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1 Se escenifica por el paso real del Guarapiche.

El frente donde está el distribuidor del Bajo


Guarapiche, de Este-Oeste le decían Cerro Bella Vista, y hacia el Nor-Oeste Cerro Colorado.

En esta batalla fue que se dio la primera estrategia militar de Venezuela el “Vuelvan Cara”,
posteriormente lo realizó Páez en las Queseras del Medio.

Los soldados patriotas al tomar Maturín, bajo las órdenes de Manuel Piar y Francisco Azcúe,
fortificaron sus puestos de combates, y día a día manejaban todas las estrategias militares para resistir
eventuales enfrentamientos. Establecidos en Maturín los comandantes tanto en lo militar como en lo civil
aumentaron considerablemente en número sus tropas y se vincularon a la población con verdadera
patriotismo, donde ponían de manifiesto el deseo de consolidar la libertad suprema, desde Maturín, hasta los
confines de Venezuela. Esta primera batalla heroica de Maturín, llenó de laureles gloriosos a los patriotas
revolucionarios, porque reafirmaron para siempre el estigma de la nacionalidad del pueblo, estableciéndose el
deber moral e histórico para exaltar el heroísmo de hombres y mujeres dispuestos a consolidar su libertad
sobre cualquier circunstancia, y ser ejemplo de valentía en los campos de batallas, para honrar para siempre
la soberanía del suelo sagrado de Maturín, apegado a la reafirmación de la identidad regional y cumbre de
conciencia libertaria y revolucionaria, enmarcada en esta primera jornada, símbolo de lealtad por los esfuerzos
de indómitos soldados y civiles, como lo dijo el General en jefe Manuel Piar: “nos encontramos con las
laudables intenciones de defender la libertad hasta perder la vida”.

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Esta segunda batalla exalta a todos los vientos el valor heroico del pueblo de Maturín, porque supo mantener
su hegemonía de guerreros, contribuyendo de manera significativa en los planes trazados por Santiago
Mariño en cuanto a la invasión de Oriente ya que, sus fieles compañeros José Francisco Bermúdez, Manuel
Valdés entre otros, se encontraban sitiados en la Península de Paria por realistas españoles en la cercanía a
la capital de la provincia Cumaná, donde solo se podían desplazar era en Güiria e Irapa. Así que los triunfos
de Manuel Piar y Francisco Azcúe en Maturín era un aliento de libertad y soberanía en lo que se hacía
conocer como las espaldas de Cumaná.

1. Los godos realistas salen desde Barcelona, pasan por el pueblo de Santa Rosa hasta la Cruz
de la Paloma, y avanzan hacia la planicie de los Guaros y el Alto del Otero, hoy conocido
como Alto de los Godos, donde está actualmente la avenida el Ejército y el Fuerte Paramaconi

2. Tremenda derrota propinaron los patriotas, dirigidos por el célebre y audaz Bermúdez, hombre de
confianza del General en Jefe Santiago Mariño, a los realistas godos que insistían en apoderarse de
Maturín, sin pensar los egregios compatriotas republicanos que preferían la muerte ante la opresión
imperial del yugo español. Francisco Morales no le quedó otra alternativa que huir con el ejército
destrozado, rumbo al Oeste de la ciudad de la Sultana del Guarapiche, por el camino real de Areo,
hasta llegar a Urica, para encontrarse con su Jefe el asesino José Tomás Boves, y tratar de
reorganizar su fuerza militar.

Con esta nueva jornada feliz de los compatriotas acantonados en Maturín, se acentúo la
respetabilidad hacía la ciudad del Guarapiche, su reputación llegaba al centro de la capital de la
república con brillo de éxito. Bermúdez aumenta su tropa a 2.200 infantes y 2.500 jinetes, lo que le
daba fuerza para seguir en las trincheras de lucha por la soberanía y la libertad de los pueblos.
3. A la siete de la mañana del 11 de diciembre de 1814, las tropas realistas a la cabeza de Francisco
Morales, atacan sin piedad a la ciudad. Los patriotas republicanos se escudan de los terraplenes y
baterías, pero sus pocos pertrechos y municiones se agotan, y resisten hasta el cansancio, “los
enemigos asaltan a la ciudad, por sobre los cadáveres de sus heroicos defensores”, sigue
sosteniendo Carlos Blanco[24] (1885).

Inmenso grito de terror llena los ámbitos de la vencida Maturín: poseída de espanto, la numerosa
emigración refugiada en su seno huye despavorida por las calles y las plazas, implorando socorro; y
sin saber a dónde dirigirse, discurre desatentada a la ventura, tropezando a cada paso con la muerte”.
(Pág. 210)

Fueron muchos los esfuerzos heroicos de nuestros patriotas revolucionarios, para defenderse de esos
monstruos segados de venganza. José Félix Ribas y José Francisco Bermúdez, sintieron la rabia de sus
impotencias contra bandidos que ejercían el poder a través del mandato de un rey, que tenía a Venezuela
como una gobernación, a sopotocientos kilómetros de su reinado.

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