En el texto sobre la educación, William Ospina expone su idea central en la cual
propone: “una cosa es la educación y otra es el sistema escolar”. Esta idea se apoya en cuatro elementos en donde señala las maneras en que se aprende, las cuales son: el ejemplo, el diálogo, la lectura y la lectura crítica. A partir de lo anterior, Ospina explica cada una de estas, empezando por el ejemplo, donde dice: “Éste no solo nos inicia en el conocimiento de que existe una verdad, sino en la conciencia de que podemos interrogarla, matizarla, atrever opiniones”. Continua la explicación de estas, diciendo: “el diálogo estimula la curiosidad y el deseo de saber”. En tercer lugar ubica y explica la lectura, argumentando que esta, “supone por lo menos tres elementos: el desciframiento, la comprensión y la crítica” donde complementa la idea diciendo: “Cuando hablo de comprensión hablo a la vez de entender un texto y sentirlo”. Finalmente dice que la lectura crítica “debe ser una lectura verdadera, en la que se sea capaz de dialogar con el texto, de atrever objeciones, de construir a partir de opiniones propias, otras alternativas, otros sentidos y desenlaces”. El autor complementa las ideas anteriores declarando que lo que se quiere es “una educación que nos haga buenos profesionales y buenos operarios, pero sobre todo necesitamos una que nos haga valientes ciudadanos y lucidos seres humanos. Concluyendo de esta forma, que “la educación solo puede ser activa” refiriéndose al hecho de que la investigación. La experimentación y el trabajo son altos instrumentos, pero solo pueden servir si la primera educción que nos hace humanos y ciudadanos se ha cumplido con coherencia y con profunda responsabilidad.