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ICA

Libro Tercero[editar]
En este libro se relata la vida y hechos de los incas Mayta Cápac y Cápac Yupanqui.
Mayta Cápac, el cuarto rey Inca, luego de visitar a sus vasallos, tal como era la costumbre de
su casta, salió en campaña con 10.000 guerreros, en dirección al Collao, que por ser tierra
plana parecía más fácil de conquistar. Llegó al Desaguadero al que cruzó con balsas; pasó
cerca de las ruinas de Tiahuanaco, que el autor describe citando a otros cronistas. El Inca se
dirigió hacia la provincia de Hatunpacassa, a la mano izquierda del Desaguadero, y conquistó
Cac-yauiri, episodio del que se contaba la leyenda de que los collas dispararon sobre los incas
sus flechas y piedras pero estas se volvieron contra ellos. Los collas, derrotados se rindieron y
aceptaron ser vasallos del Inca. Conocido este suceso por los demás pueblos collas, muchos
se redujeron voluntariamente, como las tres provincias de Cauquicura, Mallama y Huarina (al
S.E. del lago Titicaca). Luego el Inca mandó a sus maeses de campo en dirección al mar,
donde invadieron la provincia de Cuchuna, cuyos pobladores se atrincheraron en un fuerte
(posiblemente Cerro Baúl, cerca de Moquegua) y se rindieron tras un largo sitio. Allí los incas
castigaron severamente a quienes usaban venenos contra sus adversarios. Mayta Cápac
prosiguió sus conquistas y sometió a otras tres provincias collas: Llaricassa (Larecaja),
Sancauan (San Gabán) y Huaychu; en esta última sus habitantes opusieron resistencia pero
luego se rindieron. Luego el Inca construyó el primer puente de mimbre o colgante que en el
Perú se hizo, para cruzar el río Apurímac, causando gran admiración. Muchos pueblos se
redujeron voluntariamente, atraídos por la fama del Inca. Las conquistas prosiguieron,
llegando hasta Parihuana Cocha (Parinacochas) y Coropuna. A Mayta Cápac le sucedió su
hijo Cápac Yupanqui, que se convirtió así en el quinto rey inca. Continuando la expansión del
imperio, este Inca salió del Cuzco con 20.000 hombres y se dirigió al Cuntisuyu, donde
conquistó más provincias. La provincia de Yanahuara se redujo voluntariamente, pero
la Aymara, de naturaleza rebelde y agresiva, se negó a rendir vasallaje a los incas. Pero
finalmente, al ver el poderío de sus adversarios, los aymaras se rindieron, y sus curacas se
vieron obligados a besar las manos del Inca. También fueron sometidos los quechuas de
Cotapampa y Cotanera. En la costa fueron anexados los valles de Acarí, Caravelí, Camaná y
Quilca. Por última vez el Inca salió en campaña hacia el Collao; en el Desaguadero mandó a
construir un famoso puente de paja y enea (puente colgante); y sometió Chayanta, así como
otras cinco provincias grandes, entre otras menores.
Por su parte, su hijo, el príncipe Inca Roca, redujo muchas y grandes provincias mediterráneas
y marítimas, pasando por Amancay (Abancay), Nanasca (Nasca) y Arequipa. Por entonces se
iniciaron los traslados de poblaciones a otras provincias, método de control político llamado
mítmac (mitimaes). Luego el autor se explaya en la descripción de la casa y templo del Sol
(Coricancha) y sus grandes riquezas, los sitios de los sacrificios y los atributos del sumo
sacerdote o Uíllac Umu.
Finaliza el libro con la descripción del templo del Titicaca y sus leyendas.

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