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Una breve historia de la mecánica

de rocas
El comportamiento de un macizo rocoso es muy distinto del
comportamiento de un suelo. En un macizo rocoso los esfuerzos
actuantes se rigen por fenómenos muy complejos y de muy difícil
modelización, hay tensiones litoestáticas, tensiones de membrana,
tensiones tectónicas, microtectónicas, de fracturación local, sísmicas, de
decompresión, paleoesfuerzos, efectos térmicos, etc.
Además, puesto que el terreno se va a excavar de todos modos, es
habitual no hacer ensayos in situ (gato plano, doostopper, célula CSIR) y
proceder directamente a la excavación… a ver qué sale y qué pinta tiene.
Pongamos como ejemplo la distribución teórica de tensiones en un
macizo rocoso debido a la excavación de un túnel. Es un problema
conocido y estudiado en profundidad… y en teoría, porque las
ecuaciones están muy bien, pero en el mundo real el terreno nunca es
homogéneo, la fracturación siempre es errática y en túneles someros, en
los que predominan los efectos de la fracturación sobre las tensiones, el
sostenimiento tiene más problemas por caídas de cuñas y filtraciones que
por las propias tensiones naturales.
En 1962, la Mecánica de Rocas, bajo la insistencia de la Escuela
Austriaca, con Stini y Müller al frente, se desvincula de la Sociedad
Internacional de Mecánica del Suelo, con la pública oposición del
fundador de la ciencia geotécnica, Karl Terzaghi.

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