Está en la página 1de 14

Herramientas subjetivas

que protegen…

Una propuesta de incorporación de prácticas de salud mental en los procesos


de atención de niños y niñas pequeños.

Miriam Paulina Giani - Licenciada en Psicología -


Carlos Federico Fushimi - Médico Pediatra -

Neuquén, septiembre del 2009.-

1
“Acoger al recién nacido con cortesía”
Françoise Dolto:” ¿Tiene el niño derecho a saberlo todo?”.1978

“Estamos preparando para una vida que no sabemos cómo va a ser, a unos niños que
justamente tienen que ser diferentes de nosotros, puesto que han tenido experiencias
que a nosotros nos eran desconocidas a su edad”
Françoise Dolto:”La Causa de los Niños”. 1985.

Gracias al control del crecimiento (basado en variables físicas como peso, talla,
perímetro cefálico) y desarrollo, la prevención de enfermedades inmunoprevenibles y la
atención organizada en niveles de complejidad, pilares del Sistema de Salud en la Provincia
del Neuquén, se han alcanzado logros de importancia como fue el descenso de la tasa de
mortalidad infantil entre otros. Sin que éstos dejen de ser sostenidos, llega el tiempo de volver
a mirar a los chicos y escuchar sus necesidades en el contexto de la nueva realidad
epidemiológica y de los nuevos paradigmas que atraviesan el campo de prácticas en salud.

La forma de pensar a la niñez evoluciona según el contexto histórico-social.


Cualquier intento de abordarla contemplará modos complejos de pensarla: desde el estado,
las ciencias, el derecho, los idearios y creencias que dan sentido a la vida del grupo social al
que pertenecemos. Cuando se analizan algunas prácticas de salud, vemos cómo se
superponen y contradicen distintos modos de pensar y entender la niñez.

En lo cotidiano enfrentamos situaciones donde los niños, muchas veces, no son


tratados en su dignidad de sujetos: son tomados como objetos por sus adultos responsables.
El Equipo de Salud no escapa a esto. A veces, hasta con las mejores intenciones, maltratamos
a los chicos o a sus familias.

Todo ser humano es, desde su concepción, un sujeto entramado en una red vincular y
social compleja. Sujeto desde, entre, con y para otros. Sujeto entramado en una red
intersubjetiva, en lazo social.

Definimos al sujeto como “un ser común y potente que se forma en el proceso
histórico. Ser común, porque está compuesto de las necesidades comunes de la producción y
de la reproducción de la vida. Ser potente, puesto que rompe continuamente estas
necesidades para determinar innovación, para producir lo nuevo y el excedente de vida. El
sujeto es un proceso de composición y recomposición continua de deseos y actos
cognoscitivos que constituyen la potencia de la reapropiación de la vida”.1

Tomaremos como punto de partida el definir a la Salud Mental como la capacidad de


las personas para amar, aprender, crear, trabajar, enfrentar crisis y conflictos, convivir en

1
Negri, Tony. “Fin de Siglo” Editorial Paidos / I.C.E.- U.A.B. Barcelona. 1992
2
sociedad en una integración activa dando sentido a su propia existencia. La salud mental es,
entonces, construida desde lo relacional y caracteriza el modo de vincularnos con los demás.

Aunque es imposible concebir a la Salud Mental por fuera del concepto de Salud.
Entonces, desde una perspectiva de Salud Integral, sólo podremos definir a la Salud “Mental”
como un campo de prácticas: el abordaje de la dimensión subjetiva del proceso de
salud/enfermedad/atención.2

La vida prenatal y la primera infancia son momentos fundamentales en la vida de los


Seres humanos, tiempos fundacionales en la constitución subjetiva, la construcción de
intersubjetividad, los primeros vínculos.

El presente trabajo ha sido escrito con el propósito de aportar algunos conocimientos


construidos a través de prácticas transdisciplinarias en la atención de niños y niñas con
edades que van desde su vida prenatal hasta terminada la primera infancia a los 6 años.
Intentaremos dar cuenta de la inclusión de contenidos de salud mental en la Atención
Primaria de la Salud, es decir, de la incorporación de prácticas del campo de la subjetividad
en la atención infantil, a partir de la experiencia desarrollada en los dispositivos Casa Arco Iris
desarrollados en Centros de Salud de la Zona Sanitaria Metropolitana de la ciudad de
Neuquén desde 2001 hasta la actualidad. Los mismos están basados en la Casa Verde de
Françoise Dolto, que fue introducida en Argentina y nuestra provincia por la Lic. Aída Ch. de
Saks de la Fundación por la Causa de los Niños.

Aunque estas prácticas sean pensadas inicialmente para los espacios de salud,
también podrán encontrar lugar en diferentes ámbitos como escuelas, jardines maternales y
de infantes, salas de espera, lugares de juegos, comercios y en todo lugar donde los más
pequeños se abran espacio.

El Equipo de Salud forma parte del ecosistema que construye vínculos


conjuntamente con familias y niños. Vínculos estrechos si encuentra su labor en el primer
nivel de atención, como lo es un Centro de Salud, donde confluye el mínimo nivel de
complejidad tecnológica con el máximo nivel de complejidad psicosocial.3

Dada esta cercanía, será necesario pulir nuestras herramientas de intervención para
dar lugar al mayor bienestar posible a los nuevos seres humanos que llegan al mundo
reconociéndolos en su dignidad. Es ésta una posición de privilegio en tanto nos convoca a
acompañar el inicio de la vida humana y colaborar en el proceso de humanización.
Para llevar a cabo nuestra tarea, proponemos la siguiente hoja de ruta:

 Pensamientos que acompañan nuestro quehacer.


 Una caja de herramientas.
 Un espacio para compartir.

2
Plan Provincial de Salud Mental. Ministerio de Salud y Seguridad Social. Subsecretaría de Salud de la Provincia del Neuquén.
Noviembre 2007.
3
MARCUS, Adriana R., PEDRAZA, Miguel A., SÁNCHEZ, Mirta N.: “Viaje a la Vida: Una propuesta de humanización temprana
al niño y/o niña en gestación y su familia” Creavida N°9 pág. 6-12. Editorial Creavida.
Buenos Aires. Octubre de 2006
3
Pensamientos que acompañan nuestro quehacer

“Una práctica no se compone solamente de un quehacer sino también de un pensamiento que lo


acompaña, lo despliega, lo sitúa y muchas veces también lo redefine. Un pensamiento atento a la singularidad
de lo que allí, en ese lugar y momento precisos, pasa. Una práctica, un quehacer y un pensamiento de alguien en
particular.”
Elena de la Aldea4

Siguiendo el epígrafe, el pensamiento es siempre situado y atento a la singularidad.


Comprendiendo los riesgos que implican el generalizar, a la hora de pensar las prácticas con
niños, nos ayudará incluir en la reflexión algunas cuestiones:

La vecindad compleja

La salud es una construcción con otros. Y tratándose de salud infantil. es imposible


pensarla sin la inclusión de los otros actores comunitarios que conforman la red del niño que
atendemos: los chicos del barrio, la ciudad, la nación, el mundo. La familia, los centros de
cuidados infantiles, los jardines maternales y de infantes, las escuelas, clubes, iglesias, las
instituciones culturales, las de ayuda social, que se incluyen en esta construcción, forman
parte de la red necesaria para sostener el bienestar de los más pequeños, no solamente
cuando la vida va sin dificultades, sino también cuando se hace difícil y hay que asegurar los
apoyos necesarios.

Lo nuevo que aparece

La realidad es muy cambiante y el tiempo en que se suscitan los cambios, veloz. Por
esto será necesario plantearnos en equipo las situaciones que nos dejan interrogados.
Entender la realidad y adecuar nuestras intervenciones a una lectura de lo complejo implica
un trabajo de actualización permanente: desde los textos, la cultura, la inteligencia de lo
nuevo. Esto es, aprender colectivamente a leer entrelíneas lo nuevo que aparece allí donde la
vida se abre camino para recrearse.

Modelos de crianza

Revisar en el fuero propio y con el equipo los conceptos de familia, cultura,


diversidad. Entender nuestros propios modelos de crianza, nuestras propias representaciones
acerca de “lo que está bien y lo que está mal”, nos ayudará a comprender mejor qué sucede
en nuestro interior al momento de dialogar con las personas que atendemos, los usuarios.
Hay que cuidar de no impregnar con nuestros propios estilos de crianza a quienes solicitan
nuestro servicio. Lo diferente, lo malformado, lo enfermo, lo lisiado, forman parte de la
diversidad de la vida, tan necesaria.

4
de la Aldea E: “La violencia, las violencias: reflexiones, experiencias e intervenciones”. Sangría editores y Elena de la aldea.
Segunda edición. Valparaíso, Chile. 2009.
4
Cada familia, cada ser humano, tiene sus propios modos de resolver los problemas
que se le presentan. Acompañar a una familia en el proceso de crianza es una tarea que
requiere de: una buena escucha atenta a las necesidades, dosificar la intervención y apoyar la
estrategia de cuidado de la salud que la familia ya puso en marcha.

El adultocentrismo en nuestras prácticas

Aun hoy encontramos que la infancia circula en un mundo pensado por y para los
adultos y en función de ellos: esto es el adultocentrismo. Los chicos, aunque no son adultos,
son personas con el mismo nivel de derechos en cuanto a la atención. Son sujetos de verdad
y de palabra. Al decir de Françoise Dolto “Uno pequeño, el otro grande, los dos de igual
valor”

Esto implica: dirigir la palabra a los niños, explicarles acerca de procedimientos que
se les realizarán, respetar su intimidad y su pudor, solicitar su asentimiento y escuchar la
respuesta.

El adultocentrismo se cuestiona empezando por casa. Cada uno de nosotros es


responsable de construir confianza, seguridad, respeto, relaciones de buena vecindad y
cortesía en el entorno donde los chicos, junto a nosotros, crecen, aprenden y desarrollan la
vida.

Niño-objeto y niño-sujeto

Pasar de la concepción del “niño-objeto” al “niño-sujeto” implica pensar, entre otras


cosas, que algunas variables mensurables que percibimos durante nuestra labor también
pueden ser signos de bienestar o malestar, formas de comunicación temprana, aun cuando no
se haya adquirido el “don” de la palabra hablada. Si comprendemos que los niños pueden
estar diciendo algo con su cuerpo, el trabajo consistirá en tratar de escuchar y entender el
significado de algunos problemas como: el dolor abdominal recurrente, el peso estacionario,
la fiebre sin causa aparente, el hacerse pis encima (enuresis), la inapetencia, entre otros.

Las palabras y su efecto

Cuidar las intervenciones implica el uso sutil de las palabras. Hablar con la delicadeza
que se necesite para generar un clima cordial previene actitudes de sojuzgamiento y
discriminación.

La práctica en salud tiene que generar algún tipo de alivio en quien la recibe. Si no,
genera rechazo. En tanto agentes de salud, tomar este recaudo es un cuidado esencial que
pone a la urgencia relacional5 en la misma jerarquía que la urgencia biológica. Las buenas
prácticas en salud incluyen la atención de ambas urgencias, sobre todo en el recién nacido.

5
Kimelman, Mónica J.:“Salud metal perinatal. Urgencia actual, prevención futura”. Prévention précoce, parentalité et
perinatalité. M. Dugnant. Ed. Arip Érès. 2004
5
Siempre que pensemos en mejorar nuestro trabajo o en el bienestar de quienes
atendemos, estaremos dando sentido a nuestras propias prácticas. El bienestar en el ámbito
laboral encuentra su raíz en esta realización grupal y personal.

Caja de herramientas

En una caja de herramientas ponemos aquellos útiles que nos ayudan a resolver
diferentes situaciones.

Esta caja, en particular, incorpora conceptos y prácticas fundadas en la experiencia de


Casa Verde de Françoise Dolto, útiles para el cuidado de la salud de los chicos. La tarea
consiste en colaborar con ellos y ellas en la construcción de herramientas subjetivas
protectoras, ayudando a sus adultos responsables en la crianza de seres humanos en libertad.

Estas herramientas son pensadas como ejes de la subjetividad. Algunas de las


mismas, sino todas, ya han encontrado lugar en las familias que atendemos diariamente. Los
Equipos de Salud probablemente también las tengan incorporadas. Estos ejes son:

1. Identidad.
2. Intimidad.
3. Intermediación por la palabra (humanización).
4. Límites.
5. Socialización.

1. Identidad
“Consideramos a la humanización en relación a la constitución subjetiva de la
identidad humana. El reconocimiento recíproco de los hombres da identidad a la condición
humana y nos sitúa como sujetos únicos e irrepetibles en relaciones e intercambios con los
otros.” 6

Cada niño que llega al mundo tiene una identidad que le es propia. Ocupa un lugar
en la trama social y familiar que lo precede. El apropiarse de su vida y de su identidad le
permitirá abrirse camino, elegir con libertad e incluso sobrevivir a circunstancias adversas
(muerte de sus progenitores, abandono temprano entre otros).

¿Cómo colaboramos en la construcción de esta herramienta?

 Dar la bienvenida a cada uno, presentándonos con nuestros nombres y funciones.

6
Ministerio de Salud y Seguridad Social. Subsecretaría de Salud de la provincia del Neuquén: “Plan provincial de Salud Mental”
pág N°31 - http://www.neuquen.gov.ar/salud/index

6
- Hola Karen!...Bienvenida a nuestro consultorio. Yo soy Juan, un pediatra que forma parte
del Equipo de Salud, y estoy contento que hayas venido hoy a visitarnos con tu abuela.

No ayuda tratar a los usuarios con términos informales como “mamita”, “papito”,
“gordita”, “tío”. El trato respetuoso indica calidad de atención.

 Ubicar al niño en su propio lugar dentro de la familia reconociendo su origen:

- Brisa: estoy confundida. Tu abuela está diciendo que vos a ella le decís “mamá. ¿ Me
explican cómo es esto?

 Hacerlo sentir único e importante, dueño/a de un cuerpo y una vida.

- Pedro, éste sos vos, el que se mira en el espejo. Sos único, no hay otro como vos. Sos varón.
Tu papá y tu mamá te dieron la vida y ahora la vida es tuya.

 Evitar rotular a las personas deshumanizándolas o identificándolas por síntomas.

Ejemplo: ¿Serán necesarios los ficheros de desnutridos que colaboran en que aparezcan
comentarios como el siguiente?:

- Mamita: no encuentro la ficha de tu hija en el archivo común ¿Ella es desnutrida, no?


Porque si es así, la tengo que buscar en el fichero de los desnutridos.

 Siempre viene bien recordar los orígenes. Contar a los chicos, con respeto y amor, la
historia de su concepción, de su nacimiento, lo que el Equipo de Salud conozca de su
historia o la de sus padres, es una buena estrategia para acompañar lo cotidiano y la
contingencia. Recordar la fuerza de sus antepasados y progenitores, cómo superaron
dificultades para que la vida llegara hasta ella o él. La propia historia sostiene y ayuda a
crecer.

- Conozco a tus papás desde que eran chicos. Ellos trabajaron mucho para construirse la
casa en la que están viviendo con vos y tu hermanita.

2. Intimidad

Por más que los niños necesitan ser atendidos corporalmente desde su nacimiento
hasta que adquieren la autonomía para hacerlo solos, este estado de necesidad no debiera
representar una oportunidad para recibir un trato irrespetuoso por parte de los cuidadores o
del Equipo de Salud. Es la ternura en las relaciones cuerpo a cuerpo la actitud que ayuda a la
construcción de la propia estima y el respeto por sí y por los otros.

En términos subjetivos, este eje es la principal “vacuna” que protege contra el abuso
sexual infantil y el maltrato.

¿Cómo colaboramos en la construcción de esta herramienta?

7
 Colaborando en la construcción del espacio propio, desde el lugar para dormir hasta el
guardado de las propias pertenencias y su cuidado.

La mamá de Diego decidió forrar una caja de cartón para que pueda guardar sus juguetes.
Desde entonces, todos en la casa están contentos de no patear chiches por ahí.

 Diferenciando entre lo privado y lo público.

Sebastián de 5 años tiene mielomeningocele y necesita ayuda para orinar. Ana, su mamá,
prepara el sondaje en la cocina de su casa. Norma, la enfermera de cuidados paliativos
interviene: - ¿Te ayudo Ana a llevar a Sebastián al baño?.

 Incorporando desde el inicio de la vida el cuidado del propio cuerpo a través del pudor en
las relaciones cuerpo a cuerpo.

- Marito cumplió 6 años. En la consulta insiste en tocar el pecho de su mamá por


debajo de la remera. Su pediatra les señala: “Cristina: me llama la atención
que Mario la toque a usted como si todavía fuese un bebé”.
- Laura, mamá de Camila de 3 meses, le dice: “Te presento a la señorita Paola de tu
Jardín. Ella te va a cuidar cuando yo empiece a trabajar. Es la única que
puede cambiarte los pañales cuando yo no esté. Yo le voy a explicar cómo lo
hacemos en casa”.

3. Intermediación por la palabra. Humanización.

“Se habla mucho de él, pero a él no se le habla”


Françoise Dolto

“Es imprescindible, en la construcción del sujeto humano, instalar el orden de la


palabra desde el inicio de la vida, la humanización por la palabra. El poder expresar con
palabras los afectos, constituye el principal medio para la elaboración de situaciones
dolorosas. Es una herramienta en la prevención de las enfermedades psicosomáticas y, en la
esfera de las relaciones humanas, promueve el establecimiento de vínculos de diferenciación
y respeto que protegen del uso de la violencia física y verbal.”7

En la actualidad queda poco tiempo para escuchar a los chicos. Siendo ya un grupo
etáreo vulnerable, se agudiza en ellos lo deshumanizante que resulta la falta de un diálogo
verdadero. La intermediación por la palabra los defiende de la sobredosis deshumanizante
de la sociedad. En ellos y ellas, tanto el funcionamiento del cuerpo como las conductas, son
manifestaciones comunicacionales ante las cuales se debe estar atento.

Los niños hablan aún cuando no abran la boca; expresan su sufrimiento a través de
trastornos funcionales, de salud u otros síntomas. La intervención “humanizante” consiste en

7
Ministerio de Salud y Seguridad Social. Subsecretaría de Salud de la provincia del Neuquén: “Plan provincial de Salud Mental”
pág N°32 - http://www.neuquen.gov.ar/salud/index
8
ayudar a poner en palabras lo que sucede, ya que la palabra libera al ser humano si logra
expresar su sufrimiento a quien lo escucha con atención y sin juzgar.8

Todo lo que es del orden del trastorno se puede prevenir: si algo se está instaurando,
al poner palabras en el momento adecuado, se previene su sintomatización. En esto consiste
la tarea: recrear un espacio de intersubjetividad (niño-padres-adultos responsables-otros) en el
que la palabra alivie, proteja, cuide, prevenga y repare.

Muchas veces el niño necesita un tercero para hacerse entender. La intermediación es


la palabra; y no cualquier palabra sino la que habla con la verdad. Así se aprende a develar
los secretos que no ayudan a crecer.

¿Cómo colaboramos en la construcción de esta herramienta?


 Habilitando la expresión de sentimientos:
- Yo entiendo, Mateo, que tengas ganas de hacer berrinche…
 Prestando palabras y sentidos a lo implícito o no-manifiesto. Muchas veces, los adultos
que acompañan a sus pequeños y nosotros como Equipo de Salud, damos por “sabido o
entendido” algunas cosas.
-…compartir a papá y a mamá con tu hermanito Francisco debe ser difícil para vos…
 Ayudando a entender lo que sucede para comunicarnos mejor:
- ¡Uy Pedro! Tu mamá me cuenta que estás tan contento que te vas de vacaciones que,
desde ayer, tenés problemas para quedarte dormido. No tengas miedo, pedile a tus papis
que no se olviden de despertarte antes de irse.
-Rosita, tu mamá dice que está muy triste porque tu papá se fue de la casa. A veces, cuando
las personas están tristes comen poco. ¿Puede ser que te esté pasando esto a vos también?-
dando lugar a que Rosita se exprese luego.

 Habilitando la verdad:

Paola, la mamá de Mara, refiere: -quería decirle que en realidad, Facundo no es el papá
de Mara y no sé si le hará bien que se lo diga.
- Bueno Mara, ahora ya lo sabés. Y podrás preguntarle a tu mamá todo lo que quieras
saber sobre esto.

4. Límites

A lo largo del proceso del desarrollo se van produciendo cortes necesarios para abrir
otras posibilidades de relación con los otros y con el mundo. Dejar atrás etapas para dar
cabida a lo nuevo implica renuncias. Pensamos los límites en términos de prohibiciones que,

8
Saks, Aída Ch. de:”Ayudando a los chicos” Editorial Fundación por la Causa de los chicos. Buenos Aires. 1996
9
al frustrar la realización de determinados impulsos, habilitan progresivamente la
socialización.

Los límites cobran diferentes formas según las etapas vitales. Posibilitan la
diferenciación entre yo/no-yo, permitido/prohibido, realidad/fantasía entre otros. Estas
prohibiciones permiten el acceso al universo de lo simbólico (juego, palabra, arte,
pensamiento).

El límite nos permite detenernos y pensar. Parar y hacer parar al otro. En este sentido,
“poner límites” implica brindar cuidado a quien lo necesita. Ayuda a economizar la energía
de la vida para que no se “gaste” toda en un breve instante.

¿Cómo colaboramos en la construcción de esta herramienta?

 Colocando límites en el lugar de trabajo:

En el consultorio médico del Centro de Salud tenemos una caja de juguetes que los chicos
pueden usar. Colocamos una raya roja alrededor de la mesita con instrumental que señala
“prohibido tocar”.

 El límite como cuidado de la vida: todo no se puede y debemos respetar algunas


normas:

- Yo también estoy entusiasmada por llegar a la heladería, pero ni vos ni yo podemos


cruzar la calle con el semáforo en rojo.

 El límite como respeto hacia uno mismo y hacia el otro.

- ¡Yami! Tu mano no logra nada bueno con tirar del pelo a tu amiga. Si en vez de
hacer eso, tu boca le pide el chiche que querés, Carolina te va a entender mejor.

 Promover la ternura en la relación cuerpo a cuerpo prohibiendo el incesto, no


solamente de padres e hijos, sino también entre hermanos.

- Yo ya no me baño más con ella, doctora. Me puso incómodo cuando descubrió mi


pene y quiso agarrármelo.
- ¡Qué importante lo que está diciendo tu papá Daniela! Hay partes del cuerpo que
grandes y chicos no pueden compartir.

 Anteponer la palabra al uso de la violencia física:

- Tu papá me está diciendo que él salió bueno porque lo fajaron cuando era chico
como vos. Sin embargo a vos te pegan y no podés parar. Tal vez si pudiera decirte
esto sin pegarte vos te quedarías tranquilo y lo entenderías mejor….

10
 Respetar el lugar de cada uno (padre, madre, hijo, abuelo) entendiendo que el
primero que vino a la vida es responsable del cuidado del que vino después y que
nadie puede remplazar a otro. Los grandes cuidan a los chicos.

Mariana de 6 años viene con su tía Paula a la consulta. Cuenta que desde que la
mamá enfermó ella se encarga de la casa, y de ayudarla en su aseo. La pediatra les
propone convocar a los hermanos mayores y a otra de las tías para la próxima vez.

Otra vez Joel ha sido dejado a cargo de su familia. Su papá se lo indica cada vez que
sale a trabajar al campo:” vos tenés que cuidar a todos, sos el hombre de la casa”…
Su maestra está preocupada porque Joel con 7 años mandonea a sus compañeros y
no respeta límites en el aula.

5. Socialización

Como sujeto social “el ser humano tiene derecho a pertenecer y estar vinculado, todos
somos necesarios y formamos parte. Todos tenemos un lugar que deberíamos encontrar y
tomar” 9

Si bien cada uno de nosotros nace en una familia, la construcción de lo social en el niño
es un proceso progresivo en el tiempo que se despliega conjuntamente al desarrollo. Este eje
está íntimamente ligado a la incorporación de reglas sociales, los límites necesarios para vivir
en sociedad.

Reglas sociales que, incluso, se transforman en leyes, como lo es la ley provincial N°


2.302 de Protección Integral de Niñez y Adolescencia, vigente en la provincia del Neuquén
desde 1999. Los derechos de los niños y las niñas son normas que hacen referencia a las
obligaciones de la familia, la sociedad y el Estado para el cumplimiento de los derechos
naturales de los seres humanos en estado de infancia.

Estas normas no fueron diseñadas con el propósito de transformar la niñez y su crianza


en un proceso de límites laxos y parentalidades endebles sino que, al contrario, estos
derechos son reconocidos como inherentes a los más pequeños conjuntamente con las
responsabilidades que les competen según sus momentos evolutivos.

La solidaridad, el trabajo conjunto, el juego compartido, la empatía, reconocer la


intencionalidad de los actos, el aprendizaje de los rituales (festejar cumpleaños, saludar, dar
las gracias, disculparse) son algunos ejemplos de lo que aprendemos conviviendo con los
otros. La familia será la matriz donde, según cómo nos enseñan a cuidar, aprendemos a
cuidarnos y a cuidar de los demás.

¿Cómo implementamos esta herramienta?


 Invitando a los grandes y chicos a participar de actividades en espacios públicos.

9
Meschiany, Mabel: “Dar y Recibir: una responsabilidad social” Ed. de los Cuatro Vientos.2003.

11
 Encontrando amigos y creciendo con ellos.

- Seño Laura: ¿Cómo puedo hacer para conectarme con la mamá de Julieta? Camila la
nombra mucho y nos gustaría invitarla a jugar.

 Transmitiendo pautas de cortesía y buena vecindad.

 Compartiendo con los demás cediendo un poco del propio interés.

 Enseñando a respetar el lugar y cuidar a los otros. Los grandes cuidan de los chicos.
En síntesis:

Eje ¿Para qué sirve? ¿Cómo hacerlo?


1. Identidad Reconocer la propia dignidad. Revelar Dar la Bienvenida.
al ser único y libre. Llamar por el nombre.
2. Intimidad Construcción del propio pudor. Pudor en las relaciones
Prohibición del incesto. cuerpo a cuerpo.
Prevención del Abuso sexual infantil. Discriminando entre lo
público y lo privado.
3. Humanización Intermediación por la palabra. Poniendo palabras a nuestros
Entender las razones del proceder. sentimientos. Hablando de
Prevenir el maltrato y la violencia. las cosas que suceden.
4. Límites Favorecer la internalización de la ley. El límite como cuidado de sí
mismo y del otro.
5. Socialización Vivir en relación. Aceptar al otro tal cual es.
Construcción de ciudadanía. Aprendiendo a compartir.

Un espacio para compartir

El espacio para poner en práctica estas herramientas podría ser un taller. Éste será un
buen lugar para familiarizarse con sus formas, alcances y limitaciones. Estarán aquellas con
las que nos sentiremos como si siempre las hubiésemos usado y otras menos conocidas, que
nos cueste poner a funcionar.

En el taller podremos entenderlas y ensayarlas. El aprendizaje incluirá descubrir torpeza


y habilidad. Lo importante será que nos animemos a probar.

Proponemos entonces algunas actividades para trabajar con el Equipo de Salud en


dinámica grupal, que tomarán la forma y color que a nivel local se decida. Algunas
sugerencias:

Preguntarnos
12
 ¿Están nuestras prácticas ajustadas a las perspectivas actuales sobre la niñez?

 ¿Nuestros lugares de trabajo están preparados para atender a los chicos y sus familias
cuidando de su intimidad?

 ¿Cómo vamos incorporando en nuestro modelo de atención los desafíos que plantea la
nueva realidad epidemiológica?

 ¿Qué preguntas nos surgen cuando pensamos en mejorar la atención de niños y niñas en
nuestros lugares de trabajo?

Revisar juntos
 El sentido de trabajar y formar un Equipo de Salud.

 Una actividad en la que se realice atención a niños y familias.

 Las claves de trabajo serán el respeto hacia los diferentes modos de pensar por un lado, y
centrarse en la actividad revisada.

 Recorrer los lugares de trabajo intentando mirar cada uno de ellos desde los Ejes de la
subjetividad:

o ¿Cómo están los baños del personal y los baños de los usuarios? ¿Están los baños
acondicionados para los más pequeños? ¿Hay baños para niños/as?

o ¿Cómo son las salas de espera? ¿Me siento cómoda/o en ellas?

o ¿Cómo es el trato que damos a los usuarios cuando les abrimos las puertas o los
atendemos desde una ventanilla o escritorio? ¿Qué lugar ofrecemos para que los
bebés y los niños se puedan desvestir?

o ¿Y mi lugar de trabajo? ¿Está iluminado, tiene sillas suficientes, entramos todos los
que deseamos participar de la atención?

o ¿Cómo están nuestros archivos y registros? ¿Le dedicamos tiempo y calidad al


registro de nuestras prácticas? ¿En qué le ayuda a los usuarios de nuestro servicio
el generar registros de nuestras actividades?

 Tratar los temas o problemáticas en común y repensar la forma que tiene el Equipo de
Salud de interrelacionarse.

A partir de la lectura de este material:


 Anotamos dudas, preguntas, sugerencias, desacuerdos, aportes.

 Agregamos anécdotas y ejemplos.


13
 Compartimos con el Equipo de Salud local.

 Diseñamos cambios en nuestra modalidad de atención: físicos, actitudinales,


comunicacionales, organizacionales y otros.

14

También podría gustarte