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ISSN: 0122-8803
historiacaribe@mail.uniatlantico.edu.co
Universidad del Atlántico
Colombia
1
Historiador. Profesor Universidad del Atlántico. Estudios de Doctorado Universidad de Huelva España.
20
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2
Ya restituido en el trono por la decisiva ayuda de los ingleses, el flamante Fernando VII, firmó con éstos el 5 de
Julio de 1814 un tratado de paz, alianza y amistad. En este tratado por claras motivaciones económicas y
presión política por parte de los británicos, España se comprometía a “prohibir a sus súbditos que se ocupen en
el comercio de esclavos e impedir se conceda la protección de la bandera española a los extranjeros que se
empleen es este tráfico”. Posteriormente, en 1815, Inglaterra logró aún con la oposición de las tres potencias
católicas –España, Francia y Portugal-, que se incorporara en el acta final del Congreso de Viena una condena
unánime al tráfico de esclavos y se comprometieran los 12 plenipotenciarios reunidos allí a “poner término a
una calamidad que ha desolado por tanto tiempo a África, envilecido a la Europa y afligido a la humanidad”.
No obstante que en Viena no se estableció cuándo ni cómo los países que se dedicaban a la trata la abolirían,
por lo menos la presión de Inglaterra se fortaleció, así hubiese sido en términos morales.
3
Véase BARCIA, María del Carmen, Burguesía esclavista y abolición, Ediciones Ciencias Sociales, La Habana,
1987,p. 123. MORENO GARCÍA, Julia, El informe de la Junta Consular de Agricultura y Comercio de la
Habana y la abolición del tráfico de esclavos, Departamento de Historia Contemporánea. Facultad de Geografía
e Historia. Universidad Complutense de Madrid, 1990, p. 57.
21
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4
LYNCH, John, “El pensamiento político de la Ilustración y su influencia en la independencia Hispanoamericana”,
En: Hispanoamérica 1750- 1850, Ensayos sobre la sociedad y el Estado. Universidad Nacional de Colombia,
Bogotá, 1984, p. 61.
5
LYNCH, Jhon, América Latina, entre la colonia y la nación, Barcelona, 2001, p. 234.
6
LYNCH Jhon, “El pensamiento político de la ilustración y su influencia en la independencia Hispanoamericana”,
En: Hispanoamérica 1750-1850. Ensayos sobre la sociedad y el Estado, Universidad Nacional de Colombia,
Bogotá, 1984, p. 61.
7
MELLAFE, Rolando, La esclavitud en Hispanoamérica, Editorial Universitaria, Buenos Aires, Eudeba, 1964,
p. 63.
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8
GRAFENSTEIN GAREIS, Johanna Von, Nueva España en el circuncaribe, 1779-1808. Revolución,
competencia imperial y vínculos intercontinentales, Universidad Nacional Autónoma de México, 1977, p.
252
9
Véase: LYNCH, John, América Latina, entre colonia y nación, Editorial Crítica, Barcelona, 2001, p. 234.
BIERCK, Harold, “Las pugnas por la abolición de la esclavitud en la Nueva Granada”, En: El siglo XIX en
Colombia visto por historiadores norteamericanos, Editorial la Carreta, Medellín. 1977, p. 166. SHARP,
William, “El negro en Colombia: Manumisión y posición social”, En: Razón y fábula Nº 8, Universidad de los
Andes, Bogotá 1968, p. 94.
10
BIERCK, Harold, Op. Cit.p. 170
11
LECUNA, Vicente, Cartas del libertador, Tipografía del Comercio, Caracas, 1929, Tomo I, Carta 103. 1815,
pp. 190-201.
23
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12
LECUNA, Vicente, Op. Cit. Tomo I, Carta 105, 1816, pp. 211-216.
13
LECUNA, Vicente, Op. Cit. Tomo III, Carta 520, 1820, pp. 126-128.
14
Ibíd.
15
Ibíd. Tomo II. Carta 304, 1820, p. 152.
16
Ibíd. Tomo II. Carta 318, 1820, p. 180.
17
Ibíd., p. 312.
24
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18
Ibíd., p. 316.
19
Ibid.
20
POMBO José Ignacio: Comercio y contrabando en Cartagena de Indias, Procultura, Bogotá, 1986, p. 87.
21
Ibíd. p. 87.
22
Ibíd., p. 88.
23
Ibíd., p. 88.
24
Ibíd., p. 89.
25
República, Negros y Castas
Este economista no se pudo sustraer del vueltas. En efecto, aún en 1832, amparado
racismo y el etnocentrismo de los demás ilus- en la noticia de una “horrorosa revolución de
trados. El adjetivo más suave para referirse a 12.000 negros esclavos armados de Jamaica
las personas esclavizadas fue el de bárbaros, que estaban dispuesto a destruirlo todo”28 , el
a quienes en medio del miedo a que se repi- gobernador de Cartagena le informó a sus
tieran en Cartagena los sucesos de Haití, no superiores, sobre las medidas tomadas y el
sólo los discriminaba, sino que los percibía estado de zozobra en que se encontraban sus
como los enemigos naturales de la élite blan- habitantes, por el temor a que se repitiera en
ca. De allí que su propuesta en esta materia la ciudad una revolución de colores, siguien-
concluyera con la recomendación de cambiar do el ejemplo jamaiquino.
la introducción de personas negras bárbaras,
siervas y enemigas naturales de los blancos, Yo cuento con la fuerza armada, y
por europeos25 . “¿Será más productivo el tra- estoy de acuerdo con el sr. Coman-
bajo de aquéllos que de éstos? ¿Serán menos dante de armas para actuar en caso
desafectos y temibles, que el laborioso sui- de cualquier atentado que no será
zo, el industrioso alemán, el honrado flamen- cosa extraña, con motivo de lo suce-
co, el paciente irlandés y el sociable italia- dido en Jamaica, en Santa Marta y
no?”26 . Mompox29 .
A diferencia de Antonio Narváez y de la
Torre, otro de los representantes de la Ilus- Con estos temores y con la percepción
tración Caribeña de la época, que considera- racista y excluyente en contra de las perso-
ba a la población esclavizada como la única nas negras, la élite cartagenera, se enfrentó a
solución para superar el atraso de esta re- la independencia, y promulgo la Constitución
gión27 , Pombo percibía a los afrodescendien- de 1812. En conjunto, los dirigentes de la
tes como enemigos e innecesarios frente a la independencia, entre quienes se encontraban
posibilidad de permitir la introducción de aquellos sectores influenciados por la Ilus-
europeos, para contrarrestar su avance demo- tración, asumieron una postura contraria a los
gráfico, reducirlos y hacerlos invisibles; y de presupuestos de esta corriente y al liberalis-
esta manera extirpar el fantasma y el conta- mo que decían profesar cuando se trató de su
gio de Haití. relación con los sectores subalternos.
Pero el miedo de la dirigencia cartagenera
a ser impactados por las influencias de las El Caribe Neogranadino: primer esce-
rebeliones negras del Caribe Insular, no des- nario de la abolición
aparecieron fácilmente de su imaginario, ésta En la actual Colombia, la primera pro-
siempre estuvo a la expectativa de que los puesta encaminada a debilitar y abolir la es-
afrodescendioentes de la provincia no fueran clavitud, surgió en el Caribe Colombiano,
a seguir el “ejemplo perverso” de tales re- específicamente en la provincia de Cartagena,
25
Ibíd, p. 89.
26
Ibíd. p.89
27
NARVÁEZ Y DE LA TORRE, Antonio, “Informe y relación sobre la provincia de Santa Marta y Riohacha
1778, En: Colección de documentos inéditos sobre la geografía y la historia de Colombia, Casa Editorial de
J:J: Pérez, Bogotá, 1982, p. 178
28
Informe del Gobernador de la Provincia de Cartagena, sobre una revolución de negros esclavos en Jamaica.
ARCHIVO GENERAL DE LA NACION. Bogotá. (A.G.N.) Sección República, Fondo Gobernaciones, Tomo
42, rollo 140, f. 002.
29
Ibíd.
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después de que lograra su independencia y eso advierte que la libertad debería otorgár-
promulgara para tal efecto la Constitución de seles antes de que los esclavos, seducidos por
1812. los sucesos haitianos, la obtuvieran con muer-
Los capítulos y artículos que en la Cons- tes, incendios y otras mil atrocidades que
titución de Cartagena hacían referencia al cometieran con las armas en la mano30 .
problema de la esclavitud y de la manumi- En medio de la crisis generada por la au-
sión, en cierta medida recogían y reflejaban sencia de poder producida por la invasión
la larga tradición de la manumisión notarial, francesa en España, la provincia de Cartage-
y se apoyaban en las formulaciones que so- na, siguiendo el ejemplo del movimiento jun-
bre este tema se habían debatido en otros lu- tero, aprovechó esta situación y declaró su
gares de América Latina, en la Revolución independencia de España en 1811, en un acto
Francesa y en las Cortes de Cádiz. También considerado por algunos como anárquico,
eran el resultado natural de la decisiva parti- desesperado y solitario.
cipación de los sectores subalternos en los De ahí que el desarrollo de los debates
procesos y acontecimientos que desemboca- de las Cortes fuera seguido con sumo interés
ron tempranamente en la independencia en Cartagena a través del periódico El Argos
cartagenera, especialmente la de los Americano y la atención se centrara especial-
afrodescendientes; pero además era produc- mente en la cuestión americana. Parece ser
to del miedo a la Revolución Haitiana y a la que algunos de los sectores relacionados con
calculada política de la dirigencia cartagenera la independencia de Cartagena, los mulatos
para congraciarse con Inglaterra. y el grueso de los artesanos que residían en
En Colombia, una de las primeras actitu- el barrio popular de Getsemani, estaban es-
des disidentes que cuestionó la esclavización peranzados en que en las Cortes Gaditanas
de los afrodescendientes fue asumida en 1809 aprobaran la igualdad racial y la ciudadanía
por Antonio Villavicencio, diputado a las para que las personas étnicamente distintas a
Cortes españolas, quien ya para esta época las blancas pudiesen acceder a esta catego-
mantenía una fluida correspondencia con ría. Los sectores subalternos involucrados en
Félix de Restrepo, quién a la postre sería el los procesos que luego desencadenaron en la
defensor mas enconado de la abolición de la independencia, al notar que definitivamente
esclavitud en la coyuntura de los debates del sus aspiraciones se habían hundido en las
congreso de Cúcuta en 1821. Cortes, presionaron a las élites a las que se
Antonio Villavicencio, apoyándose en los enfrentaban para que se declarara la indepen-
presupuestos de la ley natural y de la Ilustra- dencia absoluta de España, como en efecto
ción, propuso a las autoridades españolas la se hizo.
libertad de vientres, fijando un periodo de 20 El conjunto de los artesanos, negros y
a 25 años para acabar con la esclavitud en las mulatos que se vincularon y se convirtieron
posesiones españolas en América. Pero más en grupo de presión importante en la insu-
allá de la ley natural y de la Ilustración, lo rrección, estuvo liderado entre otros por Pe-
que se infiere en su propuesta es el consabi- dro Romero, quien se constituyó hasta 1812
do temor que cundió por todo el continente a en el máximo dirigente del pueblo cartage-
que los esclavizados siguieran el claro ejem- nero, ocupando varios puestos en los órga-
plo de buscar la libertad por sus propios me- nos de dirección de la misma ciudad. Este
dios tal y como había sucedido en Haití. Por grupo de personas negras y mulatas, utiliza-
30
Al respecto véase: HERNÁNDEZ DE ALBA, Gregorio, Libertad de los esclavos en Colombia, Editorial A B
C, Bogotá, 1956, p. 42.
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das inicialmente por la élite como punto de La referida Constitución sólo en el penúl-
apoyo de su proyecto político, se les fue de timo capítulo, rotulado como Disposiciones
las manos y terminó luchando por sus pro- Varias, se refiere al problema de la esclavi-
pios intereses, especialmente con lo relacio- tud y la agota en cinco artículos32 . Antes de
nado con la igualdad de los libres de todos entrar al análisis de éstos, es necesario que
los colores. precisemos sus contradicciones y debilidades
La influencia de los mulatos y negros li- en materia de esclavitud y lo lejos que se en-
bres en los años de la independencia de contraba de ser una constitución interesada
Cartagena, tuvo su mayor notoriedad en su realmente en la abolición de la misma. Esto
participación en la convención que se dio cita reafirmaría aún más lo planteado, en el senti-
para elaborar la Constitución del Estado So- do que lo que se consiguió en este aspecto,
berano de Cartagena. En Ella participaron estuvo determinado por la participación de
como constituyentes además de Pedro Rome- las personas mulatas y negras libres como
ro, los mulatos Cecilio Rojas y Remigio grupo de presión en el proceso de indepen-
Márquez. En este orden también debemos dencia y luego en la elaboración de la Cons-
mencionar a Pedro Medrano, miembro de la titución; además por la perspectiva política
asamblea que reformó la citada constitución de la élite encaminada a buscar el apoyo de
en 1814. Inglaterra para la consolidación de su pro-
Para algunos historiadores, los resultados yecto de independencia.
más significativos alcanzados por la partici- En efecto, la Constitución, en el capitulo
pación de este sector de mulatos libres en la VIII, articulo noveno33 y en el capitulo IX,
convención que sancionó la constitución de articulo segundo34 respectivamente, deja in-
1812, fueron el haber conseguido que ella tacto los elementos que consuetudinariamente
“prohibiera por primera vez en suelo colom- se utilizaron para el castigo y la represión de
biano el comercio de esclavos y creara un los esclavizados, tales como el cepo, los gri-
fondo de manumisión para liberarlos gradual- llos y las cadenas; en segundo lugar, deja ex-
mente31 ”. Indudablemente, esta constitución presamente sentado que entre los excluidos
tiene el privilegio de haber expresado por de los derechos civiles -los asalariados, va-
primera vez el propósito oficial de estable- gos y los que tengan pendiente causa crimi-
cer mecanismos encaminados a facilitar en nal-, son los esclavos los que encabezan la
cierta medida el ejercicio de la manumisión lista. Su exclusión social y económica aún
desde el Estado. Pero si analizamos el texto estaba lejos de ser cambiada.
general de dicha Constitución, observaremos Si bien es cierto, como lo asegura Múne-
no sólo las inconsistencias que muestra en ra, que en el capítulo segundo se prohibe por
relación con la abolición de la esclavitud, sino primera vez en suelo colombiano el tráfico
también el consabido axioma que siempre de esclavos, también lo es que éste tiene un
acompañó al fenómeno de la abolición: ser atenuante, la prohibición de la importación
generoso con los esclavizados sin dejar de sola es válida cuando dichos esclavos vayan
serlo con sus esclavizadores. a ser utilizados como objeto de comercio. O
31
MÚNERA Alfonso: El fracaso de la nación Banco de la República/ El Ancora Editores, Bogotá, 1998, p. 201.
32
Constitución Política del Estado Soberano de Cartagena de Indias expedida el 14 de Junio de 1812. En: El
pensamiento Constitucional Hispanoamericano hasta 1830. Tomo IV. Biblioteca de la Academia Nacional de
Historia. Caracas. 1961.
33
Ibid. P. 126
34
Ibíd., p. 131.
28
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35
Ibíd., p. 141.
36
Ibíd., p. 141.
37
Ibíd., p. 141.
38
Ibíd., p. 142.
39
Ibíd., p. 142.
40
MÚNERA, Alfonso, Op. Cit. p. 202.
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República, Negros y Castas
dos aprovecharon esta situación para ejercer XIX, es que los cimarrones se escaparan ha-
el derecho a la libertad que por las vías de cia las rochelas.
facto venían obteniendo desde los inicios del La hacienda de San Pablo, la mas impor-
siglo XVI. En efecto, durante estos cuatro tante de la provincia a finales del siglo XVIII
años de experiencia republicana y en medio por albergar en su seno la mayor cantidad de
del desorden generalizado producido por el esclavos 101, entre las 26 haciendas que exis-
descontrol, lo cotidiano y normal fue la de- tían en la época, en las nuevas circunstancias
serción, el arrochelamiento y el cimarronaje. propiciadas por la independencia se había
Este último, se convirtió en uno de los coro- convertido en un espacio vacío en el cual
larios que tipificó este periodo. Estos turbu- encontraron refugio no solo los cimarrones,
lentos años del experimento republicano car- sino otra clase de personas concebidas por
tagenero, estuvieron acompañados de signi- las autoridades del momento como verdade-
ficativas alteraciones en el orden económico ros arrochelados. Juan Bautista Villareal, jefe
y social41 . Situación que favoreció sustancial- político de Mahates, en el censo especial de
mente a los esclavos que aprovecharon para esclavizados que se ordenó efectuar a partir
fugarse y arrochelarse y en otros casos para de 1842, da cuenta de este problema en los
apoderarse de las haciendas que habían sido siguientes términos:
abandonadas, bien porque sus propietarios se El tratamiento que reciben los escla-
hubieran vinculado a los procesos descritos, vos, su subordinación y moralidad son
o bien porque hubieran sido devastadas por regulares, con muy pocas excepcio-
sus contradictores políticos. Esta situación se nes; pero no sucede lo mismo con la
hizo más evidente en los momentos previos a esclavitud en las haciendas de San
la reconquista española, con la cual se acabó Pablo, Caceta y Lobo, que están al-
con el proyecto republicano cartagenero en zados a causa del abandono que de
ellas han hecho sus amos, y estas ha-
181542 .
ciendas son hoy rochelas de otros es-
Con la extinción de los palenques a fina-
clavos prófugos, desertores, reos pró-
les del siglo XVII, y su pérdida de atractivo
fugos, por lo cual no dejan de come-
como lugar de refugio de los cimarrones, los
terse excesos que no se pueden repri-
procesos de huida y cimarronaje no se detu-
mir, porque solo con fuerza armada,
vieron y nunca desaparecerían hasta tanto no
sería posible el riesgo, asaltarlas y
lo hiciera la esclavitud en 1851. Sólo que ya
capturar los criminales, desertores y
no se efectuaba colectivamente y con el úni-
esclavos prófugos que allí se hayan
co propósito de construir palenques, sino que
asilados43 .
generalmente se daba de manera individual y
Como afirmamos anteriormente y como
los sitios de refugio ya no fueron los palen-
consecuencia de las pugnas entre las faccio-
ques sino los centros poblacionales dentro o nes de la élite cartagenera, en una de las cua-
fuera de la región y el país. Lo más común les se alinderaron los mulatos y negros, y por
durante los siglos XVIII y toda la mitad del el estado de relajación y dislocamiento de
41
BELL LEMUS Gustavo: Cartagena de Indias: De la colonia a la republica, Fundación Simón y Lola Guberek,
Bogotá, 1991, p.
42
En BELL Gustavo, Op. Cit. pp. 89-90, podemos observar la lista de las haciendas, sus propietarios y el número
de esclavizados y esclavizadas que se fugaron o se apropiaron de las haciendas durante el tiempo de la experiencia
republicana cartagenera.
43
A. G. N. República, Manumisión, Tomo I, 1842, f. 30.
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44
A comienzos de 1816, el gobernador Torres y Velasco organizó expediciones a los territorios aledaños a Cartagena
para capturar cuanto esclavo anduviera libre, y sin dueño; en mayo, por ejemplo, comisionó a un tal Benito de
Jesús para que, junto con tres esclavos, pasara por Turbaco, San Etanislao, Mahates, Sabanalarga y Arroyo
Grande con el citado fin. Archivo General de Indias, en adelante A. G. I. Cuba 2346, Vol. 202. Citado por
BELL, Gustavo, Op. Cit. p. 90.
En Junio de 1817, y en respuesta a una representación enviada al Consulado de Cartagena por varios hacendados,
en la que solicitaban la destrucción de unas rochelas, el gobernador Torres expidió una circular sobre “Retiros
y Rochelas” dirigida a los capitanes a guerra “para que aprehendiesen los desertores, vagos, criminales de toda
especie y esclavos que anden por ahí”... Ordenaba también que los capitanes hicieran un inventario sobre
cuales rochelas convenía destruir y cuales conservar. A. G. I. Cuba 2346 oficio del 26 de Junio, 1817. Citado
por BELL, Gustavo, Op. Cit.
45
ARCHIVO GENERAL DE INDIAS. Sevilla, ( A.G.I. ) Santa Fe, 1816, Legajo 747.
46
A. G. I. Santa Fe. 747.
31
República, Negros y Castas
manumisión que nunca tuvo concreción real. izquierdo con una cinta morada. Cree
En cambio, el indulto, además de ofrecer la el virrey que con esto queda el solici-
libertad y una recompensa pecuniaria, otor- tante bien remunerado48
garía una condecoración que en términos sim- Durante todo el año de 1816 y parte de
bólicos pudo representar mucho para la po- 1817, se produjeron centenares de solicitu-
blación afrodescendiente sometida des dirigidas a Madrid,49 en las cuales los
inveteradamente a una invisibilización por exfuncionarios de la burocracia cartagenera
parte de una sociedad profundamente exclu- le ruegan encarecidamente al rey el pago de
yente de todas las etnias diferentes a la blan- los salarios caídos por los efectos de la gue-
ca, pero especialmente la negra. rra, o que se les restituya a sus cargos50 . Adu-
Uno de los casos que ilustra la importan- cían, por un lado, los servicios prestados y la
cia que tales condecoraciones habían adqui- antigüedad laboral que en algunos casos su-
rido para las castas en general y para los peraba los 30 y 40 años y por otro, aclaraban
afrodescendientes en particular, quedó plas- que durante el tiempo que duró la república
mado en la instancia que envió el virrey des- cartagenera, siempre conservaron el decoro
de Bogotá a Cartagena el 8 de Junio de 1817. de un buen vasallo sin mezclarse en ningún
En ella José Maria de la Guardia, de color momento con la insurrección51 . A pesar de
pardo y avecinado en la villa de Honda, le que las cartas eran de adeptos a la corona y
solicita al virrey una distinción por sus servi- de haber apoyado los remitentes, desde dife-
cios patrióticos prestados durante la insurrec- rentes niveles, la reconquista y el sitio de
ción. Para acreditar sus méritos presenta unos Cartagena que les devolvió el poder a los es-
testigos que afirmaron su “adhesión a la justa pañoles, todas las solicitudes fueron negadas
causa, y protección que dispensó a los espa- por no haberse tramitado por el conducto re-
ñoles, y además una orden del ejército insur- gular del virrey.
gente para que tomara las armas a que se re- Entre las solicitudes señaladas, existe una
sistió”47 . que llama mucho la atención, pues apoya con
suficiente claridad la afirmación que hemos
El virrey aclara en la carta remisoria que
venido señalando, en el sentido de que la re-
acompañó a la solicitud de José Maria de la
conquista, amén de agudizar el ejercicio por
Guardia,
parte de los afrodescendientes esclavizados
que a solicitud del interesado, y pre-
de conseguir por sus propios medios la liber-
vio informe del gobernador de la pro-
tad- que en términos tangibles les había ne-
vincia, concedió medalla de oro que
gado el Estado Soberano de Cartagena-, no
señala para los pardos el artículo seis
sólo les hizo una propuesta más avanzada en
del reglamento de la orden america-
materia de libertad a los esclavizados, sino
na cuya medalla debe llevar del lado
que puso en práctica, a través de los adeptos
47
A. G. I. Santa Fe, 748.
48
A. G. I. Santa Fe, 748.
49
Véase A. G. I. Santa Fe. Todo el legajo 749.
50
A. G. I. 749, Juan de León Páez, tesorero de la real caja de Cartagena que se le pague por lo menos los sueldos
de 1816, ya que los del año anterior era difícil pagar.
51
A. G. I. Santa Fe, 749. Solicitud desde Cartagena el 13 de Mayo de 1816 por Miguel Tacón, oriundo de la
ciudad, oficial de la renta de tabaco, pide que se le restituya el puesto, después de haber servido durante 33
años.
A. G. I. Santa Fe, 749, Joaquín Lozano. Solicita que se le restituya el puesto de administrador de las rentas de
aguardiente de Mompox después de haber servido a la Corona durante 43 años.
32
III, 8, Barranquilla, 2003
a Pablo Morillo, la manumisión, a cambio de vos y el simple propósito de crear una junta
favores a la causa de la reconquista. de manumisión, les permitía ganar el bene-
Don Toribio Villar y Tatis, Administra- plácito de Inglaterra, en esos momentos, la
dor Interino de Correos de Cartagena, al igual mayor potencia de Europa y el enemigo nú-
que los demás exfuncionarios damnificados mero uno y más peligroso de España. A lo
por el cambio en la burocracia que se operó anterior habría que adicionarle la posición
después de restituido el poder español, soli- asumida por Inglaterra en esta materia, no
citaba al rey el 30 de Junio de 1817 que se le sólo aboliendo la trata y la esclavitud en sus
restituyera el puesto por los innumerables posesiones, sino también presionando con
servicios pecuniarios ofrecidos a la causa, todas las aristas de su poder al mundo occi-
entre los que señalaba, el de haber salido al dental para que hiciera lo mismo.
encuentro de Pablo Morillo52 . A renglón se- La dirigencia cartagenera había seguido
guido, Toribio Villar señalaba que: de cerca las discusiones planteadas en las
Cortes Gaditanas en torno a la abolición de
a distancia de dos leguas desde mi la esclavitud y la igualdad de derechos. Ade-
hacienda nombrada Palenquillo, don- más, tenía pleno conocimiento del giro ope-
de me hallaba retirado para no su- rado en la política exterior de los ingleses en
cumbir a las ideas subversivas, alojé torno a la trata: sin el menor rubor habían
en mi misma hacienda a la columna pasado de ser la mayor potencia en el comer-
de vanguardia del ejército pacifica- cio de hombres y mujeres negras, a primer
dor, franqueándole espontáneamente país en prohibirla. La clase política era cons-
mis esclavos, bestias, ganado vacuno ciente, por lo tanto, de que en el conflicto
y cuantos auxilios me fueron posible53 que de hecho sobrevendría con España por
la declaratoria de la independencia, necesi-
A estos esclavos, seis en total, por haber taría de un protector internacional; y quien
participado en la ejecución de los enemigos mejor que la mayor potencia del mundo oc-
del rey en la ciénaga de Tesca, Villar les dio cidental en ese momento.
la libertad54 . Todo lo anterior quedó al descubierto y
Es innegable que la participación de los se materializó cuando en 1815, el flamante
afrodescendientes en la independencia de Estado Soberano de Cartagena de Indias se
Cartagena fue decisiva para que la Constitu- convirtió, sin pensarlo dos veces, en colonia
ción de 1812 se ocupara del problema de la inglesa55 , con el objetivo de conseguir su pro-
esclavitud. Pero si bien esto es cierto, tam- tección y enfrentar en mejores condiciones
poco podemos hacer caso omiso de la capa- la inminente arremetida militar española al
cidad recursiva y de la sagacidad de la élite mando de Pablo Morillo. Protección que a la
cartagenera en lo atinente a la protección de postre se convirtió, por diversos motivos, en
su proyecto político de independencia. un bello sueño, teniendo los cartageneros que
La sola formulación teórica inserta en la enfrentar solos y aislados a la poderosa ex-
constitución, prohibiendo el tráfico de escla- pedición que finalmente terminó destruyen-
52
A. G. I. Santa Fe, 747.
53
A. G. I. Santa Fe, 747.
54
A. G. I. Santa Fe, 747.
55
El texto completo del acta de la legislatura provincial mediante el cual el Estado Soberano de Cartagena aprobó
y solicitó convertirse en colonia inglesa, está inserto en BELL, Gustavo, Op. Cit. pp. 68-73. Este documento
fue tomado del Publica Record, Londres, en la sección Admiralty Record, ADM 1/266, pp. 140-159.
33
República, Negros y Castas
do no sólo la ciudad sino también el proyec- contrapunteo con sus adversarios, Bolívar en
to republicano, con un costo muy alto en vi- 1816, ofreció la libertad a los esclavizados
das humanas. que se vincularan al ejército patriota, para
Con el hundimiento del proyecto republi- contrarrestar el ofrecimiento español de li-
cano de la provincia de Cartagena, se vinie- berar también a todos aquellos que se adhi-
ron a pique también las expectativas que en rieran a la causa realista. Con base en lo an-
materia de manumisión había posibilitado la terior, muchos esclavizados se enrolaron es-
Constitución de 1812. Restablecidos los es- pecialmente al ejército comandado por Bolí-
pañoles en el poder por la acción de las tro- var.
pas al mando del pacificador Pablo Murillo, Luego en 1821, en el Congreso de Cúcuta
el tema de la libertad o manumisión de las y después de unas acaloradas discusiones
personas esclavizadas ya no tuvo ninguna entre los sectores que estaban a favor y en
importancia para los españoles. Sólo fue una contra de la libertad de las personas esclavi-
estrategia para lograr adhesiones que de una zadas, se sancionó la ley de Libertad de Par-
u otra manera ayudaron a derrotar el proyec- tos, que no solo se constituyó en un remedo
to político de la Republica Cartagenera. de libertad, sino que burló el ofrecimiento
La manumisión de los afrodescendientes hecho años anteriores por Bolívar en el fra-
emergería otra vez en la coyuntura de la agu- gor de la guerra. Con esta ley lo que se logró
dización .de la guerra de la independencia y perpetuar la esclavización de hombres y mu-
de nuevo adquiriría la connotación de con- jeres negras hasta el primero de Enero
signa política. En este sentido, en un de1852 ❂