Efectos del consumo de cloro en el agua potable

De acuerdo con la Organización Mundial de la salud la desinfección constituye una barrera eficaz
para numerosos patógenos (especialmente las bacterias) durante el tratamiento del agua de
consumo y debe utilizarse tanto en aguas superficiales como en aguas subterráneas expuestas
a la contaminación fecal. La desinfección residual se utiliza como protección parcial contra la
contaminación con concentraciones bajas de microorganismos y su proliferación en el sistema
de distribución. La concentración máxima recomendada por la OMS es de 250 mg/l, el cual está
basado por completo en el sabor, y no en algún daño fisiológico conocido. (Organización de
Estados Americanos (OAS))

La finalidad principal de la cloración es la desinfección microbiana. Un inconveniente del cloro

es su capacidad de reaccionar con materia orgánica natural y producir trihalometanos y otros
SPD halogenados (Organización Mundial de la salud (OMS)). Además, por ser una substancia tan
activa, un exceso de cloro puede reaccionar con distintos compuestos orgánicos, por lo que
aumenta el riesgo de que se produzcan trihalometanos, que son compuestos carcinógenos para
el humano. (Rodríguez, Ocasio, & López).

De acuerdo con Lluis (2008) en su estudio: “La problemática del tratamiento del agua potable”,
las consecuencias de estos productos sobre la salud pueden ser variadas. Muchos de estos
productos tienen una gran afinidad para unirse con las grasas de cuerpo, son lipofilicas. Una de
las relaciones más estudiadas es la del agua clorada con el cáncer de vejiga urinaria, del colon y
del recto. El riesgo se ha calculado epidemiológicamente y hoy se admite que uno de cada diez
canceres de vejiga de personas fumadoras puede ser atribuido a la cloración de las aguas,
mientras que en las no fumadoras puede alcanzar hasta la cuarta parte. Esto es debido a que,
sin lugar a ninguna duda, es un factor de mucho más riesgo el tabaco que la toma de agua
clorada.(Lluis, 2008)