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1.- INTRODUCCION:
Nuestro régimen constitucional contiene mecanismos para la
protección de la Constitución, de los derechos fundamentales de
la persona y de los valores supremos del orden jurídico, como
respuesta a la necesidad real de preservar el ordenamiento
constitucional contra los naturales excesos de los órganos de
poder.
La Carta de 1,993 ha establecido varias clases de garantías
constitucionales, de las que cuatro: el Hábeas Corpus, la Acción
de Amparo, la Acción de Habeas Data, la Acción de
Cumplimiento se articulan contra los actos o amenazas de
autoridades o particulares, que lesionan derechos
fundamentales. Es decir, su finalidad consiste en la protección
directa de los Derechos Humanos.
Las otras tres acciones de garantía: la Acción de
Inconstitucionalidad contra leyes o normas de ese rango, la
Acción Popular contra reglamentos y otras normas
administrativas y el Control de Inaplicabilidad previsto en el
artículos 138º de la Constitución, son mecanismos procesales
constitucionales para el control de las normas jurídicas de
carácter general, que tienen por finalidad salvaguardar la
ordenación normativa del sistema jurídico.
Durante los primeros años de vigencia de la Constitución de
1,979 y de la actual Constitución, se han planteado, en
numerosas oportunidades, acciones de amparo contra leyes y
otro tipo de normas de carácter general, con resultados dispares.
Aparentemente la poca efectividad de los mecanismos de control
normativo en vía directa como la Acción Popular y la Acción de
Inconstitucionalidad, han estimulado la frecuente vía de la
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2.7. Restricciones.-
Sin perjuicio de lo expuesto es conveniente tener presente que,
tanto la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional No. 26435, en
su artículo 39º como la Ley Procesal de la Acción Popular No.
24968, en su quinta Disposición Complementaria, restringen la
facultad de los jueces de inaplicar en los casos concretos llevados
a su conocimiento las normas cuya inconstitucionalidad o
legalidad haya sido desestimada en vía directa y con carácter
definitivo por el Tribunal Constitucional o por la Corte Suprema
de Justicia de la República, esta última a través del
procedimiento de acción popular contra reglamentos.
En consecuencia, los jueces están impedidos en los
procedimientos de amparo llevados a su conocimiento de
inaplicar dispositivos sobre los que hayan recaído
pronunciamiento favorable de los órganos de control de
constitucionalidad en vía directa y con efectos generales.
Consideramos que el fundamento de tales dispositivos reside
en el propio carácter de “Cosa Juzgada” de las resoluciones que
se expiden por los órganos de jurisdicción constitucional y la
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5. EN EL DERECHO COMPARADO.-
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6. CONCLUSIONES.-
PRIMERA:
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BIBLIOGRAFIA CONSULTADA