1. Causas de justificación en general: concepto. El sistema regla-excepción. Naturaleza.
Fundamento. Efectos. Diferencias con otras causas de exclusión de pena. Algunas reflexiones sobre las justificantes. Elementos de las causas de justificación. Causas de justificación por el riesgo permitido. Concepto. Se denominan causas de justificación a determinadas situaciones de hecho y de derecho cuyo efecto es excluir la antijuridicidad de la acción. La acción que reúne todos los requisitos de una causa de justificación, está de acuerdo con el derecho. Las causales de justificación eliminan, además de la antijuridicidad, también la tipicidad. Naturaleza y efectos. La justificación excluye el injusto específicamente penal y este lleva consigo el doble disvalor que resulta de la antijuridicidad y la tipicidad. La no existencia de causas de justificación debe ser una presunción del tipo, y su existencia debe excluir al tipo. Al existir causas de justificación en una acción, desaparece la tipicidad de la misma, ya que existen un mayor números de elementos, y que constituyen un verdadero tipo lícito, más completo que el tipo penal de prohibición. Fundamento. Son dos los fundamentos de la justificación: la ley y la necesidad. La necesidad en sí misma es solo “fundamento” de la justificación misma; esta es un derecho de necesidad, como tal, solo nace de la ley. Diferencias con otras causas de exención de pena. Justificación e inculpabilidad. 1. La justificación es objetiva y por ello de validez general, mientras las causas disculpantes tienen efectos individuales. 2. En acciones cubiertas por una causas de justificación no hay tentativa. 3. En los hechos justificados la falta de antijuridicidad hacen imposible el ilícito civil. 4. No son aplicables medidas de seguridad por hechos lícitos que resultan de la justificación. Justificación y falta de tipo 1. Las causas de justificación se refieren a hechos que tienen la exterioridad del delito, que se superponen con un tipo penal. 2. La justificación quita todo el carácter ilícito de la acción. 2. Causas de justificación en particular. La legítima defensa. El estado de necesidad. El ejercicio de un derecho, autoridad o cargo. Obediencia debida. El consentimiento de ofendido. El exceso en las causas de justificación. Legítima defensa. Fundamento. El fundamento de la legítima defensa es único, porque se basa en el principio de que nadie puede ser obligado a soportar lo injusto. Se trata de una situación conflictiva en la cual el sujeto puede actuar legítimamente porque el derecho no tiene otra forma de garantizarle el ejercicio de sus derechos o, mejor dicho, la protección de sus bienes jurídicos. La legítima defensa tiene lugar cuando media una situación de necesidad. En la legítima defensa el medio lesivo se hace necesario para repeler una agresión antijurídica, sin embargo, cuando ese medio utilizado para repeler una acción ilegitima es ampliamente desproporcionado en relación a la agresión sufrida, esta defensa deja de ser legitima. Esto quiere decir que la legítima defensa exige una “necesidad racional”. Bienes defendibles. La defensa “propia” abarca la posibilidad de defender legítimamente cualquier bien jurídico. El requisito de la racionalidad de la defensa no excluye la posibilidad de defender ningún bien jurídico, sino que exige una cierta proporcionalidad entre la acción defensiva y la agresiva. Requisitos. 1. Tanto la defensa como la agresión deben ser conductas, además de que la agresión sea intencional, no siendo admisible la legítima defensa ante una agresión culposa. 2. Esta defensa debe ser realizada para neutralizar una agresión. 3. No puede ser desproporcionada, de tal forma que la defensa cause un mal inmensamente superior al que hubiera producido la agresión. 4. No puede dirigirse contra otro que no sea el propio agresor. 5. El carácter de legítima, no permite lógicamente la legítima defensa de una legítima defensa. 6. No es necesario que la agresión se haya iniciado, ya que puede ser para impedirla o repelerla, basta con que sea inminente, es decir, que el agresor se encuentre en la posición de accionar agresivamente en cualquier momento. 7. Se requiere el conocimiento de la situación de defensa, es decir, el reconocimiento de la agresión, y la finalidad de defenderse. Provocación suficiente. La ley niega el permiso para defenderse legítimamente a quien ha provocado suficientemente la agresión. La provocación de la conducta anterior, que da motivo a la agresión, y que se desvalora como suficiente cuando hace previsible la agresión, sin que a este efecto pueda tomarse en cuenta las características personales antisociales del agresor. Defensa de terceros. La única diferencia que media entre la defensa propia y la de terceros es respecto de la provocación suficiente: en tanto que quien provocó suficientemente no puede defenderse legítimamente, puede hacerlo un tercero a condición de que no haya participado en la provocación. Estado de necesidad. Concepto. “El que causare un mal por evitar otro mayor inminente a que ha sido extraño”. La ponderación de los males (el que se evita y el que se causa) tiene una enorme importancia. El mal que se quiere evitar puede provenir tanto de un fuerza de la naturaleza como de una acción humana. Fundamento. Es la necesidad de salvar el interés mayor, sacrificando el menor, en una situación no provocada de conflicto extremo. Requisitos. 1. Elemento subjetivo. Requiere el conocimiento de la situación de necesidad y la finalidad de evitar el mal mayor. 2. Por mal debe entenderse la afectación de un bien jurídico, que puede ser del que realiza la conducta típica como de un tercero o incluso del mismo que sufre el mal menor. 3. El mal debe ser inminente, que pueda producirse en cualquier momento. 4. El mal debe ser inevitable de otro modo menos lesivo. 5. El mal causado debe ser menor al que se busca evitar. 6. La ajenidad del autor a la amenaza del mal mayor implica que el mismo no se haya introducido por una conducta del autor en forma que, al menos, hiciera previsible la posibilidad de producción del peligro. 7. El agente no debe estar obligado a soportar el riesgo. Ejercicio de un derecho. Se refiere al caso en que haya un precepto permisivo especial para autorizar en una circunstancia determinada la realización de una conducta típica, es decir, prohibida. Obediencia debida. Se da en los casos que un superior jerárquico da una orden a un subalterno, y este se encuentra en la disyuntiva si acatarla o no. En los supuestos en que esa orden sea claramente legítima, pero en el fondo sea ilícita, habrá un error de hecho. En cambio, si la orden es abiertamente ilegitima, el subalterno, si se encontrase bajo coacción que vicia su voluntad por parte del superior, este podrá ser exculpado, y la culpabilidad se traslada al autor mediato. La obediencia de vida es una causa de inculpabilidad autónoma.