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El arte creto- micénico

Durante el segundo milenio a.C florece en Europa la cultura de la edad de bronce, mientras
contemporáneamente se desarrolla en la cuenca del mar Egeo una civilización en la isla de
Creta, poblada por emigrantes del Asia durante el neolítico.

Esta población la más antigua de Creta habitaba en cuevas o en casas rectangulares, su


economía se basaba en el cultivo de cereales y verduras y en la cría de animales domésticos.

La Edad del Bronce comienza en la isla alrededor del año 3000 a. C. Parte de la población se
establece en lugares aptos para la defensa o el ataque.

La situación privilegiada de Creta, ubicados en el centro de un mar frecuentado por barcos


mercantes, los cuales favorecieron su rápido desarrollo cultural y el bienestar económico de
sus habitantes, haciendo comienzos en su control sobre las aguas del Egeo.

Dos grandes deidades, Minos por un lado es el justo, rey y sacerdote, amigo y confidente de
Zeus

Idomeneo, combatió en Troya mezclado con los héroes homéricos de segunda fila.

Creta fue el único pueblo europeo que, sometido a la influencia de Egipto, busco una
inspiración fresca en el estudio de su propio paisaje, los artistas de Creta lograron dar vida
palpitante a todas sus creaciones.

Arquitectura
Las residencias señoriales ejemplos de la arquitectura Cretense, palacios con mayor amplitud y
riqueza: knossos y Phaistos, con cámaras, peristilos, pórticos, corredores, almacenes y
obradores yuxtapuestos sin orden ni concierto, se destaca el patio rectangular, que ocupa el
centro del edificio e ilumina las estancias que con él comunican.

Las representaciones de edificios en el arte cretense permiten reconstruir la forma de estas


columnas perdidas, cuyos fustes, lisos o acanalados, reducían su envergadura de arriba abajo,
como patas de silla, en sentido contrario a las columnas griegas.

Escultura y artes menores


Construían figurillas de barro, bronce, porcelana y marfil, naturalmente, toscos esquemas de
hombres, mujeres y animales que se dedicaban como exvotos en los santuarios o se
depositaban en la tumba en calidad de protectores y acompañantes del difunto.

Se destacan algunas miniaturas excepcionales como pequeños ídolos de la diosa domadora de


serpientes o de sacerdotisas que practicaban en cultos.

El área heládica
El tránsito del Neolítico a la Primera Edad del Bronce (Heládico I), significo nuevas actividades
industriales y comerciales junto a las antiguas formas de vida pastoril y agrícola.

Mégaron será el módulo, o unidad principal, de los palacios micénicos, y mucho más tarde, el
embrión del templo griego.
Hacia el año 2000 a. C., Grecia inicia la fase de su civilización llamada Heládico Medio, donde
se introduciría el idioma indoeuropeo (aqueos). Con el tiempo habrán de alcanzar fuerza física
o numérica para dominar a sus predecesores egeos e imponerles su lengua, la que hoy
llamamos griego micénico.

Los aqueos en Grecia se situaron durante el siglo XVI, se descubren por su cerámica a torno de
color gris mate o amarillento en tazas de dos asas verticales.

El arte griego primitivo


El arte griego se representa en los vasos cerámicos del estilo geométrico y la pieza
monumental, que se aproxima a los dos metros de altura.

En los comienzos del etilo los vasos protogeométricos, la decoración prehelénica es


reemplazada por un sistema elemental de líneas rectas y onduladas, triángulos, círculos y
semicírculos. Tras estos vasos se advierte una disputa entre la línea recta y la curva, es así que
surge el estilo geométrico propio, con su sistema ornamental rectilíneo que, partiendo del
Ática, se difunde rápidamente durante el siglo IX a. C. por todos los ámbitos de la cultura
griega.

Vasos del Dípylon a todos aquellos que muestran el estilo en la plenitud de su desarrollo. Los
más antiguos son los del estilo negro (últimos del siglo X y comienzos del IX a. C.), parte del
vaso está recubierto por un barniz de ese color y su escasa decoración aparece confinada en
una sola franja horizontal de temas rectilíneos

En su segunda fase (hacia fines del siglo IX a. C.), el esquema antiguo se reelabora dividiendo la
zona principal por medio de verticales e introduciendo en el campo decorativo siluetas de
pájaros, caballos y ciervos, unas veces en hileras, otras en grupos heráldicos.

Finalmente, en el siglo VIII, aparece en escena la figura humana y los vasos alcanzan
dimensiones tales que se les utiliza como monumentos fúnebres sobre las tumbas del Dípylon,
la figura del hombre geométrico es simple y esquemática como un muñeco fabricado con
cerillas; la cabeza es un punto provisto de un apéndice para indicar en unos casos la nariz y en
otros la barba, el torso, un triángulo con vértice en la cintura; los miembros, filamentos largos
como patas de insecto.

En la última fase del arte geométrico, hacia el año 700 a. C., las escenas de la vida humana se
extienden por las paredes del vaso a costa de los adornos geométricos. Lentamente, los
hombres van perdiendo su aspecto de cerilla e hinchan el pecho como si deseasen tomar
aliento.

La parte más expresiva de la cara será el ojo, se representa ya como un círculo claro con un
punto oscuro, y el pelo se alarga en las figuras de mujer con un movimiento y una energía que
ha impulsado a Beazley a inventar el gráfico término de “pelo eléctrico”.

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