Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Ir a la navegaciónIr a la búsqueda
Safo de Mitilene
Información personal
Nombre de
Safo de Lesbos, Σαπφώ, Ψάπφω
nacimiento
Nombre en
Σαπφώ
griego antiguo
Fallecimiento 580 a. C.
Léucade, según la tradición
Información profesional
Ocupación Poesía
Índice
1Vida en Lesbos
2Obra
4Bibliografía
o 4.1Traducciones antiguas
o 4.2Traducciones modernas
5Referencias
6Enlaces externos
Vida en Lesbos[editar]
Pasó toda su vida en Lesbos, isla griega cercana a la costa de Asia Menor, con la
excepción de un corto exilio en Siracusa (actual Sicilia) en el año 593 a. C., motivada por
las luchas aristocráticas en las que probablemente se encontraba comprometida su familia
perteneciente a la oligarquía local.[cita requerida] Perteneció a una sociedad llamada thiasos en
donde se preparaba a las jóvenes para el matrimonio. Más adelante conforma la llamada
«Casa de las servidoras de las Musas». Allí sus discípulas aprendían a recitar poesía, a
cantarla, a confeccionar coronas y colgantes de flores, etc. A partir de sus poemas se
suele deducir que Safo se enamoraba de sus discípulas y mantenía relaciones con
muchas de ellas. Todo esto la ha convertido en un símbolo del amor entre mujeres. Y es
más, estas afirmaciones son comprobadas en el fragmento 2D en donde Safo establece
una conversación con la diosa con la que más se identifica y tiene relación, Afrodita. Esta
le pide que le ayude con alguien a quien ama pero que no le ha querido prestar atención, y
cuando Afrodita dice «… aún sin quererlo» utiliza un participio femenino: kouk ethéloisa,
que refleja la existencia de un eros homosexual en la vida de esta poetisa. Pero el amor
que refleja Safo no fue dado a todas sus alumnas, no se trataba de una orgía ni mucho
menos, ella amaba a una especial de su corazón y le enseñaba importantes lecciones
sobre el Amor. La unión de lo terrenal con lo divino va muy ligado a Safo, pues esta
mantenía una estrecha comunicación con Afrodita, como ya hemos dicho, lo cual
repercutió de una manera notable en la personalidad de esta poetisa. Podríamos
describirla como una mujer muy femenina, delicada y espiritual, que trascendió en la
historia gracias a esa naturalidad y pureza de sus versos.
Hay una leyenda, surgida a partir de algún fragmento de la propia poetisa, que narra la
historia de Faón, un hombre bello del que se enamoró la propia diosa Afrodita. Según el
mito, Safo se suicidó desde la roca de Léucade lanzándose al mar cuando su amor por
Faón no se vio correspondido. Esta roca de la isla de Léucade era, al parecer, desde
donde se lanzaban con frecuencia los enamorados para suicidarse. Otra versión afirma
que Safo lo escribió como metáfora de una decepción amorosa que tuvo con una de sus
amadas, ya que en uno de sus fragmentos se describe como alguien que ya ha llegado a
la vejez, es «incapaz de amar». El tema fue retomado por el poeta latino Ovidio, que lo
popularizó. En efecto, el poeta latino convirtió a Safo en una de sus Heroínas, como autora
de una carta de amor dirigida a Faón. De todas las heroínas de Ovidio, Safo es la única
mujer real; es el único caso en el que una mujer se convierte en personaje de ficción. Esta
imagen de Safo atormentada por un amor no correspondido fue muy querida y
representada por los grandes pintores europeos del siglo XIX, que reflejan una visión
romántica de Safo con el pelo largo apoyada en la roca.
Obra[editar]
No existen muchos datos biográficos sobre ella, y sólo se conocen algunos poemas y
fragmentos extraídos de citas tardías (tradición indirecta) y de papiros. De hecho,
prácticamente todo lo que sabemos de su vida lo deducimos de sus poemas. El contenido
amoroso de sus poemas propició toda clase de habladurías y rumores sobre su vida. Sus
poemas se recitaban y conocían en la Atenas del s. V a. C. Más tarde, en Roma, los
poetas latinos alaban sus poemas. Allí había bustos de la poetisa (cf. el discurso
de Cicerón contra Verres, acusado de robar un busto de Safo). Ha sido probablemente la
poetisa más traducida y más imitada de la antigüedad clásica. [cita requerida]
Safo y su compatriota Alceo son considerados los poetas más sobresalientes de la poesía
lírica griega arcaica, de la que Terpandro y Ariónson precedentes. Son, además, los únicos
representantes de una producción literaria lesbia. De su obra, que al parecer constaba de
nueve libros de extensión variada, se han conservado también ejemplos de lírica popular
en algunos epitalamios, cantos nupciales —adaptaciones de canciones populares propias
de los amigos del novio y de la novia que se improvisaban en las bodas—. Estas
canciones se diferenciaban del resto de sus poemas, más intimistas y cultos, para los
cuales creó un ritmo propio y un metro nuevo, que pasó a denominarse la estrofa sáfica.
En la poesía de Safo no se puede encontrar una visión sistemática ni por lo menos
definida de la sociedad griega, lo más probable sea que la política y la historia hayan sido
para Safo temáticas demasiado masculinas. La política siempre se ha caracterizado por
estar llena de intrigas, confabulaciones y trampas, y esto prácticamente no existía en el
estrecho círculo al cual ella había reducido su mundo. Por su parte la historia contiene
básicamente perfiles políticos y está repleta de elementos épicos por la necesaria reseña
de las guerras y acciones heroicas donde los protagonistas eran hombres. Su obra plasma
solamente su visión del estrecho círculo social en que ella vivía, que se reducía a sus
alumnas y a su familia, y del cual no describe prioritariamente su estilo de vida sino sus
vivencias interiores. Esto hace que la obra de Safo carezca de una perspectiva histórica y
crítica de la sociedad griega. La sensibilidad y delicadeza propias del mundo femenino son
las protagonistas de sus poemas; sentimientos encontrados con su círculo de alumnas,
como los celos, el amor, la decepción, la alegría y la rivalidad; no son censurados sino que
son plasmados en su total extensión. El mundo sáfico es un mundo femenino, la rudeza y
fuerza son descartadas totalmente de sus poemas aunque la figura masculina está
presente en algunos de éstos, quizá solamente como un complemento de la femenina.
Safo saltando al mar desde el promontorio leucadio, por Théodore Chassériau, c. 1840.
Retrato de Safo, Palazzo Massimo alle Terme, Roma. Foto por Paolo Monti, 1969.
La oda a Afrodita es uno de los poemas más conocidos de Safo. Además, tiene la
particularidad de que es probablemente el único poema de ella que nos ha llegado
completo. A esta oda, solo le falta un pequeño pedazo al inicio del tercer verso de la
quinta estrofa. De los demás poemas de Safo, lo que nos ha llegado son estrofas o versos
sueltos. La oda a Afrodita ha llegado hasta nosotros porque fue citado por Dionisio de
Halicarnaso, un escritor del siglo I a. C.
Desde un punto de vista formal, la obra está compuesta de siete estrofas sáficas.
La estrofa sáfica, denominada así en honor a Safo, se compone de cuatro versos, los
primeros tres son endecasílabos sáficos, mientras que el último es un pentasílabo que
recibe el nombre técnico de adónico. La métrica grecolatina es diferente a la métrica
española, por eso no es posible traducir estos versos de una forma adecuada. En griego,
había vocales cortas y largas y los versos tenían cierta cantidad de sílabas largas y
breves. Si leyéramos la oda a Afrodita en griego, notaríamos como todos los versos inician
con una sílaba larga seguida de una sílaba breve.
El contenido de la oda es sencillo, básicamente consiste en un ruego que la escritora le
hace a la diosa Afrodita, con el fin de que atraiga hacia ella un amor renegado.
Aparentemente, quien se niega a aceptar el amor de Safo es una muchacha, aunque esto
no es seguro, pues lo único que indica el sexo de la amada es la ausencia de una letra al
final de la sexta estrofa. Algunos filólogos agregan al final de esta estrofa una
letra ni (equivalente a la ene del español) y con esto aseguran que el sexo del amor de
Safo es indeterminado. Ellos también se basan en que Afrodita es la diosa del amor
heterosexual y ella no atiende ruegos de amores homosexuales, como sería el caso si se
tratara de una muchacha.
El poema inicia con una invocación. Safo llama a la diosa Afrodita y le ruega que acuda en
su ayuda. Luego viene una larga digresión en la que la autora rememora una ocasión
anterior en que la diosa la ayudó. En aquel momento Afrodita, llevada por un carruaje de
oro tirado por gorriones, descendió y atendió el ruego prometiéndole que la renegada
«pronto» estaría completamente enamorada de ella. El poema cierra con una estrofa en la
que se reitera la solicitud de ayuda en la «guerra del amor», concepto antiguo que aún hoy
conservamos y supone que el establecimiento de una relación amorosa es similar a una batalla.