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III Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología XVIII

Jornadas de Investigación Séptimo Encuentro de Investigadores en Psicología del


MERCOSUR. Facultad de Psicología - Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires,
2011.

EL PROBLEMA DE LA ELECCIÓN DEL


GOCE Y LOS MOMENTOS ELECTIVOS
EN EL ANÁLISIS CONSIDERADOS A LA
LUZ DE LA PARADOJA DE BURIDAN
(PARTE II).

Alomo, Martín.

Cita: Alomo, Martín (2011). EL PROBLEMA DE LA ELECCIÓN DEL GOCE Y


LOS MOMENTOS ELECTIVOS EN EL ANÁLISIS CONSIDERADOS A LA LUZ
DE LA PARADOJA DE BURIDAN (PARTE II). III Congreso Internacional de
Investigación y Práctica Profesional en Psicología XVIII Jornadas de
Investigación Séptimo Encuentro de Investigadores en Psicología del
MERCOSUR. Facultad de Psicología - Universidad de Buenos Aires,
Buenos Aires.

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EL PROBLEMA DE LA ELECCIÓN DEL GOCE Y LOS
MOMENTOS ELECTIVOS EN EL ANáLISIS CONSIDERADOS
A LA LUZ DE LA PARADOJA DE BURIDAN (PARTE II)
Alomo, Martín
UBACyT, Universidad de Buenos Aires

RESUMEN Proyecto UBACyT P039: “Momentos electivos en el tra-


A partir de uno de los antecedentes ilosóicos más im- tamiento psicoanalítico de las neurosis - En el Servicio
portantes de la noción de elección, la objeción plantea- de Clínica de Adultos de la Facultad de Psicología,
da al libre albedrío por la libertas indifferentiae, realiza- UBA”.
mos una lectura de algunos puntos problemáticos im- Podemos comenzar por resumir lo dicho en la primera
portantes de la clínica analítica con los que nos topa- parte de este trabajo a propósito de la paradoja de Buri-
mos en nuestra investigación . ¿Cómo deinir un mo- dan. Ésta, por medio de lo absurdo de su planteo, resal-
mento electivo? ¿Cómo situarlo en la clínica? ¿Qué se ta la importancia de la preferencia directamente impli-
elige? ¿Qué no se elige? Intentamos responder estos cada en el acto electivo. Y como podemos notar, su lec-
interrogantes a partir de un análisis de la paradoja de tura nos invita a precisar disquisiciones en torno de
Buridan y de la lectura de un caso de Pearl King y de los cuestiones importantes de la clínica. Al respecto, reto-
comentarios de Lacan respecto del caso. El recorrido maremos luego el análisis de la diferencia entre lo que
nos permite precisar distinciones de relevancia clínica se elige -en qué sentido es lícito decir que se lo hace- y
sobre los momentos electivos en el curso del análisis. en qué sentido no se elige ce que vous ne sauriez
choisir (Soler, 2009b, p. 136). Pero antes recorreremos
Palabras clave -de la mano de Jacques Lacan- el interesante análisis
Lacan Buridan Momentos electivos de un caso de la analista inglesa Pearl King[2], que nos
permitirá llevar más lejos las implicaciones de la para-
ABSTRACT doja de Buridan en lo que atañe a la clínica psicoanalíti-
THE PROBLEM OF JOY’S CHOICE AND THE ELECTIVE ca y, más especíicamente, en relación a la localización
MOMENTS IN THE ANALYSIS CONSIDERED INTO THE de momentos electivos en los tratamientos. Pero aún
LIGHT OF BURIDAN’S PARODOXE (PART II) antes de comentar el caso, nos interesa introducir una
From one of the most important philosophical precedents consideración topológica.
of the notion of choice, the objection raised to the free will
by the libertas indifferentiae, we performed a reading of El buen golpe de tijeras[3]
some problematic important points of the analytical clinic En la misma clase de Problemas cruciales… en la que
with which we ind us in our investigation. How to deine comenta el caso del que nos ocuparemos luego, Lacan
an elective moment? How to place it in the clinical expe- introduce una nota topológica. Intentaba proponer una
rience? What is chosen? What is not chosen? We try to forma, “una topología esencial de la praxis psicoanalíti-
answer these questions with an analysis of the paradox of ca”[4]. En su búsqueda, propuso la forma topológica co-
Buridan and the reading of a case of Pearl King and La- nocida como botella de Klein. Se trata de una igura di-
can’s comments about the case. This work allows us to fícil de explicar, y también de imaginar. Es un cilindro
set distinctions of clinical relevancy about the elective vuelto sobre sí, algo así como una banda de Moebius
moments in the course of the analysis. hecha con un toro, aunque se inhiere en su recorrido de
modo tal que la base es la boca de la botella, una “boca
Key words aculada” dirá Lacan.
Lacan Buridan Elective moments Esta extraña supericie reviste la particularidad de que
si quisiéramos producir en ella un corte desde un punto
A hasta un punto B determinados, de modo tal de obte-
ner como resultado dos bandas de Moebius, podríamos
hacerlo. Aunque si diéramos “el golpe de tijeras” desvia-
do de la línea del buen corte, solo obtendríamos dos
bandas orientables, con dos supericies opuestas, an-
verso y reverso. Nos interesa retener aquí lo siguiente:
en una supericie tan extraña y compleja, tan difícil de
imaginar, puede haber un buen corte que conserve sus
propiedades. Pero pueden haber también intentos cha-
puceros, que obtengan por resultado productos que no

PSICOANÁLISIS 41
muestren la verdadera naturaleza de la supericie, y en metió “nunca más volver a amar a alguien”.
cambio la vanalicen produciendo dos supericies orien- En cuanto al trayecto formal del tratamiento, se trata de
tables, que presente propiedades diversas a la superi- un análisis en tres etapas, separadas por dos interrup-
cie de partida, productos ramplones. Este último corte ciones. El motivo de consulta de la primera etapa esta-
habla mal del cortador como fons et origo de lo que se ba dado por los “its”, “ataques” que el paciente descri-
da a ver como resultados falsiicados. bía con la fenomenología de lo que conocemos como
El cortador, el sastre en cuestión mencionado alegóri- “ataques de pánico”: ansiedad, sudoración y temblores;
camente no es otro que el analista; él con su corte pro- a estos “ataques” él también los llamaba “black outs”, al-
duce escansiones en el inconsciente estructurado co- go así como “apagones”. Las presunciones diagnósti-
mo un lenguaje, comenta Lacan aludiendo al Sartor Re- cas de la analista hablaban de petit mal y síntomas an-
sartus de Thomas Carlyle. En cuanto a la supericie to- siosos, aunque nos revela que luego él se mostraba
pológica, ella representa la estructura del Otro, ese más bien como un paciente esquizofrénico ambulatorio
Otro del discurso inconsciente en el que el deseo es ar- (Lacan habla de “un caso borderline”, aunque también
ticulado, el ámbito especíico en el que se desarrolla la de psicosis). No podía establecer relaciones satisfacto-
tarea analítica. Y con esta introducción, en la misma se- rias con otros y tuvo dos intentos de suicidio. Respecto
sión del 3 de febrero de 1965, comenta un caso con el de éstos, el texto no aporta detalles. En esas condicio-
que va a ejempliicar “las diicultades del analista con su nes, a los 17 años de edad, comenzó la primera etapa
propia teoría”. Dice allí que se trata de un trabajo enton- de tratamiento.
ces inédito, presentado en el Congreso de la IPA en Es- Luego de tres años de análisis, el paciente había conse-
tocolmo, en 1963, por la psicoanalista inglesa Pearl guido un buen trabajo, había superado “la necesidad de
King. A continuación, nos ocuparemos de él. actuar compulsivamente como un beatnik”, se casó y
mantenía una buena relación con su esposa. Por otra
El caso parte, “sus estados de disociación psicótica o ‘its’ ha-
La presentación de Pearl King en Estocolmo, en 1963, bían cesado”. La analista había logrado discernir que
llevaba el título mencionado por Lacan en su seminario: cada vez que se presentaban estos ataques, en el con-
“La explotación inconsciente del ‘padre malo’ para man- texto de lo que un manual de psiquiatría podría llamar
tener la omnipotencia del pensamiento infantil”. En el fobia social, ellos estaban relacionados con la presen-
trabajo publicado en el libro Time present and time past, cia de un Otro: un hombre en posición paterna, con el
si bien el título ha cambiado, sin embargo la idea fuerza que el paciente se relacionaba como con su padre ma-
del artículo es la expresada en aquel título del ’63 [5]. lo de la infancia; de aquí el título de la ponencia de Es-
Al momento de la comunicación, la analista relata que se tocolmo. “La explotación de la necesidad de mantener
trata de un joven de 30 años, que se muestra socialmen- padres malos” es un modo de mantener la omnipotencia
te hábil, relajado y competente. Es el menor de tres hijos del pensamiento infantil, a expensas de lazos sociales
de una familia de clase media alta. Sus hermanos son verdaderos y satisfactorios, coordinados con el princi-
varón y mujer; mayor ella, y el otro fallecido a causa de pio de realidad. A propósito, la analista ensaya una tesis
una neumonía cuando tenía apenas un mes de vida. La respecto del “estrago paterno”.
igura más estable de su infancia había sido la niñera. Diez años de engaño y de “creerle” al paciente, resultan
Al parecer su padre era una persona malhumorada y dis- en una incomodidad insoportable para la analista: “Con
tante, y muy severo a la hora de evaluarlo: no perdonaba este paciente me sentía bloqueada, y no disponía de mi
errores ni excusas. El paciente percibía a su madre tam- espontaneidad y de mi fuente de creatividad para utili-
bién distante, aunque interesada en él. Sufría mucho en zarlas como herramientas de trabajo analítico”. La lec-
los períodos en que sus padres se separaron, y -según tura que ella hace, se reiere a que en la transferencia
narra King en clave kleiniana- “no estaba en condiciones ha sido tratada por el paciente como el padre malo; y
de usar a su madre como tal, por temor a lastimarla con además, que él necesitaba sostener con ella, en el con-
su propia infelicidad” (King, op. cit., p. 72). sultorio, y con otros padres de turno, afuera, ese lugar
Estos detalles en los que la autora abunda y con los que de Otro malvado como modo de sostener uno de sus
aquí ahorraremos distraernos demasiado, sirven a La- selves infantiles. Justamente aquel que junto a viven-
can para señalar que no es sucumbiendo a la fascina- cias de maltrato, conservaba intactos los pensamientos
ción que su despliegue ofrece, el modo conveniente de omnipotentes. Luego, la analista comenta que ha apren-
trabajo para el analista. Más aún, tales detalles, las ca- dido que “creerles a este tipo de pacientes” no es con-
racterísticas de los padres y los supuestos “condiciona- veniente, y que justamente eso fue lo que, de su parte,
mientos emocionales” considerados como fenómenos contribuyó a dejar que él la ijara en un lugar sofocante.
efectivamente ocurridos, no constituyen el campo pro- En esos períodos en los que ella se siente bloqueada
piamente analítico. por la hostilidad del paciente, dice sentirse “ijada por
La analista continúa aportando datos variopintos de la él”. Al respecto comenta Lacan que de ese modo, el ob-
vida del paciente. Aparentemente, un momento de quie- jeto a sorprende en la clínica a esta analista: lo tiene
bre importante estuvo marcado por la separación de dentro de ella misma. El sujeto ha constituido / deposi-
sus padres, la venta de la casa de la infancia y el hecho tado su objeto a en la analista. Pero a ella, contratrans-
de que su niñera se marchara. Allí el jovencito se pro- ferencialmente, esto le resulta intolerable, y no concibe

42 PSICOANÁLISIS
en modo alguno que se trate de algo favorable para la del bloqueo que percibía la psicoanalista inglesa. La pa-
marcha del análisis. radoja es la siguiente: un bla bla ininito, pero siempre
Sin embargo, no se trata tampoco -en los comentarios en el mismo lugar ijo, acotado, inito. Y si los roles se in-
de Lacan- de prescribir la tolerancia absoluta de situa- vierten porque hay una falla en la función “deseo del
ciones incómodas por parte de los analistas cuando se analista”, entonces lo que queda fuera de juego es la
encuentran con pacientes que los hacen sentir como re- posibilidad de que se desplieguen las contingencias en
henes de sus mociones más hostiles y petriicantes. Al las que puede advenir el deseo del analizante. Al res-
contrario, él más bien cuestiona la persistencia en esta pecto, comenta Lacan:
posición anquilosada, croniicada, como un sesgo cla- El deseo del Otro se presenta en ese campo radical
ramente iatrogénico: “Ella ha sostenido eso, de algún donde el deseo del sujeto le es irreductiblemente no
modo, durante diez años. No estoy en tren de ironizar anudado, sino precisamente en esa torsión que trato de
sobre los análisis que duran diez años, hablo de los representarles aquí con mi botella. Esto es insostenible
analistas que sostienen una situación semejante duran- y exige un intérprete. Aquél intérprete mayor con el cual
te diez años”[6]. no hay cuestión: esto es la Ley. La Ley soportada por
En cuanto a la transferencia, Lacan recuerda el estatu- eso que llamo el Nombre del Padre” (Lacan, loc. cit., tra-
to de engaño que ella recubre, y deja remarcado quién ducción propia).
puede llegar a ser el engañado en este juego: precisa- Y cuando de lo que se trata es del deseo, se trata del
mente el analista. Y al respecto, procederá a ubicar có- objeto a como agálmata, como alhaja atesorada en el
mo el objeto a se le presenta a la analista en la clínica. interior del ágalma. “Aquel que sabe abrir con un par de
Durante diez años, con algunas interrupciones, transcu- tijeras el objeto a, de la buena manera, aquel es el amo
rre la “primera fase” del análisis, y durante ese período del deseo” continúa Lacan en alusión al Sócrates de El
“el sujeto se presta al juego”, señala Lacan. Concurre al Banquete y, elípticamente, a la función del analista.
consultorio, paga, se analiza, asocia, hace cambios en Luego de inalizada la segunda fase del tratamiento,
la realidad y reiere lo que podríamos llamar efectos te- transcurren dieciocho meses y el paciente vuelve a con-
rapéuticos. Un buen paciente (ironizamos, por supues- tactar a su analista por tercera vez, para comentarle
to). Aunque también, a propósito de la igura de un pa- que nuevamente -la autora escribe again en itálicas-
dre que se le presenta en la realidad (¿o en lo real?) y padece ataques de ansiedad, particularmente cuando
provoca desestabilizaciones esporádicas en el sujeto las cosas andan bien, en situaciones favorables; al pun-
-detalle que la analista señalara como estrago paterno- to de que estos ataques se han transformado en una
Lacan se permite pensar que se trata del análisis de un amenaza para su carrera. Él mismo reconoció perder,
psicótico. por momentos, el control sobre la “realidad externa”, su-
La segunda fase del análisis -que dura cuatro años- co- daba profusamente, y podía notar cómo la lengua se le
mienza cuando el paciente en una situación en que se volvía tiesa. Nombraba esto como “residuos” de los vie-
encontraba derribando un árbol, sufre “ataques de páni- jos its. Con este cuadro solicita un par de entrevistas en
co de intensidad psicótica”, nos dice la analista. Se esta tercera fase, y la analista accede al principio con
asusta mucho y se da cuenta de que necesita ayuda. A frecuencia quincenal, y luego continúan semanalmente.
medida que avanza esta nueva etapa de tratamiento, la La particularidad técnica de este período, que la analis-
analista toma nota de “un nuevo pattern emergente”: los ta llama “supervisión” del trabajo analítico realizado an-
its ahora van también acompañados de alucinaciones teriormente, sería la de pedirle al paciente que se sen-
y delirios -no conocemos los detalles- y generalmente tara en el sillón frente a frente, cara a cara con su ana-
surgen en respuesta a un subrogado del padre que se lista. Ella creía que esto favorecería un nuevo pattern de
comporta hacia él de un modo inesperado. En este con- trabajo para esta fase. En este punto, la analista reiere
texto, la analista se sorprende pensando: “Este pacien- la emergencia de distintos selves del paciente, distintos
te necesita conservar intacto su mito de padres insatis- aspectos del ego que pudieron comenzar a emerger e
factorios”. Ese parece haber sido el rol de la analista, incluso a servirse de ella, la analista, como de una ma-
asegurar ese mantenimiento, pero engañada y forzada, dre buena, sin temor a dañarla: “un ‘diferente él’ ha po-
sumisa a las hostilidades del paciente -concluye La- dido contactarse con una ‘diferente mi’”.
can-. ¡Por qué sostener una relación así durante diez Luego de un tiempo, la analista comenzó nuevamente a
años! ¿Por qué “dejarse pegotear”[7] de ese modo? sentirse “ijada” y bloqueada por el paciente, pero esta
Y la caída queda del lado del deseo del analista, un de- vez comenzó a entender de qué se trataba, escribe. Y
seo que rehúye cuando la escucha atenta rueda por la acto seguido, consigna una sesión, que representa el
pendiente de creer en el fenómeno. Y cuando el analis- punto al que queríamos llegar para analizar con algún
ta no ocupa su posición, que se sostiene de un deseo, detalle. No nos referiremos a toda la sesión, que la ana-
puede ocurrir que los roles se inviertan y el paciente ha- lista consigna y analiza generosamente, sino solamen-
ga las veces de analista para aquel que ahora analiza te al punto que nos interesa.
su propia neurosis de transferencia -que según Lacan, El paciente comienza diciendo que hay tendencias hos-
es la neurosis del analista- donando palabras y cons- tiles, pendencieras, a las que percibe cada vez más y
trucciones y teorías y… “Y” multiplicada en una itera- más activas. Estas tendencias pertenecen a su self ne-
ción al ininito, paradójicamente correlativa de la “ijeza” gativo, que le dice que él no puede hacer cosas. Luego

PSICOANÁLISIS 43
habla de un statu quo basado en la hegemonía de este Para concluir
self incapacitante, y de lo que aparentemente se pre- Lacan da una nueva denominación a la paradoja de Bu-
senta como un conlicto, una lucha de otro self supues- ridan: síntoma del desdoblamiento del objeto. Desdo-
tamente más sano, que intenta luchar con aquel (evi- blamiento que equivale -ya que leemos ese “no” como
dentemente, a esta altura, se trataba de un paciente retórico- a libertad de indifencia. Entendemos ese “…
muy bien instruido en la “selfmaquia”[8]). Y eso no es lo dédoublement de l’objet et non pas, comme on dit, de la
único que tiene para decir: le están pasando cosas muy liberté d’indifférence…” como una particular nominación
extrañas (odd) últimamente. Se ha sorprendido durante lacaniana, producida ad hoc para la lectura del caso co-
el desayuno -prosigue- “tratando de hacer dos cosas a mentado en el seminario: una equivalencia entre liber-
la vez, tratando de tomar (pick up) la tostada y la mante- tad de indiferencia y desdoblamiento del objeto.
ca al mismo tiempo, y encuentro entonces mi mano Como decíamos más arriba, a propósito del análisis de
yendo entre los dos objetos, incapaz de moverme hacia la paradoja de Buridan, en ella se trata de una objeción
uno o hacia otro” (King, op. cit., p. 75). Lo que sigue es planteada al ejercicio de la libertad de elección. Y dicha
la intervención de la analista: objeción opera como tal si la elección como preferen-
La parte de Ud. que está esperando mejorar, y está en cia, como querer, no emerge en alguna contingencia,
alianza conmigo, se satisface con su incapacidad de inesperadamente. El asno de Buridan representa la au-
moverse hacia lo que Ud. desea. Este es el statu quo sencia de deseo y la parálisis, between, como decía el
del que Ud. hablaba, y me muestra que la razón por la paciente de Pearl King, entre dos. A la vez, esos dos no
que no se puede mover y tomar alguno de los objetos presentan diferencias; el sujeto infantilizado se encuen-
que desea, es que Ud. ha puesto su boca hambrienta tra paralizado y capturado en el dominio del Otro Omni-
de bebé en ambos objetos, y como Ud. cree inconscien- potente, del cual hace las veces la analista-Madre, que
temente que hay solo una comida para una sola boca le llena la boca con papilla masticada, digerida y regur-
-esto es: Ud. puede hacer solo una cosa a la vez- la otra gitada. Sería deseable -si fuera al menos posible- que
podría pasar hambre, y probablemente muera. Esta es esos dos permitieran emerger de ellos, d’eux, la función
una razón por la que Ud. ha tenido que preservar el sta- del rasgo, del uno unario, el uno que posibilita la cuenta
tu quo, porque si éste desaparece, signiicaría que una de los objetos de deseo no desdoblados en el espejo de
parte de Ud., o uno de sus selves, podría ser abandona- la división inhibitoria y la confusión imaginaria de los
do para siempre y moriría de inanición (Ibíd.). cuerpos, sino recortados en el horizonte de un nuevo
Al respecto, Lacan comenta que no resulta sorprenden- margen de libertad. Pero para ello, como señala Lacan
te que haya dos bocas en la demanda -una nutricia y con precisión -y porque dos (deux) no hacen uno- hace
otra invocante- inalmente oral, ya que se hace por la falta un intérprete: el Nombre del Padre.
boca. Lo que sí sorprende es que lo que salga inalmen- A propósito de los momentos electivos en el análisis,
te por esa boca sea el oriicio oral. Obviamente, la alu- consideramos que el síntoma aportado por el paciente,
sión aquí evoca la botella de Klein que ha sido mal cor- ese síntoma de quedarse suspendido entre la tostada y
tada, obteniendo no un resultado de libertad electiva la manteca, su mano paralizada between, reedita el sín-
por parte del analizante, sino una duplicación repetitiva toma de Buridan, síntoma paradojal que invoca una ob-
circunlocutiva, que incluso pasa por la boca de la ana- jeción a la libertad de elección, es decir a la manifesta-
lista. No es necesario caer por la pendiente de seguir la ción contingente del deseo. Luego, corresponde una
demanda articulada a la identiicacion en la transferen- pregunta: ¿qué le convendría al analista para hacer lu-
cia, para acabar llegando a la demanda oral como pro- gar a la contingencia? Tal vez ayude escuchar, callar,
ducto preigurado, recortado, troquelado por el saber producir el corte en el buen lugar (saber utilizar las tije-
del analista que hace obstáculo y tapona la emergencia ras), pero fundamentalmente analizarse -lo cual implica
del deseo. Y si el camino es circular, es decir que hay dividirse- en otro lugar que no sea en el análisis de sus
vueltas que se dan en el análisis, es preciso saber cuá- pacientes.
les son esas vueltas y cómo recorrerlas. Estas son las Retomemos ahora los interrogantes propuestos en el
consideraciones de Lacan en su seminario, a propósito sumario inicial. ¿Cómo deinir un momento electivo?
de la intervención de la analista. Luego, agrega: ¿Cómo situarlo en la clínica? ¿Qué se elige? ¿Qué no
Todo eso es muy ingenioso pero pierde completamente se elige?
lo esencial, a saber: que en un síntoma parecido, un En cuanto a la primera pregunta, deinimos un momen-
síntoma largo tiempo señalado que es el enigma de los to electivo como el ejercicio de libertad electiva que
ilósofos, el síntoma que yo llamaría de Buridan, a saber emerge contingentemente, de un modo no programado
el desdoblamiento del objeto y no, como se dice, de la y por eso mismo sorpresivo. Respecto de la segunda
libertad de indiferencia; la alusión, la referencia esencial pregunta, ubicamos el momento electivo en la clínica
que es dada en el momento por el sujeto: es que se tra- como manifestación de la libertad electiva del analizan-
ta de muy otra cosa que la demanda, se trata de la di- te. El aspecto que resaltamos es el de elección como
mensión del deseo y que ella no sabe dar allí el buen proaíresis, es decir como preferencia. Ello implica una
golpe de tijeras (Lacan, loc. cit., traducción propia). manifestación dentro del margen de libertad -no nece-
sariamente determinado- posibilitado por el vínculo
transferencial, de las opciones que el analizante puede

44 PSICOANÁLISIS
preferir en el ejercicio de esa libertad marginal. Por con- go paterno” es un hallazgo, que desde una lectura laca-
siguiente, dado que cada vínculo transferencial es par- niana más bien abona la hipótesis diagnóstica de psico-
ticular, elegimos responder las últimas dos preguntas sis, probablemente una esquizofrenia, cuyos momentos
en relación al caso que hemos comentado. agudos parecían corresponderse con el encuentro de
En este caso, el paciente ha podido elegir al menos tres un-padre en lo real. En cuanto a la “explotación de la
veces continuar en un vínculo transferencial con su necesidad de mantener los padres malos”, nos parece
analista: es decir en cada inicio de cada una de las “tres otro hallazgo de gran lucidez clínica, aunque insertado
fases” del análisis. Estas escansiones se presentan co- teóricamente en el atolladero de la contratransferencia
mo momentos privilegiados en que el sujeto, atormenta- como “herramienta” técnica y fuente de explicaciones.
do y sometido por la coerción de la estructura, puesta Creemos -con Lacan- que esa “explotación” en este ca-
de maniiesto en fenómenos desestabilizadores osten- so localiza el objeto a en la transferencia, que ha inco-
siblemente crueles -incluso fenómenos elementales- modado y “bloqueado” a la analista durante muchos
sin embargo, ha podido solicitar ayuda. Luego, ha mos- años, sin poder contar con la operación del buen corte
trado también la libertad electiva en acto, al ejercer la para abrirlo y con él, las puertas del deseo.
preferencia de explayarse, de elaborar por medio de la
palabra dirigida a su analista, en transferencia, la cons-
trucción de un nuevo lazo social. Sin embargo, el carác-
ter novedoso de este vínculo -y con él, el acto electivo
NOTAS
del paciente- es puesto en tela de juicio por lo que no ha
podido elegir. [1] Proyecto UBACyT P039: “Momentos electivos en el tratamien-
to analítico de las neurosis - En el Servicio de Clínica de Adultos
En este caso, el paciente no ha podido elegir en esos
de la Facultad de Psicología, UBA”, dirigido por Gabriel Lombardi.
puntos en que las particularidades técnicas de su ana-
lista no le han permitido desplegar los signiicantes de [2] King, P. (1963). “On a patient’s unconscious need to have ‘bad
parents’”. En Time present and time past, Karnac Ltd., London,
su deseo de un modo más libre: allí donde habría podi- 2005, pp. 67-87.
do advenir un momento electivo, es decir un nuevo su-
[3] Lacan, J. (1965). Problèmes cruciaux pour la psychanalyse.
jeto como respuesta imprevista, ha habido desdobla- Inédito. Clase del 3-2-1965. “…le bon coup de ciseaux…”
miento del objeto, multiplicación de las bocas hambrien-
[4] Loc. cit.
tas y ausencia de preferencia puesta en acto. El resulta-
do de ello es el mismo sujeto dividido, pero perpetuado [5] “Sobre una necesidad inconsciente de los pacientes de tener
en esa división como inhibición, a través del ser alimen- ‘padres malos’”. Disponemos de la obra citada en inglés. Por lo
tanto, todos los fragmentos que consignemos de la misma en
tado por la papilla rumiada por su analista, que alcanza español, corresponden a nuestra traducción.
para tapar dos bocas.
[6] Lacan, loc. cit. (traducción propia).
Sirva este punto como ejemplo de que “el goce que nos
decide” es una manifestación clínica diversa de lo que [7] “…elle s’est laissée elle-même engluer, englober, pendant dix
ans…” Lacan, loc. cit.
llamamos “momento electivo”. Este último remite a un
ejercicio de libertad electiva por parte del analizante, que [8] Discúlpesenos el neologismo: así como la tauromaquia es el
puede -de un modo no programado y aunque sea en un enfrentamiento con toros y la batracomiomaquia la mitológica
guerra de los batracios, he aquí la batalla de los selves.
margen de libertad acotado- elegir algo distinto, una nue-
va opción no dada necesariamente de antemano.
Y en cuanto a aquel otro momento clínico, ese goce que BIBLIOGRAFÍA
se maniiesta como habiendo decidido de antemano, en King, P. (1963). “On a patient’s unconscious need to have ‘bad
el caso comentado lo ubicamos en la perpetuación en la parents’”. En Time present and time past, Karnac Ltd., London,
situación transferencial, de la parálisis de un yo infantili- 2005, pp. 67-87.
zado y extático frente al Otro materno, que provee pro- Lacan, J. (1953). “Variantes de la cura tipo”. En Escritos 1, Siglo
fusión de palabras -provenientes de las teorías de la XXI, Bs. As., 1998, pp. 311-348.
analista- y argumentos sólidos, construidos y mastica- Lacan, J. (1960). La Transferencia. El seminario. Libro 8. Paidós,
dos por ella. En este punto, lo que él no ha podido ele- Bs. As., 2004.
gir se asocia, “se pegotea” con lo que ella no ha elegido; Lacan, J. (1965). Problèmes cruciaux pour la psychanalyse. Inédi-
y eso los determina. to. Clase del 3-2-1965.
Por último, señalamos la importancia del trabajo de
Soler, C. (2009a). “Lo que no se elige”. Aun. Publicación de Psi-
Pearl King, citado por Lacan en su seminario justamen- coanálisis, Vol. 1, Foro Analítico del Río de la Plata, Bs. As., 2009,
te por la sensibilidad clínica de esta analista y el com- pp. 13-26.
promiso con su práctica. Al leer el artículo, se tiene la Soler, C. (2009b). “Ce que vous ne sauriez choisir”. En Lacan,
sensación de estar ante la solidez de un trabajo serio, y l’inconscient réinventé, PUF, Paris, 2009, pp. 136-142.
ante la relexión honesta de una analista que es freudia- Stanford University (2006). Stanford Encyclopedia of Philosophy,
na en su modo de interrogar la clínica a partir de los Metaphysics Research Labs, CSLI, Stanford University, California,
obstáculos que la encuentran y las diicultades técnicas 2006.
que localiza. Además, su texto contiene perlas segura-
mente inadvertidas por la autora. La cuestión del “estra-

PSICOANÁLISIS 45

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