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PRINCIPIO DE LA RELATIVIDAD DE GALILEO GALILEI

Einstein no fue el primero en hablar de marcos de referencia y movimiento relativo. Casi


300 años antes ya lo había hecho Galileo, quien también sería pionero en el uso de
experimentos mentales, un procedimiento que después Einstein haría famoso. El principio de
relatividad de Einstein no es más que una expansión del de Galileo. Si estudiamos éste, que es
muy intuitivo, el otro nos parecerá poco menos que trivial.

Galileo lo explicó con estas palabras (en traducción libre nuestra) en un experimento
mental que recogió en su obra “Dialogo sopra i due massimi sistemi del mondo Tolemaico, e
Coperniciano” de 1632:

Enciérrate con un amigo en la cabina principal bajo cubierta de algún barco grande, y lleva
contigo algunas moscas, mariposas y otros animalillos voladores. Lleva también un recipiente
grande de agua con unos peces; cuelga una botella que se vacíe gota a gota en un recipiente
ancho puesto debajo. Con la nave en reposo, observa cuidadosamente cómo los animalillos
vuelan con la misma velocidad a todos los lados de la cabina. Los peces nadan indiferentemente
en todas direcciones; las gotas caen en el recipiente que está debajo; y, al arrojar algo a tu
amigo, no necesitas lanzarlo con mayor fuerza en una dirección que en otra, si las distancias son
iguales; al saltar con los pies juntos, avanzas espacios iguales en todas direcciones. Cuando
hayas observado todas estas cosas con cuidado (aunque no hay duda de que cuando la nave
está parada, todo debe suceder de esta manera), haz que la nave avance con la velocidad que
desees, siempre que el movimiento sea uniforme y no fluctúe de una u otra manera. Descubrirás
que no hay el menor cambio en todos los efectos
nombrados, ni podrás decir a partir de de ninguno de
ellos si se estás en [un barco en] movimiento o parado.

Hemos visto que cada uno de estos sistemas sería


un marco de referencia para nuestras observaciones. El
hecho de que los movimientos de las pelotas de
baloncesto y las mariposas permanezcan igual,
independientemente de si el marco de referencia se
mueve o no a velocidad constante, indica que las leyes de movimiento de Newton son las
mismas (de hecho, todas las leyes de la mecánica, la ciencia del movimiento) son las mismas
para todos los marcos de referencia en reposo o que se mueven con una velocidad uniforme
relativa entre sí. Esta conclusión es lo que se llama principio de relatividad galileano.

Dado que los objetos se mueven en un marco de referencia que está en reposo o en
velocidad uniforme como lo harían en un marco en reposo, de ahí se deducen dos cosas
importantes. La primera es que no hay manera de averiguar la velocidad del propio marco de
referencia a partir de cualquier experimento
mecánico realizado dentro de ese marco. Es decir,
si viajamos en un avión a velocidad constante y sin
turbulencias, no podemos averiguar a qué
velocidad se está moviendo el avión realizando
experimentos mecánicos dentro del avión.

Y la segunda es que tampoco podemos elegir


un marco de referencia como el marco
“verdadero”, el que está “absolutamente en
reposo”. Por lo tanto, como ya vimos que apuntaba
Einstein, Galileo ya sabía que no puede haber tal
cosa como la velocidad “absoluta” de un objeto.
Todas las velocidades medidas son relativas.
Einstein redescubrió este principio eliminando las
capas de sedimentos que siglos de física
newtoniana y espacios absolutos habían
depositado encima.

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