COPINH: EN CONTRA DEL ESTADO DE DERECHO
Por dos años desde el asesinato de Berta Cáceres el COPINH ha
mantenido una campaña internacional para castigar a quienes culpan del
crimen.
Querer justicia es razonable y necesario. Todo hondureño debería apoyar
que los perpetradores rindan cuentas a la justicia y los observadores
internacionales deberían apoyar el fortalecimiento del estado de derecho
y la independencia judicial.
Pero la conducta del COPINH interfiere con estos objetivos, pues busca
autodesignarse como juez y fiscal para manipular y controlar los procesos
judiciales.
Desde que el COPINH empezó su campaña de presión ha declarado
que quiere lograr la captura de quienes creen responsables del
crimen para que sean acusados y juzgados. Pero como no hay
pruebas concluyentes, la situación se ha vuelto una inquisición
contra sus oponentes. Es decir, su posición legal en el caso es una
reflexión de su activismo anti-desarrollo, no una que tenga que ver
con averiguar quién realmente cometió el crimen.
Al autonombrarse fiscales, aplicando sus considerables recursos y medios
disponibles, el COPINH actúa como un depredador. Más allá de buscar
justicia, ha atacado y quebrantado reglas jurídicas básicas del estado de
derecho como son el debido proceso y la presunción de inocencia. Así ha
revelado su agenda política radical.
Estas tácticas han tenido éxito, presionando a los fiscales para arrestar,
encarcelar e imputar a SERGIO RODRIGUEZ ORELLANA y ROBERTO DAVID
CASTILLO, ambos ejecutivos de DESA.
Sorprendentemente, según el propio COPINH, estos arrestos no se
basan en pruebas o una investigación, sino en su campaña de presión
internacional. “[Castillo] fue capturado no como resultado de la
investigación o instrucción del ministerio público, sino por una denuncia
presentada por nuestro equipo legal”, declararon durante una conferencia
de prensa el 7 de agosto de 2018.
De nuevo el COPINH tergiversa adrede la verdad. La organización y
la familia de la víctima han basado casi todos sus reclamos en una
“investigación” del GAIPE, un informe ya desacreditado lleno de prejuicios,
errores procesales y conclusiones subjetivas basadas en poca o ninguna
evidencia.
Brian Greenspan, un prestigioso experto legal canadiense, documentó
rigurosamente los problemas del informe del GAIPE. Nuestro equipo
está creando conciencia sobre estos temas, y alentando la evaluación
responsable de las alegaciones del COPINH, que si se examinan en detalle
es evidente que no tienen credibilidad.
El
estado
de derecho
COPINH
No es justo encarcelar a alguien por más de dos años a base de
evidencias ambiguas y circunstanciales. Pero eso es lo que está pasando
y el COPINH alardea de que sucede gracias a su capacidad de movilizar a
la comunidad internacional y ejercer presión con información falsa y sin
pruebas.
El COPINH sigue un patrón claro, ya establecido y actúa de mala fe.
Por ejemplo, durante recientes conferencias de prensa han atacado
al ministerio público hondureño, culpando al estado de ocultar los
expedientes de los acusados como parte de una trama con los imputados.
Pero el COPINH calla que los fiscales retienen importantísimos
documentos, ignorando así una orden judicial que los obliga a compartir
información, y poniendo en desventaja a la defensa a tal grado que el
derecho a un juicio justo se ha vuelto letra muerta.
¿Por qué? ¿Será que el gobierno “ayuda” a DESA acusando y encarcelando
a sus ejecutivos, tal y como afirma el COPINH? ¿Será que la información
retenida no tiene ninguna evidencia de culpabilidad de los acusados?
Emitiremos nuevos informes e investigaciones sobre las alegaciones
erróneas, engañosas y, a veces falsas que ha hecho el COPINH. Según la
verdad salga a la luz, invitamos a los observadores a examinar de cerca
los hechos y abordar este importante proceso con rigurosa objetividad, en
oposición a la historia con motivaciones políticas que el COPINH creó y
que hasta hoy ha dominado los medios.
Pronto revelaremos más información.
- Robert Amsterdam
www.casocaceres.com