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Adsorcion
Adsorcion
“FRANCISCO DE MIRANDA”
ÁREA DE TECNOLOGÍA
COMPLEJO ACADÉMICO PUNTO FIJO
PROGRAMA DE INGENIERÍA QUÍMICA
CÁTEDRA: OPERACIONES UNITARIAS III
Realizado por:
COLINA, Leannys
PEREZ, Lisbeth
PEREZ, Ana
RODRIGUEZ, Raymis
pp.
Introducción 3
I. Adsorción 4
1.1 Introducción 5
1.2 Aplicaciones 6
1.3 Tipos de Adsorción 8
1.4 Tipos de Adsorbentes 11
1.5 Equipos de Adsorción
1.5.1 Adsorbedores por etapa
1.5.2 Adsorbedores por varias etapas
1.5.3 Adsorbedores continuos
1.5.4 Adsorbedores de lecho fijo
1.6. Equilibrio de Adsorción 17
Gas – Sólido 18
Líquido – Sólido 21
II. Intercambio Iónico 26
2.1 Descripción 26
2.2 Aplicaciones 26
2.3 Tipos de intercambiadores iónicos 27
2.4 Equilibrio iónico 30
2.5 Intercambiadores iónicos de contacto continuo 32
Conclusiones
Bibliografía
INTRODUCCIÓN
Por un lado se tiene que, la adsorción es la transferencia selectiva de uno o más solutos
de una fase fluida a un lote de partículas sólidas. La selectividad común de un sorbente entre
el soluto y el fluido portador o entre varios solutos, hace posible la separación de ciertos
solutos presentes en el fluido portador o entre sí. En forma similar, en la operación inversa,
desorción, se realiza a menudo la separación de las especies que se encontraban
originalmente en el sólido.
En este trabajo se analizan los aspectos más resaltantes que definen a los procesos de
separación, basados en los fenómenos de sorción y desorción.
I. ADSORCIÓN
1.1- Definición:
El tratamiento del suministro de agua por lo que respecta a olores, sabor o color.
Del mismo modo, se citan los usos de la adsorción en la fase gaseosa, que
incluyen:
El secado de gases (la desecación en paquete es un caso especial).
Se debe distinguir para comenzar, entre dos tipos de fenómenos de adsorción: físicos y
químicos.
Un ejemplo de este tipo de adsorción se puede apreciar cuando las fuerzas atractivas
intermoleculares entre un sólido y un gas son mayores que las existentes entre las moléculas
del gas mismo, esto ocasionará que el gas se condense sobre la superficie del sólido, aunque
su presión sea menor que la presión de vapor que corresponde a la temperatura
predominante. Cuando ocurre esta condensación, se desprenderá cierta cantidad de calor,
que generalmente será algo mayor que el calor latente de evaporación y parecida al calor de
sublimación del gas. La sustancia adsorbida no penetra dentro de la red cristalina ni se
disuelve en ella, sino que permanece totalmente sobre la superficie. Sin embargo, si el sólido
es muy poroso y contiene muchos pequeños capilares, la sustancia adsorbida penetrará en
estos intersticios si es que la sustancia humedece al sólido. La presión de vapor en el
equilibrio de una superficie líquida, cóncava y de radio de curvatura muy pequeño, es menor
que la presión de una gran superficie plana; la extensión de la adsorción aumenta por
consecuencia. En cualquier caso, la presión parcial de la sustancia adsorbida es igual, en el
equilibrio, a la presión de la fase en contacto; disminuyendo la presión de la fase gaseosa o
aumentando la temperatura, el gas adsorbido se elimina fácilmente o se desorbe en forma
invariable. Las operaciones industriales de adsorción, del tipo que se va a considerar,
dependen de su reversibilidad para recuperar el adsorbente, para la recuperación de la
sustancia adsorbida o para el fraccionamiento de mezclas. La adsorción reversible no se
concreta a los gases, también se observa en el caso de líquidos.
La selección de adsorbentes cobra mucha importancia, ya que los sólidos deben ofrecer una
baja caída de presión de acuerdo a sus características, y una buena resistencia para soportar
su manejo. Además, los adsorbentes son selectivos en cuanto a su habilidad para adsorber
solutos específicos. En consecuencia, es necesario considerar la naturaleza química del
sólido para asegurar una operación satisfactoria.
Gel de sílice. Este adsorbente se fabrica tratando con ácido una solución de silicato
de luego secándola. Tiene un área superficial de 600 a 800 m 2/g. y un promedio de
diámetro de 20 a 50 A0. Se utiliza principalmente para deshidratar gases líquidos y
para fa hidrocarburos.
Arcillas activadas. Son bentonita u otras arcillas que no muestran ningún poder de
adsorcion hasta que se activan mediante el tratamiento con ácido sulfúrico o
clorhídrico. Después de este tratamiento, la arcilla se lava, se seca y se reduce a un
polvo fino. Es particularmente útil p decolorar productos del petróleo; generalmente
se descarta después de una sola aplicación.
La adsorción por lotes o por etapas se suele usar para adsorber solutos de disoluciones
líquidas cuando las cantidades tratadas son pequeñas, como en la industria farmacéutica y en
otras. Al igual que en muchos otros procesos, se necesita una relación de equilibrio como las
isotermas de Freundlich de Langmuir y un balance de materia. Las soluciones líquidas, en
donde el soluto que se va a separar se adsorbe más o menos fuertemente en comparación con
el resto de la solución, se tratan en operaciones por lotes, semicontinuas o continuas. Las
cascadas continuas a contracorriente se pueden simularse o llevarse a cabo mediante técnicas
como los lechos fluidizados. Generalmente, para eliminar el soluto o para su
fraccionamiento, los gases se tratan mediante técnicas con lechos fluidizados.
Para este proceso, cada etapa requiere el contacto íntimo entre dos fases insolubles durante
el tiempo suficiente para tener una aproximación razonable al equilibrio, contacto que va
seguido de la separación física de las fases. El equipo utilizado para aplicar estos principios
a la adsorción es variado y depende de la aplicación del proceso. El equipo que se muestra a
continuación es muy característico de muchas instalaciones operadas por lotes.
Figura 2. Filtración por contacto.
Arreglo esquemático para el tratamiento por lotes en una sola etapa de líquidos
En este equipo, tanto el líquido que se va a procesar como el adsorbente están mezclados
íntimamente en el tanque de tratamiento a la temperatura deseada y durante el período
requerido; después se filtra la fina colada para separar el adsorbente sólido y el adsorbato
que acompaña al líquido.
La eliminación de una cantidad dada de soluto puede lograrse con gran economía de
adsorbente, si la solución se trata con pequeños lotes separados y no con un solo lote y se
filtra entre cada etapa. Este método de operación se llama algunas veces tratamiento por
“alimentación separada”; generalmente se realiza por lotes, aunque también es posible la
operación continua. La economía es particularmente importante cuando se utiliza carbón
activado, el cual es generalmente costoso. El ahorro es mayor cuanto mayor sea el número
de lotes utilizados, pero causa gastos mayores de filtración y otros costos de manejo. Por lo
tanto, rara vez es económico utilizar más de dos etapas. En casos raros, la adsorción puede
ser irreversible, de forma que se pueden aplicar dosis separadas de adsorbente sin filtración
intermedia con un ahorro considerable en los costos de operación. Este método es la
excepción más que la regla; cuando se aplica a la adsorción reversible común, da el mismo
resultado final que si se hubiese utilizado todo el adsorbente en una sola etapa.
Aún mayor economía de adsorbente se puede obtener mediante la operación a
contracorriente. Cuando se utilizan los métodos de tratamiento por lotes, esta operación
puede simularse, para lo cual se sigue el esquema general de la simulación por lotes de las
operaciones a contracorriente que se muestran en la figura 3.
Con partículas finas se puede utilizar un lecho con placas deflectoras o etapa múltiples para
prevenir la mezcla desde un extremo a otro. El «hypersorber» es un adsorbedor de lecho
fluido de múltiple etapa construido como una columna de destilación, pasando los sólidos
fluidizados de una etapa a otra a través de tubuladuras de descenso. Se han construido
algunos adsorbcdores y columnas d intercambio de ion que operan en contracorriente, y
puesto que tales esquemas conducen a una más eficaz utilización del sólido, es previsible
que encuentren un uso creciente, especialmente en grandes instalaciones.
El método de contacto de fluido-sólido que se utiliza con mayor frecuencia para las
operaciones de adsorción son las unidades de tipo columna con las partículas sólidas
empacadas en una disposición relativamente fija. Los tamaños de partículas de adsorbente en
esos equipos se encuentran por lo común en una gama estrecha, pero pueden tener un
promedio de malla 4 hasta malla 250. Con frecuencia se considera la caída de presión como
un factor determinante para la especificación del tamaño de partículas; por otra parte, el
rendimiento de las columnas de adsorbente se suele mejorar con rapidez al disminuir el
tamaño de las partículas. Así, en el procesamiento de fase líquida, el costo total de la etapa
de adsorción se puede reducir a veces, diseñado para caídas de presión generales del orden
de 3 a 6 bar (300 a 600 kPa, o 50 a 100 Ibf/in2).
Los datos de equilibrio para adsorción se presentan por lo general en forma de isotermas de
adsorción. Estos datos son necesarios para poder aplicar la ecuación de diseño. Además,
también es necesario conocer los coeficientes de transferencia de adsorción. Por lo general,
estos coeficientes sólo se encuentran disponibles para condiciones específicas más que como
correlaciones generales. Por consiguiente, el diseño de equipo debe efectuarse usando datos
que se asemejen a las condiciones de diseño.
Por otra parte, la mayoría de los datos experimentales con respecto a la adsorción
representan mediciones de equilibrio. Muchos se obtuvieron en un esfuerzo por corroborar
una u otra teoría de las muchas presentadas para tratar de explicar el fenómeno de la
adsorción. No se ha elaborado aún una teoría que explique satisfactoriamente a lo sumo la
mayoría de las observaciones; por lo tanto, este análisis se limita a describir las
características de adsorción observadas más comúnmente.
1.6.1.-Gas – Sólido
A partir de esta figura 6 se puede entrever que si se aumenta la presión de la acetona se hará
que se adsorba más, como lo indica la curva ascendente; al decrecer la presión del sistema en
A, la acetona se desorberá del carbón. Aun cuando no ha sido determinada
experimentalmente en este caso, se sabe que la isoterma a 100 ºC para la acetona continúa
aumentando sólo hasta una presión de 2790 mmHg, que es la presión de vapor de saturación
de la acetona a esta temperatura. Con presiones más elevadas, a esta temperatura no pueden
existir la acetona en el estado de vapor; antes bien, se condensará completamente hasta un
líquido. Por lo tanto, es posible obtener concentraciones indefinidamente grandes de la
sustancia sobre el sólido a presiones más elevadas que la presión de vapor, como en el punto
B . Sin embargo, las concentraciones superiores a las correspondientes al punto B indican
licuefacción, pero no necesariamente adsorción del vapor. Por supuesto, los gases a
temperatura más elevada que su temperatura crítica no muestran esta característica.
Las isotermas de adsorción no siempre son cóncavas hacia el eje de presión. Las formas que
se muestran en la figura 8 se han observado para diferentes sistemas. Aquí, la ordenada se
grafica como presión parcial en el equilibrio p * dividida entre la presión de vapor a
saturación p de la sustancia adsorbida (en realidad, la saturación relativa) con el fin de
colocar las tres curvas sobre las mismas bases.
Existen tres expresiones matemáticas usadas comúnmente para describir los equilibrio de
adsorción de vapor: las isotermas de Langmuir, de BrunauerEmmett-Teller (BET) y de
Freundlich. Todas, excepto la última, se obtuvieron con una teoría en mente, pero ninguna se
puede aplicar de modo universal; tampoco puede predecirse cuál si es que alguna se aplicará
a un caso particular.
Líquidos
Cuando un adsorbente se mezcla con una solución binaria, ocurre tanto la adsorción del
soluto como del disolvente. Puesto que la adsorción total no se puede medir, se determina,
en lugar de ésta, la adsorción relativa o aparente. El procedimiento acostumbrado es tratar un
volumen conocido de solución con un peso conocido de adsorbente, v volumen
solución/masa adsorbente. Como resultado de la adsorción preferente de soluto, se observa
que la concentración de soluto del líquido cae del valor inicial co al valor final en el
equilibrio c* masa soluto/volumen liquido. La adsorción aparente de soluto, despreciando
cualquier cambio de volumen en la solución, es v(co – c*) masa soluto adsorbido/masa
adsorbente. Esto es satisfactorio para soluciones diluidas, cuando es pequeña la fracción del
disolvente original que puede adsorberse.
La ecuación de Freundlich
c* = k[v(co – c*)]n
en donde v(co – c*) es la adsorción aparente por masa unitaria de adsorbente; k y n son
constantes. Con frecuencia, se utilizan también otras unidades de concentración; aunque
estas unidades inducirán valores diferentes de k, con respecto a las soluciones diluidas para
las cuales se pueden aplicar la ecuación, el valor de n permanecerá invariable. La forma de
la ecuación indica que si la concentración de soluto en el equilibrio como ordenada se
grafica contra el contenido de adsorbato del sólido como abscisa, sobre coordenadas
logarítmicas, se obtendrá una línea recta de pendiente n e intersección k. En la figura 10 se
grafican de ese modo varias de estas isotermas típicas.
El efecto de la naturaleza del disolvente sobre la adsorción de ácido benzoico sobre sílica
gel, se muestra en las curvas a y b, las cuales se adecuan perfectamente a la ecuación
anterior en el rango de concentraciones mostrado. La adsorción es menos fuerte a partir de
soluciones de benceno, lo cual es lógico debido a la mayor solubilidad del ácido en este
disolvente. La curva C en esta figura muestra la desviación de la linearidad prevista en
grandes rangos de concentración, aunque la ecuación mostrada es aplicable a los rangos
menores de concentración. El hecho de que los datos no se conformen a la ecuación, a
concentraciones elevadas de soluto, puede ser el resultado de una adsorción apreciable del
disolvente, la cual no se toma en cuenta, o simplemente de que la ecuación no puede
aplicarse en forma general.
Con frecuencia, la ecuación de Freundlich también es útil cuando se ignora la identidad real
del soluto, como en la adsorción de sustancias coloradas en materiales como soluciones de
azúcar y aceites minerales o vegetales. En estos casos, la concentración de soluto puede
medirse mediante un colorimetro o un espectrofotómetro y expresarse en función de
unidades arbitrarias de intensidad de color, siempre y cuando la escala de color utilizada
varíe linealmente con las concentraciones del soluto que causa las variaciones de color. La
figura 8 ilustra la aplicación de este método: grafica la adsorción de sustancias coloradas a
partir de una fracción del petróleo sobre dos arcillas adsorbentes. Aquí, las concentraciones
de color de las soluciones se midieron en una escala arbitraria; la concentración de adsorbato
en la arcilla se determinó midiendo el cambio en el color expresado en estos términos,
cuando 100 g de aceite se tratan con diferentes cantidades de arcilla.
2.- Descripción.
Los procesos de intercambio de iones son básicamente reacciones químicas entre iones en y
iones en una fase sólida insoluble. Las técnicas que se usan en el intercambio de iones tanto
a las que se utilizan en la adsorción, que para la mayoría de los fines de ingeniería, el
intercambio de iones se puede considerar como un caso especial de adsorción. En el
intercambio de iones, el sólido elimina ciertos iones, pero como se debe con
electroneutralidad, libera iones de reemplazo a la solución.
2.1.-Aplicaciones
Por lo general, todas las técnicas de operación utilizadas en adsorción se utilizan también
para intercambio iónico. Por consiguiente, hay tratamientos por lotes o por etapas de
soluciones, operaciones en lecho fluidizado y fijo y operaciones continuas a contracorriente.
Las percolaciones en lecho fijo son muy comunes. Se han utilizado los métodos cromatográ-
ficos para el fraccionamiento de mezclas iónicas de varios componentes. Se han aplicado
estas técnicas en el tratamiento de lodos de minerales ("resma en pulpa") para la obtención
de metales valiosos.
En la exclusión jónica, se presatura una resma con los mismos iones que en una solución.
Entonces, la resma puede rechazar los iones en una solución y al mismo tiempo adsorber
sustancias orgánicas no iónicas como glicerina y similares, que también pueden estar en
solución. Posteriormente, la materia orgánica puede extraerse de la resma en un estado
iónico libre. A continuación se presenta una tabla resumiendo las aplicaciones del
intercambio iónico:
La operación con lecho fijo, con el sorbente en forma de gránulos, cuentas o bolitas, es la
forma principal para llevar a cabo las separaciones por sorción. El flujo descendente es el
que generalmente se utiliza, pero en ocasiones se necesita el flujo ascendente. A pesar de que
la modalidad de lecho fijo es considerablemente útil, su análisis es muy complejo.
En un lecho fijo o “columna”, a la que se introduce una fase líquida o gaseosa que contiene
un soluto a flujo tapado, las composiciones coexistentes de fluido y sólido dependen del
tiempo transcurrido y la distancia axial dentro de la columna.
El intercambiador iónico usual contiene sólo un tipo iónico de resina, ya sea catiónica o
aniónica, y la regeneración se realiza normalmente por una solución química, ya sea de
ácido fuerte o base fuerte. No obstante, en un intercambiador de iones “de lecho mixto” hay
en la misma columna una resina catiónica y otra aniónica, por lo común es una proporción
aproximadamente equimolar. Durante la etapa de servicio (carga) se mezclan íntimamente.
Para la regeneración, el retrolavado separa la resina aniónica más ligera de la catiónica, más
densa. La unidad tiene un dis tribuidor de tamizado en el planoo la interfase entre las dos
resinas, de modo que se pueden regenerar por separado sin necesidad de retirarlas de la
columna.
El método más común de regeneración (ver figura 14) permite la regeneración secuencial de
las dos resinas, primero con un álcali que fluye hacia abajo a través de la resina aniónica
hasta el distribuidor de la interfase y después con ácido que fluye hacia abajo a partir del
distribuidor de interfase a través de la resina catiónica. Después de la regeneración y el
enjuague, se vuelven a mezclar las resinas mediante aire comprimido. Por lo común, el
distribuidor del fondo es del tipo de tamiz, por la dificultad para introducir aire comprimido
en un lecho de soporte sin modificar las capas graduadas y para evitar las probabilidades de
contaminar el producto. Para permitir el agotamiento columnar uniforme de la resina, el
tanque tiene con frecuencia un fondo plano; en las columnas de diámetro grande, esto se
logra soldando un plato falso en un tanque convencional de cabeza de plato.
Las unidades de lecho mixto también se utilizan para la limpieza de condensado (el agua de
alimentación a la caldera) en las centrales de generación eléctrica. Salvo en una operación
anormal, el condensado contiene muy pocas impurezas (del orden de microgramos por litro).
Sin embargo, incluso estas pequeñas cantidades de contaminantes pueden ser inaceptables
para el agua de alimentación de las calderas supercríticas.
Rapidez del intercambio iónico. La rapidez del intercambio iónico depende, como
la adsorción ordinaria, de la rapidez de cada uno de los siguientes procesos:
a) Difusión de iones desde el seno del liquido hasta la superficie externa de una
partícula intercambiadora;
e) Difusión de los iones liberados desde la superficie del sólido hasta el líquido.
En algunos casos, la cinética de la reacción de intercambio (c) puede ser el paso que
controle, pero en otros la rapidez de la reacción aparentemente es muy rápida en
comparación con la rapidez de difusión.
Si no se contrarrestan estas ventajas, es obvio que una sola unidad continua no proporciona
el repuesto de emergencia necesario para el mantenimiento en tanto que los lechos fijos
dobles o múltiples incorporan en forma automática cierta capacidad de repuesto, cuya
cantidad queda sujeta al juicio del diseñador. Esta diferencia, combinada con el hecho de que
la tecnología de lecho fijo está mejor establecida y utiliza equipo que requiere poco
mantenimiento ha llevado el mercado de tratamiento de agua a la selección de los sistemas
de lecho fijo pata algunas instalaciones extremadamente grandes, en las cuales la
consideración general favorece la operación continua. Incluso en el medio clásico de
procesamiento continuo complicado, por ejemplo, el de los complejos de petróleo o
petroquímicos grandes, las plantas de tratamiento de agua tienden a ser intermitentes de
lecho fijo. Sin embargo, es en la industria química donde los intercambiadores continuos
tienen sus mayores aplicaciones.
Como resultado de ello, desde 1960 se han comercializado varios diseños continuos y su
principal aplicación ha sido en el procesamiento de productos químicos. El diseño de
Higgins se desarrolló original mente para recuperar uranio de las lechadas lixiviadas de
sulfato residual de reducción en la planta Y-12 de Oak Ridge, plutonio de soluciones de
nitrato en la planta de Hanford Purex y uranio en solución de cloruro en la planta de
producción de metal de uranio en la Japan Atomic Fuel Corporation. Más recientemente, se
adaptó a gran variedad de aplicaciones, incluyendo el ablandamiento de agua en gran
volumen. El diseño se muestra gráficamente en la figura 16. Las unidades mayores tienen
secciones de carga y extracción con diámetros relativamente grandes, con válvulas de resina
y secciones de transferencia de resina disminuidas en escala a un árcade corle de sección
transversal de sólo 5% de la sección de mayor contacto. Para proporcionar un flujo uniforme
de resma, se utilizan secciones cónicas entre esos extremos. La resina se desplaza mediante
un impulso hidráulico combinado con una operación de las válvulas.
Figura 15. Modo de funcionamiento del contactor Higgins.
El proceso Asahi (Figura 16), un desarrollo japonés disponible en Estados Unidos, se utiliza
principalmente para el tratamiento de aguas en gran volumen. El líquido que se debe tratar
se pasa hacia arriba a través de una columna de resina en el tanque de adsorción. El flujo
ascendente va de 30 a 40 m/h mantiene el lecho empacado contra la parte superior. Después
de un tiempo establecido (10 a 60 minutos), se interrumpe el flujo durante cerca de 30
segundos y cae todo el lecho. Se retira una pequeña porción de la resma (10% o menos) del
fondo del tanque de adsorción y se transfiere hidráulicamente a la tolva que alimenta el
tanque de regeneración. Simultáneamente, se introduce al tanque de adsorción una cantidad
igual de resina regenerada. Luego, se reanuda el proceso. Mientras tanto, se lleva a cabo la
regeneración mediante un sistema similar de flujo en el tanque de regeneración del cual la
resina regenerada y parcialmente reutilizada se transfiere periódicamente a la tolva, situada
por encima del tanque de lavado y enjuagado. En este último, los lechos de resina se
fluidifican mediante agua de enjuague, para retirar las partículas finas y las materias extrañas
antes de regresar la resma a la tolva del tanque de adsorción.
Dichos sistemas pueden tener cámaras de enjuagado para tratar químicamente la resina
eluida, para cambiar su forma iónica o eliminar la sílice u otro material indeseable. El
inventario de resina en estos sistemas continuos en los que se tratan licores de alimentación
con un contenido bajo de sólidos en suspensión es considerablemente menor que el
necesario para las columnas convencionales de intercambio iónico, que tratan licores
filtrados de la misma composición iónica.
Las desventajas de las columnas a contracorriente son esencialmente las mismas que las de
los equipos de adsorción continua. Puesto que las resinas de intercambio de iones son
costosas, las pérdidas debidas al transporte de la resina son especialmente importantes y se
tienen que evaluar. Quizá no se deberían utilizar en este equipo algunas resinas
relativamente frágiles. Hasta ahora, los procesos que requieren una serie de resinas como,
por ejemplo, los lechos mixtos de ácido débil, ácido fuerte, base débil, base fuerte, parecen
adaptarse mejor a los diseños de lecho fijo.
Figura 18. Sistema continuo de intercambio iónico de Himsley
CONCLUSIONES
PERRY, R. 1998. “Manual del Ingeniero Químico”. Tomo IV/V. Sexta edición. Editorial
McGraw-Hill. México.