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Hernán Pinilla Quezada. Universidad de La Frontera
1. INTRODUCCION
No todos los nutrientes incorporados al suelo son utilizados por la planta. Solo una
fracción relativamente reducida es incorporada y exportada por la planta. En el caso del
nitrógeno puede haber pérdidas que alcanzan en ocasiones, proporciones del 50 % e
incluso superiores. Estas pérdidas se deben a fenómenos de volatilización de
amoníaco, a procesos de desnitrificación, a la fijación laminar del ion amonio por las
arcillas y a la lixiviación del ion nitrato. El fósforo, por su parte, experimenta reacciones
con los componentes del suelo, produciéndose su fijación e inmovilización, hasta el
punto que durante el primer año de aplicación sólo se utiliza entre un 10 al 30 % del
fósforo incorporado. Esto supone que el fósforo disponible no se corresponde con el
incorporado en el fertilizante. Por último, las pérdidas de potasio pueden ser de una
cuantía muy variable y tienen su causa fundamental en la fijación interlaminar de las
arcillas.
Las pérdidas por desnitrificación o lixiviación tienen una clara acción contaminante.
En la desnitrificación se produce N2O que es una sustancia peligrosa ya que contribuye
a consumir el ozono atmosférico aumentándose la accesibilidad de los rayos ultravioleta
a la superficie de la tierra. Pero, sin duda alguna, es aún más grave la contaminación
hídrica derivada de la lixiviación de nitratos y de amonios, pues por una parte contribuye
a los fenómenos de eutrofia y, por otra, los acuíferos se contaminan y pueden ser
nocivos para el hombre durante mucho tiempo ya que son necesarias varias décadas
para su recuperación por recarga.
La fertilización ideal debería hacerse de tal manera que se suministrara a la planta
los nutrientes en la forma y cantidad que requiere en cada fase de su crecimiento. Pero
esto no es fácil por que las necesidades nutricionales varían, cualitativa y
cuantitativamente, durante las distintas etapas del cultivo. El sistema de fertilización que
más se acerca a la situación ideal sería realizar aplicaciones parcializadas y
secuenciales de diferentes tipos de fertilizantes convencionales. Pero este
procedimiento, además de un elevado costo, resulta prácticamente inviable en algunas
fases del cultivo.
Se hace preciso, pues, buscar soluciones por otras vías, capaces de armonizar el
mantenimiento de una elevada producción con el abaramiento de los costos, la
conservación de la naturaleza y la economía de los recursos. Y la solución está en lo
que se viene denominando tecnologías de liberación lenta o controlada, o “controlled
release”.
2. Tecnologías de liberación lenta.
La liberación controlada puede definirse como la transferencia lenta, moderada o
gradual, de un material activo desde un sustrato de reserva a otro medio, con el fin de
conseguir sobre el mismo una acción determinada. Con ello se consigue aumentar la
eficacia del material activo prolongando su acción en el tiempo, se reduce su impacto
sobre aquellos otros medios a los que no va especialmente dirigidos, se simplifica su
dosificación, se evitan pérdidas por degradación, volatilización y lixiviación.
3. Tipos de fertilizantes de liberación lenta
La obtención de fertilizantes de liberación lenta pueden conseguirse por tres vías.
No obstante cada una de ellas ofrece múltiples variantes:
· Productos recubiertos
· Productos de baja solubilidad
· Productos que controlan la actividad microbiana
Los productos recubiertos son fertilizantes convencionales, a cuyos granos se les
ha dotado una cubierta insoluble o poco soluble en agua. Se trata, en definitiva, de
crear una barrera física que aminora la velocidad de penetración del agua hacia el
interior del grano y, con ello, la de liberación de la sal soluble. El agua disolvente
accede al grano de fertilizante a través de los poros y grietas de la cubierta o de las que
pueden formarse en el propio suelo, por acción de los microorganismos. En otros casos
se sustituye la cubierta por una encapsulación en polietileno perforado, pero el
mecanismo de comportamiento es el mismo.
La segunda vía tecnológica para obtener fertilizantes de liberación lenta consiste
en preparar especies orgánicas o inorgánicas de baja solubilidad, de manera que se
requieran volúmenes de aguas elevados para conseguir una disolución total.
Los productos orgánicos son, sin duda, los más difundidos. Se trata en general, de
condensados de ureas con aldehídos, formaldehídos, isobutilaldehídos,
crotonaldehídos entre otros, que se descomponen lentamente en el suelo, por acción
química o biológica, liberando el nitrógeno en forma amoniacal.
Las sustancias nitrogenadas inorgánicas de baja solubilidad son mucho más
limitadas. Se pueden citar los fosfatos doble de amonio y un metal, casi siempre
magnesio y hierro, toda vez que ambos son también esenciales en la nutrición. Se han
propuesto también especies salinas mixtas, tales como mezclas de nitrato amónico y
sulfato amónico magnésico, que en proporciones adecuadas forman una sal doble de
menor solubilidad que el nitrato amónico aislado.
Finalmente, la tercera vía para obtener fertilizantes de liberación lenta consiste en
incorporar a los fertilizantes convencionales sustancias que inhiben los procesos de
desnitrificación y nitrificación. Para inhibir la nitrificación se emplean con éxito la
nitraforina, el disulfuro de carbono y la urotropina, entre otros.
En el caso de la urea, se inhibe la actividad de la ureasa, enzima responsable de
la hidrólisis de la urea en carbonato amónico, con productos tales como
dimetiltiocarbamatos o estearatos .
4. PRODUCTOS DE BAJA SOLUBILIDAD
Uno de los problemas a los que se ha tenido que enfrentar la tecnología de los
fertilizantes de liberación lenta (FLL), ha sido el escaso número de especies
nitrogenadas con baja solubilidad, pues casi todas las sales nítricas y amónicas, útiles
como especies fertilizadoras, son muy solubles en agua. Las únicas excepciones entre
los productos inorgánicos las constituyen el fosfato amónico magnésico y el fosfato
amónico ferroso, que cuentan con el atractivo adicional de contener otros elementos
nutrientes, que también se liberan al medio de forma lenta.
El principal inconveniente de los fosfato amónicos metálicos es su bajo contenido
en nitrógeno (< del 8%) en el producto final. En las dos últimas décadas se han
sintetizados nuevos productos nitrogenados de naturaleza orgánica con baja solubilidad
y de riqueza en nitrógeno superior al 30% . Se trata de especies obtenidas,
generalmente, por reacción entre la urea y un aldehído. El nitrógeno orgánico se libera
al medio a un ritmo lento a través de una hidrólisis química o microbiológica, quedando
al final todo el nitrógeno en forma nítrica.
En la figura 1 se presentan los fertilizantes nitrogenados de baja solubilidad, ya
sean de naturaleza orgánica o inorgánica.
INORGANICO Fosfatos
Amónicos metálicos
FERTILIZANTES DE
BAJA SOLUBILIDAD
Condensados
Deureaform
IBDU
ORGANICO
CDU
Otros
Fig. 1 Tipos de fertilizantes de baja solubilidad
4.1. Urea form
La urea form se obtiene por reacción entre la urea y el formaldehído. En primer
lugar una molécula de urea en medio alcalino se une a una de formaldehído, originando
un compuesto denominado monometilolurea, que es soluble en agua.
Si se acidifica el medio, una molécula de urea puede unirse a una de
monometilol urea, originando un compuesto que se denomina metilendiurea (MMD),
molécula soluble en agua.
Este compuesto, a su vez, reacciona con otra molécula de metilol originando la
dimetilentriurea (DMT), que puede polimerizarse a trimetilentetraurea (TMT) y, en
general, a polimetileneurea de 4 a 8 unidades de urea.
En el cuadro 1 se presenta la solubilidad de cada una de las fracciones.
Cuadro 1. Solubilidad de distintas fracciones de metilenurea.
A medida que aumenta el tamaño de la cadena disminuye la riqueza en
nitrógeno (N) y la solubilidad del producto.
La ureaform, por tanto, es en realidad una mezcla de distintas fracciones que
difieren en tamaño molecular. Sus principales características se presentan en el cuadro
2.
Cuadro 2. Características de la ureaform.
% Ntotal 38
% Indice actividad (I.A.) 5055
% N insoluble en agua fría 27
% N insoluble en agua caliente 11
% N ureico 1,5 %
% Humedad 0,5 %
Liberación del N de la ureaform en el suelo.
El N que forma parte de las distintas fracciones de los condensados de ureaform
se transforma en NH3 y, posteriormente, en NO3, mediante la acción de los
microorganismos. La velocidad de nitrificación del producto depende, no obstante, de
las características del mismo, aunque siempre el ritmo es más lento que el de la urea o
el sulfato amónico. En ensayos de incubación de ureaform, urea y sulfato amónico se
ha determinado que el ritmo de aporte de nitrógeno de la ureaform es casi constante y
su transformación total se produce en un período de seis meses. La urea y el sulfato
amónico, por el contrario, se nitrifica en menos de un mes.
4.2. Isobutilidendiurea (IBDU)
La isobutilidendiurea es uno de los fertilizantes de liberación lenta más
empleados. Se obtiene por reacción por el isobutilaldehído y la urea .
A diferencia con lo que ocurre con los condensados de ureaform el IBDU no
sigue polimerizándose en el proceso de fabricación.
El método de preparación es análogo a los de obtención de ureaform. En
concreto, se mezcla urea sólida con el aldehído líquido en relación molar: 2 de urea y 1
de aldehído. La reacción es exotérmica y requiere catalizadores ácidos. Generalmente
se incorpora H2SO4. El producto final se granula en un tamaño comprendido entre 0.7 y
2.5 mm.
El producto formado tiene una solubilidad de 0.20.3 gr./100 ml, es decir, unas
mil veces inferior al NH4NO3.
El IBDU contiene 32,18% de N, y posee un índice de actividad de 99, es decir,
tiene 1% de N insoluble en agua caliente. Sus principales características se señalan en
el cuadro 3.
Cuadro 3. Características de la isobutilidendiurea (IBDU).
Peso molecular 174,21
Solubilidad en agua g/100 ml a 20 ºC 0,20,3
Punto de fusión 205 208
Contenido de N % 32
Indice de actividad 99
El IBDU se comercializa como fertilizante nitrogenado con nombres como
Floranid 32, y frecuentemente se le incorpora fertilizantes complejos. Estos fertilizantes
complejos se emplean con mucha frecuencia en cultivos hortícola y en jardinería,
debido que contienen nutrientes de liberación rápida (60 % de N) y de liberación lenta
(40 % de N).
La Mitsubishi Chemical Co prepara también fertilizantes complejos con IBDU
destinados a la fertilización arbórea. El período de duración puede llegar hasta los 5
años, en productos de IBDU recubiertos con parafina y aceites de linaza.
Liberación del IBDU en el suelo
El mecanismo de ruptura de la molécula IBDU es meramente químico, por lo que
la acción microbiana afecta muy poco el ritmo de liberación de nutrientes. En la urea
form ocurre lo contrario.
Las variables que modifican el ritmo de liberación de la IBDU son: el tamaño de
grano, la temperatura y la humedad del suelo. En lo que se refiere al tamaño del grano,
un aumento del mismo, provoca una disminución del aporte de nutriente al medio.
El proceso de mineralización a 20 ºC y con una humedad de 60 %, después de 8
semanas alcanza a un 20 % cuando el tamaño de grano es de 34 mm, mientras que si
el tamaño reduce a 0,30,4 mm, la transformación (mineralización) es del 100 % en ese
mismo período de tiempo.
La humedad es otro de los factores que afecta a la liberación. En ensayos de
incubación se ha comprobado que al aumentar el contenido de humedad del suelo lo
hace también el nitrógeno liberado. Así, después de ocho semanas se libera un 30 % y
un 80 %, si las humedades son del 40 y del 80 %, de la capacidad de campo,
respectivamente, en granos de IBDU de 12 mm de tamaño .
Como en casi todos los FLL, un aumento de temperatura incrementa la liberación
del nutriente.
Otros factores como el pH, afectan poco a la disolución del producto, aunque se
han detectado ligeros incrementos al acidificarse el suelo.
El único problema que podría originar el empleo de IBDU, según algunos
autores, es la toxicidad del aldehído isobutírico que se libera en el suelo junto a la urea.
Se ha demostrado que en condiciones óptimas, el ácido isobutírico desaparece en un
período no superior a 20 días.
4.3. Crotonilidendiurea
Cuadro 4. Características de la Crotonilidendiurea.
Peso molecular 172,2
Solubilidad en H2O g/100 ml a 20 ºC 0,006
Punto de fusión 259,0
Contenido de N % 32,5
Indice de Actividad (I.A.) 99,8
Liberación del N procedente del CDU.
La liberación del nitrógeno contenido en el CDU está regulada por hidrólisis
química y microbiana. Por hidrólisis química se libera una molécula de urea que se
nitrifica rápidamente, quedando un producto cíclico que se mineraliza en el suelo por
acción microbiana, liberando también NH3.
En experimentos realizados con granos de distintos tamaños, se pone de
manifiesto que al aumentar el tamaño de grano, disminuye considerablemente la
liberación del producto.
El aumento de la temperatura provoca un incremento del ritmo de liberación del
nutriente al medio, como es habitual en cualquier fertilizante de liberación controlada.
La humedad óptima, para la liberación del producto, es del 80 % de la capacidad
de campo, habiéndose observado que en suelos encharcados se retarda
considerablemente la disolución del producto.
En ensayos realizados sobre ryegrass, se a observado que, si el riego es
abundante, después de cinco cortes, se aprovecha el 48 % del N crotónico, frente al 28
% en las aplicaciones de NH4NO3.
4.4. Fosfato amónico magnésico
Aunque el fosfato amónico magnésico monohidratado ha sido propuesto como
fertilizante de liberación lenta, debido a su escasa solubilidad en agua, el producto
presenta el inconveniente importante de su bajo contenido de nitrógeno, 8.3%. Este
hecho, a pesar de las buenas cualidades del fertilizante, ha motivado que el fosfato
amónico magnésico no sea competitivo con otros fertilizantes nitrogenados de
liberación controlada.
Liberación del N en el suelo a partir del fosfato amónico magnésico
El fosfato amónico magnésico se disuelve parcialmente en agua, quedando libres
de iones PO4 3 ,NH + 4 y Mg 2+ . La reacción de disolución es la siguiente:
El ion NH4 + es absorbido en buena parte por el coloide arcillohúmico,
nitrificándose de forma progresiva por los microorganismos del suelo. Al final, la planta
puede disponer nitrato, a un ritmo que va a depender de algunas características físicas
del producto y de las condiciones del medio en el que se introduce, condiciones que
afectan, de manera directa, a la nitrificación.
De todas ellas, una de las que más influye en el ritmo de liberación del nutriente
es el tamaño del grano. El producto suministrado en tamaño fino se disuelve más
rápidamente que el de tamaño grueso.
La forma de incorporar el producto es otra de las variables que influyen en la
liberación del nutriente. Se ha comprobado que, cuando el fertilizante se introduce a 10
cm de la superficie, la solubilización es mayor que cuando el fertilizante se sitúa sobre
la superficie, ya que en este segundo caso la actividad de los microorganismos y la
humedad se ve aminorada.
5. PRODUCTOS RECUBIERTOS
5.1. Características
Un fertilizante recubierto, esta formado básicamente por dos componentes: la sal
base y la cubierta.
La sal base, puede ser cualquiera que contenga en su composición uno o varios
nutrientes, si bien, la naturaleza química de la sal, estabilidad ,solubilidad, entre otros,
condicionan el tipo de tecnología a utilizar en el proceso de recubrimiento, así como el
tipo de cubriente que se puede utilizar.
La sal fertilizante que se quiere recubrir, debe estar previamente aglomerada y
comprimida en forma de gránulo, cuyo tamaño y forma condicionan la eficiencia de la
cubierta que se va a incorporar sobre el mismo.
De todas las sales nitrogenadas, la urea ha sido quizás, la más utilizada, debido
a su amplia comercialización mundial, y a presentar la ventaja adicional de su elevada
compatibilidad química con otros fertilizantes. El nitrato amónico, fertilizante nitrogenado
por excelencia, presenta el riesgo de explotar cuando se le somete a presiones o
temperaturas elevadas en presencia de determinadas sustancias, como por ejemplo
azufre, lo que en principio dificulta su empleo. No es de extrañar entonces, que casi
todos los tipos de fertilizantes de liberación controlada recubiertos, a los que se va a
ser alusión seguidamente, contengan urea como componente mayoritario.
La investigación y desarrollo de fertilizantes recubiertos, debe centrarse en
encontrar nuevos cubiertos que cumplan una serie de requisitos:
· Después de la disolución del nutriente, el material del recubrimiento debe ser
degradado y absorbido por el suelo.
· No debe ser tóxico para los cultivos y no debe producir contaminación en el
suelo.
· La disolución del nutriente, debe ser fácilmente controlable.
· El aumento de peso en el producto, como consecuencia de la incorporación
del recubrimiento, debe ser mínima, a fin que la disminución del contenido de
nutrientes en los productos recubiertos, no sea demasiado grande.
Como cubrientes se utilizan muy diversos materiales, de origen natural o
sintéticos, inorgánicos u orgánicos. En la mayoría de los casos, y formando parte de la
cubierta, se incluyen otras sustancias como acondicionadores que evitan que los
gránulos se peguen entre sí con la consiguiente rotura de la cubierta, o microbicidas,
que protegen a la misma del ataque de los microorganismos del medio.
5.2. Fertilizantes recubiertos de azufre.
La elección del azufre como recubrimiento se hizo, fundamentalmente por
razones económicas y de eficacia, después de una serie de intentos con muy
diferentes tipos de materiales. La elección de la urea como fertilizante base, se debió a
su alto contenido en nitrógeno, su bajo costo y su amplia comercialización.
La urea recubierta de azufre (SCU) ha tenido un avanzado desarrollo comercial
en el área de los fertilizantes de liberación controlada en los últimos años,
caracterizándose por su bajos costo de producción y por las elevadas cantidades de
azufre que se incorporan en el recubrimiento (14 a 30 %), lo que le hace especialmente
apropiado como fuente lenta de este elemento en áreas deficitarias del mismo.
La urea granulada, se precalienta en un tambor rotatorio a una temperatura de
77 ºC, pasando a continuación a un lecho fluidizado precalentado. El azufre molido, se
atomiza y pulveriza en un segundo lecho rotatorio sobre los gránulos de urea, saliendo
el producto a una temperatura de 74 ºC. A continuación, en otro tambor, se suministra
a los gránulos una película de cera microcristalina o parafina fundida, que actúa como
capa sellante por fijación de la misma en las zonas porosas de la capa de azufre. La
clase de cera utilizada, influye en la velocidad de aporte al medio, debido a la influencia
de la actividad microbiana del suelo en su descomposición.
Los gránulos recubiertos, se enfrían en un lecho fluidizado frío, añadiéndose
después un polvo absorbente para eliminar el acondicionador viscoso de cera y
prevenir que los granos puedan flotar cuando se aplican en agua.
Casi todos los recubrimientos sobre urea, se han realizado con urea granulada,
de un tamaño de 1,7 a 3,3 mm y no sobre “prill” de urea. Ello es debido, a que el
pequeño tamaño de partícula de estos últimos, implica una elevada superficie por
unidad de peso de urea. Esta elevada superficie, requiere un recubrimiento que es
mayor en porcentaje por peso de producto, para un espesor dado, que es el caso de la
urea granulada.
El espesor de azufre en el recubrimiento es de 55 um para una esfera de 3 mm.
El peso de recubrimiento puede reducirse, utilizando gránulos de mayor tamaño.
El costo de la urea recubierta de azufre es un 31% mas alto que en la urea sin
recubrir. Existe en el mercado varios productos de urea recubierta de azufre, que
difieren en su composición. En los últimos años han aparecido una serie de patentes
que modifican el proceso de obtención de SCU antes descrito, así como diferentes tipos
de cubrientes, a base de mezclas de azufre con resina sintética, utilizando también
diferentes tipos de sales base e incluso NPK.
5.3. Fertilizantes recubiertos con polímeros
Los fertilizantes recubiertos con pequeñas cantidades de una película plástica de
alta calidad, constituyen un interesante tipo de fertilizantes de liberación controlada.
Un recubrimiento de una resina termosellante, cuyo componente mayoritario es
un copolímero de diciclopentanodieno con ester de glicerol (OSMOCOTE), aplicado en
varias capas, sobre una sal fertilizante, permite incorporar ésta a la solución del suelo
por medio de intercambio osmótico.
Otro tipo de recubrimiento plástico es el polietileno de baja densidad.
La urea granulada, se introduce en un depósito, que se sella neumáticamente. A
continuación, se realiza un precalentamiento con objeto de fluidificar las partículas de
urea.
Los “pellets” de polietileno son disueltos en tolueno caliente obteniendo una
solución de polímeros de concentración 10 % en peso. Esta solución se inyecta
mediante una bomba de dosificación y un atomizador de aire sobre los granos de
fertilizantes. Los vapores de disolvente, se retiran mediante un condensador tubular. El
proceso termina con el secado de las partículas, aumentando la temperatura del aire a
80 ºC. El tiempo de secado (510 minutos), depende del contenido de humedad
requerido.
El factor que controla el aporte de nutrientes en los fertilizantes recubiertos con
resina plástica, es la diferencia de presión de vapor entre el interior y el exterior del film
que constituye la cápsula. Este tipo de recubrimiento, no se ve afectado por las
características físicoquímicas o biológicas del suelo, ni por su contenido en agua.
Solamente la temperatura, influye en la velocidad de su disolución.
Siguiendo esta misma línea de cubiertas plásticas, se han obtenido también
productos por encapsulación de fertilizantes en polietileno perforado. En este caso, la
conexión con el medio, se produce a través de los orificios creados artificialmente en la
cápsula, cuyo número y diámetro condicionan su comportamiento.
5.4. Fertilizantes recubiertos de colofonia
En España se utiliza como recubrimiento la colofonia natural y mezclas de
colofonias, naturales y modificadas, junto con fosfato tricálcico.
La colofonia, es la fracción volátil de la resina del pino, y presenta una
característica física y química adecuada para su empleo como recubrimiento. La
incorporación de colofonias modificadas, bien por dismutación o por esterificación,
mejoran las características de la cubiertas, al proporcionarles una mayor elasticidad y
resistencia frente a la oxidación. El fosfato tricálcico aumenta la efectividad de la
cubierta al actuar como sellante, comprobándose que el ritmo de solubilización
disminuye a medida que aumenta su proporción relativa.
Como sales base, se han utilizado el nitrato amónico, urea, sulfato amónico y
fosfato diamónico, solas o mezcladas.
La obtención de estos fertilizantes, se realiza recubriendo los gránulos en un
tambor de recubrimiento en diferentes condiciones. La colofonia, o mezclas de
colofonias, se pulveriza disuelta en etanol, mediante un inyector a intervalos regulares
de tiempo. Simultáneamente, se hace pasar una corriente de aire frío para eliminar el
exceso de disolvente. El fosfato tricálcico se incorpora, molido, a intervalos regulares de
tiempo, y de forma alternativa con la colofonia
6. PRODUCTOS NATURALES
Hay un buen número de productos naturales que se comportan y deben ser
utilizados como fertilizantes de liberación lenta.
Se puede clasificar en dos grandes grupos: productos naturales inorgánicos
(fosfatos naturales, borosilicatos, entre otros), y productos naturales orgánicos
(estiércoles, residuos de cosecha, turbas, residuos urbanos y otros).
Un caso representativo de fertilizantes natural de liberación lenta son los
minerales de fósforo de baja solubilidad o los compuestos de fosfato de calcio que se
forman en el suelo, a los que se pueden aplicar cepas bacterianas solubilizadoras del
fósforo.
El problema de las pérdidas de fósforo por fijación en el suelo, que es contrario al
de las pérdidas de nitrógeno por lixiviación, se puede paliar por la aplicación de
bacterias solubilizadoras de fosfato que convierten el fosfato natural en un fertilizante de
liberación lenta.
Hay también ejemplos de oligoelementos, entre los que se pueden citar los
minerales a base de borosilicatos insolubles que, no obstante, liberan boro en suficiente
cantidad para nutrir a la planta .
Los productos orgánicos aportan nutrientes al suelo como consecuencia directa
de su mineralización, sin embargo se da también una acción indirecta, debida a su
capacidad de cambio y a la capacidad quelante, aportada por las sustancias húmicas
de estos productos orgánicos.
Asimismo, hay otros materiales como son los residuos de procesos siderúrgicos,
que podrían incluirse entre los fertilizantes naturales, aunque no sean estrictamente
naturales, ya que proceden de fundentes minerales que se utilizan en el horno alto. Son
sustancias que pueden liberar lentamente elementos esenciales para la nutrición
vegetal, por lo que es necesario hacer mención de los mismos, cuando se trata de
pasar revista a productos de liberación lenta. Estos materiales contienen
macroelementos como Ca, Mg, S, y oligoelementos como Fe, Mn y B, que pueden
incorporarse al suelo directamente o por quelación con las sustancias húmicas.
Tipos de productos naturales
Una clasificación de los productos naturales o residuales de liberación lenta es la
siguiente :
6. 1. Productos de naturaleza inorgánica
Fosfatos naturales
Borosilicatos
Escorias de horno alto (macro y oligoelementos)
6.1.1. Fosfatos naturales
Los microorganismos del suelo están implicados en diversos mecanismos que
repercuten en la disponibilidad de nutrientes. Entre ellos se puede citar la liberación de
nutrientes a partir de compuestos inorgánicos (solubilización) o de materia orgánica
(mineralización).
La biomasa microbiana toma el fósforo mineral insoluble y le sede al suelo como
fósforo lábil orgánico, que se mineraliza, o excreta fosfatos a la disolución del suelo.
Tanto la considerable cantidad de fósforo insolubilizado en los suelos calizos,
como la posibilidad de aplicación de fosfatos naturales para una fertilización barata,
justifican la consideración de estos compuestos como fertilizantes de liberación lenta,
sobre todo si se tiene en cuenta la movilización de una fracción del fósforo por la acción
de microorganismos específicos.
6.1.2. Borosilicatos.
La aplicación de fertilizantes bóricos solubles como bórax provoca, bajo ciertas
situaciones, problemas de toxicidad, ya que, el intervalo de normalidad para este
oligoelemento es muy estrecho. La posibilidad de aplicar un fertilizante bórico de baja
solubilidad y que, por tanto, se comporte como un fertilizante de lenta liberación, tiene
un gran interés en la práctica agrícola, pues evita los problemas de toxicidad y su
aplicación permite una reserva de boro de larga duración en el suelo.
El grado de molienda del borosilicato, junto a los factores edáficos como pH,
humedad, inciden en su ritmo de disolución. Por tanto es importante disponer de un
método para la evolución de su eficacia .
6.1.3. Escorias de horno alto
Proceden de los fundentes de los minerales y cenizas. Se trata, de una mezcla
de silicatos, cuyos principales componentes son CaO, SiO2, MgO Al 2O3, que constituye
un 97% del producto, y FeO, MnO y K2O. El azufre que está en forma de SCa se
elimina por lavado. Su pH estabilizado, es aproximadamente 9.
Se puede aplicar como parte del sustrato de nutrición en diversas combinaciones
con otros materiales y, al mismo tiempo, como producto que proporcione al sustrato y a
la planta Ca, Mg, Fe y Mn.
En principio, el ritmo de incorporación al sustrato permite asimilar el producto a
un fertilizante de liberación lenta.
Tiene propiedades físicas como porosidad y capacidad de retención de agua
muy favorables para la incorporación de los nutrientes a la planta. Además favorece el
drenaje de los sustratos de nutrición, como por ejemplo de las turbas utilizadas en los
cultivos de plantas ornamentales.
Las escorias de horno alto se están experimentando en los siguientes casos:
· Mezclados con suelos ácidos ricos en materia orgánica. Caso de suelos del
norte de España, que al mezclarse con la escoria se eleva su pH y, por otra
parte, el Fe y Mn son movilizados por las sustancias húmicas.
· Mezclados con sustratos de turba a la que aportan Ca, Mg, Fe y Mn. También
mejoran las propiedades físicas de la turba rubia (porosidad y drenaje) y elevan
su pH por un proceso de encalado debido a su contenido en CaO.
6.2. Productos de naturaleza orgánico biológico
Productos de procedencia animal: Estiércoles
Productos de procedencia vegetal: Abono en verde, residuos de cosecha,
turbas
Residuos sólidos urbanos: Compost y lodos de depuradoras.
La materia orgánica es fuente de todos los elementos esenciales para la
nutrición de la planta, así como de sustancias húmicas que, también intervienen en la
nutrición. El N, P y S totales, contenidos en los abonos orgánicos, se incorporan a la
disolución del suelo al ritmo de su mineralización en función de los microorganismos,
del sustrato, de las características del abono orgánico y de las condiciones ambientales.
El nitrógeno orgánico procede de proteínas, aminoácidos, aminoazúcares,
polipéptidos y enzimas, entre otros.
El fósforo proviene principalmente de la fitina, fosfolípidos y ácidos nucleicos. Por
otra parte, los microorganismos incorporan fósforo orgánico lábil al suelo, después de
haberlo tomado para su alimentación.
El azufre, en forma orgánica, forma parte de aminoácidos. Los cationes potasio,
calcio y magnesio están incluidos en la materia orgánica formando complejos y
quelatos, y pueden pasar a la solución del suelo, cuando se mineraliza la materia
orgánica o por intercambios iónicos.
Los oligoelementos metálicos Fe, Mn, Zn y Cu son proporcionados por la materia
orgánica, que previamente los fija o compleja, pasando como quelatos solubles a la
disolución del suelo.
El boro y el molibdeno están unidos a la materia orgánica mediante enlaces de
iones borato y molibdato con OH de los grupos funcionales orgánicos. El ritmo de
incorporación del B y Mo, procedentes de la materia orgánica, a la disolución del suelo,
suele ser, en la mayor parte de los casos suficiente para la nutrición de la planta.
La capacidad de cambio y quelante, intervienen para proporcionar a la planta los
nutrientes, por lo que también conviene conocerlas para definir un abono orgánico
como fertilizante de liberación lenta. También estos abonos incorporan en la nutrición
de la planta reguladores del crecimiento y aminoácidos.
Tipos y características de los abonos orgánicos como fertilizantes de
liberación lenta.
6.2.1. Estiércoles
· Elevada humedad
· Contenido relativamente alto en N, P, K, Ca y oligoelementos.
· Requiere adecuada fermentación
· Se aplica antes de la siembra en dosis de 10.000 a 100.000 Kg/ha según
cultivo y tecnología.
Se puede fabricar estiércol artificial con paja y cianamida cálcica, tras una
fermentación adecuada, para llegar a un material estable que incorpore nutrientes como
fertilizantes de liberación lenta.
En la Cuadro 5 se indican algunos ejemplos de aporte de materia orgánica al
suelo por diferentes residuos.
Cuadro 5. Aportación en materia orgánica de los residuos de las cosechas
6.2.2 Turbas
La turba se utiliza como enmienda orgánica y como sustrato. En ambos casos,
las características de porosidad y saturación de agua y nutrientes, junto con las
posibilidades de corregir el pH y el contenido de nutrientes a voluntad, permiten obtener
un producto que proporciona elementos esenciales a un ritmo que puede considerarse,
en parte, como de liberación lenta.
Las características que definen a las turbas y que permiten clasificarlas como
productos de liberación lenta se indican en el Cuadro 6.
Cuadro 6. Características que definen la calidad de un sustrato de turba
con fines agrícolas.
Propiedades relacionadas y niveles
Indices de referencia (turba rubia)
· Capacidad de retención de agua asimilable
Curvas de retención de agua. Porosidad. Volumen (5 a 10 veces el peso).
de aire · Aireación. Distribución del espacio entre
agua y aire (9095%) de volumen de poros,
con solo un 40% que retienen el agua).
· Porosidad (140 a 200 g/l) Peso.
Densidad aparente · Garantía de estabilidad y posibilidad de
Humedad mezcla, con tratamientos y correcciones
(50% humedad adecuada).
PH · Saturación de bases y origen de la turba
(pH a 7). Necesidad de encalado.
EC (extracto 1:10 y saturación) · Contenido en sales solubles (0,5 a 2
ms/cm).
C.I.C. · Disponibilidad de nutrientes catiónicos y
poder amortiguador (>100 me/100 g).
Capacidad quelante · Movilización de oligoelementos como Fe y
Mn.
· Grado de descomposición o taza de
Materia orgánica y substancias humificación. Características estructurales.
Húmicas · Capacidad de intercambio y amortiguadora.
Origen de la turba. ( > 85% matorg.).
Macroelementos y oligoelementos · Correcciones según el destino del sustrato
y la aplicación de fertilizantes en riego
Contenidos de reguladores de crecimiento (AA) · Desarrollo radicular
6.2.3. Lodos de depuradora
Es el fango estabilizado de los depósitos de las depuradoras de agua
residuales. Su contenido en materia orgánica oscila entre 2455 % sobre materia seca.
Es necesario controlar su aporte de salinidad y de algún elemento tóxico como el
Cd y otros elementos, según la señalado en Cuadro 7.
Cuadro 7. Límites de la concentración de metales en suelos y lodos.
Limites de concentración Limites de concentración
Metal en suelo en lodo
ppm s/mat. seca
Cd 13 2040
Cu 5040 1.0001.750
Ni 3075 300400
Pb 50300 7501.200
Zn 150300 25004.000
Hg 11,5 1625
7. INHIBIDORES DE LA NITRIFICACION
La nitrificación se define como la oxidación biológica del amonio a nitrato
pasando por un estado intermedio de nitrito. Este mecanismo, obviamente, ocupa una
posición clave en las transformaciones de N en el suelo, debido a que condiciona en
gran medida las reacciones de los fertilizantes nitrogenados que afectan de forma
decisiva a la absorción de N por la planta.
Inhibidores de nitrificación
El inhibidor de la nitrificación ideal debería reunir las siguientes características:
· Especificidad, actuando selectivamente sobre Nitrosomonas o Nitrobacter y no
sobre otros organismos del suelo.
· Movilidad para facilitar su actuación conjunta con la solución fertilizante.
· Persistencia para que su tiempo de actuación sea suficiente para alcanzar el
objetivo previsto.
· Economía de modo que el producto químico que se adiciona al fertilizante tenga
un bajo costo.
Muchos productos químicos son capaces de inhibir la nitrificación en distinto
grado, pero pocos reúnen todas las características deseadas de especificidad,
movilidad, persistencia y economía. Su acción se basa en que actúan, generalmente,
sobre las bacterias responsables de la nitrificación (Nitrosomonas, Nitrobacter, entre
otras). Cuando se añaden a los fertilizantes, ellos evitan la nitrificación rápida, limitando
su actividad a la zona de reacción fertilizantesuelo (Cuadro 8).
El liderazgo de la investigación en este campo ha sido compartido por EE.UU. y
Japón. Básicamente los productos más empleados son guaniltiourea, tiazoles y
triazinas sustituidas.
Cuadro 8. Inhibidores de la nitrificación desarrollados en Japón.
Ejemplos y aplicaciones
Los inhibidores de la nitrificación más ampliamente ensayados son NSERVE (2
c,loro6 triclorometilpiridina) y AM (2 amino 4 cloro 6 metilpiridina). Otro sistema
empleado es la adición de un inhibidor como el DCS (N2 6 diclorofenil succianamida) a
la urea durante el “prilling” en una concentración del 1% y, más recientemente, el PPDA
(fenilfosforodiamidato).
En otros casos los productos desarrollados actúan inhibiendo la actividad ureasa
del suelo, entre los que cabe citar el ácido hidroxiamónico, acetohidroxamato y los
tiocarbamatos.
Una mejora en la producción de arroz sembrado directamente, ha sido obtenida
mediante la aplicación de fertilizantes tratados con inhibidores de la nitrificación antes
de la plantación, ya que durante el período previo al encharcamiento del suelo pueden
darse condiciones de intensa nitrificación. Los inhibidores de la nitrificación reducen de
forma eficaz la formación de nitratos, descendiendo las pérdidas de N vía lavado o
desnitrificación después del encharcamiento. Este efecto se traduce finalmente en un
aumento del N absorbido y, en consecuencia, de la producción de grano, tal como ha
sido puesto de manifiesto en numerosos experimentos, con NSERVE, AM, tiourea,
diciandiamida, triazinas y otros productos.
El NSERVE es un producto altamente retenido por la materia orgánica del suelo,
la cual aumenta su eficacia y contribuye a mantener una concentración tóxica en la
zona de reacción suelofertilizante durante largos períodos. Sin embargo, el tiempo
requerido para recuperar la población microbiana nitrificante de los efectos tóxicos del
inhibidor, desciende aportando nuevos contenidos de materia orgánica, o bien elevando
el pH y la temperatura del suelo, con lo cual se acelera la reinfectación desde el suelo
no afectado situado en su proximidad.
La tiourea, debido a su toxicidad a altas concentraciones y a la lenta velocidad
de descomposición, no es una fuente de N útil para el cultivo de arroz. Sin embargo, a
concentraciones del 6 al 10 % de tiourea en peso respecto al total de N aplicado, inhibe
con efectividad la nitrificación rápida en algunos suelos. Similarmente, la diciandiamida
en la proporción del 7,5 a 15 % frecuentemente retarda la nitrificación durante 3
semanas aproximadamente. La diciandiamida también tiene valor como fertilizante
nitrogenado si se utiliza en cantidades que no excedan de 10 a 15 % del N aplicado.
Estas concentraciones no son perjudiciales para el cultivo de arroz.
Existe un creciente interés de los agricultores por los aditivos que contribuyen a
aumentar la eficacia de los fertilizantes. Sin duda, cuando haya suficientes datos de
investigación que indiquen la viabilidad económica del uso de los inhibidores de la
nitrificación para diferentes situaciones y cultivos, su uso se extenderá con rapidez.
Sin embargo, para la aplicación de un fertilizante de liberación lenta, deberán ser
conocidas previamente, una serie de características que permitan no solo, su valoración
cuali y cuantitativa, sino también la posibilidad de prever su comportamiento en
diferentes condiciones. Este hecho, dificulta en gran medida el estudio de los mismos,
al tener que enfocarse el problema desde muy diferentes puntos de vista.
Bibliografía.
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Jiménez, G, S. 1992. Fertilizantes de Liberación Lenta. . Ediciones Mundi Prensa
Thomas, R. y J. P. Guerin. 1990. Los céspedes. . Ediciones Mundi Prensa.
Vidalie, H. H. 1991. Producción de Flores y plantas ornamentales. Ediciones Mundi Prensa.