Está en la página 1de 16

OTITIS MEDIA

Integrantes:
Francisca Arias Palacios
Scarlett Contreras Araya
Valeria Irarrazabal Villarroel
Berenice Ormeño Castillo
Katherine Vega Morgado
Constanza Veliz Lamas
Cátedra: Audiología
Profesor (a): Marcela Castillo Olivares
Fonoaudiología 301

1 DE JUNIO DE 2018
LA SERENA, 2018
IP DE CHILE
ÍNDICE
OTITIS MEDIA

El término otitis media describe una inflamación del oído medio, e incluso so sólo la
cavidad del oído medio sino también la trompa de Eustaquio y la mastoides. Puede ser
clasificada desde un punto de vista clínico o histopatológico. Basándonos en la duración,
puede ser dividida en fases aguda y crónica. (Suarez et al., 2007)1

En el IV simposio Internacional de Otitis Media, llevado a cabo n Bal Harbour, Florida, en


junio de 1987, la otitis media se clasificó clínicamente de la siguiente manera:

1.- Miringitis: Inflamación de la MT, sola o combinada con otitis externa o con otitis media.

2.- Otitis Media Aguda Supurada (otitis media aguda)

3.- Otitis media secretora (otitis crónica con efusión, otitis media no supurada, otitis media
serosa, catarro tubario, serotímpano, otitis media mucoide, mucotímpano, mucositis,
glue, otitis con derrame)

4.- Otitis media crónica supurada

ETIOLOGÍA
Las principales causas han sido atribuidas a varios factores. Son las siguientes:
-Genéticas
-Ambientales (prenatales y postnatales
-Anatómicas
-Socioeconómicas y culturales
-Farmacológicas
-Inmunológicas
-Disfunción de la Trompa de Eustaquio
-Microbianas y virales
-Hormonales y metabólicas
-Latrogénicas
OTITIS MEDIA AGUDA SUPURADA
DEFINICIÓN

Es un proceso infeccioso del oído medio que evoluciona en un plazo de tiempo no


superior a tres semanas y que se resuelve de forma completa en la mayor parte de las
ocasiones. Este concepto clínico corresponde a la infección de una cavidad respiratoria,
como en el caso de las sinusitis.

La OMA también se ha definido más recientemente, como la presencia de un derrame en


el oído medio, junto con el rápido comienzo de uno o más signos o síntomas de
inflamación. Pensamos que este concepto se ajusta más a los hechos clinicopatológicos
que suceden y, por lo tanto, a la realidad, que no unos hechos meramente cronológicos.
(Suarez et al., 2007)2

Se trata de un proceso muy recurrente: durante los dos primeros años, uno de cada siete
niños sufre más de seis episodios al año. Su máxima incidencia se sitúa entre los seis y
los treinta y seis meses de edad.

MANIFESTACIONES CLÍNICAS

La otitis media supurada aguda es un proceso que, aunque también se presenta en


adultos, es mucho más frecuente y característico en niños. Este proceso comienza con
un catarro en las vías respiratorias superiores por lo que es más frecuente que se
produzca en invierno.

La OMS evoluciona en cuatro distintas fases:

a) Fase de congestión: Se localiza en el fondo del oído y se describe como pulsátil y


pungitiva, aparece otalgia, que aumenta progresivamente a lo largo de un corto periodo
de tiempo. Además, el paciente refiere sensación de taponamiento auditivo o clara
hipoacusia, acúfenos y autofonía. En esta fase se inicia una afectación del estado general
con fiebre, que es más elevada en los niños.

b) Fase de supuración: la mucosa del oído medio se engruesa por la hiperemia. La


vasodilatación determina un aumento de la permeabilidad capilar, el edema y los
fenómenos de exudación y trasudación, justificando la aparición de una colección
purulenta. En esta fase, la otalgia es más intensa, la hipoacusia más profunda, los
acúfenos más perceptibles, existe vértigo con mayor frecuencia y puede llegar a
producirse una parálisis facial. El estado general del niño empeora y aumenta la fiebre.

c) Fase de drenaje: el empiema formado en el interior del oído medio tiende a drenar al
exterior. Como quiera que la estructura con menos espesor es la membrana timpánica,
se produce una perforación de la misma, a través de la cual drena un líquido
serosanguinolento. A lo largo de los días, la otorrea se va haciendo más purulenta,
espesa y escasa. Con el drenaje del pus disminuye la otalgia, el malestar general y la
fiebre, así como mejoran la parálisis facial (en el caso de que se hubiera producido) y los
vértigos, siempre que estuvieran presentes. Persiste la hipoacusia, los acúfenos y la
autofonía.

d) Fase de resolución: el oído, que ya ha dejado de supurar, inicia su restitución a la


integridad. La perforación timpánica residual se va cerrando poco a poco, la audición
progresivamente se recupera, desaparecen la autofonía, los acúfenos y los vértigos.

DIAGNÓSTICO

La otoscopia varía según la fase evolutiva en la que nos encontremos:

a) En la fase de congestión observamos signos de la inflamación del oído medio, como


retracción de la membrana timpánica y horizontalización del mango del martillo, el reflejo
luminoso puede desaparecer o modificarse. La membrana timpánica sufre una hiperemia
progresiva, apareciendo un aumento de la vascularización timpánica que es más
manifiesta alrededor de la apófisis externa y mango del martillo. A medida que la
inflamación avanza, los vasos tienden a confluir, volviéndose la membrana timpánica
uniformemente roja, coloración que a menudo resulta más llamativa en la parte flácida.

b) En la fase de supuración encontramos que el tímpano se va engrosando y abombando


por la presión que ejerce sobre él el contenido líquido que se acumula en la caja
timpánica. El color de la membrana timpánica es rojo intenso.
c) En la fase de drenaje, el conducto se observa con abundante secreción
serohemorrágica o mucopurulenta. Tras la aspiración de la misma puede observarse la
secreción que drena, a través de la perforación timpánica, de forma pulsátil.

d) En la fase de resolución, tras la limpieza del conducto, se puede observar la existencia


de una perforación timpánica. En otras ocasiones aparece una imagen de tímpano ya
cerrado con la perforación cicatrizada. Su color puede ser marrón o amarillento,
transluciendo su contenido. En la acumetría, el Weber se lateralizará hacia el lado afecto,
y el Rinne será negativo en ese oído. En la audiometría tonal liminar aparece una
hipoacusia de transmisión entre leve y moderada, si bien, en ocasiones, el paciente
refiere una gran sensación de taponamiento auditivo.

TRATAMIENTO

En lo que se refiere al tratamiento con antibiótico, es necesario saber que todos los
estudios de evidencia, realizados con los conocimientos actuales, demuestran que los
antibióticos ofrecen un modesto beneficio en la resolución de los síntomas, no mejoran
de forma significativa los resultados del tratamiento a largo plazo y previenen las
complicaciones derivadas de la otitis media supurada aguda solo en un pequeño
porcentaje. Ante el alto porcentaje de curación espontánea que presenta esta
enfermedad, su administración está discutida ante el coste económico tan elevado que
supone el tratamiento antibiótico de este proceso tan frecuente.

La mayoría de los autores aceptan que la antibioterapia es el tratamiento de elección en


la otitis media supurada aguda, entre otras cosas porque no se puede prever qué casos
evolucionarán favorablemente sin tratamiento antibiótico, y su administración acorta los
síntomas, aumenta los porcentajes de curación y evita complicaciones.

Los antibióticos más empleados en el tratamiento de la OMA son: amoxicilina,


amoxicilina-clavulánico, cefalosporinas de segunda generación (cefuroxima axetilo) y de
tercera generación (cefixima, cefditorén) y macrólidos, como la azitromicina.

El tratamiento sintomático va dirigido a calmar el dolor propio de la inflamación y mejorar


el estado general del paciente.
En aquellos casos en los que el proceso evolucione con síntomas muy violentos o con
alguna complicación, puede realizarse una incisión de la membrana timpánica que
permita el drenaje de las secreciones. Esta miringotomía reduce el dolor, mejora el estado
general y facilita la evolución favorable del vértigo o la parálisis facial, si es que hubieran
aparecido.

COMPLICACIONES

La incidencia de etas complicaciones ha descendido en los países desarrollado gracias


al uso de los antimicrobianos. Las complicaciones y sus secuelas se dividen en dos
grupos:

- Intratemporales
- Intracraneales: pueden existir secuelas neurológicas importantes, incluyendo la
muerte.

Los signos de alerta son el dolor intenso, la hipoacusia neurosensorial, parálisis facial,
vertido severo, cefalea y el empeoramiento del estado general.

Algunas complicaciones de la OMA

- Mastoiditis aguda: la mastoiditis aguda se divide en mastoiditis simple,


mastoiditis con periostitis y mastoiditis con osteítis. El primer proceso es muy
frecuente, suele ser asintomático y evoluciona dentro del curso de una OMA.
- Paralisis facial: la paralisis facial secundaria a un OMA es la segunda
complicación mas frecuente, suele tener buen pronostico y evolución con el
tratamiento.
- Laberintitis: se presenta con signos de vértigo de tipo periférico y nistagmus en
el contexto de una OMA evidente.
- Meningitis: es una complicación excepcional, una de las mas graves. Su via de
acceso puede ser hematógena o subdurales y son muy graves.
- Absceso cerebral: se produce por extensión de la infección local. Son
extradurales o subsurales y son muy graves.
OTITIS MEDIA AGUDA DEL LACTANTE

Los niños pequeños y los lactantes presentan una disposición anatómica a las
infecciones del oído medio por vía tubárica, ya que tienen una trompa de Eustaquio corta,
recta y amplia.

Se ha demostrado que determinados habitos protegen frente a una otitis, como por
ejemplo, la lactancia natural previene esta forma de la enfermedad, también la posición
en la que se alimenta al niño puede tener importancia, ya que si este esta demasiado
acostado, existe facilidad para que el alimento (arrastrando secreciones nasofaríngeas)
penetre en el oído a través de la trompa.

SINTOMAS

La otitis media aguda del lactante se manifiesta por intranquilidad, tendencia al llanto y
dificultad para la alimentación. Cuando es diagnosticada y tratada la enfermedad, en la
mayoría de los casos se produce una curación sin complicaciones, pero en algunas
ocasiones aparecen formas graves con síntomas generales, como por ejemplo:

- Fiebre elevada
- Insomnio
- Meningismo
- Vomitos
- Etc

Una exploración muestra al niño que se lleva las manos al oído enfermo; con dolor a la
presión sobre el trago y con un tímpano abombado y con una coloración rojiza, lo que
puede ser difícil de identificar debido a diámetro del conducto auditivo externo. Requiere
tratamiento con antibióticos por vía parenteral.
MASTOIDITIS

Es una complicación más frecuente de la OMA. Corresponde a una inflamación


programada desde la caja del tímpano al sistema neumático del hueso temporal
afectando al tejido óseo. La utilización de antibióticos enmascara los síntomas y dificulta
el posterior diagnóstico.

SIGNOS Y SINTOMAS

El niño presenta un cuadro febril y en algunos casos, toxico; existen supuraciones, dolor
al presionar la mastoides y tumefacción retroauricular con separación del pabellón
auricular en más del 65% de los pacientes.

Al realizar otoscopia se aprecian restos de otorrea que, tras ser aspirados, permiten ver
un tímpano enrojecido y abombado, se observa un descenso en la pared posterior del
conducto auditivo externo.

TRATAMIENTO

Al realizar estudio radiológico mediante una tomografía computarizada permite identificar


lesiones líticas oseas en la mastoides. En caso de sospecha clínica se debe realizar una
miringotomia, para poder iniciar la antibioticoterapia intravenosa especifica.

La mastoidectomia esta indicada cuando existen síntomas de commplicacion


intracraneal, absceso subperiostico, absceso en la punta de la mastoides y paralisis
facial. En una mastoiditis crónica deberá sospecharse siempre que la supuración se
manifieste mas de 2 semanas tras el tratamiento local sistémico y requiere intervención
quirúrgica.
OTITIS MEDIA SECRETORA

DEFINICIÓN

La otitis seromucosa fue descrita por primera vez por A. Politzer en su Diagnose und
Therapie der Ansammlung Seröser Flussigkeit in Dertrommelhönhle, publicado en el año
1867, en el que señala la acumulación de un fluido seroso en la cavidad timpánica.

En la actualidad, según Zechner, conceptuamos la otitis seromucosa como un proceso


patológico del oído medio caracterizado por la presencia de un derrame en dicha cavidad,
sin signos de infección aguda y tras una membrana timpánica intacta.

Esta entidad ha sido denominada, a lo largo de su historia, otitis media serosa, otitis
serosa, otitis media catarral, otitis media con efusión, forma cerrada de otitis media,
hidrotímpano, catarro tubotimpánico, tubotimpanitis, otitis media trasudatoria, otitis media
secretora, otitis media estéril, glue ear, otitis colesterínica crónica, hidropesía timpánica,
hidrotubotímpano, catarro exudativo, etc., hasta que, en 1980, el Comité de Definición y
Clasificación de la Otitis Media, en el segundo simposium internacional sobre los avances
recientes en la otitis serosa, propone una clasificación basada en la duración de la
enfermedad y en la calidad de la efusión, de tal manera que a la otitis seromucosa la
denomina aguda, subaguda y crónica. Por otra parte, la calidad de la efusión permite
distinguir entre los tipos serosos, mucosos y purulentos. La efusión serosa se define como
clara o ambarina, fácilmente pipeteable, con baja viscosidad. La mucosa con aspecto
turbio o lechoso, gomosa y extremadamente difícil de aspirar por su gran viscosidad. La
purulenta es turbia, fácilmente pipeteable, de color variable y baja viscosidad.

La otitis seromucosa es un proceso extraordinariamente frecuente y parece aumentar de


manera progresiva durante estos últimos años. Esta frecuencia es especialmente elevada
en niños. De hecho, se conceptúa como la causa más frecuente de hipoacusia en la
infancia. Esta frecuencia tan elevada está justificada, en parte, por su elevada tendencia
a la recidiva.
ETIOLOGÍA

La llamada, clásicamente, otitis seromucosa es un proceso patológico, todavía, muy


controvertido. Pensamos que lo que conocemos hasta ahora como otitis seromucosa
deben de ser, en realidad, diferentes procesos patológicos próximos entre sí pero
netamente diferentes a determinados niveles. En efecto, entendemos que muchas de
estas situaciones inflamatorias del oído son, en realidad, respuestas inespecíficas frente
a factores inconstantes y muy distintos entre sí.

En la medida en que vamos conociendo las realidades fisiopatogénicas de la otitis


seromucosa, vamos entendiendo mejor que dicho proceso es un proceso patológico
multifactorial.

Así, se ha considerado el papel desempeñado por los antibióticos, por la infección, por
los trastornos de la inmunidad, por la disfunción equipresiva de la trompa de Eustaquio y
por la actividad secretora de la mucosa del oído medio, etc.,

Manifestaciones clínicas

Muchos de los casos son asintomáticos.

No obstante, la manifestación más frecuente de la otitis seromucosa es la aparición de


una hipoacusia aislada. Como quiera que la otitis seromucosa aparece con más
frecuencia en niños pequeños, en los que la pérdida de audición pasa fácilmente
desapercibida para los padres, esta afección puede permanecer ignorada durante mucho
tiempo.

En estos casos, la hipoacusia se puede manifestar por síntomas indirectos, tales como
el retraso o un defecto en la adquisición del lenguaje, la disminución del rendimiento
escolar, los cambios en el comportamiento y en el carácter, etc.

Esta pérdida de la audición se presenta con carácter bilateral, al menos en el niño


pequeño, mientras que en el adulto suele presentarse con carácter unilateral en la mayor
parte de las ocasiones.
La importancia de este déficit auditivo es variable de uno a otro caso y, aun dentro del
mismo caso, a lo largo del tiempo, pudiendo variar extraordinariamente de uno a otro día.
Otros síntomas son menos frecuentes: la sensación de presión o de plenitud del oído,
una sensación de líquido en el oído que se mueve coincidiendo con los propios
movimientos de la cabeza, variaciones en la hipoacusia coincidiendo con estos cambios
de posición, etc. Pueden aparecer también sensación de autofonía, acúfenos y vértigos
que son manifestados mucho más frecuentemente por los pacientes adultos.

Diagnóstico

La otitis seromucosa es una entidad de difícil diagnóstico, por cuanto que aparece en
niños pequeños en los que la pérdida de la audición puede pasar fácilmente
desapercibida para los padres y en los que la realización de una audiometría tonal liminar
resulta muy difícil.

Por ello, el diagnóstico debe basarse en un interrogatorio cuidadoso que determinará la


existencia de la hipoacusia y su influencia sobre el lenguaje, las dificultades escolares o
los cambios del comportamiento, sobre todo cuando se trata de un niño.

Una de las exploraciones con mayor rendimiento diagnóstico es la otoscopia: esta se


realiza con el otoscopio normal, aunque resulta más adecuado utilizar un microscopio
para una mejor visualización. La membrana timpánica pierde su transparencia, se vuelve
opaca y adquiere un color que puede variar, dependiendo de los casos, desde sonrosado,
rojizo, amarillo-marrón hasta gris azulado. Se puede observar un aumento de la red
vascular siguiendo el mango del martillo. Cuando la evolución es prolongada aparece
retracción timpánica, mientras que en los casos más recientes se observa cierto grado
de abombamiento.

La existencia de un nivel líquido y la aparición de burbujas en la imagen de la membrana


timpánica, que clásicamente han sido señalados como signos de la otitis seromucosa,
son en realidad poco frecuentes.

La audiometría tonal liminar o convencional y las diversas técnicas de la audiometría


infantil permiten valorar la gravedad de la pérdida auditiva. Esta puede alcanzar hasta los
30-40 dB en prácticamente todas las frecuencias.
La timpanometría permite establecer el diagnóstico en la mayor parte de las ocasiones:
el trazado aparece aplanado.

El diagnóstico deberá, además, establecer la causa o causas probables de la otitis


seromucosa: la existencia de una insuficiencia ventilatoria nasal, motivada en la mayor
parte de las ocasiones en el niño por una hipertrofia de la amígdala faríngea, una
malformación velo palatal, una tumoración de rinofaringe, un terreno alérgico, etc.

Evolución

En muchos casos, con el paso del tiempo y, sobre todo, con el advenimiento de los meses
más cálidos, el oído se normaliza espontáneamente. En otros casos, la situación puede
prolongarse durante años. Otras veces puede facilitar la aparición de otitis medias
supuradas de repetición. Asimismo, pueden producirse calcificaciones a cualquier nivel
del oído medio por la persistencia de la inflamación crónica de este. Esta situación recibe
el nombre de timpanosclerosis y supone la perpetuación de la hipoacusia del paciente.
Puede suceder también que la membrana timpánica puede degenerar, perdiendo su capa
fibrosa intermedia, y caer sobre la pared más profunda de la caja timpánica, produciendo
lo que llamamos una otitis adhesiva. Esta atelectasia de la membrana timpánica puede
alcanzar a la pars flaccida lo que puede determinar la aparición de una bolsa de retracción
atical. La existencia de estas bolsas de retracción en el ático del oído medio puede
evolucionar hasta la aparición de lo que llamamos un colesteatoma. A lo largo de su
evolución pueden aparecer complicaciones tales como laberintitis o meningitis.

Tratamiento

La tendencia a la curación espontánea de este cuadro es verdaderamente llamativa. Esta


tendencia a la curación espontánea es mucho más patente durante el verano. No
obstante, la tendencia evolutiva de la otitis seromucosa no siempre se dirige hacia la
curación espontánea sino que puede evolucionar hacia la aparición de las situaciones ya
mencionadas: timpanoesclerosis, otitis adhesiva, etc. Por ello debe instaurarse un
tratamiento, excepto en aquellos casos bien tolerados por el paciente o de evolución
aguda o subaguda. En la terapia de la otitis seromucosa crónica se han utilizado, con
diversa fortuna, distintas terapéuticas médicas, antibióticos, antihistamínicos,
vasoconstrictores, corticoides y mucolíticos. En efecto, sus resultados son variables, en
dependencia seguramente con la variabilidad de la etiopatogenia de la otitis seromucosa,
la diferente naturaleza de la efusión, el estado de la trompa de Eustaquio, etc. Además,
deben tratarse los procesos sospechosos de facilitar la aparición de este cuadro. En
algunos casos, cuando la hipoacusia es de cierta intensidad o su repercusión en la vida
del paciente es importante o se prevé la tendencia a la aparición de una evolución
complicada, se suele plantear un tratamiento quirúrgico.

Este tratamiento quirúrgico puede ser muy diverso, indicándose una adenoidectomía, la
corrección de una desviación de tabique nasal, el tratamiento de una rinopatía
hipertrófica, la corrección de una malformación del paladar, etc. No obstante, la técnica
más utilizada en el tratamiento quirúrgico de la otitis seromucosa crónica es el drenaje
transtimpánico: consiste en la realización de una miringotomía, es decir, una incisión en
la membrana timpánica y la inserción de un tubo de ventilación. Por su forma, se suelen
denominar diábolos. Estos tubos de ventilación suelen extruirse de manera espontánea
en unos seis meses. Al insertarlos en la membrana timpánica, transformamos una
cavidad cerrada en una cavidad abierta, lo que facilita que se cure de forma espontánea.
En general, está indicado cuando el cuadro no ha remitido tras varios meses de evolución
a pesar de haber recibido tratamiento médico. Esta técnica quirúrgica no está exenta de
complicaciones, ya que puede facilitar la aparición de una otorrea crónica en un
porcentaje que oscila entre el 6 % y el 40 % de los casos; puede facilitar la aparición de
una hipoacusia neurosensorial —irreversible—, puede acelerar la timpanoesclerosis,
puede facilitar la aparición de un colesteatoma, puede dejar, como secuela, una zona de
atrofia timpánica y, por último, puede determinar la existencia de una perforación
timpánica en un porcentaje que varía entre un 2 % y un 15 % de los casos.
Bibliografía

1, 2.- Suarez, C., Gil-Carcedo, L., Marco, J., Medina, J., Ortega, P., & Trinidad, J.
(2007). Tratado de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (2nd ed.). Buenos
Aires ; Madrid ;: Médica Panamericana.
Vallés, H. (2014). Lecciones de otorrinolaringologia
́ (2nd ed.). Zaragoza: Prensas de la
Universidad de Zaragoza.

También podría gustarte