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ÍNDICE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2
INTRODUCCION . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
Tal cual es este libro resultará, sin duda alguna, muy imperfecto. Absorto en otros
trabajos, entregado a la vida de militante en una época bastante accidentada, no he
dispuesto nunca del ocio tranquilo que es necesario para el estudio de la historia.
Por idénticas razones, no suelen, los que hacen la historia, tener la oportunidad de
escribirla. Por otra parte, tampoco la materia se encuentra a punto.
CAPÍTULO I
EL PAÍS DE LAS OPORTUNIDADES PERDIDAS
Mucho antes de adéntranos en el meollo del conflicto bélico es necesario examinar
las causas profundas del declive económico peruano. El momento desde donde es
merecido iniciar este análisis es la independencia del Perú, ya que después de más
de cuatro centurias de subyugación, la inexperta nación fue libre de todo
sometimiento foráneo. De este modo, la economía se vio duramente afectada
debido a los costos que demandó la independencia, la inoperancia de un sistema
político en formación y las prejuiciosas determinaciones frente a la utilización de los
medios disponibles.
1500
1300
1100
900
700
500
300
1827 1830 1833 1836 1839 1842 1845 1847
*Contreras Carranza, Carlos (2011). Compendio de Historia Económica del Perú IV:
Economía de la primera centuria independiente. Lima. Ingresos fiscales, 1822-1879
Sin embargo, Bonilla (1980) estima que el grueso de los ingresos económicos
estuvo representado por la plata, en moneda, y la lana en una proporción superior
a la agricultura. Según las aproximaciones de William Mathew (1964), la moneda
fraccionada alcanzó un valor de 1.562.149 libras esterlinas en el mercado
exportador para 1840, después de un realce de 962.149 en 15 años. Así mismo, la
lana que en 1925 beneficiaba de 14.500 libras esterlinas en exportaciones al Perú,
llegó a generar ingresos de hasta 141.724 libras en 1842.
LA QUIMERA ECONÓMICA
Tras intensas guerras civiles que condujeron a volátiles problemas económicos, el
gobierno de Castilla estableció una política de alianzas con liberales y
conservadores, lo que permitió controlar las tensiones entre las facciones en las que
se había dividido el país desde la emancipación. El primer gobierno de Ramón
Castilla, iniciado en 1845, coincidió con el comienzo de un crecimiento económico
basado en las exportaciones del guano y un renovado sector agrario, los cuales
sostuvieron el gasto público durante más de treinta años.
Por todo lo anterior mencionado, está claro que la economía peruana se vio
potencialmente activa en el sostenimiento de las injurias desatadas por la
independencia. Al terminar Castilla su primer gobierno, la deuda interna consolidada
ascendía ya a 4.879.607 pesos, a partir de ello se esperaba que la deuda no
aumentara a más de seis millones. Sin embargo, el informe de la Caja de
Consolidación en 1856 señaló que durante el gobierno de Echenique la deuda había
ascendido a 23.211.400 pesos. Según Bonilla (1980), este fenómeno fue posible
dado a la profunda crisis moral del régimen, hasta el punto en que los acreedores
adulteraron el monto de la deuda inicial, mediante la falsificación de firmas y
documentos. Este comprometido aumento de la deuda expuso de forma riesgosa el
presupuesto nacional, el cual se redujo en un 74%, lo que significaba que, a pesar
de la labor de Castilla, el militarismo de estado estaba depredando la hacienda
pública y acortando el avance hacia la sostenibilidad.
Gráfico 02
Ingresos Económicos 1847 - 1869*
45000
40000
35000
Miles de soles
30000
25000
20000
15000
10000
5000
0
1846 1847 1851 1852 1861 1862 1863 1866 1868 1869
CAPÍTULO IV
EL PRELUDIO: LA CRISIS ECONÓMICA
A todo esto, en 1872 Manuel Pardo asumió el cargo de la nación como el primer
presidente de un partido civil. Para este entonces el presupuesto del Gobierno tenía
un déficit de 1,6 millones de libras esterlinas, mientras que el servicio de la deuda
externa se había incrementado de 5 a 13 millones de pesos por año. Las
exportaciones ascendían a 18 millones de pesos y las importaciones a 13 millones
de pesos, es decir, la balanza comercial apenas generaba unos 5 millones de pesos
de superávit. Esta época fue de serias complicaciones económicas, de manera
mucho más dramática que en previas crisis en la historia económica del Perú
republicano. (Bonilla)
LA BANCARROTA FISCAL
Hacia 1870, las reservas del guano se habían agotado y el Perú no estaba
preparado para este colapso, cargado como estaba con la deuda externa más
grande de América Latina en el mercado de Londres. Fue entonces que el país
volvió a pasar de millonario a mendigo, sin nada que demostrar en términos de un
progreso económico. El Perú no había podido convertirse en un país moderno con
instituciones civiles sólidas. La razón de este fracaso ha sido explicada por la falta
de una clase dirigente peruana. Tanto los militares como los civiles surgidos bajo
esta bonanza no pudieron trazar un proyecto nacional coherente. Dirigieron su
mirada hacia el extranjero, apostaron por el libre comercio y compraron todo lo que
venía de Europa arruinando la escasa industria nativa. Se convirtieron en un grupo
rentista sin vocación por la industria. En especial los civiles no habrían podido
convertirse en una “burguesía nacional” decidida, progresista o dirigente. Aunque,
es preciso decirlo, hubo al interior de esta élite gente que, como Manuel Pardo,
imaginaron un desarrollo alternativo para el país.
EL SALITRE
CAPÍTULO V
LA GUERRA Y EL DECLIVE TOTAL
Después de las consideraciones anteriores, nos internamos en 1879, el año de la
declaratoria de guerra. En febrero, al tomar los chilenos la ciudad de Antofagasta,
el gobierno peruano percibió la posibilidad de que el conflicto los comprometería y
emprendió una “política armamentística tardía”. Aún sin contar con los recursos
apropiados para la adquisición, el Perú comenzó su difícil labor para la recaudación
de fondos. Como señala Margarita Guerra (1996), diversas entidades colaboraron
con el gobierno, los bancos del Perú: Providencia, Garantizador y Territorial
Hipotecario contribuyeron con S/. 880 000. También el banco de Londres, México y
Sud América facilitaron S/. 1 500 000, con garantías en joyas y objetos de arte. (p.
08)
En efecto, de abril de 1879 a enero de 1881 la situación económica decae aún más
de lo pronosticado. El estado redujo crédito de las pensiones, las remuneraciones
se suprimieron, al mismo tiempo que se solicitaron contribuciones voluntarias
notables. Es más, durante las operaciones bélicas que destruyeron la costa
peruana, el comercio se vio potencialmente afectado por la retracción de buques
extranjeros. De entre todo, las instituciones más afectadas fueron los bancos, que
se quedaron sin abasto y sin crédito; llegados a este punto la moneda devaluó hasta
pagarse S/. 15 billetes por S/. 1 de plata.
Con estos antecedentes, era muy difícil conseguir una revitalización económica, lo
que impedía que estado de bancarrota se levantará, estaba claro que el país estaba
aclimatando más su crisis. En 1881 el Perú entra en el año más crítico del conflicto.
Con los chilenos a puertas de Lima y posterior a las batallas de Chorrillos y
Miraflores, la ocupación de la capital difuminó las posibles tentativas de paz
existentes. Al consolidar Chile el dominio de los medios de producción del litoral, la
crisis económica que había alcanzado un punto intenso, parecía conducir al país al
desplome total.
Sin embargo, el triunfo chileno no tuvo que ver únicamente con la economía; las
repercusiones del conflicto influyeron notablemente en las sociedades de estos tres
países. Chile salió de la guerra con un ejército bastante más poderoso que el
original, y la expansión de su territorio ayudo mucho al desarrollo del país. Perú y
Bolivia, en cambio, enfrentadas sociedades extremadamente desmoralizadas
producto del desenlace de la guerra, lo que hizo imposible un desarrollo normal de
sus pueblos. Por el contrario, la Guerra del Pacifico fue el detonante que permitió a
Chile consolidarse como una de las potencias sudamericanas de la época.