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2 De la comunicacidén al habla Si vamos a considerar la transicién de la comunicacién prelingitistica al lenguaje, especialmente con relacién a una posible continuidad, sera mejor que comencemos hablando, tan profundamente como podamos, de la llamada «facultad original» de los seres humanos. Esa facultad puede afectar la adquisicién y el uso temprano del lenguaje? No me re- fiero simplemente a los precursores prelingiiisticos de la gramatica 0 a una «capacidad innata> para el lenguaje. La cuestién debe ser mas ge- neral. {Qué es lo que predispone al ser v'viente a usar el lenguaje y a cambiar a través de su uso? Supongamos que admitimos que hay cierta capacidad innata para dominar el lenguaje como un sistema simbélico, tal como lo planteaba Noam Chomsky,' 0 aunque se esta predispuesto hacia distinciones lingitisticas particulares, como recientemente propo- nia Dereck Bickerton.” Por qué se usa el lenguaje? Después de todo, los chimpancés tienen algunas de las mismas capacidades y no las usan. EI dificil dilema, que rebosa de preguntas sobre la naturaleza origi- nal y el posterior desarrollo de las facultades humanas, es inherente a la naturaleza nica de la aptitud humana. Porque la aptitud humana es bioldgica en sus origenes, y cultural en los medios con los que se ex- presa. Mientras la capacidad para las acciones inteligentes tiene profun- das raices biolégicas y una evolucién histérica discernible, el ejercicio 1. Chomsky, N.: Reflections of Language, Nueva York, Random House, 1975. [Traduc. castellana: Reflexiones acerca del lenguaje. México. Trillas, 1981.] Chomsky, N.: Review of Verbal Bebavior de B. F. Skinner. Language, 1959, 35, 26-58. a Bickerton, D.: Roots of Language. Ann Arbon, Mich., Karoma Publishers, 24 | El habla del 10 de esa capacidad depende de la apropiacién que haga el hombre de mo- dos de actuar y de pensar que no existen en sus genes sino en su cul- tura. Obviamente, hay algo en la «mente» o en la «naturaleza humana» que media entre los genes y la cultura y que hace posible que esta ul- tima sea un recurso protético para la realizacién de la primera. Cuando nos preguntamos sobre las dotes de los seres humanos, la pregunta que formulamos debe ser doble. Tenemos que preguntarnos no sélo por las capacidades, sino también por cémo los seres humanos son ayudados al expresar aquéllas en el medio de la cultura. Las dos pre- guntas son inseparables, ya que la capacidad intelectual evoluciona, ne- cesariamente, para permitir al hombre utilizar los mecanismos protéti cos que la cultura desarrolla para capacitar a sus miembros. Hay cierta justificacién al estudiar las capacidades humanas tempra- nas y su desarrollo en laboratorios aparentemente no culturales, como si fueran simples expresiones de las dotes y de las disposiciones biolé- gicas del hombre. Pero tenemos que tener presente también que la rea- lizacién de estas dotes depende de las herramientas de la cultura, mas alla de lo que resolvamos hacer en el laboratorio. La tendencia mas im- portante del tiltimo cuarto de siglo ha sido observar, cada vez mas, los contextos que permiten a los seres humanos actuar como lo hacen. He- mos visto, cada vez con mayor frecuencia, la inutilidad de considerar a Ja naturaleza humana como un conjunto de disposiciones auténomas. Puedo esbozar facilmente lo que me parece que son las «facultades originales infantiles» en la llamada esfera cognitiva. Pero para hacerlo de forma coherente debo enfocar aquellos aspectos que permiten, y qui- z4s impulsan, a los seres humanos a operar en una determinada cultura. Porque yo creo que el requerimiento de usar la cultura como una for- ma necesaria de manejo es lo que fuerza al hombre a dominar el len- guaje. El lenguaje es el medio de interpretar y regular la cultura. La in- terpretacién y la negociacién comienzan en el momento en que el nifio entra en la escena humana. Es en este periodo de interpretacién y de negociacién cuando se realiza la adquisicién del lenguaje. En conse- cuencia, miraré las «facultades originales» desde el punto de vista de su forma de equipar al nino para que entre en escena a adquirir los medios que le permitan ocupar su lugar en la cultura.* 3. Para una discusién més completa de estos puntos véase: Bruner, J. S.: «Nature and uses of immaturity». En K. J. Connolly y J. $. Bruner (comps.), The Growth of Competence. Londres y Nueva York, Academic Press, 1974. De la comunicacién al habla | 25 Las facultades originales cognitivas en la situacion inicial Voy a comenzar con algunas conclusiones mas 0 menos «firmes» so- bre la percepcion, habilidad y solucién de problemas en el nifio prelin- gilistico, y a considerar en qué medida se puede concebir que predis- pongan ai nifio a adquirir «cultura» a través del lenguaje. La primera de estas conclusiones es que muchos de los procesos cog- nitivos que se dan en la infancia aparecen actuando en apoyo de activi- dades en relacién a un objetivo. Desde el comienzo el nifo es activo en la busqueda de regularidad en el mundo que lo rodea. El nifio es activo de una forma tinicamente humana, convirtiendo la experiencia en es- tructuras con fines determinados tipicas de su especie. Voy a comenzar con el improbable ejemplo de la succién no alimenticia. El nifo, como los mamiferos en general, posee una variedad de me- canismos biolégicos que le aseguran su nutricién inicial, su vinculo ini- cial con quien lo cuida, su contacto sensible inicial con el mundo, to- dos muy bien regulados para evitar que el nino tenga sobrerreacciones. La succién no alimenticia, que es un ejemplo de uno de estos mecanis- mos regulados, tiene el efecto de relajar grupos de misculos largos, de calmar los movimientos intestinales, de reducir el nimero de los mo- vimientos del ojo que se da como respuesta a un campo visual excesi- vamente trabajado y, en general, de asegurar el mantenimiento de un nivel de respuesta moderado en el rostro, incluso frente a un entorno exigente. Probablemente, esta «altamente determinado». Pero ese tipo de succién pronto queda bajo el control del nifio mis- mo. Hemos comprobado que nifos de sélo cinco o seis semanas son muy capaces de chupar un chupete para conseguir enfocar una repre- sentacion visual borrosa, aumentando su ritmo de succién muy por en- cima del basico cuando el foco de la imagen esta supeditado a la velo- cidad de succién. Por otra parte, succionar y mirar son actividades coor- dinadas para obtener una buena visién. Cuando los bebés chupan para obtener claridad, chupan mientras miran, y aprenden répidamente a des- viar la mirada cuando se detienen. Cuando en una sesién posterior la succion produce una imagen borrosa, chupan mientras desvian la mira- da de la imagen borrosa que produce su succién, y dejan de chupar mientras miran la figura. (Debemos hacer notar, por cierto, que a los nifios no les gustan las imagenes borrosas.) * 4. Kalnins, I. y Bruner, J. $.: «The coordination of visual observation and instru- mental behavior in early infancy». Perception, 1973, 2, 307-314.

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