Está en la página 1de 4

1.

1 Objetivo temático
Identificar la relación existente entre saber filosófico y saber
científico.
1.1.2 Competencia a desarrollar
Identifica la relación existente entre saber filosófico y saber
científico.
1.1.3 Operaciones mentales
Identificación, conceptualización y razonamiento
1.1.4 Actividades:
Video de contenido y foro de discusión y actividades escritas.

1.2 LA FILOSOFIA Y LA CIENCIA

1.2.1 La filosofía y ciencia son dos formas de saber que implican cierta
relación. Por un lado, la ciencia tiene que auxiliarse de la filosofía porque esta
es la madre de la ciencia. Recuérdese que es a partir del Renacimiento cuando
la ciencia comienza a distanciarse de la filosofía y por otro lado existe la
filosofía de la ciencia. Todo esto implica una serie de saberes que esbozaré
brevemente.
Hay un saber cultural que es aquel integrado, normas, tradiciones, costumbres,
adquirido mediante la experiencia y que forma parte del patrimonio de una
sociedad determinada. Este saber le llama también saber vulgar, ya que
incluye saberes verdaderos, pero también prejuicios.
Saber técnico, que son las habilidades para realizar actividades que
transforman la realidad natural en objetos artísticos o funcionales para el
hombre.
El saber científico tiene varias categorías según la división de hacer algo:
Técnica del azar propia del hombre primitivo en el cual se aplica el método de
ensayo y error.
Técnica del artesano desarrollada en la antigüedad y edad media donde hay
una aplicación a determinadas actividades, como la elaboración de muebles.
Técnica del técnico, es donde tiene importancia la máquina e instrumentos
especializados y es propio de esta época.
Saber científico: es el conocimiento sistemático de lenguaje riguroso y
sometido a leyes universales con valor universal.
Saber religioso: es un conjunto de ideas desarrolladas en torno a la divinidad y
las creencias de la sociedad. Este saber incluye elementos de fe y elementos
racionales propios de la reflexión del hombre.
Saber filosófico: este es la reflexión del hombre sobre si mismo y el mundo que
le rodea. Es el esfuerzo permanente por explicar la realidad humana o cósmica
mediante el estudio de verdades muchas veces rechazadas por la ciencia por
parecer indemostrable. Es saber filosófico es abarcador pues tiene que ver con
todos los otros saberes, unos para validarlos y otros para criticarlos cuando se
presentan contrario a la razón del hombre.
La ciencia pone su prioridad en aquellos fenómenos que puede demostrar en
los laboratorios, dando un conocimiento universal y aunque el conocimiento
filosófico es universal varía por la influencia de los valores propios de cada
sociedad. Haga clic en el vídeo antes de seguir leyendo.

Por otro lado hay que recordad que hay conocimientos filosóficos que no
pueden ser sometidos a experimentos como es el caso de la conciencia, la
libertad, ect. ya que solo se pueden someter conductas realizadas como
consecuencia de ellas.
La ciencia por otro lado busca a través de la observación llegar a la
indudabilidad de la experiencia sensorial sin contradicciones, sin mediaciones,
sin error de juicio y por ello verídica. El enfoque desnudo del testimonio de los
sentidos es el lugar de origen del conocimiento empírico.
¿Qué es la ciencia? Todo el mundo sabe que es la ciencia, mejor dicho sabe
que la ciencia hace: experimenta, descubre, mide y observa, inventa teorías
que explican el cómo y el por qué de las cosas; inventa técnicas y
herramientas; propone y dispone, hace hipótesis y ensaya; hace pregunta a la
naturaleza y obtiene respuestas ,hace conjeturas, refuta, confirma o no
confirma, separa lo verdadero de lo falso y nos dice como hacer lo que
queremos hacer.
¿Por qué se hace ciencia? Esta que parece una pregunta solo con sentido
filosófico, es sin embargo porque existe un lenguaje que nos permite
representar conceptos abstractos, operatoriamente definidos y semánticamente
precisos. Cada ciencia es un sistema cerrado en sus conceptos de aplicación.
Marx, dice al respecto “la racionalidad científica no reside tanto en la
interpretación del mundo, sino en cuanto a su transformación”. Desde la
antigüedad hasta nuestros días encontramos expresiones que nos ayudan a
comprender el porqué de ciencia.
Jenofonte” Pues los dioses no revelaron desde un comienzo todas las cosas a
los mortales, sino que estos buscando, con el tiempo descubren lo mejor”.
Aristóteles” Todos los hombres desean saber por naturaleza”.
Bacón” Saber es poder”.
Freud” Tal como nos ha impuesto la vida, la vida resulta demasiado pesada,
nos depara demasiados sufrimientos decepciones y empresas imposibles y
para soportarlas se recurre a tres elementos: a) distracciones poderosas que
hacen parecer pequeñas nuestras miserias) satisfacciones sustitutivas que la
reducen; c) narcóticos que nos tornan insensibles a ella.
Voltaire “La necesidad de cultivar nuestro jardín como forma de distracción;
también la actividad científica es una distracción semejante”.
Bakunin” La ciencia tiene como único objetivo la conceptualización y, en lo
posible, la reproducción sistemáticas de las leyes inmanentes de la vida
material, intelectual que forman el mundo natural”.
Edison” El ingenio es el uno por ciento inspiración, el noventa y nueve por
ciento sudor”
Finalmente lo que queremos presentar con estas sentencias no es más que la
necesidad de la ciencia para responder a la pregunta de qué es y para qué es
la ciencia, por eso la propaganda científica dice” Los científicos después de
largas investigaciones, informan que no basta con lavarse los dientes…Usted
también necesita un dentífrico con flúor tal.

A lo largo de la historia, las relaciones entre la filosofía y la ciencia han


producido debates de gran riqueza argumentativa, por lo que el mejor modo de
tratar este tema es dilucidando los rasgos en los que la filosofía parece
acercarse a la ciencia y aquellos en los que se aleja.
Ambos tipos de búsqueda de conocimiento implican la solución de problemas
intelectuales, al margen de que sirvan para solucionar problemas prácticos; por
ejemplo, si el fenómeno estudiado es la explosión de una supernova, o si la
reflexión sobre la muerte puede llevar a la consolación de una persona.
Tanto en filosofía como en ciencia, cuando existe una contradicción o una
inconsistencia se asume que el trabajo de investigación no ha concluido, así
como en ambas podemos encontrar modelos argumentativos de deducción e
inducción. Por ejemplo, Descartes buscaba deducir la existencia de Dios a
partir de unos principios evidentes por sí mismos, pero para Hume, las ideas
estaban basadas en la experiencia misma sobre los objetos.
Sin embargo, en la ciencia, cualquiera que sea el procedimiento de análisis
utilizado, se espera que los científicos logren el consenso de sus colegas, pues
de lo contrario la ciencia no podría progresar. En la filosofía no se considera
que dos teorías sean defectuosas porque se oponen entre sí, ya que por
ejemplo, nuestra cultura se nutre de la oposición entre el realismo y el
idealismo filosófico. Un filósofo prudente no espera que el consenso sea
logrado nunca, excepto en cuestiones concretas y de corto alcance.
A menudo, la filosofía aporta a la ciencia un carácter normativo. Ésta se ocupa
de explicar cómo es el mundo, por qué es así, o cómo se puede cambiar,
mientras que la filosofía establece ideales sobre cómo la investigación
intelectual debe proceder, o los objetivos socioeconómicos que deben animar
una legislación. La ciencia puede aportar conocimiento de los medios y la
filosofía discute la elección de los fines fundamentales.
La filosofía y la ciencia se han ejercido gran influencia mutuamente. La filosofía
ha contribuido a abrir nuevas avenidas de investigación y provocar importantes
revoluciones científicas. Por ejemplo, las teorías de Hume sobre el
conocimiento, conciliadas con el trabajo de Mach, aportaron al clima de ideas
en el cual fue posible para Einstein considerar el concepto de simultaneidad
absoluta como un sinsentido. A la inversa, nuevos desarrollos de la ciencia
tienden a generar nuevos problemas para los filósofos. Por ejemplo, el triunfo
de la teoría cuántica en física plantea que los supuestos deterministas no son
ya sostenibles .
Después de todo, si un neurocientífico fuese capaz de detectar en el cerebro
los patrones de razonamiento preferidos por los filósofos, aún tendría ante sí
la tarea de criticar y evaluar estos patrones, por tanto, se vería en la
necesidad de comportarse como un filósofo.

También podría gustarte