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TERAPIA FAMILIAR SISTÉMICA DE MILÁN

INTRODUCCION
Una connotación positiva es un mensaje por medio del cual el o los terapeutas
comunican a la familia que su problema es lógico y significativo dentro de su contexto.
La connotación positiva se elaboró a partir de una técnica aplicada por los terapeutas
de Palo Alto: prescribir el síntoma; el equipo de Milán advirtió que, al apoyar el síntoma,
connotaban negativamente las opiniones en contrario de otros miembros de la familia,
como si tuviese que existir una inculpación; la función primordial de la connotación
positiva de todas las conductas observables en el grupo es permitir el acceso de los
terapeutas al modo sistémico. La connotación positiva no va dirigida a una o varias
personas en particular sino, más bien, a las tendencias de automantenimiento del
sistema global. Los terapeutas sistémicos no prescriben el síntoma en el vacío ni con
una justificación persuasiva, sino que lo relacionan con su contexto social, al servicio
de la homeostasis familiar, respetan la necesidad que tiene la familia de proteger su
equilibrio, y en consecuencia, reducen el riesgo de incrementar su resistencia al
cambio.

El equipo de Milán, cuando empezaron a trabajar juntos, estaban de acuerdo en varias


ideas. Su teoría de la patología derivaba en gran parte, del proyecto de Bateson
centrado en la comunicación de doble vínculo, también en describir la cuestión central,
para el caso de las familias con un miembro esquizofrénico, como una epistemología
equivocada. El doble vínculo terapéutico, o como lo llamó el grupo de Milán, la
contraparadoja, se convirtió en el centro de su terapia.

El desplazamiento del centro de atención, de la conducta familiar al terapeuta, dio lugar


a la elaboración de una técnica específica de interrogatorio que el grupo denominó
interrogatorio circular. Las preguntas más comúnmente utilizadas se dividen en varias
categorías: preguntas acerca de diferencias en la percepción de los vínculos,
diferencias de grado, diferencias entre entonces y ahora diferencias hipotéticas o
concernientes al futuro. Como indicador contextual que ayuda a determinar la
orientación del interrogatorio circular, utilizan la idea de aperturas, señales que la
familia deja caer en el curso de la entrevista y que marcan una ruta hacia el desarrollo
de una hipótesis.

La elaboración de hipótesis propone implícitamente la idea de que la terapia es una


operación de investigación emprendida juntamente con la familia, por consiguiente, la
hipótesis debe ser sistémica, o sea que debe explicar todos los elementos contenidos
en una situación problema y el modo en que se vinculan entre sí. Lo importante es que
demuestre ser útil, en el sentido de que conduzca a una nueva información que haga
avanzar a la familia.

Ser neutral se convierte en sinónimo de esforzarse en no ser inducido por el sistema


familiar y ser capaz de actuar libremente dentro de la terapia.

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La cibernética de 2do. Orden explica que el observador entra en la descripción de lo
observado de manera que la objetividad es absolutamente imposible. Bateson borra las
líneas divisorias entre las unidades de creatura (observador y observado) y sugiere que
estas unidades y sus contextos representan una circularidad mayor, denominada
“espíritu”.

El problema crea el sistema. El problema no existe independientemente de los


sistemas observadores que lo definen de manera recíproca y colectiva.

El enfoque de Milán sostiene que nadie puede cambiar, al menos con facilidad bajo una
connotación negativa. El método de Milán en los primeros tiempos, prescribían
paradójicamente a la familia que continuara con el síntoma porque era útil para la
familia. Llamaban a esto intervención de sacrificio. Connotación negativa. En muchos
casos el síntoma desaparecía pero, la familia abandonaba el tratamiento. En versiones
posteriores de esta intervención, empezó a parecerles que sería más neutral poner
todas las conductas relacionadas con un problema al servicio de una premisa, valor o
mito compartidos. La conveniencia de esta formulación radica no sólo en que no deja a
nadie con un sentimiento de culpa sino en que dilucida correctamente el vínculo de
nivel doble: el problema está en que esas personas necesitan tener problemas.

Otro cambio consistió en modificar la connotación positiva a una connotación lógica.


Los terapeutas se formularon preguntas como estas: ¿cómo funciona este sistema
problema? ¿Qué disociaciones cabría esperar si desapareciese? ¿Lo arruinaremos
antes de encontrar algo que lo remplace? Se le señala cuán significativo es en su
contexto y tal vez indispensable por el momento.
El vocabulario paradójico se utiliza cada vez menos.

Rituales: Estas ceremonias van dirigidas a las comunicaciones generadores de un


doble vínculo. Un tipo de ritual amplifica cierta interacción (que consiste en varias
directivas simultáneas y antagónicas) en una secuencia de hechos. Como dijo Bateson,
si uno introduce el factor tiempo en una paradoja esta desaparece.

El interrogatorio circular cuestionaba la necesidad de impartir una prescripción o una


connotación positiva al final de la entrevista. Con este tipo de interrogatorio se podía
mostrar la arquitectura del sistema problema.

El sistema significante incluye todas aquellas unidades (personas o instituciones) que


se activan en el intento de aliviar los problemas cuya solución se solicita a
profesionales. El método de Milán es un abordaje en que se aprende a aprender.

PRIMERA PARTE. EL MUCHACHO LLORÓN

Introducción: El caso se centra en tres conceptos importantes dentro de la terapia


familiar sistémica de Milán: 1. La atención prestada al contexto del terapeuta que refleja
la preocupación por similitudes entre la dinámica de la familia y la del equipo. 2. El uso
del interrogatorio circular con el propósito de interrumpir la rotulación dentro de la

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familia y transformar a esta en un proceso interactivo de manera que los rótulos
describan conductas compartidas o potenciales dentro del sistema familiar, y no la
enfermedad de uno de sus miembros. 3. La exploración de los mitos o premisas que la
familia elaboró en el pasado en respuesta a un dilema, pero que ahora coartan la
construcción de una realidad más flexible y estorban la posibilidad del cambio.

El doble contexto, familia y equipo: El isomorfismo entre un equipo y una familia


siempre es significativo.

Rótulo vs. Proceso: Los Asociados de Milán (A.M.) han utilizado el interrogatorio
circular como antídoto para la rotulación porque las preguntas investigan y promueven
una distribución diferente de los rótulos, aun en os casos en que estos son buenos.
Este abordaje de la rotulación modifica la orientación del terapeuta; en vez de poner
rótulos puede deshacerlos, convirtiéndolos nuevamente en un proceso interactivo.

Los A.M. recomiendan: Deben observar las historias individuales y hallar un modo de
cambiar la historia familiar para que las personas puedan permanecer unidas separarse
y pelear sin correr un peligro tremendo y sin quedar rotuladas.

El Mito y las preguntas referidas al futuro: Las preguntas referidas al futuro cuestionan
una premisa familiar o proponen otra; insinúan un mapa familiar diferente y, se emplean
ya más avanzada la entrevista, una vez recogida la información descriptiva de las
actuales secuencias de hechos que envuelven al problema y de las coaliciones
existentes en la familia. Las existenciales y las referidas a la supervivencia, la
separación o los castigos, pueden introducir una posibilidad futura totalmente nueva
para la familia. El mito familiar: Según Boscolo: la persona que se comporta de una
manera psicótica suele ser aquella que no puede aceptar el mito y entonces lo
cuestiona por medio de su conducta.
El mito indica a todos cómo deben actuar, pero, en tanto prescribe una conducta
específica, se convierte en una verdadera camisa de fuerza.

El caso: consulta y diálogo: Más que la cuestión de la coalición interesa la cuestión del
mensaje. ¿qué tipo de mensaje es la enfermedad? ¿quién recoge el mensaje? ¿cómo
reaccionan ante él? ¿por qué usan ese término y qué quieren decir con eso?
La enfermedad se convierte en el marcador contextual para su conducta.
Hay que encontrar un sentido que no encasille a las personas ni las encierre bajo llave.
Cuando dentro del sistema un miembro acepta la posición negativa, todos los demás
se vuelven más sanos y unidos. Cuando se llega a esta etapa, la situación se hace
crónica y es muy difícil dar marcha atrás. Es la política del chivo emisario. La terapia
sistémica procura encontrar una solución en que no haga falta ni un chivo emisario ni
un santo.
La intervención de sacrificio era ineficaz en los pacientes crónicos. Señalar un chivo
emisario es cosa seria (Cecchin). Si atacan el mecanismo que protege a una familia
antes de que pueda hallar otro medio de afrontar la situación esa familia no cambiará o
cambiará para peor. Cambiar del chivo emisario al santo es, cambiar la puntuación; con
eso no se modifica nada.

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Nos interesa el problema tal como lo define la persona interrogada. El modo en que ella
se comunica acerca de su problema es más importante que el problema en sí. Como
dice Bateson, la idea central es que información es una diferencia. Uno procura obtener
más diferencias de a familia y más reacciones significativas de los datos. De ahí que
interrogue acerca de diferencias de tiempo, de grado y de puntos de vista. Si lo ven
todo como información, se ahorran muchas preocupaciones. Una pareja es
información, una enfermedad es información; el incesto, el cáncer, la muerte.. todo es
información. Nada es positivo o negativo por su contenido.
Una pregunta hipotética puede tener doble propósito: detectar si en esa familia existe
una profecía que engendra su propio cumplimiento, según la cual uno de sus miembros
será el malo o el enfermo, y sacar al paciente designado de su posición de aislamiento,
porque así se introduce la posibilidad de que otras personas tengan el mismo
problema.
El proceder más correcto es identificar primeramente las secuencias del juego, o sea,
quién ayuda a quién y cómo se organizan las relaciones en torno de los temas que
ellos introducen, para ampliar luego el sistema incluyendo en él a otros parientes, o
buscar las premisas u otros significados más generales. La familia nos proporciona
todas las aperturas dentro de los primeros cinco o diez minutos de la entrevista. La
familia como sistema, se calibra según la información que el equipo introduce en la
sesión. Este es un problema de calibración más que una acción intencional de la
familia.
Se puede trabajar así en coterapia: si un terapeuta interroga a la familia, el otro debe
escucharlo con atención para averiguar la hipótesis que tiene en mente; cuando crea
haberla comprendido, puede intervenir o no. O uno de los terapeutas conduce la
entrevista hasta que se le agotan las ideas, y entonces interviene el otro.
Las preguntas concernientes al futuro a modo de intervenciones, si se formulan al
término de la entrevista, suelen introducir información nueva que impiden asignar una
tarea a la familia, prescribir la situación o usar una connotación positiva, y la
realimentación puede ser muy emocional. El desarrollo futuro de este abordaje podría
consistir en emplear el interrogatorio circular como intervención primaria, e impartir
después una pequeña tarea con el solo objeto de tranquilizar a la familia.
El mito restringe las posibilidades de los miembros de la familia de concebir una
realidad más compleja.
El trabajo con un equipo significa que si los terapeutas quedan paralizados y no pueden
llegar a una conclusión por medio de los interrogatorios, el equipo ofrece una vía
alternativa para lograrlos, el ritual del debate, para curarnos y ser coherentes.
Cuando buscamos una intervención, tratamos de hallar una lógica que atraiga a la
familia. El contenido de la intervención puede ser absurdo, pero desde el punto de vista
formal debe tener una lógica. Podemos especular que la parte lógica de la intervención
estará dirigida al hemisferio cerebral izquierdo, si quieren pensar en estos términos y la
parte absurda al hemisferio derecho.
La gente considera paradójico lo que es un efecto de contradecir la lógica de sentido
común. La lógica de la denominada intervención paradójica es clara, ordenada y
precisa.
Refiriéndose a la economía de la flexibilidad en un sistema adaptativo, Bateson dice
que debemos tener premisas rígidas y automáticas, establecidas en un nivel

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subconsciente. Modificarlas es algo así como accionar un interruptor principal. Los
mayores cambios en la terapia familiar ocurren cuando uno logra operar en el nivel de
las premisas profundas.
SEGUNDA PARTE: LA FAMILIA QUE TENIA UN SECRETO

Construcción de una hipótesis: El acto inicial de cualquier terapia y un principio nodal


de la metodología aplicada por el equipo de Milán, es elaborar una hipótesis. Es un
proceso constante que evoluciona conjuntamente con el movimiento de la familia y
produce muchas permutaciones a medida que se desarrolla la entrevista terapéutica.
La mejor manera de describirlo es utilizar los conceptos de los lazos cibernéticos de
realimentación, porque a medida que las respuestas de la familia a las preguntas que
se le formulan modifican o alteran una hipótesis, el terapeuta elabora otra sobre la base
de datos específicos proporcionados por la nueva realimentación.

Los A.M. comienzan la entrevista solicitando una descripción del estado actual del
problema. A menudo la familia responde presentando a un portador del síntoma. El
equipo pregunta entonces quién fue el primero de detectar el problema porque 1.
Proporciona inmediatamente una definición interpersonal del problema, dando a
entender que no hay problema sin detector; 2. Define el problema como un hecho ajeno
a cualquier persona en particular. El problema actual se percibe como una
comunicación entre dos personas por lo menos. En este punto las preguntas del equipo
conectan al portador y al detector del problema con el sistema familiar más amplio.
Sólo resta conectar a este último con la familia extensa y el contexto de derivación.
Este proceso en movimiento centrífugo refleja la idea de circularidad ejemplificada por
la conexión entre personas que han compartido una pauta a lo largo de tiempo. Este
acoplamiento de todas las relaciones y contextos extensos es el que lleva a la hipótesis
sistémica que los corona como arco de puente. Su construcción explica la totalidad del
sistema que el problema ha logrado organizar.

Una de las contribuciones más importantes al acto de construir hipótesis ha surgido de


sus procedimientos de formación; detrás de la pantalla se sitúan dos equipos que
trabajan conjuntamente para generar hipótesis diferentes y complementarias: el equipo
de terapia y el de observación. Cada grupo se convierte en un espíritu sistémico, crea
una explicación global de la situación problema y así, la elaboración de hipótesis por
los dos equipos es una orientación estructuradora constante, y se sitúa siempre un
paso adelante del que acaban de dar el terapeuta y la familia.

Interrogatorio circular: La circularidad se funda en la idea de que las personas se


conectan entre sí, a lo largo del tiempo, según pautas particulares a las que
identificamos como familias. Los miembros ponen de manifiesto su conexión en tanto
comunican información en forma de lenguaje verbal y no verbal. Este lenguaje describe
el intercambio de mensajes que, en los sistemas problema, son confusos o
inaceptables para la familia. Las preguntas circulares definen y aclaran estas ideas
confusas y conductas cuestionables, además de reintroducir información en la familia
en forma de nuevas preguntas. De este modo, los dos sistemas (terapéutico y familiar)

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crean conjuntamente, por medio del lenguaje, unos sentidos múltiples que dan lugar a
considerar un mayor número de alternativas en vez de reducir estas.

Puede describirse como un método de indagación socrática. Bateson: noticia acerca de


una diferencia. El equipo de Milán ha refinado esta definición: noticia acerca de una
diferencia de relación. El uso de este método de interrogatorio permite distinguir entre
información y datos, donde se entiende por datos una compilación de hechos que no
describen una relación. Este tipo de interrogatorio se convierte en un nuevo intento de
esclarecer pautas de coalición existentes en el sistema. Es importante señalar que las
preguntas sólo inquieren a la familia por alineamientos estructurales, comparaciones y
clasificaciones, y no son declarativas en sí.

Una apertura es una palabra señal, idea o tema que la familia presenta y que tiene
sentido para ella. Si bien el terapeuta no sobreimpone aperturas a la familia, las ideas
ofrecidas por sus miembros cambian a medida que las preguntas introducen noticias
acerca de diferencias de relación.

Neutralidad: es una posición terapéutica en la que el entrevistador acepta las


soluciones adoptadas por la familia como las únicas posibles, lógicas y congruentes
para ella en ese momento. Los terapeutas nunca pueden saber de antemano cómo
debería ser una familia, por lo tanto, deben actuar como un estímulo o perturbación que
active la capacidad de esa familia de generar sus propias soluciones. La posición de
neutralidad presenta un doble mensaje a la familia: la solución que encontraron ha sido
perfecta hasta ahora, pero a partir de este instante, ha entrado en otra interacción (la
terapia) que les permitirá, a ellos y al terapeuta, inventar juntos otras posibilidades.
Cada sistema posee un sentido de la justicia, distribuido entre sus miembros que hace
que tal o cual persona sea buena o mala, esté sana o enferma, etc. Todo terapeuta
enfrenta estos rótulos cuando trabaja con una familia, si los puede convertir en
proceso, decimos que el terapeuta es neutral.
La neutralidad actúa como lo opuesto a la moralidad.
La neutralidad de puede interpretar como la capacidad del terapeuta de aprehender la
totalidad de manera sistémica.

El caso de la familia B: Los secretos de familia provocan a menudo un efecto patógeno


en el grupo familiar y, cuando se introducen en la terapia, pueden paralizar el proceso
terapéutico. Si logran atar al terapeuta con un secreto, aquel perderá su autonomía y
su neutralidad.

Los A.M. trabajan el efecto del secreto sin tocar su contenido. Aceptarían esta apertura
y la convertirían en un proceso por medio de interrogatorio circular. Discutirían éste
como un marcador de fronteras para toda la familia. Puesto que las preguntas
circulares involucran a todo el sistema, la discusión del secreto como marcador de
fronteras también involucraría a todos.

Por lo general, la familia viene a la entrevista con un mapa rígido, o sea, con una
explicación fija de lo que sucede. Si el terapeuta trazase otro mapa rígido basado en

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sus conocimientos acerca de la familia, tendríamos dos sistemas con mapas rígidos
que entrarían en colisión. Los equipos de terapia también pueden atascarse con la
misma idea acerca de una familia, y esto producirá la consiguiente impasse en el
tratamiento.

Bateson: información es la noticia acerca de una diferencia. Es una relación entre dos
elementos, como mínimo; es algo que está relacionado con otra cosa. Si uno dice estoy
deprimido, es un dato puro; si dice estoy deprimido las veces que mi esposa me mira
con cara de enojada, ese dato se convierte en información. Los datos se transforman
en información mediante un proceso activo que sólo puede llevarse a cabo mientras se
entrevista a la familia.

Para llegar a las dimensiones del sistema significante, procedemos de manera


centrífuga. Queremos saber cuál es el problema, en qué cree la familia que consiste el
problema, y cómo está conectado con los otros miembros de la familia. En segundo
lugar, preguntamos cómo está conectada la familia por el contexto más amplio: los
parientes. Por último, procuramos percibir la conexión entre el sistema familiar y el
sistema de terapia. Ampliamos el contexto hasta hallar una explicación que nos
satisfaga como observadores. Una vez elaboradas estas hipótesis en los 3 niveles, las
conectamos entre sí hasta que constituyan una sola explicación razonable; la
denominamos hipótesis sistémica.

La terapia termina cuando la familia no se define a sí misma como patológica y el


contexto de la terapia no se define a sí mismo como terapéutica. Es importante no
mostrarse demasiado directivo al comienzo de la entrevista, por eso la primera
pregunta tiene por objeto detectar su respuesta a una pregunta que cualquiera pueda
contestar. Parte del presente y después ¿cuándo comenzó el problema? Qué creen
que ocurrirá en el futuro? Pero su punto de partida es el aquí y el ahora. No nos
interesamos por la causalidad histórica.

Formulamos diversos tipos de preguntas. Algunas se refieren a la conducta


(fenomenología), otras a las ideas (cognición). Los dos niveles el de la fenomenología y
la cognición se relacionan entre sí. El mundo de la fantasía forma parte del sistema
total. Incluimos pensamientos y sentimientos en tanto ejercen influencia actual.
Preguntas explicativas: pedimos a los miembros de una familia que nos expongan sus
hipótesis acerca de sus propias conductas.

Cuando se trata de determinar quién está con quién la conducta no verbal o analógica
tiene más importancia para nosotros que las respuestas verbales.
El empleo de un equipo es útil porque puede corregir la tendencia del terapeuta a
confirmar sus propias creencias y porque puede observar atentamente las respuestas
analógicas, difícilmente perceptibles para el terapeuta que está en la sala. La hipótesis
sociológica: muchas interacciones de terapia, están determinadas socialmente. El
trabajo de formación de terapeutas debe ser isomorfo, o sea similar, al trabajo que
realiza un terapeuta con la familia.

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En la consulta por impasse la familia se siente muy cómoda, pero el terapeuta está en
la posición de combate, siente malestar. Cuando trabaja con una familia atascada, se
comienzan a tejer fantasías en torno de un cambio de profesión o de esposa, de
abandonar a esta familia y encontrar otra. Aparecen síntomas físicos: el terapeuta
empieza a experimentar somnolencia durante las sesiones y a pensar que otros
terapeutas son mejores que él. Bateson: si ustedes apuntan el tiempo dirá, introducen
un factor externo, de modo que nadie es verdaderamente responsable. Esta idea libera
al terapeuta y la familia de su sufrimiento. La consulta por impasse ayuda más al
terapeuta que a la familia porque, en este contexto, el paciente es más bien aquel.

El terapeuta que se encuentra en una impasse suele ser aquel que se coloca en la
posición de terapeuta crónico: persevera ahí y sufre porque la familia no cambia, este
hecho constituye la terapia más lograda, que el cambio sería peligroso para ella por
muchas razones. Lo que mantiene estancada a la familia es el terapeuta que trata de
cambiarla, el terapeuta que se convierte en parte del problema.

Las preguntas hipotéticas y las referidas al futuro son importantes porque en términos
cibernéticos, abren lazos dentro de la familia. Las preguntas referidas al futuro
producen un impacto enorme sobre las conductas no verbales. Esto se relaciona, con
el hecho e que la familia ha terminado por desarrollar una ideología determinista. Pero
si se interroga por el futuro, es imposible ser determinista. En cuanto a las preguntas
hipotéticas, hacen que toda la familia se ponga a establecer nexos y a encontrar
soluciones. Cuando un miembro de la familia tiene un síntoma, toda ella se siente
atascada en unas conductas reiterativas.

Cuando en una familia hay dos o más personas que comparten un secreto, no interesa
su contenido sino el efecto que su existencia produce en los demás. El secreto produce
un efecto aunque los otros ignoren su contenido. Cuando dos personas comparten un
secreto, las suele hacer más poderosas frente a los otros miembros de su familia.
OJO: Un secreto es, a menudo, una coalición que cruza fronteras generacionales.
Además que impide el libre flujo de las comunicaciones dentro de la familia. Ivan Nagy:
una de las fuentes más importantes de patología es la presencia de una injusticia en el
seno de una familia. La existencia de secretos que hacen posible que algunos de sus
miembros posean información, y otros no, genera una especie de injusticia. Cuando
una persona se siente excluida del sistema de comunicación, surge un problema.
Desde el punto de vista del sistema, podemos ver en cada miembro de la familia a un
agresor o a una víctima. El terapeuta acaba luchando contra el juego, y no contra las
personas.

Si piensan en términos de tipos lógicos, pasarán a un nivel superior o metanivel. Una


vez que han comprendido de manera lineal todas las posiciones existentes dentro de la
familia, procuran definir la premisa. Toda esta conducta se basa en una premisa falta,
del mismo modo como, para Bateson, el alcohólico funda su comportamiento en la
premisa falsa de que es dueño de sí mismo. Nos preguntamos ¿cuál es en esta familia,
la premisa compartida que le impide hallar una solución? Bateson dice que una
premisa falsa tiende a crear ciclos viciosos de los que uno no puede salir. Una premisa

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universal establece que una persona nunca puede abandonar el campo bajo una
connotación negativa.

La neutralidad es el resultado, en el tiempo de la interacción entre el terapeuta y la


familia. Ser neutral es una forma de intervención que consiste en no aceptar ninguna
definición o distinción que se ajuste a los términos trazados por la familia. La
neutralidad ocupa un nivel más alto que las connotaciones positivas o negativas. El
hecho de que usted connote positivamente a algún miembro de una familia, podría
provocar un efecto molesto o placentero en los demás. La neutralidad de un terapeuta
consiste en tratar de elevarse por encima de la tendencia de una familia a distribuir
cualidades. Los padres no pueden ser neutrales, sino que tienen que decir si algo es
bueno o es malo. El terapeuta se sitúa en otro nivel, donde todo se transforma en
comunicación.

En la terapia sistémica, uno trata de deshacer todo aquello que, a lo largo de los años,
ha puesto en dificultades a la familia; la forma habitual y tradicional de la educación y la
enseñanza. Por medio de la neutralidad y la terapia sistémica crea un contexto de
aprendizaje en el que las personas pueden empezar a encontrar nuevas reglas, nuevas
premisas para su organización.

La neutralidad es una ideología que ve todo como mensajes, como una comunicación.
Quita los rótulos. Es la capacidad de ver el todo e una manera sistémica. Significa
liberarse del verbo ser. Cuanto más patológico es un sistema, tanto más pegadas están
las personas a este verbo. Ser neutral no significa ser frío, sino aceptar un sistema en
su totalidad, sentir compasión, interés y curiosidad por el dilema de una familia.

Moralidad y neutralidad son contrarias pero ambas necesarias. No absolvemos las


conductas socialmente destructivas; tan sólo introducimos esta manera diferente de
puntuarlas.

Otra característica de la neutralidad es que el terapeuta siempre interroga, nunca


afirma.

Palabra señal conduce a una apertura hacia nuevas preguntas.

Lo primero que debe hacer el terapeuta que desee aprender el método sistémico es
analizar el contexto en que opera. Si pertenece a una institución, debe determinar las
relaciones existentes entre los diversos subsistemas internos, así como el modo en que
la familia, la institución y el terapeuta se relacionan entre sí. Estas relaciones influirán
en el tipo de intervención viable.

Tratamos de introducir nuevos mapas y conexiones, pero siempre debemos hacerlo en


tono interrogativo, sin decir que nuestra verdad es mejor que la de ellos. Este método y
no el hablar como terapeutas, abre la posibilidad de una mejor comunicación.

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Procuramos ser elásticos para tener presentes muchas posibilidades sin fijar nuestro
pensamiento en ninguna hipótesis en particular. Las hipótesis provienen de cuatro
fuentes: los datos, la teoría que uno tenga, la experiencia recogida de las muchas
familias tratadas y la personalidad (transferencia).

Tenemos que descubrir el ajuste entre la hipótesis y la organización del sistema tal
como se ha formado en el tiempo. Las hipótesis son mejores cuando las elaboran
terapeutas que practican el interrogatorio circular y responden constantemente a la
realimentación proporcionada por la familia durante la entrevista, porque este proceso
refleja la organización de la familia.

Desde el punto de resistencia, el interrogatorio circular no ataca directamente el modo


de actuar de la familia, ni sus creencias, pero si vuelve difícil su inmutabilidad.

La característica principal de la intervención sistémica: suponga que tiene un sistema


en el que todos piensan mal de los demás y quedan atrapados en estas percepciones.
Se tiene la sensación de que no hay solución ni salida alguna para esto pero siempre
las hay. La solución consiste en modificar la visión epistemológica que la familia tiene
de sus propias relaciones. Ir de las conductas a su contexto y pasar a un nivel tipo
lógico de un nivel que les permite ver cierta virtud en todas las conductas, por
destructivos que hayan sido sus efectos. ¿? PAG 211 Uno no puede decir si una
familia está mejor o peor, lo único que se puede decir es “en el momento que observé
el sistema, no había mejor solución que esa”.

OJO: Con respecto a la violencia en la familia, constituye un desafío muy grave para
quienes desean mantener una perspectiva sistémica. En aquellos casos en que la
violencia es manifiesta y se ha iniciado o iniciará una acción judicial, esa violencia
forma parte de la comunicación familiar y debería ser enfrentada como tal. El hecho de
que, a menudo, el terapeuta deba transformarse en agente de control social es un
producto de esta situación.
Aquellos casos en que la violencia no pasa de mera sospecha plantean problemas aun
más difíciles de resolver. El terapeuta debe convertirse en detective. Al terapeuta
sistémico con le interesa averiguar la verdad; más bien procura inventar una nueva
realidad en colaboración con la familia. Le interesa descubrir sentidos para todas las
conductas, en la esperanza de que ayuden a los miembros de la familia a cambiar de
manera tal que resulte innecesario persistir en los actos de violencia.

TERCERA PARTE: LA BOUTIQUE ANORÉXICA

El modelo de tratamiento de Milán toma en cuenta las cuestiones relacionadas con el


contexto de derivación, antes de que el equipo aborde la dinámica familiar. Los A.M. se
distinguen por la inclusión del contexto de terapia. Al centrarse en este importante lazo
de realimentación, dentro de su modelo de tratamiento, han comprendido mejor el
sistema significante, es decir, la red de sentidos y de relaciones organizados por el
problema. Es imposible tener una terapia que no incluya el contexto relacional de la

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familia, tanto social como profesional. El acto de terapia debe representar todos los
contextos.

Los triángulos y la premisa: una evaluación tríadica es una base que permite construir
una hipótesis; una premisa, en cambio es el tema o idea con que se debaten los
triángulos problemas. El concepto del hijo pseudo estable y el hijo pseudo fugitivo. Las
dos posiciones refuerzan el vínculo con los padres, ya amenacen los hijos con
marcharse o con regresar. La lógica de esta conducta radica en que uno de los hijos
debe aparentar que se va y las dos posiciones deben alternar porque ninguna de ellas
constituye, por sí sola, una solución.

Cuando las personas tratan de crear un mundo demasiado similar al conocido, crean
una profecía que engendra las condiciones de su propio cumplimiento. Si preguntamos
acerca del futuro formulamos unos interrogantes que la premisa no permite ellos
introducen la idea de que la premisa puede cambiar o al menos ser modificada.
Bateson cambiar una premisa es un acontecimiento excepcional que exige un gran
esfuerzo.

Las familias tienen premisas generales, sobre todo acerca de la separación y la muerte.
La percepción de la idea de la muerte en los vínculos familiares y el modo en que se la
experimente en el futuro guardarán armonía con la evolución de aquellas ideas en la
historia familiar.

Dell ha afirmado que el cambio no se manifiesta en el nivel del sistema sino en el de


sus miembros individuales. Una familia no cambia de repente; hay una realimentación
constante entre el individuo que cambia y el sistema. Tanto las mujeres como los
hombres son organizadores de soluciones sistémicas y que estas soluciones se
caracterizan por el éxito y la inventiva en el orden interpersonal.

Entrevista: la muchacha que se vuelve anoréxica intenta hallar algún sentido a su


relación con la madre; se siente traicionada, le parece que su madre no está presente.

Si se limita a formular preguntas circulares, puede causar un problema para la


coparticipación. Trato de comprobar si toda la información que ha salido a la luz en los
últimos minutos concurre a alguna pauta que conecte. Prestar más atención a las
conductas analógicas que a las palabras. Tejo una hipótesis basándome en las
conductas analógicas percibidas en esos minutos iniciales y, luego, la verifico por
medio de preguntas circulares.

Existe una premisa básica en torno a la separación, que la gente debe resolver. Si
usted acepta la idea de que las relaciones no son permanentes tendrá una premisa
básica. Los miembros de las familias enmarañadas intentan desmentirla o ponerla a
prueba. Tratan de separarse experimentalmente y luego regresar al seno de la familia
para resolver la misma cuestión; empero, en tanto obran así, a menudo producen
síntomas. Cuando ocurre una muerte dentro de un sistema, la manera en que se la
vive, en que se la percibe y se la experimenta, guarda relación con una premisa

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establecida con anterioridad a esa muerte. Cuando alguien muere, puede adquirir más
importancia de la que tenía en vida.

Nada tiene de extraño que tantos terapeutas familiares hayan basado todo su
tratamiento en el duelo no resuelto. Las ideas de Bateson con respecto a las premisas,
se refiere a unas estructuras establecidas en la infancia, programadas intrínsecamente,
que explican que una persona tienda a repetir la índole de relación que tuvieron sus
padres. Es como si el sistema se viera obligado a buscar constantemente una solución
epistemológica para algún problema en particular, que las generaciones anteriores no
lograron resolver. Decimos que esa persona tiene que repetir lo que ya está
programado intrínsecamente en el sistema, pero no con el fin de continuarlo, sino de
procurarle una solución.

Es muy difícil cambiar una premisa; hay que tocar fondo. Por eso la prescripción de un
síntoma puede ser eficaz. En el acto de impartir esta prescripción absurda, sugerimos
la posibilidad de una nueva apertura. Por lo común, una familia quiere que el terapeuta
provoque un cambio en el paciente pero no en el juego familiar.

Tomar en cuenta tres niveles: el sistema familiar, el de la relación entre la familia y


terapeuta y el del lazo familia-terapeuta-consultor. Por medio de la técnica se llega a la
epistemología; por medio de la técnica, se aprende a pensar. La estructura se rige por
una regla de tres: si una diada intenta apartarse del grupo, siempre habrá otra persona
que lo impida.

OJO: En principio la familia viene porque necesita un rótulo psiquiátrico. Uno admite
esa idea hasta cierto punto en la medida en que acepta a sus miembros en calidad de
pacientes. Uno admite la definición de ellos, es decir, que tienen problemas
psiquiátricos, pero enseguida empieza a cuestionarla. Poco a poco, por medio del
proceso de terapia, uno trata de convertir el rótulo en conducta. Cuando nos sentimos
bastante seguros de que la familia puede transformar su propio rótulo en acción,
cuando sus miembros comprenden que la enfermedad de una persona es una
conducta, podemos contemplar la enfermedad como una decisión y la familia empieza
a reaccionar como si el enfermo fuera un ser humano, que lo es, y no una persona
enferma. Ese es el momento en que comienza el cambio.

En la primera intervención procuramos cambiar el sistema de creencias por la vía de


cuestionar la premisa en que se basan las conductas problemas. En la segunda,
promovemos el cambio y luego damos un paso atrás. Con estos dos métodos, una vez
que consiguen desencadenar un cambio, la familia hallará sus propias respuestas. En
esto consiste la originalidad de los sistemas.

CUARTA PARTE: LA JOVEN ADHERIDA A SU MADRE

La apertura es una expresión del sistema significante propio de una familia. Se puede
presentar como una idea, una palabra señal, un tema o una conducta analógica. Actúa
a modo de entrada o apertura hacia la manera en que una familia determinada

12
organiza su pauta de pensamiento, sus conductas y la combinación de significados que
estas representan colectivamente.

Con frecuencia, las aperturas no se completan, más bien, actúan como factores
disociadores de la pauta de pensamiento de la familia: sugieren conexiones nuevas y
posibilidades diferentes. El tiempo amplifica y ahonda el problema a medida que las
secuencias de conducta se reiteran una y otra vez. Por el recurso de preguntar quién
fue el primero en notarlo, el terapeuta describe el problema como algo que sólo existe
en tanto realidad psicológica cuando alguien lo percibe, cuando es interaccional.

La idea de adhesión implica una relación: es la expresión de una recursión mutual. Esta
recursión añade un elemento de sorpresa porque la familia nunca pensó en ella. Las
ideas de proximidad y distancia son negociables y cambian con el tiempo, en tanto que
los opuestos siguen siéndolo.

Los celos son una expresión sistémica de estructuras triangulares, porque cada
miembro de una diada siempre está celoso de un tercero.

Los A.M. utilizan en sus debates tres clases diferentes de hipótesis: quién está con
quién en la familia (es una evaluación de las alianzas, coaliciones), la segunda
concierte a las premisas y mitos individuales y familiares, la tercera se basa en el
análisis de las comunicaciones tanto en la familia como en otros sistemas.

OJO: Carl Whitaker describió las familias psicóticas recurriendo a la metáfora del
caballero blanco y el caballero negro: una persona tiene que ser totalmente negra y
otra totalmente blanca. Y agrega que la tarea del terapeuta es hacer que todos sean
grises. Una vez iniciado (cuando un miembro de la familia empieza a recoger los
sentimientos negativos de todos los demás) este proceso tiende a amplificarse por sí
solo.

Cuando la familia le opone excesiva resistencia o a el terapeuta que ya ha perturbado


su sistema de creencias, opta por cambiar de tema. Cada cambio de tema parece
producirse antes de que se completara el tratamiento del anterior. Esta es la
característica importante de la entrevista sistémica. El terapeuta procura abrir
posibilidades en un área determinada, perturbar la pauta de pensamiento del sistema,
sugerir conexiones y puntuaciones diferentes; después deja al sistema en esa área y
cambia totalmente de tema. Esto permite que el sistema elabore los cambios por sí, tal
vez en un nivel no consciente. La elección de los temas puede obedecer a una
exploración general que se intenta en una primera entrevista.

OJO: Siempre piensan que la persona que no está presente es aquella con la que se
pueden comunicar mejor. Esta es otra característica de muchos sistemas psicóticos.

En los casos que presentan una historia de psicosis crónica, el terapeuta debe aceptar,
de algún modo, la idea de que un miembro de la familia es diferente; de lo contrario la
familia no se comprometería. Hacia el final de la entrevista después de haber

13
trastornado el sistema familiar con todas esas preguntas, engancha a la familia
aceptando su mapa, su diagnóstico, a menudo confeccionado por otros expertos.
Entonces la familia puede confiar nuevamente en el terapeuta y desarrollar un rapport
positivo. Cuando no se presentan nuevas ideas y pautas, ello indica que el equipo debe
interrumpir el debate.

2 MODALIDAD DE TRABAJO DEL EQUIPO


El empleo de la pareja heterosexual evita que caigamos en las redes de estereotipos
culturales sobre los dos sexos. La terapia inicia con la primera llamada y es posible
observar: peculiaridad de la comunicación, tono de la voz, lamentos, peticiones
perentorias, intentos de manipulación, etc. La condescendencia puede invalidar el rol y
el contexto terapéutico.

Cada sesión se desarrolla en cinco partes: la presesión, la sesión, la discusión de la


sesión, la conclusión de la sesión y el acta de la sesión. En la segunda parte de la
sesión el comportamiento de los terapeutas tiende a provocar interacciones entre los
miembros de la familia, de quienes se observan secuencias, los comportamientos
verbales y no verbales, y las redundancias indicativas de reglas secretas. En la cuarta
parte la conclusión consiste en un breve comentario o una prescripción que resulten
paradójicos. Un comentario, una prescripción o un ritual ejercen mayor impacto en el
sistema familiar si actúan durante un tiempo. En la quinta parte el equipo se reúne para
formular y redactar un acta de la sesión. Este procedimiento exige un equipo que
funcione, cuyos miembros compartan la estima recíproca y la disposición para aceptar
observaciones de parte de sus colegas.

3 LA PAREJA Y LA FAMILIA CON TRANSACCIÓN ESQUIZOFRENICA


Este tipo de familia es un grupo natural regulado en su interior por una simetría llevada
a tal punto de exasperación que la hace no declarable y, por lo tanto, encubierta. Una
pareja en la que la simetría es abierta. Aquí la modalidad dominante es el rechazo que
cada uno opone a la definición que el otro da de la relación. La estocada no es aun
insoportable; está prevista y sirve como estímulo para asestar un contragolpe. El juego
puede continuar ad infiniturm, pero puede exponer el riesgo de la ruptura.

En la segunda generación, la joven pareja además de las soluciones disfuncionales


adoptadas por la primera, se observa la cautela en exponerse, por miedo al rechazo.
Cada uno partió con el enorme deseo de recibir una confirmación, deseo tanto más
intenso cuanto más crónicamente insatisfecho. En estas familias de origen la lucha por
la definición de la relación, es tan exasperada porque los padres, se comportaron como
si el dar una confirmación fuese un signo de debilidad. Escogen para esta empresa a
un compañero difícil. Bateson: La tendencia a someter a verificación el estado de
desplacer buscando repetir continuamente la experiencia es una característica humana
frecuente; ésta podría ser la hybris “la pretensión de lograrlo” algún día, aún a costa de
morir. Es así como cada uno quiere repetir el desafío y como pretende triunfar. La
hybris, lejos de redimensionarse, aumenta: fallar se convierte en algo insoportable. El
mensaje se hace siempre más críptico, para evitar exponerse. Se vuelven expertos en

14
el uso de la paradoja y la descalificación. La descalificación más funesta: es el autor
mismo del mensaje quien se califica como “yo no existo en la relación contigo”.

Cuando la pareja llega a terapia el juego ya está cristalizado, su simetría está


enmascarada, unidos en una relación difícil. Son personalidades frágiles, aferrados el
uno al otro, ya por terror al abandono o a una verdadera intimidad. El miedo viene del
hybris, como función de este tipo de relación en la cual la simetría exaspera al hybris y
el hybris a la simetría. Los dos cónyuges, el seudofugitivo y el seudoestable, son
inseparables, víctimas y cómplices, unidos por un mismo miedo: el de perder al otro
como un compañero de juego. La pareja de interacción esquizofrénica es la hybris
simétrica, o sea la oculta presunción compartida por cada uno de poder conquistar el
control unilateral en la definición de la relación. Basada en una epistemología
equivocada, inherente al condicionamiento lingüístico lineal. Ninguno puede tener el
control lineal en una interacción circular. La condición sine qua non en el juego de la
transacción esquizofrénica es que realmente no haya jamás ni vencidos ni vencedores
de acuerdo con las posiciones en el vínculo, que son siempre seudocomplementarias o
seudosimétricas.

El doble vínculo es una modalidad comunicacional apta para transmitir y mantener un


desafío sin alternativas y por lo tanto sin fin; en el nivel verbal se da una indicación que
en el segundo nivel no verbal, es descalificada. Se agrega al mensaje que está
prohibido hacer comentarios, o sea metacomunicarse sobre la incongruencia de los dos
niveles y está prohibido dejar el campo. No está claro cuál es la verdadera indicación.
Sólo es posible redefinir una relación luego que tal relación se haya definido
claramente. Lo que resulta esencial para que la relación interpersonal no sea psicótica,
es la claridad inequívoca y recíprocamente aceptada de su propia definición.

4 EL PACIENTE DESIGNADO
El mensaje esquizofrénico: no es que deben hacer algo diferente, deben ser lo que no
son, sólo así podrán ayudarme a ser lo que no soy pero que podría ser, si ustedes
fueran lo que no son. Lleva la paradoja al extremo, al imposible absoluto a través de la
sustitución del hacer por el ser. No es que no lo hagan como lo deberían hacer, es que
no son como debieran ser.

El mecanismo autocorrectivo al servicio de la homeostasis de un sistema es la reacción


negativa. Lo que podemos observar, es sólo un efecto pragmático. En sistemas
calibrados rígidamente, todo cambio es advertido como un peligro, el sistema reacciona
negativamente, con ulterior rigidez.

Según el modelo lineal, el paciente ha tenido tanta dificultad para hacerse autónomo,
justamente porque ha introyectado un superyó arcaico que se lo impide. Desde una
perspectiva circular-sistémica, toda puntuación en el sentido causa-efecto, sólo puede
ser arbitrario. Para comprender el juego debíamos limitarnos a observar todo lo que
aparecía en estas familias, sólo como efecto pragmático de jugadas que, a su vez,
provocaban otras contrajugadas al servicio del juego y de su perpetuación. Aún las de
los terapeutas son contrajugadas como respuesta a las de la familia en la que se

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encuentran. Según el modelo cibernético, cada miembro de un sistema es influido ya
por el comportamiento de los otros miembros del sistema, ya por el comportamiento
previo, conforme al tiempo propio de ese sistema.

Ninguna madre de niños psicóticos ha estado dispuesta a aceptar la declaración: que


su niño no era víctima de nadie, que espontáneamente, había asumido la generosa
tarea de sacrificarse a sí mismo para ayudar a todos en lo que presumía que eran sus
necesidades profundas. Esa declaración es un vuelco arbitrario de la puntuación por
los terapeutas, como táctica intermedia para poner en marcha un vuelco total en la
epistemología familiar hacia la dirección sistémica. Entre la errónea convicción de
poder y errónea convicción de culpa, todos permanecen en el juego y lo sirven en sus
papeles de víctimas cómplices.

5 LAS INTERVENCIONES TERAPÉUTICAS COMO APRENDIZAJE POR ENSAYO Y


ERROR
Los errores son un componente esencial de ese proceso de aprendizaje que es la
terapia de familia.
La persistencia en el error anula la posibilidad del aprendizaje. Es necesario desarrollar
una gran sensibilidad a las reacciones, para no persistir cuando denuncian un error,
despojarse de toda soberbia y, conscientes de las dificultades que acechan, tener
presente aun cuando se esté apurado, que se necesita cierto tiempo para provocar
reacciones decisivas. Definen Ps como el punto que al cambiarse se logra un cambio
máximo en el sistema con un dispendio energético mínimo.

6 LA TIRANÍA DEL CONDICIONAMIENTO LINGÜISTICO


El mayor obstáculo que debíamos enfrentar, nuestro propio condicionamiento
lingüístico. El lenguaje no es la realidad. El lenguaje es lineal mientras que la realidad
viviente es circular. Donde los dos niveles comunicacionales, analógico y digital, están
en contraposición, nuestro condicionamiento lingüístico nos indujo a una serie de
errores: conceptualizar la realidad viviente de la familia en sentido lineal y no sistémico-
circular; juzgar las modalidades comunicacionales de la familia como equivocadas, en
relación con las nuestras y tratar de corregirlas; basarse en el empleo del código digital
con la intención de actuar terapéuticamente sobre la familia.

7 LA CONNOTACIÓN POSITIVA
Surgió por la necesidad de llegar, a una intervención terapéutica paradójica: la
prescripción del síntoma al paciente designado. La función primaria es facilitar a los
terapeutas el acceso al modelo sistémico (metacomunicación, es el pasaje a un nivel
de abstracción superior).

Todo sistema viviente comporta tres características fundamentales: totalidad,


capacidad autocorrectiva y tendencia homeostática. Si implicamos con un juicio crítico
que el sistema debe cambiar, se rechaza aquel sistema en tanto caracterizado por una
tendencia homeostática predominante. Cuando calificamos como positivos los
comportamientos sintomáticos motivados por la tendencia homeostática, connotamos
como positivo la tendencia homeostática del sistema y no las personas. Cuando los

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miembros de la familia se oponen a cualquier cambio que resulte peligroso para su
ideal homeostático, es necesario aliarse a tal ideal. Los terapeutas subrayan y
confirman el aspecto homeostático, los comportamientos de los otros miembros de la
familia tendientes al mismo objetivo. La connotación positiva tiene dos funciones
terapéuticas: definir claramente la relación sin peligro de recibir una descalificación y la
definición debe ser de un tipo de contexto, en cuanto terapéutico. Al mismo tiempo,
abre implícitamente el camino a la paradoja.

8 LA PRESCRIPCION EN LA PRIMERA SESIÓN


En familias con niños psicóticos, dar una prescripción al final de la primera sesión
apunta a: constituir una marca de contexto terapéutico designándolo como tal, provocar
en la familia una reacción que ilustre sobre su disponibilidad y motivación, delimitar un
campo de obseración y, estructurar y ordenar la sesión siguiente. Una prescripción
simple y bien dosificada, inspirada en las redundancias observadas en sesión, evita la
connotación crítico-moralista con la consiguiente descalificación y redefine a relación
como terapéutica. Cuando la familia llega en plena crisis, es posible llegar ya en la
primera sesión a la prescripción del síntoma al paciente designado, siempre y cuando
se tenga cuidado de connotar positivamente el síntoma en sentido sistémico,
poniéndose de parte de la tendencia homeostática.

9 LOS RITUALES FAMILIARES


Una táctica terapéutica que tuvo por objeto derribar un mito en cuya construcción
habían colaborado tres generaciones; conocer la historia completa de la familia y la
evolución transgeneracional de su mito. El mito es un fenómeno sistémico, piedra
angular para el mantenimiento de la homeostasis del grupo. Su contenido representa
un alejamiento grupal de la realidad (patología). Pero al mismo tiempo constituye un
fragmento de vida, un pedazo de la realidad que enfrenta y modela a los hijos que
nacen en él.

Para ser eficaz, el ritual tiene que implicar a toda la familia. Para llegar a un código
digital es indispensable una previa adaptación analógica. Una vez que el individuo ha
llegado al nivel de las operaciones formales, los dos procesos, analógico y digital, se
integran y no es posible distinguirlos sino mediante un artificio lingüístico. El ritual
familiar, a nivel de acción, está bastante más próximo al código analógico. El
componente analógico es más apto que las palabras para unir a los participantes en
una poderosa vivencia colectiva y para introducir una idea básica compartida por
consenso. El ritual familiar es la prescripción ritualizada de un juego cuyas normas
nuevas tácitamente sustituyen a las precedentes. Requiere a los terapeutas un
esfuerzo de observación y creativo.

10 DE LA RIVALIDAD CON EL HERMANO AL SACRIFICIO POR AYUDARLO


Se trata de trasladar la etiqueta de enfermo que lleva el paciente designado, a uno o
más hermanos considerados sanos por la familia, señalando que el presunto enfermo
designado por la familia fue el único que intuyó en el grupo familiar en qué medida los
otros hermanos se encuentran en peores condiciones que él y necesitan su ayuda.
Evitamos inculpar a los padres. Este tipo de intervención asesta un poderoso golpe al

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status quo. En estas familias la simetría encubierta entre los padres se ramifica
también de modo encubierto en la generación siguiente. Hay quien se ha sentido
amado y quien se ha sentido excluido. La lucha oculta entre seudoprivilegiados y
seudodescuidados, escondido en una maraña de coaliciones encubiertas y negadas.
Los terapeutas inician ese juego al trastocar tácticamente la puntuación. El
seudoprivilegiado pasa a estar en desventaja, porque habiendo acaparado a uno de los
padres se ha bloqueado en su propia evolución.

11 LOS TERAPEUTAS SE HACEN CARGO DEL DILEMA DE LA RELACIÓN ENTRE


PADRES E HIJOS
El error de creer que un adolescente no se podía curar si no lográbamos cambiar las
relaciones intrafamiliares y las relaciones entre los padres. No habíamos comprendido
que la pretensión simétrica de reformar a los padres constituye quizás el núcleo más
importante de las perturbaciones adolescentes, incluidas las psicóticas. El rol de los
terapeutas es el de comportarse de manera que se destruya la falsa creencia mediante
un mensaje inverso: que no es tarea de los hijos mejorar las relaciones entre los
padres, o reemplazarlos en sus funciones. Que un adolescente puede evolucionar
cualquiera que sea la relación entre sus padres.

12 LOS TERAPEUTAS ACEPTAN SIN OBJECIONES UNA MEJORÍA SOSPECHOSA


El objetivo común es el de sustraer a la indagación de los terapeutas algún área
sentida como peligrosa para el status quo. Los terapeutas no pueden perder la
iniciativa. Ante la desaparición inexplicable del síntoma, preferimos concluir la terapia
súbitamente y poner a prueba la autenticidad de la curación, teniendo a favor un cierto
número de sesiones en caso de que la curación no resista mucho tiempo. La familia se
encuentra atrapada en la trampa paradójica de ser designada como la iniciadora de
una decisión que, en realidad, es tomada por los terapeutas. Mediante esta táctica
paradójica se logra anular el movimiento saboteador, y se coloca a la familia en la
necesidad de tener que volver a pedir la continuación de la terapia.

13 COMO RECUPERAR A LOS AUSENTES


La maniobra del miembro ausente destinada a lograr el mantenimiento del status quo.
Aceptamos el reto de la familia en sesión y mostramos tomar como valederos los
motivos aducidos. Estamos muy atentos a cuanto sucede en sesión. La ausencia se
convierte en el problema central de esa sesión. El comentario o la prescripción son
normalmente inmediatos, dirigidos al grupo natural completo. Aunque los terapeutas
declarasen verbalmente que rechazan al subgrupo, al dirigirle el comentario y la
prescripción, lo ratificarían. Agregar a la sesión una sexta parte: la conclusión de la
sesión deberá hacerse en el domicilio de la familia reunida en su totalidad. Uno de los
miembros, es nombrado custodio del pliego que deberá abrir y leer en voz alta en
presencia de toda la familia.

14 COMO ELUDIR LA DESCALIFICACION


Debemos habernos liberado de las motivaciones que nos llevaron a la elección de
nuestra profesión. Si nos convencemos de que todo cuanto se nos muestra es una
invitación, tan seductora como descalificadora, no sólo lograremos ser razonablemente

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inaccesibles a sentimientos simétricos de adulación o de furia, sino también divertirnos.
Los jaque-mate nos ofrecieron posibilidad de redimensionar sin exasperar nuestra
propia hybris simétrica. Los sentimientos de celos ansiosos, de furia, de tedio, etc., son
signo de que los terapeutas están involucrados simétricamente. La única manera de
amar a nuestros pacientes era no amarlos, o amarlos en sentido metafísico. Nuestro
juego a la esquizofrénica, lo más fríamente posible, como una actitud cínica, de
distancia y de insensibilidad para con el sufrimiento, jugamos contra el juego y no
contra las víctimas.

15 EL PROBLEMA DE LAS COALICIONES NEGADAS


Familias con un miembro esquizofrénico, ha señalado la presencia tangible de intensas
y recíprocas fantasías incestuosas homo y heterosexuales. Triángulos perversos.
Parentificación del hijo: este fenómeno se hace disfuncional al separarse de la realidad
concreta, constituyéndose en etapa obligada de un juego interaccional compartido,
rígido reacio a cualquier evolución.

Es fundamental la posición en que nos coloquemos; la de no ocuparnos de su realidad,


en sentido intrapsíquico, afectivo. Debemos considerarla sólo como jugada, dentro del
modelamiento de juego y con el fin de mantenerlo. La intervención tiene que ser global
y sistémica para que provoque cambios. Debe abarcar a toda la familia y evitar
demarcaciones moralistas entre los diversos miembros o facciones. Las coaliciones
perversas son connotadas como positivas en su intencionalidad honesta y afectiva, sin
embargo no son explícitamente prescritas. Los terapeutas se limitan a la constatación y
al comentario, elaborándolo de tal modo que resulte paradójico e intolerable.

16 LOS TERAPEUTAS DECLARAN LA PROPIA IMPOTENCIA SIN


REPROCHARSELO A NADIE
Evitar todo reproche a la familia. Es necesario preparar y controlar el contenido verbal,
el tono, que en contraste con el contenido, podría resultar colérico, irónico o acusador.
El timing es fundamental. No puede efectuarse precozmente. El momento justo, es
cuando el ensañamiento de los terapeutas denuncia la escalada, mientras que la
familia, refuerza descalificaciones. Esto ocurre después que una intervención ha
ejercido una acción, poniendo en peligro el status quo de la familia.
Los motivos: romper el juego sin fin y evitar definirnos como partidarios del cambio y
por lo tanto, hostiles a la familia. Se definen en la relación, implícitamente simétrica
como complementarios por propia incapacidad, por cuanto toman en sus manos el
control de la situación. El acto de fijar la cita sucesiva, el cobrar los honorarios,
comunica una seguridad profesional en contraste con la declaración de impotencia.

17 LOS TERAPEUTAS SE AUTOPRESCRIBEN LA PARADOJA EXTREMA


La paradoja extrema aplicada en la escalada oculta de la transacción esquizofrénica
estriba en el mensaje: sólo podréis ayudarme no siendo lo que sois. *el terapeuta se
encuentra cara a cara con su torpeza y su falta de verdadera intuición y sensibilidad
¿qué le hizo pensar que llegaría ser terapeuta? Se siente arrastrado por las oscuras
aguas de un río de angustia. Grita su miedo y su dolor. Para destruir este pedido,
ideamos dos contraparadojas: aislar ese paradójico pedido de la masa de maniobras

19
comunicacionales que causan confusión y darle una connotación positiva como algo
justo y legítimo. La segunda consiste en la prescripción, dirigida a nosotros de acceder
a dicho pedido. Cuidamos de mantenernos en posición de ventaja, estableciendo que
la continuación y resultado de la terapia depende, del éxito que logremos al llevar a la
práctica dicha autoprescripción.

18 LOS TERAPEUTAS ABANDONAL EL ROL PATERNO, PRESCRIBIENDOLO


PARADOJICAMENTE A LOS MIEMBROS DE ÚLTIMA GENERACIÓN
La parentificación implica la distorsión subjetiva de una relación, como si el otro
miembro de la pareja, o aun los hijos fueran los padres. La táctica imperante consistía
en mantener al niño aferrado en un vínculo, mediante una calculada distribución de la
desaprobación, acompañada por la promesa, siempre insinuada y nunca cumplida, de
que quizás algún día, si se esforzara lo suficiente, obtendría aprobación total. Una de
las principales tareas de los terapeutas es evitar la trampa tendida por la pareja,
rechazando toda puntuación moralista.

Tratamiento: Los terapeutas ingresan al sistema familiar, evitan una actitud crítica,
aprueban y en algunos casos prescriben, la misma conducta que han observado. Cada
progenitor prosigue con sus intentos de formar una coalición con los terapeutas. Los
terapeutas rechazan esta maniobra declarando que el paciente designado es el
verdadero líder, que se ha sacrificado por su sensibilidad y altruismo. Los progenitores
en su relación con los terapeutas, quienes son cada vez más parentificados, rivalizan
no sólo entre sí, sino también con el paciente designado. El paciente designado
cambia, pasando de la posición de progenitor a la de hijo y comienza a abandonar sus
síntomas. Los padres intensifican sus respectivos intentos de crear una coalición. Los
terapeutas se niegan a hacer declaraciones en ese sentido y son más parentificados. El
paciente designado abandona sus síntomas. Uno de los hermanos suele acusar
síntomas. Los terapeutas elogian esta conducta atribuyéndola a la percepción de los
padres que tiene el hijo: miedo a dar por terminada la terapia. La familia se presenta
con todos los hijos libres de conductas sintomáticas. Los padres intensifican su batalla
por inducir al terapeuta a continuar con el tratamiento. Los terapeutas abandonan el rol
de progenitores y paradójicamente lo prescriben al miembro o los miembros de última
generación. El que los terapeutas se nieguen a mantener e papel de padres en la
situación terapéutica no debe verse como un rechazo, sino como una confirmación de
los padres.
Esta intervención, es importante al terminar la terapia familiar, a fin de evitar que los
niños caigan nuevamente en el papel de padres cuando os terapeutas abandonan el
sistema familiar.

PALABRAS:

Impasse PAG 135


Pregunta de lectura de pensamiento PAG 142
El trabajo de formación de terapeutas debe ser isomorfo, o sea similar, al trabajo que
realiza un terapeuta con la familia. PAG 151
consulta por impasse PAG 156

20
Bibliografía:

Selvini, M., Boscolo, L., Cecchin, G., Prata, G. (1998). Paradoja y contraparadoja. Un
nuevo modelo en la terapia de la familia de transacción esquizofrénica. España.
Editorial Paidós.

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