüs, so tjxplicit püi- la mutrte del miiiistjo Piti.
acaecida el 23 de enero do 1806. A haber vivido el gran
ministro, la expedición habría servido para producir la
Índ'>;)ondeneía de las colonias españolas!
Lus patriotas habían reclamado de Berresford, por
intermedio del doctor Castelü, el cumplimiento del pac-
to de Miranda; pero el jefe inglés, infatuado por su
victoria, tan fácilmente alcanzada, rechazó de plano
aquella exigencia.
Entonces la idea do la reconquista nació inmediata-
mente y fué madurjida en varias reuniones secretas,
celebradas en la Plaza de Toros y en casa de Senteuac
y del librero Valencia.
Los conjurados adoptaron la organización masónica,
que era para algunos de ellos conocida, puesto que
era la que servía para los trabajos que se hacían por
la causa de la independencia,
AI principio se designaron cuatro jefes principales;
cada JG:e designó cinco cabos; cada cabo debía reunir
cinco hombres, formando un total de 500 hombres. La
divisa adoptada por los conjurados era blanca y roja.
Santiago liiniers fué hablado para que se pusiera al
frente de los conjurados, que habían tomado noticias
exactas sobre los elementos de que contaban los con-
quistadores y le atentaban con la perspectiva do un
éxito seguro.
El número de los conjurados llegó rápidamente i\
dos mil.
En la chacra de Perdriel, situada á tros leguas de 1Ü
ciudad, bajo la dirección de Juan Martín Pueyrredón.
so reunían y disciplinaban los conjurados. El coman
dante don Antonio Olavarría se Incorporó á aquellas
fuerzas con el regimiento de Blandengues. Martín Ro-
'li'iguez se hizo cargo de las fuerzas de avanzada.
Knti-etanto, en la ciudad los conjurados t r a b a j a b a n '
Hctivamente en la recolección de armas, municiones y
domas elementos de guerra, que eran remitidos á la cha-
cra de Perdriel, que pertenecía á la familia de Bol-
grano.
Sin que fuesen notados, los conjurados abrieron bo
cominas contra la fortaleza y'el cuartel de la Ranchería,
cuyos hornillos fueron descargados después de la re
conquista.
Liniers, alentado por los conjurados, obtuvo dol go
hernador Pascual Ruiz Huidobro, de Montevideo, una
columna de 1.000 hombres para emprender la rccon
•luista de Buenos Aires.
El 12 de agosto de 180G, el ejército de la recon-
quista compuesto de 4.000 hombres atacó á las fuerzas
inglesas, que en número de 1.200 hombres so rindie-
ron á las doce del día.
La conquista británica había durado cuarenta v cinco
días.
Logias masónicas en Buenos Aires
_ La historia de las asociaciones secretas no ofrec- im
tipo superior á las logias establecidas en Buenos Aires
y que como éstas hayan desarrollado con jnás inteli-
gencia, sagacidad, previsión, actividad y eficnc'a un
plan revolucionario, cuyas bases de éxito se han ido
estableciendo sin impaciencias y con una seguridad
admiralde.
Las logias tenían el cnrácter civil unas, y las otras
el esencialmente militar ó ambos caracteres' á la vez.
de modo que la división del trabajo se hacía en divpr-
íiOR talleres, según su naturaleza é importancia.
Lus criollos de uiuyor intelectualidad y energía est.i
bao afiliados á esos cenírjs, cimo ser, Manuel Belgra
no, Mariano Moreno, Nicolás Rodríguez Peña, CorncUo
Saavedra, Juan José Castelli, Bernardino Rivadavia.
Domingo Matheu, Agustín Donado, J u a n Martín Puey-
rredón, Esteban Romero, José Domingo Urién, Juan
José Passo, Plipólito Vieytes, Slanuel Alberti, José Da-
rragueira, Feliciano Chiclana, Miguel Irigoyeu, D.'min-
go Erench, Antonio Luis Beruti, Juan José Viaraont,
José Tomás Guido, Francisco Antonio Ocampo, Martín
Rodríguez. Supori. Lucas Vivas, Bustos. Juan Floren-
cio Torrada, Martín Thompson, Matías Irigoyen, Juan
Ramón Balcarce, Nicolás de Vedia, Cosme Argerich, Jo-
M' Antonio Escalada. Kustoquio Díaz Vélez, Antonio
González Balcarce, Vicente López, Enrique Martínez,
Juan Larrea, Saturnino Seguróla, Alejo Castex, Miguel
i'e Azcuénaga, Rocha, Buenaventura Arzac, Félix Car-
doso, Mariano Orma, Francisco Planes, Julián Segun-
do Agüei'o, Pedro Cerviíío, Tomás Fernández, Cornelio
Zelaya, Rubio, Mendizábal, . Juan José, Andrés Domín
guez, Seide, José Mellas, José Moldes, José M.'^ Alba-
riño, Gregorio Gómez, Fr. Francisco Chambo y los
padres Grela y Cayetano Rodríguez, Manuel Arroyo.
Enrique Martínez, Voizo, Víctor Fernández, Fontuzo,
Luis Balbín, Cavia, Juan Ramón Rojas, Grimau, So
malo, Tagle, Echevarría, doctor Grigera, J u a n Madera,
Juan Antonio Escalada, Andrés Domínguez.
Las reuniones se celebraban en el local de la Socie
dad Argentina, en c a s a d e
Bel grano, en la de Pueyrre-
dón, en la quinta de Orma.
en la de Rodríguez Peña, en
la fábrica de Vieytes, en la
de Martín Rodríguez y en los
cuarteles mismos. Los inicia-
dos mantenían corresponden-
cia secreta con numerosos na
ti vos esparcidos en todo oT
continente. Los coroneles Pi-
no y MurguJondo en la Banda
Orióutnl y el Deán Punes en
Córdoba, eran los que estaban
más c o m p r o m e ti dos en los
trabajos por la independencia.
Toda oportunidad era apro
vechada pai'a los fines de la
asociación secreta.
Unas veces se organizaban
partidas de pelota en la can
cha do Sotoca entre arribeños
y vizcaínos. Los p r i n c i p a l e s
paisanos pelotaris eran Blan-
dengue, Cabecitas y Falucho,
y los vizcaínos. Manopla, el
Toro y Narigueta. Se arma-
ban allí g r e s c a s infernales,
en las que los criollos, debido
al impulso y organización que
recibían en sus tenidas, sa
caban siempre la mejor prtrto.
quedando dueños del campo á los gritos d e : ¡Viva Bue-
nos Aires libre! ¡Viva la patria!
José de San Martin en Londres
Lord Alacduff ó conde de Fife, iniciado, como ya lo
liemos visto más arriba, en los propósitos de la Logia-
Lautaro, se había alistado como simple voluntario en
las filas de la insurrección española contra Napoleón.
alcanzando el grado de general español.
El conde de Fife se hizo el confidente de José de San
Martín y cuanelo llegó á España la noticia de la vevo
lución do Buenos Aires, mediante su influencia, San:
Martín obtuvo del agente diplomático de Inglaterra en
Fspnña un pasaporte para pasar ocultamente á Londres
en el año 1811.
San Martín llevaba, del conde de Pife, cartas de
recomendación para Andrés Bello, Servando Teresa Mier
afiliados á la Logia Lautaro de Londres y para otras
altas personalidades inglesas.
El teniente coronel de caballería. -Tose de San M a r t í n ;
el alférez de carabineros, Carlos María de Alvear Bal-
bastro; el capitán de caballería, Francisco de Vera: eí
alférez de navio, Martín Zapiola, el capitán de milicia.
Francisco Chilabert. el subteniente de infantería, Anto-
nio Arellano y el teniente coronel de guardias Wallonas,
barón de Holmberg, fueron iniciados en la Logia Lauta-
ro, prestando el juramento de luchar por la indepen-
flencia de América.
En enero de 1812. los nuevos afiliados se embarcaban
en la ''George C a n n i n g " para Buenos Aires para sentar
pinza en el ejército de la revolución.
Fundación de la Logia Lautaro en Buenos Aires -
San Martín dióse cuenta inmediatamente do las nece-
sidades de la época,
Compi-endió que era necesario satisfacer las legítí-
 mente por ef
•^as aspirado doc t o r B e r •
lies del parti nardo Mon
t e a g u d o , quf
d o demócrata era gran t r i -
ó liberal, que liuno y g r a n
T e e l a m a b a la escritor.
•c on v o c a t o r i a Pocos
•<le un congre- meses has
i-io c o n s t i t u - turón para
jH^nte; que ha- que la logia
•bía q u e favo- se adueña
! «-'cer las evo- ra del go
bierno.
' l i c i o n e s del El S df
''H^íritu públi- o c t u b r e el
f'i^ I i a c í a uiiii partido liberal d i r i g í
"i:tyor a c t i v i - do por Monteagudo y
•<iad d e m o c r á - apoyado por la fuerzíi
tica, pero quo armada, hizo cesar en
•estos trabajos sus funciones al Triun
ipnían que ser virato; creó en su lu-
•orientados y gar nn " P o d e r Ejecn
tivo P r o v i s o r i o " , c o n
fiianejados por uii núcleo dirigente, re- la obligación de convo
•íiucido en número, pero grande por Í;t car inmediatamente un
•í-xperiencia, el conocimiento de la cien- congreso general.
cia del gobierno y la intuición del fu- El Cabildo p r o c 1 a
1uro de sus miembros componentes. mó como miembros del
José de San Martín, Carlos María de nuevo gobierno al doc-
Alvear y Matías Zapiola constituyeron tor Juan José Passo. Nicolás líodríguez Peña y Anto
•el triángulo masónico, que denominaron iiio Alvárez Joiiite.
" L a u t a r o " , como homenaje á la logia
madre de Londres y al liéroe araucano,
que Ercilla presenta con la aureola do La asamblea del año XIII,
un Ayax, cu su heroica resistencia la dominación
"^ extranjera. 1'JÍ nuevo gobierno dictó un régimen electoral que
En junio do 1812 el triánjünlo había afiliado ya h )>erniitía, en cuanto era posible entonces, constituir una
•Gnido, Mnrguiondo, Zufriategui, Malther, M. S. Ancho- asamblea general, que fuese la gcnuina expresión de
ris, Monteo-gudo y algunos masones más y constituyó la voluntad del pueblo.
•definitivamente la Logia Lautaro. El 30 de enero de 1813 se celebró la primera sesiúji
Para ser presentado á la logia se reriuería ser ame- preparatoria de la memorable asamblea do ese año, que
ricano y haberse distinguido por " l a liberalidad de las señalaba el nacimiento de la vida democrática del país
ideas y por el fervor de su celo p a t r i ó t i c o " . El neó- y en cuyos debates brillaron, Bernardo Monteagudo,
•fiío debía j u r a r que pondría su vida y sus bienes al Pedro José Agrelo, Carlos M." de Alvear, Valentín Gó
•servicio de la independencia de América y de su bien- mez, Vicente López, Fr. Cayetano Rodríguez, P. Per
estar y que, como ciudadano y como masón, procedería driel, Luis José Chorroarin, Er. Ignacio Castro Barros
siempre con justicia y con honor. Se obligaba á guar- Vieytes, Sarratea, Moldes y Posadas.
dar el más absoluto secreto sobre lo que se deliberase ó El 31 de enero se instaló solemnemente la asamblea.
resolviese en la logia, sobre los signos, toques y se- denominándose "Asamblea General Constituyente". For
ñales adoptadas para el reconocimiento de loa herma- maban parte de ella veintiséis afiliados de la Logia
nos y sobre la existencia misma de la logia, bajo " p e n a Lautaro, que le imprimieron el carácter, los principios
de muerte por los medios que so balltise por conve- y la orientación que aquella institución quiso.
niente". La Ijogia Lautaro se propuso quo el mando de los
Las deliberaciones de la logia debían ser ejecutadas ejércitos esttiviese confiado á sus afiliados.
•por todos y cada uno de sus afiliados. San Martín se hizo cargo del ejército del norte:
El lema de la logia era: " U n i ó n . Fuerza y V i r t u d " , Vlvear del de la Banda Oriental.
que, en abreviatura se representaba así: Para asegurar la unidad cíe unión del poder ejecutivo,
U . •. P . •. y •\\ • . la logia decidió obtener de la asamblea que lo hiciese
En las comunicaciones entre hermanos la Logia Lau unipersonal, con el título de director supremo do las
taro se representaba por este signo: Piovlncias Unidas. Gervasio Antonio Posadas fué el pri-
0 — 0 nn-r director.
Cuando la comunicación emanaba de las autorida San Martín obtuvo del gobierno que fuese trasladado
•lies de la logia, e! signo era á Mendoza para preparar y organizar el ejército que
debía independizar á Chile y al Perú. San Martín fundó
0 — 0 en Mendoza una lo.gia, que también denominó ' 'Lan
Los elementos más valiosos de la sociabilidad porté- t a r o " y de la que formaron parte Zapiola, Guido, E^
ala se afiliaron á la Logia Lautaro, de las que se hicie- pejo. Las lleras, O'Higgins y que tenía los mismo-
iron arbitros San "Martín y Alvenr ayufliulo.'i poderosa ¡ivi>pnsitos qne la fie Bueno.^; Aires y de la qnc se había
 desvinculado y en la que predominaba en absoluto Al-
\ear, que se enconti-aba distanciado de aquel.
En 9 de enero de 1815, Posadas renunció el cargo de
director, Alvear que contaba con la asamblea y la Lau-
taro, fué designado director supremo.
El 15 de al)ril del mismo año estalló una revolu-
ción en la ciudad de Buenos Aires, que depuso al
director Alvear y disolvió la asamblea. Este movimiento
rontaba con las simpatías del ejército del Perú y del
de Mendoza. Con los sucesos del 15 de abril 1815, que-
dó disueíta la Logia Lautaro de Buenos -Aires, pues
sus miembros principales fueron desterrados, como ser;
V^ieytes, Monteagudo, Posadas, Valentín Gómez, Alvear,
-N'icolás Rodríguez Peña, Nicolás Herrera, Antonio Alva-
rez J o n t e ; á otros se les confinó en el interior, co-
mo ocurrió con Agustín Donado, y el doctor Pedro José
\gve\o.
La Logia Lautaro, fundada por San Martín en
Mendoza, so hizo el centro
dirigente de la política de
la revolución; respondiendo
á sus inspiraciones se exi-
gió del general R o n d e a u ,
que sucedió á A l v e a r , la
convocación de un congreso
general, que debería reunir-
se en el interior del país.
La influencia de esa logia
se extendía á las provin-
cias de Cuyo, Córdoba. Tu-
cumán y Salta, al Alto Perú
y á Chile, y contaba con el
concurso de Belgrano. el del
director puprnmo y p] de los
que servían su política.
S'an Martín y B e l g r a n o ,
de común acuerdo, i n fluye-
ron poderosamente sobre el
'OngV'Bn gpuernl reunido en
Tucumán en ISIG para que
proclamnse la i n d e p e n d e n -
'•ia. Belgrano. personalmen-
te, y San Martín, por me-
dio de los diputados de Cu-
yo. TnmAs ( x o d o y C r u z ,
francisco Narciso Laprida.
P. Justo de Santa María de
Oro y Maza.
Fn In Pí'sión del 9 de ju-
lio de IfilG, el congreso ge-
neral reunido en la ciudad
do Tucnnián nroclamó solem-
nemente la independencia de
las provincias U n i d a s d e
Sud-América.
San Martín y B e l g r a n o
obtuvieron del congreso de
Tucumán oue designnse co-
mo director supremo á Juan
Martín Pueyvredón.
Snn Martín tuvo una en-
trevista secreta con Pueyrre-
• lón. en Oñvloba, el 15 do
, julio de 181G, en la que el
primero convenció al director de la necesidad de inde-
pendizar á Chile, y de la conveniencia de reorganizar
en Buenos Aires la Logia Lautaro, á fin de presti-
giar aquel plan y obtener los recursos necesarios para
realizarlo.
Masones chilenos
La Logia Lautaro de Londres había conseguido in-
feresar á muchos americanos de Chile en pro del plan
de independencia. El doctor Juan Martínez de Kozas,
argentino, nacido en Mendoza, fué el precursor y prin-
cipal factor de la revolución chilena. Era respetado co-
mo un maestro por su vasto saber. Seguían sus inspi-
raciones y constituían una asociación secreta, que fun-
i:ionaba en Santiago en casa de José Antonio Rojas, el
doctor Bernardo Vera, argentino, que fué el poeta do
la revolución chilena; Bernardo O'Higgins, que se ha-
bía iniciado en la Lautaro de Londres: Hipólito Vi-
llegas, Juan Mackenna (irlandés), Camilo Henríquez,
Juan Pablo Frotes (paraguayo), José Gregorio Argo-
medo, José Miguel Lifante y el doctor Santiago Mar-
dones,
Esta asociación mantenía comunicaciones activas con
ios patriotas de Buenos Aires por intermedio de emisa-
rios. Desempeñaron esta función delicada, entre otros,
José Antonio Alvarez y Gregorio Gómez.
El 18 de septiembre de 1810. el pueblo de SantiTgo,
á semejanza de lo ocurrido en Buenos Aires, constituyó
una junta gubernativa, de la que Rozas debía ser uíio
de los vocales y el arbitro, hasta la reunión del con-
greso de 1811, que se instaló bajo el régimen del go-
bierno parlamentario.
Los patriotas chilenos no tardaron en ser atacados
por las disensiones internas, lo que permitió á los rea-
listas vencer la primera revolución chilena y restable-
cer el dominio español en todo el país, en el año 1814.
La Logia Lautaro, fundada por San Mart'-n en Men-
doza, agrupó en su seno á los patriotas chilenos, en
tre los que estaban O'Higgíns, Mackenna, Alcázar y
Preyre, y dedicó todos sus esfuerzos á preparar la re
conquista de Chile.
San Martín estableció en Chile un-servicio de agen
tes secretos, que es el más vasto y mejor organizado
que recuerdan los anales de la guerra; cada agente te-
nía un distrito señalado y se entendía directa^menre con
él. Organizó en Mendoza el ejército expedicionario en
forma tal, que coloca á San Martín en el número de los
primeros guerreros del mundo.
Con su ejército y las ra-
mifi cíi ci on es de su logia,
San Martín libertó á Chile
de la dominación española
y proclamó su independen-
cia.
La Logia Lautaro de
Chile
l^ara ejercer el gobierno
de Chile y la prosecución
del plnn de San Martín, que
consistía en libertar al Perú
y completar con Bolívar la
independencia de A m é r i c a .
O'Higgins fundó en Santia-
go de Chile la Lo^ia Lau-
taro con 1 o s m i sm o s pro-
pósitos y organización de la
de Mendoza, Buenos Aires y
Londres. Be esta logia for-
maron parte todos los pn
triotas argentinos y c h i l e -
nos de importancia, de aque
lia época.
La L o g i a L a u t a r o de
Santiago con el concurso di'
la de Mendoza y de Buenos
Aires venció las dificultades
de todo g é n e r o que obsta
culizaban la expedición ."'1
norte; obtuvo r e c u r s o s de
Chile y del gobierno d*» Bue-
nos Aires para o r g a n i z a r
una escnnrlrilla, que al man-
do de Guillermo Brown puso
en serios peligros á Ins fuer-
zas españolas en el Pacífico
y, más tarde, preparó la es- -
cuadra con que Lord Oochra-
o ne dominó a n u p l océinn y
aseguró la invasión del Pe-
rú por el ejército al mando
de San Martín.
Tomás Guido era la persona con quien San Martín
hacía plantear en las logias Lautaro de Santiago, Men-
doza y Buenos Aires los problemas, cuya solución le
preocTipaban y buscaba con firmeza inquebrantable.-
'Los l a u t a r o " en España y en el Perú
La Logia Jjautaro de Buenos Aires estaba en co-
municación con los liberales españoles de la península,
siendo tres sus principales agentes secretos en Cádiz,
-Juan Lagosta, Andrés Arguibel y Tomás Antonio Lezica.
todos argentinos. Desde el año 1814 hasta 1819 se pro-
dujeron seis revoluciones en España movidas por las
sociedades secretas en comunicación con la Logia Lau-
taro de Cádiz y que impidieron que el gobierno español
pudiese enviar al Río de la Plata su proyectado ejér-
cito expedicionario para reconquistar esta comarca.
La Logia Lautaro de Buenos Aires, desde los prin
eipios de la revolución se ocupó en preparar la insurrec-
ción en el Perú.
Castelli fué encargado de mandar emisarios secretos
á Lima para establecer allí centros de conspiración.
Tacna fué el primer pueblo que se insurreccionó mo-
vido por Francisco Antonio Zeb y Mateo Silva, que pa-
garon con su vida el amor por la independencia de "su
país (20 de junio de 1811).
Sigiiió á Tacna, el pueblo de Huánuco, acaudillado por
J u a n José Castillo, José Rodríguez v Juan de Haro (13
de febrero de 1818).
 En el Cuzco se produjo uu movimiento revolucionario
en 1S14, que es conocido con el nombre de "Rebelión
de P u m a c a h u a " . Fueron principales actores, Mateo Pu-
maeahua, José Ángulo, el obispo José Pérez y Armen-
daris, el cura Ildefonso Muñecas, argentino, el poeta
Mariano Melgar y constituyó el más grande esfuerzo
peruano para alcanzar la independencia.
El 11 de marzo 1815 la insurrección del Cuzco quedó
dominada.
En Lima los patriotas Riva Agüero, Francisco de Pau-
la Quirós y Fernando López Aldana, constituyeron una
asociación masónica para nreparar el espíritu público
en favor de la independencia.
Ese taller se puso en comunicación con la Logia
Lautaro de Santiago de Chile.
San Martín se propuso preparar en el Perú centros
masónicos como los que le habían asegurado la recon-
quista é independencia de Chile. Bajo el pretexto del
canje de prisioneros con el virrey del Perú, San Mar-
tín comisionó al mayor argentino Domingo Torres para
ponerse al habla con los patriotas de Lima, llevarles re-
cursos y examinar las condiciones públicas y militares
del país.
101 res por intermedio de la patriota limeña Brígida
Silva, pudo ponerse en comunicación con Riva Agüero,
López Aldana y Quirós, quienes con sus poderosos me-
ilios de a c c i ó n secretos.
!e pudieron s um i n is trar
los datos más completos
y exactos de las fuerzas
terrestres y n a v a l e s del
Perú y de los planes se-
cretos del mismo virrey,
•pues contaban con afilia-
dos en la misma secreta-
ría de aquel.
Torres pudo de esa ma-
nera dejar establecido un
plan completo de señales
y las claves combinadas
para entenderse c o n l o s
conspiradores. Se puso de
¡Lcuerdo con Remigio S'il-
va y José Bevnáldez Po-
lledo p a r a q u e situados
i^n la c o s t a desierta .de
Huarmey r e c i b í e s en las
toninnieaciones p a r a l o s
patriotas de Lima, que les
serían trasmitidas por las
claves y señales conveni-
das desde buques mercan-
tes que surcarían aquellos
mares.
El doctor Alvarez Jon-
te de la L o g i a L a u t a -
ro de S a n t i a g o fué en-
cargado especialmente por
San Martín de entender-
se c o n l o s conspiradores
del Perú para preparar la insurrección. Desde Chile
se enviaron numerosos agentes secretos para ponerse
al habla con los patriotas peruanos y llevarles las ins-
trucciones de San Martín. Muchos de ellos fueron des-
cubiertos y ejecutados como el oficial peruano José
García y el coronel Melchor Lavin, argentino, natural
de Entre Ríos.
La expedición libertadora del Perú al mando de San
Martín quedaba lista en 1820 y los trabajos de las lo-
gias masónicas habían conmovido el poder español, que
representaba una fuerza cinco veces mayor que la de
los invasores, pero que se sentía minado por las ma-
quinaciones de los patriotas.
El 20 de agosto de 1820 la expedición zarpó del
puerto de Valparaíso y desembarcó en Pisco el 7 de
septiembre del mismo año. El 10 de iulio de 1821 San
Martín tomó posesión de Lima y el 28 del mismo mes
proclamaba la independencia del Perú.
Juan Gregorio Las Heras, Juan Antonio Alvarez de
Arenales, Tomás Guido, Bernardo Monteagudo, Juan
(Jarcia del Río, Pedro Conde, Enrique Martínez, Rude-
'indo Alvarado, Mariano Necochea, Mariano Larrazábal,
líamón Dehesa, José M. Borgoño, José Santiago Sánchez,
Santiago Aldunte y otros patriotas fundaron, bajo la
uresidencia de Las Heras, una logia Lau'aro para el
Perú, á la que se incorporaron muchos patriotas perua-
nos entre los cuales el sabio ünanue, y que tenía los
mismos objetivos que la de Chile.
La logia consideró que San Martín debía ponerse al
frente de la administración del país para evitar la anar-
quía. Cedió á las exigencias de sus compañeros y aceptó
i'l cargo de protector del Perú designando como minis-
tros al doctor ünanue. á García del Río y á Monteagudo.
A Las Heras le confío el mando del Ejército Unido y
á Riva Agüero la jefatura de Lima.
Masonería venezolana y colombiana
A fines de ISIO Miranda y Bolívar fundaron en Ve-
nezuela una loí;ia á imitación del club de los giron-
dinos, que so liizo el centro de los patriotas de ideas
avanzadas y con el fin de propender á la independencia
de América. Iniciaron el movimiento revolucionario, que
proclamó la independencia de Venezuela en 1 8 1 1 ; pero
después de grandes dificultades militares, Miranda tuvo
que capitular y hecho prisionero murió en las mazmorras
de las Cuatro Torres, el 14 de julio de 1816.
La idea de revolución no desapareció por eso; emi-
nentes patriotas de Nueva Granada, Venezuela y de
Quito trabajaron sin cesar por la independencia, como
el matemático Caldas, el canónigo José Cortés Mada-
riaga (chileno), el gran jurisconsulto y escritor Juan
Germán Rosiro, hombres de pensamiento como Martín
Tobar Ponte, Andrés Bello, Cortés Madariaga, Simón
Rodríguez, Manuel Rodríguez Torices y hombres de ac-
ción como Antonio Nariño, José Félix Rivas, Camilo
Torres, Vanario Girardot, Luciano D'EIayar, José Anto-
nio Páez, Antonio Ricaurte, Antonio José de Sucre.
Se m ui t i p l i carón las
asociaciones secretas, que
prepararon el terreno par;i
una nueva i n v a s i ó n de
Bolívar, con q u i e n S a n
Martín se pviso al h a b 1 :i
para que su acción r e s -
pectiva, del n o r t e y del
sud les permitiese concluir
con el poder español en o!
Perú.
La L o g i a L a u t a r o
en Londres, á instancias^
de la de B u e n o s Aires,
inició una propaganda ac-
tiva para alistar volunta-
rios ingleses, para coope-
rar á la expedición de Bo-
lívar.
El venezolano Luis Ló-
pez "Méndez se ocupó en
Londres d e d a r f o r m a
práctica á esa idea. Lo-
gró formar una d i v i s i ó n
de 1200 ingleses ni man-
do del g e n e r a l English:
un bntallón de .SOO hom-
bres al mando del coronel
Elsom: una legión alema-
na al mando del c o r o n e l
Uzlpr y unn legión de 800
hombres dirigidos por el
general Mac Gregor. Estas
fuerzas auxiliares r e p r e-
sentaron un aporte militar sumamente importante para
Bolívar,
San Martín había conseguido auxiliar al general Sucre,
que entró triunfante en Quito, quedando realizado, con
precisión matemática, el plan de campaña continental
que había concebido.
Síntesis
Tal es, á grandes rasgos, la influencia que ha des-
arrollado la organización masónica en la independencia
de América y de la que ha sido su mejor exponente bi
Logia Lautaro fundada por San Martín en Buenos Ai-
res y extendida, sucesivamente, á Mendoza, Chile y
el Perú.
La Ijogia Lautaro ha sido el fruto de la soberbia
concepción de un carácter fuerte y altivo, de un alma
llena de anhelos de libertad y dotada de una profunda
sagacidad política; la acción que ha desarrollado re-
presenta la historia misma de la independencia del Río
de la Plata, de Chile y del Perú y es, sin controversia,
la más vasta y más completa, que registran los anales
de las asociaciones masónicas.
Las logias fundadas por Miranda, San Martín y Bolí-
var han hecho concurrir á una misma obra, los más
grandes y expertos capitanes, los más elocuentes tribu-
nos, los héroes y mártires más admirados, los mejores
estadistas y los más grandes demócratas de la América
española.
Emilio GOUCHON.
r>í7'. (!c Zaz-affai'c