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Aquos, Revista de FHosofia, 19,1999, 19.88 ¢Cémo no derivar? Creencia y denegacién en Jacques Derrida Resumen: La autora propome una explicaion y uma conestaliacin def nite dl probe made lafeen los umes tests de Jacques Der da, Analiza, en panicult I lgica dela relacion ‘entre fe y denegacin, y la bpolarida de la reli 5m, 0 sus dos fuentes itemson ent rel fn eterminada y religion com orasin de lo omplctamente uo}. Se siti. en Fin, en ee con CATHERINE MALABOU Resumé: Lsuteur propose une explication et une contentualstion de Fiasistance du probleme de [fo dans les demiers textes de Jacques Deri, (On analyse en speci a Inghqve de rapt ‘énégtin, et Ia bipoacte de fa religion entre religion detenmine.et chance du fou ate). On sive en fia, em es content, quelques diffculiés , devant les exigenees d's Text, las diffevliades del concepto de «deriva ne peasde dea uace, cin», en relacién con las exigenelas down Mots els: Derrida, foi, dénéeation. roigion. penssinient dels hula que ha desconsruido e chance. derive. concept de eigen Palabras clave: Dera donepacisn, religion enim, den Si bien resulta evidentemente ilegitimo distinguir «épocas» en la obra de Derrida, hay que reco- ‘ocer en ella sin embargo, como lo pide ya la amplitud de esta obra, diferencias de acento que renuevan la cuestion al replantearla una y otra vez. Desde hace aproximadamente der aflos, los ‘motivos de la creencia o de la fe, de la religin, de la promesa, de lo «mesignico» finalmente,insis- ten de manera acuciante en los textos, esclareciendo a una luz nueva la problemética de Ta hella, Obras como Circanfesién’, Espectros de Mars’, Khdra’, «Fe y saberss, por no citar més que ésas, son los testigos més elocuentes de ese privilegio atribuido al «vocablo de lo creido»' Es imposible, en el marco de un articulo, intentar dar razén de esta insistencia, justficarla, 0 bosquejar su génesis. Me contentaré con subrayar uno de sus rasgos sefialados; el lazo que Derrida establece entre la cveencia y la denegacisn, La orientacién mueva de su planteamiento de la cuestisn lleva necesariamente a Derrida a per- seguir su explicacién con lo que se ha convenido en llamar Ia «teologia negativan. En efecto, un pensamiento desconstructivo de la ereencia, ,no requiere, como su condicién de posibilidad, la ela. CCircontsson. in Geottey Bemnngzon & Iaoques Deri, Jacques Derrida. Pans. Le Sui, 1991 Spectres de Mars, Pari, Clie, 193, Khia. Pans, Gabe, 195, su‘ et savoie Le dens sources de “religion au lites de a single rus», in Gian Vain et Jacques Derrida La Religion. Pais, Le Seuil 199. Trad esp. Cestina Pees y Paco Vida, Lat eligi, PPC, Madd. 1996 Primera palabras de Civvonfsson,p 7. 80 Catherine Molabons boracién de una nueva forma de discurso «apofético»? El texto ¢Cémo no hablar? se propone pre- cisamente ta tarea de instruir esa cuestiOn. Derrida recuerda que «la twologia negativa consiste en ‘considerar que todo predicado, incluso todo lenguaje predicativo, resulta inadecuado a la esencia, ten realidad a 1a hiperesencialidad de Dios y que, por consiguiente, solo una atribucién negativa («apofitica») puede pretender aproximarse a Dios»*, Ahora bien, puesto que es claro que la des- construccién «parece recurrir de manera insistente y regular a ¢sta retérica de la determinacidin negativa, multiplicando sin fin las puestas en guardia y las advertencias apotiticas: esto, que se Ma- ma X (por ejemplo el texto, la escritura, la huella, la diferencia, el himen. el suplemento, el phir- makon, el parergon, etc.) no «es» ni esto ni aquello, ni sensible ni inteligible, ni positive ni negativo, ni dentro ni fuera, ni superior ni inferior. ni activo ni pasivo, mi presente ni ausente, ni siquicra neu- tro (...»7, es realmente preciso que Derrida se explique sobre esa proximidad que, sin ser una pura apariencia. dehe sin embargo ser aclarada como mascara de unu diferencia irreductible. No es mi objetivo aqui entrar en el centro de ese debate, sino tan sélo examinar uno de sus tér- ‘minos. Derrida reconoce realmente Ja necesidad de un cierto recurso a ta apofasis. es decir, a una ‘modalidad de lo negativo. para hablar de la fe... y para hablar pura y simplemente si es verdad que todo acto de habla s6lo es posible a partir de un erédito, de una alianza, que unen al que habla y al que escucha, Pero lejos de acusar el defecto del discurso en relacidn a lo que designa (Ia esencia 0 1a hiperesencialidad), esta modalidad de lo negativo {no es esto. ni aquello, etc.) constituye por el ccontrario el horizonte insuperable de la discursividad {@De qué modalidad se trata? Derrida pone en claro el hecho de que toda afirmacisn, toda post cidn, puesto que proceden de unc creencia originaria, estan siempre cogidas en los repliegues de tuna logica de la denegacién. Es, pues, la relacién estrecha que existe entre creencia y denegacién, to que Derrida, a titulo de un analisis de la fe. se propone come tarea de pensamient. ‘Comencemos por precisar el lazo que aproxima inmediatamente creeneia y denegacién la una a la otra. Creer en algo viene a ser siempre tener ese algo por indenegable, A la inversa, la afirmacién de lo indenegable implica siempre un acto de fe. Lo indenegable y To cre‘do tienen que ver eon lo posible. Creer es creer que es posible. Pero ;qué es decir que una posibilidad es indenegable? En «Fe y saber», Derrida responde: «No se la puede denegar, exo quiere decir que, como mucho, se la puede denegar»', Lo cual significa siempre al mismo tiempo que no cabe mis gute denegarla. Toda afirmacién de lo indenegable. en la medida en que supone, para expresurse. una forma de la nega- cidn —no se la puede denegar—. es siempre ella misma una denegacidn: decir que una posiblidad ¢s indenegable es «otra manera de decir que no se puede evitar denegarla no cabe mds que dene- garla (..). O incluso: «No puede haber mis que denegacién para eso indenegable»" Esta includible I6gica de la denegucién vale claro esta para twa ereencia determinada, para tal © eval acto de fe. religioso en particular, Pero todos los casos particulares proceden de una con ccidn que se podrfa llamar rascendental: afirmar el cardcter indenegable de una posibilidad, cual- ‘quiera que sea. equivale a postular necesariamente que esta posibilidad es susceptible de dejar en reserva una llegada, es susceptible. no de realizarse propiamenic hablando, sino de eonstituir acon- {6 «Comment ne pus purter?ain Psvche. Inventions de Pare. Gals. Pas. 19S). S86. (Te, esp. Cin mo haber 1.13. Proyecto w Ediciones, Barcelona, 1997), Aenea de la dicot mtn fa slid de hablar de sd © de lr teologia nepaiva ver especialmente las pp. 585. 546. 7 i 8 aFey sabernsp. 9% 9 =Cumment ne pas parler p. S61 10 Thad. p 54. Cone no devivar? Creencis v denegactdn en Jacaues Derrida 81 tecimiento. Creer es siempre creer en el advenir, en el porvenir; tal es el fundamento de todo mesia- nismo. Una verdadera creencia en el porvenir es una creencia en lo otro, en Io otro entendido como completamente otro. Que fo completamente otro pueda venir: esto es lo indenegable. Completa- ‘mente otro significa otra cosa que lo que ha llegado ya, otra cosa que lo que ha tenido lugar ya, otra ‘cosa que aquello que cabria esperar. A eso completamente otro Derrida le da el nombre de «arri- Dante absoluto» Lo completamente otro remite asf a la posibilidad de un comienzo completamente diferente. El creer —y éste es realmente el horizonte de la fe— encierra siempre la fe en ofra fuente: que todo haya podido ser otra cosa, que todo haya podid producirse de otro modo, Posibilidad de otra his- toria, Posibilidad de lo que Derrida, en Demeure, Athenes,titula «la otra oportunidad», Ese texto evoca la muerte de Socrates, «la manera en que ese pobre Socrates. entre e] veredicto y el paso de Jos veleros a lo largo del cabo Sunion, ha creido que, al no salvarse, se salvaba y salvaba en él, en cl mismo instante, la filosofia (..), mientras que, insisto en creerlo (dice Derrida), la Hlosofia podis tener otra oportunidad" «Persisto en creerlo, la filosoffa podia tener otra oportunidady, éste es el ejemplo tipo de una afirmacién de lo indenegable, tal es el ejemplo tipo de un enunciado de creencia. Sécrates habria podido evadirse, puede uno erverlo, es indenegable. La filosofia habria podido entonces tener otra ‘oportunidad. otro destino. Se lo puede uno creer, no cabe otra cosa que creerlo, No cabe (més que) denegarlo, La denegacién nace en ese lugar exirafio donde tiembla el concepta mismo de naci- ‘miento, en el temblor que suscita la cuestidn vertiginosa, que no puede dejar de obsesionar toda tra- dicién, toda historia, toda génesis, todo encadenamiento de hechos: cy si hubiese tenide lugar otra cosa, algo completamente diferente, algo inaudito, absolurameme diferente de todo fo que a ocu- rrido? Cuestion que al mismo tiempo se abre al porvenir: cy si algo diferente, lo completamente ‘otro, ta ora oportunidad, la otra posibitidad fuese susceptible de advenir? No se puede saber. No se puede decir cual habria podido ser o cusl podré ser la otra oportunidad de Ia filosoffa por ejem- plo, Pero no cabe tampoco no pregumtarse por esa oportunidad, en direecién a esa oportunidad, a partir de ella quiz. La denegacién esté ahi, retirads-dada, en la manera como esa pregunta resuena inevitablemente, como una solicitacién inreductible del pensamiento por él mismo, en la manera ‘como esa pregunta resuena sin que pueda plantearse. La cuestién del origen completamente dife- rente es una cuestidn que insiste, que socava, desborda el acontecimiento efectivo, que superpone & ste un antadido de posibilidad, insiste repitiéndose, repitigndose que no puede plantearse. Inevita- ble como cuestidn, imposible como cuestiGn, necesaria como cuestiGn, La denegacién nombraria ¥y ese no en cuestidn en la cuestin, Derrida saca la denegacién, por una parte, de] corpus de Ia teologia negativa, por otra parte, del corpus del psicoandlisis, para enlazarla con la inmensa interrogacién que aquella economiza, 0 mas bien, por hablar como él, que aquella

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