Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
A veces,
cuando ya es noche, se tira sobre la cama, espalda pegajosa y empieza a contar los días que
tiene de vida: 10965, sin contar los bisiestos, 0 hijos, 2 divorcios y 3 psicoanalistas
distintos. Pero hoy no es así. Gonzalo ha comprado una soga. Sí, una soga. Militar, trenzada
con 7 hilos de Nylon. Contempladas las posibilidades de falla, acerca una silla al ventilador
equiparable con la genealogía y el pensamiento de los suicidas. Sin embargo, siente que
nada en este momento está completo. Mi muerte no es más que un simple cliché de película
romántica estilo Woody Allen, piensa. Hace algunos días se ha leído Levantar la mano
sobre uno mismo, de Jean Amery. Y vuelve a pensar: el suicidio como categoría analítica
nos veda del mundo del suicidario. Esto no es cuestión de cantidad, sino de intensidad.