“
EXISTE UNA FILOSOFIA
DE NUESTRA AMERICA?
4 por
AUGUSTO SALAZAR BONDYCapttulo, tercero
UNA INTERPRETACION
'
5. En sus Lecciones sobre la historia de la filoso-
fia cscribié Hegel: “La filosofia es la filosofia de
su tiempo, un eslabén cn la gran cadena de la evo-
Jucién universal; de donde se desprende que sdlo
puede dar satisfaccién a los intereses propios de su
ticmpo”} En otra parte del mismo libro, confron-
|tado con Ja existencia de sistemas que pretenden
reproducit doctrinas del pasado, o sce, hacer una
‘suerte de traslado de un pensar a otro, formulaba
esta tajante descalificacién: “Estos intentos son
simples traducciones, no creaciones originales; y cl
espfritu s6lo cneuentrg satisfaccién en el ‘conoci
'miento de su propia y' genuina originalidad”.® Con
Yo cual el gran maestro’ de Ta historia dela Filosofia
fa de telieve'un hecho impoyantisimo en cl do.
minio del pensamiento —que traduce otro mis hon-
do y general de la existencia histérica—, a saber
que la filosofia como tal es un producto que expresa
Ta vida de la comunidad, pero que puede fallar en
esta funcién y, en lugar de mnanifestar lo propio de
un ser, puede desvirtuarlo o encubrirlo. Se da segiin
esto el caso de una filosoffa inauténtica, de un pen-
“samiento mixtificado.
Tal como nosotwos la entendemos, una filosofia
4 Lectiones sobre la historia de Ia filosoia, Mético, 1955,
1p. 48.
* Ibid, p. 49.
112
5 varias cosas: ¢s andilisis, es iluminacién, es unifi
cacién de la experiencia del mundo y de la vida;
entre estas cosas cs también —y seguramente no
puede dejar de scr— la manifcitacién de la con-
Ciencia racional de un hombre y de la comunidad
en que éte vive, la concepcién qua/expresa el modo
cémo las agrupaciones histéricas reaccionan ante cl
conjunte de 1a realidad y cl curso de su existencin
su manera peculiar de iluminar ¢ interpretar cl ser
en que se encuentran instaladas. Porque se reficrey
al conjunto de lo dado la filosofia tienc que ver
con lo csencial del hombre, con su compromiso vi-
tal. En esto se diferencia de la ciencin que no com-
promete al hombre total. Por otro lado, sicndo ella,
fa racionalidad consciente cn su forma mas cxigen-
te, sicnco un intento de hacer inteligible el mundo
y la vida, esti ligada a los datos objetivos v por
tanto no'se confunde con la fe religiosa que se
nutre del sentimiento y Ja sugestion. La filosofia
tiene que ver con la verddld, pere con Ta verdad tor
tal de existencia racionalmente clarificada, lo que
apcla a la plena Incidez del hombre, a un esfucrzo
total de st capacidad de’ comprensién, cn summa,
algo que no puede menos que responder a lo més
propio de su sustancia, -
{Como ocurre que la filosofia resulte inauténti-
ca? E] hombre filosofante constraye Ia imagen de
si mismo en el mundo, como individuo y como gru-
po social. También como filésofo cs —para usar Tas
palabras de Ortega— el novelista de si, Pero puede
scrlo como un eseritor original 0 como un plagiario,
como alguien que se retrata perfilando su idea ge-
nuina 0 como alguien que se ilusiona sobre si, que
M3| “se hace ideas™sobre lo que es y toma como ima-
gen suya la de otro. Entonces, creyendo conocerse
se ignora. Una filosofia puede’ ser esta imagen ilu-
soria, la representacién mixtificada de una comun
dad por la cual ésta “se hace ideas” —meras ideas—
sobre su realidad y se pierde como conciencia vera
~ Tal cosa sucede de diversas maneras que estudia
Ta teorfa de las ideologias. Entre otras ocutre cuan-
do la filosofia se construye como un pensamiento
{mitado, como una, transiprencia, supedfcial y cpi-
sbdica de ideas y principidl, de contenidos tedricos
motivados por los proyectos existenciales de otros
hombres, por actitudes ante el mundo que no pue-
den repetirse o compartirse en tazén de diferencias
histéricas muy marcadas y que a veces son contra-
tias a los valores de las comunidades que los imitan,
Quien asume este pensamiento calcado cree verse
expresado en él 0 se esfuerza en vivirlo como suyo,
sin poder encontrarse en las imagenes que lo con-
forman. La ilusién y Ja inautenticidad prevalecen
gn este caso y se pagan con la esterldad, que de-
nuncia una falla vital y es siempre un riesgo para
; la vida individual y colectiva.
Esta ilusién antropolégica tiene, no obstante, un
Jado veraz. El hombre de la conciencia mixtificada
expresa por esta conciencia sus defectos y carencias.
Si en lugar de producir sus propias categorias inter-
pretativas una comunidad adopta ideas y valores
,ajenos, si resulta imposible para ella darles vida
jRueva y potenciarlos como fuente de proyectos ade-
reuados a su salvacién histérica, si los remeda en su
carécter extrafio y hace de ellos principios de con-
ducta pese a su inadgouacién, es porque en su mis-
114 i
mo ser prevalecen los elementos enajenantes y ca-
renciales. Una representacién ilusoria de s{ no es
posible sino en la medida en que no hay cumpli-
miento de si, en la medida en que no se aleanet
a vivir genuinamente, por lo menos en ciertos sec-
tores muy importantes de la existencia histérica, de-
cisivos para la supervivencia de las naciones. En
este punto es, pues, inexacto —aunque no falso—
el negar veracidad a las filosoffas inauténticas. Mas
exacto resulta decir que mienten sobre cl ser que
las asume pero al mentir dan expresién a su real
defecto de ser. Fallan al no ofrecer la imagen co
recta de la realidad como ésta debiera ser, al no
predicar su situacién precaria en el conjunto de lo
existente, pero aciertan, sin proponérselo, sin inten-
cionarlo temdticamente, como expresién de la au-
sencia de un ser pleno y original. A
Estas consideyaciones son muy importantes en el
plano de la fildsbfia de la cultura y tienen ademés
consccuencias para la investigacién’ social, En cfec
to, cuando en las ciencias humanas se!'habla de
cultura es preciso tener en cuenta los distingos aqui
hhechos. Por exigencia de la exactitud y Ia objetivi-
dad cientificas, corrientemente sc sucle significar
con este término un concepto tinico y zutral. Este
uso, que por cierto ha permitido generalizar expli
caciones y manipular empiricamente la vida social
¢s, sin embargo, insuficiente, como lo vemos en el
caso de la filosofia. Crecmos que las disciplinas so-
cialzs se encuentran ya en condiciones de asumir
sin tiesgos y de elaborar teéricamente los hechos
concemientes a la inautenticidad y a la alienaci6n de
la comunidad y la cultura. El marxismo y el psico-
Ns’
anilisis, émpiricamente controlados, pueden dar su-
restiones muy valiosas a este respecto. Se trata de
in paso. indispensable porque no parece posible
comprender la vida humana sift distinguir_ niveles
de realizacién como son los de las carencias y las
plenitudes histéricas, los cumplimientos y las atic:
haciones de los grupos y los indi duos, lo cual
obliga a diversificar conceptos y principios explica-
tivos. A este tespecto crecmos que conviene manejar
tun concepto fuerte y propio de cultura, entendida
como la articulacion prginica de las manifestacio
tres originales diferenciales de una comunidad, sus-
ceptibles de servir de pauta para contrastar Ta obra
hhistérica de los pueblos y las épocas y rescrvar otros
conceptos, como los de modo de obrar, modo de
proceder, manera de, reaccionar, peculiaridades 0
rasgos caracteristicos, "para otros fenémenos parale-
los y generalmente relacionados estrechamente, aun-
_que Ho identifiable, con el dancultur.
6. Si con estas premisas interpretativas yolve-
‘mos la vista a Hispanoamérica podemos comprobar
que en ella se da un hondo defecto de cultura. Al
comentar un libro mfo sobre la historia de las ideas
en el Peri contemporineo, el joven historiador
francés Jean Piel gscribid: “ {Como se puede ser pe-
ruano?” habria dicho en su tiempo Montesquieu el
filésofo. ‘;Cémo se puede filosofar en el Peri de
nuestro tempo?” agregamos nosotros”? Estas" pre-
guntas valen inclusive extendidas a todos los tiem-
> La Pensée, Paris, nim. 127, p. 143.
116
pos y a toda nuestra América y apuntan a nuesio
Pes ncial, a la existencia de un problema de au-
een en el hombre de esta pevte del mundo,
justamente resaltado en su conexién con ls medi:
soar filoséfica. Por cierto que cn aynivel de los
simples hechos, de la realidad naturdl! las pregun-
tus feitadas no ofrecen dificultad y quiz4 hasta no
Valen la pena de ser plantcadas. En este plano se
puede ser cualquier cosa desde el momento, at
puede ‘pero exmmndo se toma en events todo}
a )=E— rl ===” tal,
Ty que implica de aspiraciones y de proyector, dc
moras ¥ de valores atticulados con ta base natural,
nofomees fa euestion de la posibilidad de sen ad>
LU —
lad peculiar del existir inauténtico i
Parque To cierto es que Tos, hispanoamericinos
estamos claramente en el caso de este existir inau-
fftiger vivimos desde un Yer pretendido, tencne
+
In'pctensin de ser algo distinto de To que sour”
Prue podeiamas quid Ser, o ea, vivinos alic-
Y dos respecto a Ix propin realidad que se One" )
vino uit instancia defectiva, con carencias miilti- |
ples sin intogracién y por cnde sin ‘vigor cspiritual.
en que en nugstras, comunidades, prevalezeny |
ta mpntificncion y_ Ix ficeiOn. Muchas insutuct
Is Aggunamente todas Tas que tienen, fuerte resonan-
Ge spcial— poscen signo distinto del que declaran
cia orravoria de las ideas cobran_conniwnmente, 0
vide extra’ y aun opucsto al significado O°"
se que oficialmente se Te reconoce. 18 inns tthe
das formnas de conducta y telaciones intersubjetivas,
aos amero de us0s y_costumbres coinciden esta
WWentidad ambigua, en este funcionar y estarvmotiva.
dos de modo contrario al que pretendidamente les.
cortesponde. Piénsese en la democracia hispanoame-
ricana o en la libertad de empresa, en la adminis:
tracién de justicia y en los esténdares de morali-
dad, en la religi6n y los valores sociales, en la
Universidad 0 ef Estado, y se veri a qué tremenda
finversién de ser apuntan mis consideraciones.’ En
‘ltima instancia, vivimos yen el nivel consciente se-
gin modelos de cultura ‘que no tienen asidero en
muestra condicién de existencia, En la cruda tierra
de esta realidad histérica, que ha de ser juzgada to
mando en cuenta las grandes masas pauperizadas
de nuestros pafses, la conducta imitativa da un pro-
ducto deformado ‘que se hace pasar por el modelo
original. Y este modelo opera como mito que im.
pide reconocer la verdadera situacién de nuestra co-
munidad y poner las bases de una genuina edifica
cién de nuestra entidad histérica, de nuestro propio
ser. Semejante conciencia' mintificada cs la duc nos
leva a definimos como occidentales, latinos, mo-
demos, catélicos y demécratas, dando a entender
con cada una de estas calificaciones, por obra de
los mitos enmascaradores que tienen libre curso en
nuestra conciencia colectiva, algo distinto de lo que
en verdad existe.
Un caso muy significativo de esta inautenticidad y
~ | este ser carencial es justamente el de la filosofia his-
+ Hemos bosquejado una interpretaciin de la cultura pervana
a base de las ideas aqut expuestas, en el volumen colectivo
Peri problema (Moncloa, Editores,' Lima, 1968), que recoge
ottos trabajos, de orientadén convergeate, por José Matos Mat,
Jorge Bravo Brean, Alberto Escobar y Julio Cotler.
8
panoamericana —y con ella de todo otro pensamien-
to afin por cus propésitoe tericos— que ofrece ese
sello de negatividad que antes apuntamos. Esta ne-
gatividad no es sino el reverso de la representacin
ilusoria de nuestro ser en que ella consiste. Por imi-
tativa ha sido, a través de sus diversas etapas hasta
hoy, una conciencia enajenada y enajenante, que le
ha dado al hombre de nuestras comunidades nacio-
nales ua imagen falsa y supetical, por remedada
del mundo y la vida, de su mundo y de su vida.
Sin que en esto pueda hablarse de ningin pro- |
pésito deliberado y aun operando en muchos casos |
una voluntad “patriética”, el pensamiento hispano-
americeno ha obedecido de hecho a motivaciones
distintas a las de nuestro hombre y ha asumido in-
tereses vitales y metas que corresponden a otras
comunidades histérjcas. Ha sido una novela plagia-
da y nla créni€® veridica de nuestra aventura
humana. noes
Ta filosffa hispanoamericana sanciona, pies, el
uso de patrones extrafios ¢ inadecuados, y lo san-
ciona en un doble sentido derivado de la ambiva-
lencia de nuestro existir, a saber: como asuncién
consciente de conceptos y normas sin rifces cn
nuestra condicién histéricoexistencial, y como pro-
ducto imitativo, sin originalidad y sin fuerza que,
én lugar de crear, repite un pensar ajeno.
No nos extrafie que una comunidad desintegra-
da y sin potencialidad, tna comunidad alienada, dé
tuna consiencia filoséfica mistificada. La_filosoffa,
que cn una cultura plena cs 1a cima de la concien-
cia, en una realidad defectiva es dificil que tienda
a ser la consagracién de la pérdida de sf, un pensar
19,
trascendente pero sin sustancia ni efecto en Ia his-
toria, una meditaci6n extrafia al destino de los hom-
bres que la alimentan con su inquietud reflexiva
a '
7, Donde esté la causa de esta situacién, cl com-
‘icjo determinante del estado de cosas que afccta
le semejante modo a Hispanoamérica como con-
junto y a cada una de las naciones que Ja consti-
rtuyen? Si nos pereatamos de que la condicién que
hemos descrito no es exclusiva de los paises hispa-
noamericanos sino ‘que cn mucho cs similar a la
\ de otras comunidades y agrupaciones regionales de
| naciones de nuestro tiempo, todas las cuales perte-
| necen a lo que hoy se convienc en Hamar ol Tercer
| Mundo, se hard claro que para explicar cl fenéme-
| no de nucstra filosofia cs indispensable utilizar
| conceptos como losi"te subdcsarrollo, dependencia
Ly dominaciéni. En cfecto, los paises’ subdesarrolla-
dos presentan una suma de Wlracteristicas bisicas
negativas que, de un modo de otto, sc vinculan con
‘ su condicion dependiente y su sujecidn a otrgs cen-
\tros de poder econémico-politico. Estos son las me-
| trépolis 0 grandes potencias industriales, naciones!
gee han_alcanzado altos niveles de desarrollo —y
| de capacidad de dominio cn cl complejo mundial:
j las cuales dirigen de acuerdo a sus propios intereses
¢l proceso politice-ccondmico de los paises del Ter-
ccr Mundo. Estis caracteristicas negativas son fa-
cilmente coordinables con los fenémenos pecyliarcs
de culturas como la nuestra.’ No es por azar por lo
cerrores de interpretacién del fendmeno de las
calturas de paises dependientes ercemos necesstio distinguit el
120
’
que los paises de la América hispanoindia estuvieron
sujetos primero al poder espafiol y que luego pasaron
de la condicién de colonias politicas de Espafia a
la de factorias y centrales de aprayjsionamiento 0
mercados del imperio inglés, firmeménte sometidos
a su control econdémico y aun politico, imperio que
ha venido a heredar, con una red de poder mas
cficaz y cerrada, Estados Unidos. Dependicutes
de Espaiia, Inglaterra o Estados Unidos hemos
sido y somos subdesarrollados ,—valga la_expre
si6n— de estas potencias y, consecuentemente, pai-
ses con una cultura de dominacién.
Nos hemos referido arriba a los ‘grandes rasgos
de la condicién de Hispanoamérica, con indicacio-
nes globales del fonémeno del subdesarrollo y la
dominacidn, y preferimos quedamos en este plano
para llamar mejor la atencion sobre el catacter
esencial de nuestra cultura y su causa bisica. Se
puede objetar, a no dudarlo, 1s simplicidad de la
explicacién, Estamos convencidos de que podria ma-
tizarse mucho sin variar th tesis en lo. sustantivo,
pero tememos que los arboles de la matizacién no
dejen ver el bosque de la razén bésica, tememos
que 1 pluralismo refinado de las explicaciones se
cundarias nos desvie de lt comprensién original
Por cso insistimos cn que Jo decisive en cl caso
exo de fois cltutes acon que Tan tent ane
Sencis plena ‘cn. un momento. del past, y Tos. productos
waidte ‘en misma tadicn on qne operan los fctores de
SGoitacin 9 desintegraion,histéneocaltural. Se_ hace. nece
io" etucal desde eta, perspetivs, pot ejemplo, el pens
‘arte hinds, comparando su fasten onginal con la de ss
roauetos contenporsneos ;
PEE este Concepto el Vibro ctado Pest. problema
121La filosoffa expresa y a
hispanoamericano es el subdesatrollo, la dependen-
cia y los lazos de dominaciém, con los caracteres
peculiates que tiene como variante histbriea mul-
tinacional.
El efecto sociocultural de tal estado de cosas es esa
sociedad mal formada y oo cultura defectiva que
a vz sufre. Hemos hablado
de nuestras dependencias histéricas sucesivas. Re-
(Gordemos ahora que, en consonancia con ellas, nucs-
|
ta filosofia fue un pensamiento originalmente, im-
esto por el conguistador europeo de acuerdo, a
pie inteteses de la corona y la Iglesia espafiolas. Mas
‘adelante ha sido un pensamiento de clase dirigente
Side élites oligirquicas refinadas y ha correspondi-
do generalmente 2 olas de influencia cconbimico-
politica extranjera. En todos estos casos operan el
subdesarrollo y la domingcién. .
‘Por otro: lado, si comparamos los caracteres que
hemos-encontrado en nuestro pensamiento con los
feaémenos del subdesarrollo veremos que no se po
nen sino que, por el contrario, armonizan cabal-
Mente entze si, lo cual permite explicaciones sufi-
‘Gentes de muchos de esos caracteres. Por ejemplo,
Tos paises dominadps viven hacia afuera, pues depen-
den en su existencia de las decisiones de las poten-
cias dominantes; este rasgo puede ponerse en rela-
fién con la receptividad y el cardcter imitativo de
Ii filosofla —y n0 sélo de la filosofla— que es tip-
co. de Hispanoamériga. Por otro lado, cuenta ¢l he-
cho de que, los pafses subdesarrollados carecen de
fuerza y dinamismo por la condicién deprimida
de su economia y por la falta de integracién y orga-
nicidad en su sociedad, de donde se sigue que no hay
base para um sello propio del pensamiento capaz ae!
neutralizar el impacto foréneo y la tentacién imi |
tativa. Las producciones espirituales en conjunto cae |
recen, ademés, del vigor necesario para insertarse
como aportes novedosos en el proceso mundial de
la civilizacién, del modo como Fis economfas y las
sociedades de nuestros paises no tienen ninguna vi-
gencia directiva en el proceso mundial del poder
¥ si consideramos el caso de la distancia entre quic- )
nes practican la filosoffa y la comunidad hispano-
ameficana vemos que —a diferencia de lo que pue-)
cur normalmente la relacion entre el especialista |
y €l piiblico comin en los paises industriales avanza-|
Yos— traduce el abismo entre las élites que viven |
segin un modelggexterior y las masas pauperizadas y
analfabetas, encdatiradas dentro del marco espiritual
de trediciones y creencias remotas y esclerosadas.
Consecuentemente, la frustracién del pensadps hispe-
noamericano se enraiza en la imposibilidad de vivir \
segiin los patrones culturales extranjeros y ¢m Ja in|
capacidad simulténea de hacer fecunda en el penss-
mento la vida de la comunidad estangda por la
realidad del subdesarrollo, con toda su carga nega-
tiva, Finalmente, advirtamos que la unidad de la.)
problematica filos6fica hispanoamericana tiene up
Fuunto esencial de sustentacién en la coincidencia
Bel status de nuestros pafses como naciones sub-
desarrolladas y sujetas a lazos de dominacion, he-
cho que da en todas ellas, como tono agregado, 2
Sus caracteristicas hispanoindias o mestizas de varios
Gidenes, una constante negetiva a través de le
historia.8. Nuestro pensamiento es defectivo e inguténtico
a causa de nuestra sociedad y nuestra cultura. ;Tie-
ne que serlo necesariamente, siempre? ,No hay es
cape a esta consecuencia? Es decit, no hay manera
_de darle originalidad y autenticidad? Respondemos
(positivamente. Si la hay, porque ‘el hombre en cier-
fas citcunstancias —no frecuentés ni previsibles—
| salta por encima de su condicién actual y trasciende
| en la realidad hatia nuevas fromas de vida, hacia
manifestaciones inéditas que perdurarin o darén
| frutos en la medida en que el movimiento iniciado
| pueda extendesse y provocar una dialéctica general,
| Lina totalizacién de desenvolvimiento, eso que en
| €l terreno politicassocial son las revoluciones. Esto
significa que aquéllh parte del hombre que se cm-
| pina sobre su circunstancia_ no podré hacerlo con
‘ fertilidad y de modo perderable sino cuando el
movimiento que su gesto esboza sea capaz de ar-
ticularse con el resto de la realidad y provocar en
ésta una mutacién de conjunto. s
Esto es vélido para la sociedad y la cultura ch
general, lo es también para la filosofia en particu-
Tar, sin contar el hecho de que la filosofia mejor
que otras creaciones espirituales, por su_condici
de foco de lagconciencia total del hombre, podria
ser esa parte de la humanidad que se empine sobre
siy que vaya de la negatividad del presente a formas
nuevas y superiores de realidad. Pero para ello tiene
que poseer determinadas valencias susceptibles de
conectar la teoria pensada con toda la realidad vi-
vida y operar de un modo tal que. por una utiliza-
cidn eficaz y prudente de los recursos histéricos
disponibles, produzca en las dreas adecuadas de la
oe ‘ >
a
vide social las reacciones , dialécticamente més
fecundas.
Hegel decia que el buhg de Minerva levanta el
yueio al atardecer, con lo cual daba a la filosofia
el cardcter de una teorfa que elucida el sentidg de
los hechos ya consumados. Pero en el crepiisculo
suelen estar los presagios gel amanecer. Contra el
veredicto. del grin fildsofo alemén, nosotros cree-
mos quella filosofia puede ser y en més de una oc:
sién histdrica ha tenido que ser la mensajera del
alba, principio de una mutacién histories por una
toma de conciencia radical de la existencia proyec- {
tada al futuro. Cabe hablar de un sentidn pricticn
de la filosofia en cuanto el pensar totalizador se
proyecta al esclarecimiento de la existencia y a la
apertura de horizontes inéditos de la historia. La,
critica se hace asi constructiva de mundos nuevos
después de haber cantelado todos los fantasmas de
la ilusién histérica.
E] problema de uuestra filosoffa cs la inautentici.
dad. La inautenticidad se enraiza en nuestra condi-
cién histérica de paises subdesarrollados y domina-
dos, La superacion de la filosofia esta, asi, intima
mente ligada a la superacién del subdesarrollo y la
dominacién, de tal manera que si puede haber una
filosofia auténtica ella ha de ser fruto de este cam-
bio histérico trascendental, Pero no necesita espe-
rarlo; no tiene por qué ser s6lo un pensamicnto
gue sanciona y corona los hechos consumados. Puc-
de ganar su autenticidad como parte del movimien
to de superacion de nucstra negatividad histdrica,
asumiéndola y esforzindose en cancelar sus raices
La filosofia tiene, pues, en Hispanoamérica una
i
: 125osibilidad de ser auténtica en medio de la inau-
1 Eenticidad que la rodea y la afecta: convertirse en
la conciencia lécida de nuestra condicién deprimi-
| da como pueblos y en el pensamiento capaz de des.
| encadenar y promover el proceso superador de esta
|eondiciOn. He de ser entences una veflecds sobre
| nuestro status antropolégico 0, en todo caso, cons.
cierite de él, con vistas a sA cancelacién. Una re-
| flexion. aplicada al lenguaje o las cosas, 21 conoci-
| miento ola conducta, pero siempre antropolégica-
inente relevante como autoandlisis. Esto quiere decit
jue'una buena parte de la tarea que tiene por de-
Ente nuestra flosofia es destuctrs oa larga
destructiva también de su entidad actual como pen-
isamiento alienado. Porque debe ser una concien-
Cia canceladora de prejuicios, mitos, {dolos, una
Jeonciencia apta para develar nuestra sujecién ‘como
‘pueblos y nuestra depresién como seres humanos;
\en_consecuencia, una conciéncia liberadora de’ las
trabas que impiden la expansién antropolégica del
~hispanoamericano que es también la expansién an-
tropol6gica de toda la especie. Dicho de otro modo,
este pensamiento habré de poner de lado, desde el
Principio, toda ilusién enmascaradora y, sin temor
[al ejercicio més frio y técnico del pensar, sumer-
[gise en Ia sustancia ‘histériea de nuestes “comeas
dad para buscar en ella el sustento de los valores y
Categorias que la expresen positivamente y le reve-
jen el mundo. ¥ estos valores, a su vez, habrin de
{ser fuente de energia y resorte de un movimiento
| transformador capaz de Ylevar adelante, con el apor-
{te de todos nuestros paises, un proceso ascendente
(de eivilizacién,
126
E| problema de nuestro pensamiento filoséfico se
liga de este modo con el reto histérico que enfren-
tan hoy los paises del Tercer Mundo y, dentro de
éste, la América hispanoindia, Puesto que nuestros
pueblos sélo saldrén de su condicién rompiendo los
lazos que los tienen sujetos a los centros de poder
y manteniéndose libres con respecto a toda otta su-
jecion’ que paralizaria su progreso, se hace claro que
Ja filosofia que hay que construir no puede ser una
variante de ninguna de las concepciones del mundo
que coresponden a los centros de poder de hoy, li
gadas como estén a los intereses y metas de esas ‘po-
tencias. Al lado de las filosofias vincaladas con los
grandes bloques actuales o del futuro inmediato{es!
preciso, pues, forjar un pensamiento que, a la vez que\
arraigue en la roffjdad histérico-social de nuestras
comunidades y traduzca sus necesidades y metas,
sitva como medio para cancelar el subdesdirollo y
la dominacién que tipifican nuestra condicién his-
térica. Es piccisu que, dentro del cuadro general
del Teicer Mundo, los paises hispanoamericanos,
puestos a construir su desarrollo y a lograr,.su inde-
ndencia, encuentren el apoyc de una tetlexién fi-
sotica conseiente de Ta coyuntura histérica y deci-
dida a construitse como un pensar riguroso, realista
'y transformador. Este propésito se beneficiard de
los esfuerzos nacionales particulares, pero necesitard
tambien una accién concertada, necesaria y fecunda
en cuanto promotora de la unidad de Hispanoamé-
rica, tnidad que no s6lo cozresponde a los hechos)
sino que ademds es imperativa en esta época de vil
gencia de grandes agrupaciones multinacionales |
* No dejasé de plantearse a muchos el interrogante de la ubi-
127
t
sacle o..ueneneniieeaee eeF.Creemos indispensable advertir a esta altura de
* nuestro alegato que no estamos postulando la ne-
cesidad de una filosofia préctica, aplicada 0 sociolé-
giea, como més de una vez se ha propuesto al pen-
\ Samiento_hispanoamericano. Estamos convencidos
\de-que el cardcter teérico estricto —que no tiene
Jque significar en nada divorcio de la practica—, la
[ més. alta exigencia ,reflexiva, es. indispensable’ en
"Ia filosofia hispanoamericana’ como en toda filoso-
fia fecunda. Y es preciso advertir a este respecto que
la distribucién de las tareas en filosofia, recomen-
dadavalguna veces, incluso por figuras préceres de
hucrta historia —tefudrdese el cao de lberdi—,
segiin la cual la teorfe-corresponderia a Europa y la
aplicacién a Hispancamérica, es una manera mds
de condenamos a la dependenciary la sujecién, como
em el campo de la economia lo es el reservar para
Jas grandes potencias la industria pesada, dejando
Gacibm'de Cuba en este cnadea El caso cubano e copecial
mente importante por varias rzzones. Primero, porque forma
parte natural de nuestra comunidad hist6rica'y no puede set
eatratada de ella por razén de diferencias politicas. En segun-
lugs porque ba comerzado a reibic una influencia gene
‘del pensamiento marxista que no tiene paraelo en
fuestra historia y comstituye, por su otientacion y su. exclusi-
vismo, una variante bien marcada desde el punto de vista fi
los6fico-ideolégico. Finalmente, porque esté haciendo una de
cisiva experiencia de independencia national, una experiencia
revolucionaria, de cuyo logro —como signo y efecto al mismo
tiempo— hay que esperar, segin nuestra tesis, la constitucion
de una filosofia genuina y original, que ain se echa de menos
como doctrina sistemdtica pues, en su forina actual, el marcis-
mo resulta ser también un pensamiento calcado. ‘La conver:
encia de este esfuerzo histérico y otzos_hispancarericanos
ri de ser uno de los mas trascendentales episodios de la
enovacién cultural de nuestro continente en los afios venideros.
128
los paises subdesarrollados los Vectores mis débiles
de la produccién industrial. En ciencia y en filoso-
fia s6lo quien tiene la clave de la teoria puede hacer
suyos los avances mayores y los poderes de la civili- |
1 zacién. Si nos es necesaria la filosofia estricta, como '
creemos que lo es, debe comprender, por consiguien-
te, la teoria y a la vex Ia aplicacién, concebidas y |
ejecutadas a nuestro modo propio, de acuerdo a
nuestras pautas y categorias. Ast como la ciencia
que, pese a su neutralismo declarado y su asenta- )
miento en la objetividad, implica —sobre todo en }
las disciplinas’sociales— un ingrediente de interpre- {
| tacién e ideologla que pide su elaboracién de acuer- |
|: do a nuestros propios enfoques y perspectivas, a)
también la filosofia, incluso como teoria, no es neu-|
tral en el modo de indiferente a Ia vida y debe estar|
nutrida por Ia vida de nuestros pueblos. para ser }
adecuada a su esencia y sus fines. Sin olvidar que !
justamente el filtro necesario para la ideologia de
Ja ciencia s6lo es posible, sin afectar 1a existencia
| de una comunidad ni la verdad objetiva, cuando
la filosofia, que es la postrera instancia de: la cri-
{ tica, se construye en acuerdo con la realidad del
\ existir hist6rico de esa comunidad.
i Por consiguiente, quienes sienten el Iamado del
| pensimiento reflexivo en Hispanoamérica, a la vez
| que se sumergen en su medio vital, no pueden dis-
! pensaise de adquirir las técnicas desarrolladas por cl
i pensamiento filos6fico mundial en su larga historia,
ni conviene que dejen de lado aquellos conceptos y
métodos capaces de servir de soportes a una teoria
rigurosa. A costa seguramente de penosos esfuerzos,
deben hacer suyos todos estos productos, més difi-
‘ 129ciles de adquirir por ellos sin respaldo de una s6lida
| base cultural nacional y operendo en contrario'un
cierto elemento de disparidad de culturas. Pero todo
el tiempo han de tener contiencia de su carécter
| wisional ¢ instrumental, de su condicién de me-
ios y elementos filtrantes de un proceso mental
' coordinado con el desarrollo nacional, para no to-
marlos como modelos definitivos ni como conteni-
dos absolutos. Deben tener siempre presente que
son en mucho herramientas tedricas que hay que uti-
lizar:en tanto no haya otras més eficaces y més
| adepuadas al.descubrimiento y expresin de nuestra
geencia-antropol6gica que han de producive al hilo
de la mutacin histérica de uestros pueblos.
9. Resumo y doy las formulas escuetas del plan-
feo aquf expuesto, advirtiendo que en él operan las
‘siguientes.|convicciones primarias 0 presupuestos
jaceptados de antemano:
| ofa)ique hay diferencia entre la plenitud y la de-
F { presiéin de una comunidad como de un individuo,
entre su independencia, su desenvolvimiento auté-
nomo y su dominacién, o sea, el estar sometido a
Tas decisiones y los intereses de otra entidad histé-
tica (nacién, Estado, etoétera);
~b}-que son més destables y mejores la_plenitud
de sei, la:autenticidad y la autonomia, que sus con-
|” c)-que en Ia historia es posible 1a novedad, el
salto disléctico que permite ¢! paso de un nivel de
| realtzaciones a otro, la emergencia de formas iné-
| its de existencia;
130 '
d) que —como se declaré en la introduccién—
puede hablarse de los paises de la América hispano-
india gomo una unidad de cultura;
‘e) que la filosofia estricta es un valor de civili-
zacién que necesitamos realizar. A
Sobre la base de estas asunciones implicitas he-
mos sostenido las siguientes tesi 7
x. Nuestra filosofia, con 30s peculiaridades pro-
pias, no ha sido un pensamiento genuino y origi- (
nal, sino inauténtico ¢ imitativo en lo fundamental.
tt, La causa determinante de este hecho sla
existencia de un ffefecto bisico de nuestra sociedad
y nuestra cultura, Vivimos alienados por el subdes-
arrollo conectado con la dependencia y la ‘domina-
cién a que estamos sujetos y siempre hemos estado.
im, Nuestra vida alienada como naciones y como
comunidad hispanoamericana produce un pensa-
miento alienado que la expresa por su negatividad.
Nuestra sociedad no puede menos de pioducir se~
mejante pensamienta defectivo. :
11. Este pensamiento inauténtico por alienado es
ademés alienante, en cuanto funciona generalmente
como imagen enmascaradora de nuestra realidad y
factor que coadyuva al divorcio de nuestras nacio-
nes respecto a su ser propio y sus justas metas
histovicas. F
v. La constitucién de un pensamiento genuino
y original y su normal desenvolvimiento no podrin
alcanzarse sin que se produzca una decisiva transfor- |
macién de nuestra sociedad mediante la cancelacién |
del subdesarrollo y la dominaci6n. , :
vt, Nuestra filosofla genuina y original scra cl
pensamiento de una sociedad auténtica y creadora,
raetanto mis valiosa cuanto més altos niveles de ple-
\ nitud alcance la comunidad hispanoamericana. Pero
| puede comenzar a ser auténtica como pensamiento
| de la negacién de nyestro ser y de la necesidad de
| cambio, como conciehcia de la mutacién inevitable
| de nuestra historia. Por el andlisis y la critica, por
| la confrontacién de los valores,xigentes en nuestro
maundo y por el ahondimiento de le propia condi
cidn, puede operar como un pensamiento ya no en-
teramente defectivo sino crecientemente creador y
constructivo.
vat. Pero, como seguir’ tomando de fuera, quiz4
por mucho tiempo, conceptos y valores, deberd ser
Vigilante y desconfiada en extremo, a fin de evitar
| —por la ‘critica y la consulta de la realidad— la
reca{da en los medos alienantes de reflexién.
viz. Las naciones del Tercer Mundo como las his-
panoamericanas tienen que forjar su propia filosofia
en contraste con las concepciones deferididas y asu-
midas por los grandes blaques de poder actuales,
haciéndose de este modo presentes en la historia de
nuestro tiempo y asegurando su independencia y
su_supervivencia,
[7 Las ideas arriba expuestas sefialan claramente la
| twrea que tenemos ate noyotros, la tarea que ya
ealiza quien reflexiona y débate sobre estos temas,
caminando por el filo acerado que separa la auten-
ticidad de la alienacién, En ciertos casos, no se
| dude, seré imposible o apenas factible cumplir ca-
, balmente sus metas, pero hay que tender de todas
| maneras a ellas con la conciencia de que la dificul:
tad del éxito aumenta cada dfa como efecto de la
| dindmica acelerada de la historia contemporinea.
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i
{
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1
En el gran campo de la competencia mundial son
cada vez més hondas las diferencias que separan a
los pafses subdesarrollados de los desarrollados, a los
paises industriales de los proletarios, y es por tanto
cada vez més tuda y permanente la sujecién de los
segundos a los primeros 'y més grave la alienacién
del ser de Jas naciones dominadas entre las cuales
se cuentan las de la América indohispana
Pero hay_todavia_posibilidad de.liberacion. y, cn
ld medida en que la hay, estamos obligados a optar
decididamente por una linea de accion que materi
fice esi posibilidad y evite su frustracion. La fil
sofia hispanoamericana tiene también por delante
esta opcién de Ja que, ademés, devende su propia
constitucién como pensamicnto auténtico.