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IMPORTANCIA DE LA DETECCIÓN TEMPRANA DE LOS TRASTORNOS DE APRENDIZAJE

La doctora en Psicopedagogía Nerea Crespo-Eguilaz, sostuvo ayer que los trastornos del desarrollo
y las dificultades de aprendizaje “son problemas que se pueden detectar a una edad temprana y que,
cuanto antes se detecten, mejor,” puesto que “se puede intervenir y se puede mejorar, y mucho.”
Para alcanzar el diagnóstico, esta psicopedagoga de la Unidad de Neuropediatría de la Clínica
Universidad de Navarra consideró fundamental la coordinación entre los ámbitos familiar, escolar y
clínico, porque “es necesario que haya una detección, si no es en el colegio, en casa o por parte del
pediatra, para llegar al neuropediatra, que es el que haría el diagnóstico.”
Con el fin de profundizar en la materia, la Asociación Navarra de Pediatría (ANPE) organizó en el
Colegio de Médicos el seminario “¿Podemos detectar las dificultades de aprendizaje en la consulta de
Atención Primaria?”. Noelia Alvarez, pediatra del servicio de Urgencias Extrahospitalarias y miembro
de la junta, expuso que se ha puesto el foco en “el trastorno de déficit de atención e hiperactividad y
los pediatras, en general sabemos muy poco de dislexia- trastorno específico en el aprendizaje del
lenguaje escrito: lectura-escritura, discalculia o déficit específico en las matemáticas y trastorno de
aprendizaje procedimental- trastorno del desarrollo que se caracteriza por torpeza motora, déficit de
atención en la mayor parte de los casos, dificultades de integración visoespacial, uso del lenguaje y
relaciones sociales. Entonces, la idea era un poco enfocar la atención a otros trastornos que también
existen y que quedan muy diluidos en el día a día de la práctica clínica diaria, porque los pediatras
reconocemos que nos falta formación en ese campo. De hecho, las 30 plazas del curso se quedaron
cortas y se va a repetir.”
En cuanto a qué debe hacer un progenitor si sospecha que su hijo tiene un problema de este tipo,
Crespo-Eguilaz recomendó consultar con el colegio o con el pediatra para que le orienten si tiene que
ir un experto para hacer un diagnóstico y que haya una intervención “lo que no hay que hacer es decir
ya mejorará, dejarlo pasar, no darle importancia, negarlo…”. Señaló que “principalmente en estos
casos no hay un tratamiento farmacológico, como puede ocurrir con el déficit de atención, sino que es
psicopedagógico, educativo”. Unos métodos que permiten mejorar y mucho, sobre todo si la detección
es temprana, aunque matizó que también hay grados dentro de estos trastornos. No obstante, se
puede llegar a tener una competencia en esas habilidades dentro de la normalidad, aunque muchas
veces queda un residuo de esa dificultad, Por ello, recalcó Álvarez, cuanto antes se diagnostique es
mucho más fácil ayudarles a mejorar esos déficits y así evitar, por ejemplo, un fracaso escolar.
La dificultad de aprendizaje más frecuente es la dislexia, que tiene entre el 5-15% de la población
escolar mientras que la discalculia afecta a un 3-5 %. En cuanto a trastornos del desarrollo el TDH
ronda el 6% y el trastorno del aprendizaje no verbal, el 2%.
30 profesionales profundizaron durante 3 horas en la dislexia, discalculia y el trastorno de parendizaje
procedimental-no verbal.

LA IMPORTANCIA DE DETECTAR UN PROBLEMA DE APRENDIZAJE A TIEMPO


Los problemas de aprendizaje son situaciones que el profesor deberá enfrentar constante mente en
el aula de clases, y debe estar tener un conocimiento teórico del tema para saber qué pasos seguir en
el caso de que se le presente uno, y buscar ayuda con un especialista en el tema para dar el
tratamiento adecuado, y también para que busque el método de enseñanza más apropiado para lograr
que el niño pueda alcanzar todas las metas propuestas en el entorno escolar, evitando así el retraso
en el desempeño del mismo.
Para lograr detectar estos problemas el docente debe estar muy pendiente de los signos o señales
que el niño presenta ya sean en su expresión oral, corporal o escrita. Pero lamentablemente vemos
hoy en el aula docentes que no se preocupan lo suficiente por el bienestar de sus estudiantes, que ni
siquiera entablan con ellos una conversación para que les cuente lo que les pasa, no existe una
comunicación asertiva, que no sólo les permite conocer mejor a sus estudiantes, sino que puede dar
evidencia de algún problema presentado por el mismo. Muchas veces los docentes por la falta de
interés en sus estudiantes dejan pasar por alto signos de alarma de algún problema de aprendizaje, y
como consecuencia de esto, el desempeño escolar del niño se ve afectado, y lo único que hace el
docente es reprobarlo, sin saber o interesarse que hay de fondo, del por qué de la situación que se
presenta.
Es importante que el docente esté pendiente de cada uno de los desempeños de sus estudiantes, que
deje de verlos a todos por igual, que al preparar sus clases tenga en cuenta los ritmos y formas de
aprendizaje de sus estudiantes, ya que los estudiantes con necesidades especiales necesitan
estrategias de enseñanza diferentes para lograr superar los problemas de aprendizaje. Para ayudar
al niño superar los problemas de aprendizaje, se debe hacer una labor conjunta con la familia, el
especialista indicado y el profesor, ya que así se puede dar una solución que integre todos los campos
de la vida del niño.
Según los signos o señales que nos da el niño en su problema de aprendizaje, podemos hacer uso y
aplicación de test, que nos ayudar a diagnosticar cual es el problema de aprendizaje que presenta, y
en qué campo de su desarrollo influye. Se debe tener una buena base en el conocimiento de los
problemas de aprendizaje, y aplicar el test correcto para no dar un diagnóstico incorrecto, y por ende
una solución incorrecta, que no ayudará para nada en el mejoramiento del problema del niño. También
se debe tener cuidado en la forma en que les decimos a los padres de familia el problema presentado
por el niño, debemos ser sutiles, primero porque no podemos decirles que sus hijos son retrasados o
algo por el estilo y segundo porque las valoraciones que hacemos y los test que utilizamos, son sólo
un acercamiento al problema, y debemos buscar ayuda con el especialista indicado para dar el
diagnostico más acertado, y la solución más adecuada para cada caso.
A manera de conclusión podemos decir, que de no hacer el diagnostico de un problema de aprendizaje
a tiempo, no sólo se verá afectado el desempeño escolar, sino que también tendrá problemas en la
interacción con su entorno familiar y social, y por ende problemas con su auto estima. Ya que la
mayoría de los problemas en el aprendizaje no son permanentes, con el diagnóstico y tratamiento
adecuado y a tiempo se pueden superar estos problemas, logrando que el niño tenga un desempeño
normal en el colegio, y mejoren las relaciones con su entorno familiar y social, viéndose así beneficiada
también su autoestima.
BIBLIOGRAFÍA
Trastornos del Aprendizaje- María José Álvarez Gómez y Nerea Crespo Eguílaz.

LA IMPORTANCIA DE DETECTAR LOS PROBLEMAS DE APRENDIZAJE A TIEMPO


El hito de ingresar al colegio debiera ser una de las instancias más felices en la vida de los niños, sin
embargo existe un grupo de estudiantes cuya experiencia escolar puede ser compleja e incluso
traumática cuando sufren dificultades de aprendizaje. “Esto sucede porque ellos se percatan de que
académicamente no logran avanzar al ritmo de sus compañeros. Además son tildados de incapaces
y, en el mejor de los casos, de flojos o irresponsables”, señala la psicóloga Susana Arancibia, docente
de la Escuela de Trabajo Social de la Universidad del Pacífico.
La especialista indica que la mayor complicación se da cuando los problemas de aprendizaje no son
detectados en la etapa que corresponde, lo que se dificulta considerando que existe un heterogéneo
grupo de alteraciones que se manifiestan en problemas para la adquisición y uso de habilidades de
escucha, habla, lectura, escritura, razonamiento o habilidades matemáticas.

Susana Arancibia enumera que “las más recurrentes son la dislexia, definida como el trance que
presentan los niños para leer debido a la confusión o inversión de letras, dificultando su comprensión
y expresión, sea de forma oral y/ o escrita. Asociada a la anterior se encuentra ladisgrafía, entendida
como la dificultad para escribir, sea producto de una deficiente coordinación motora o problemas en
la percepción visual o espacial; no afecta necesariamente la ortografía. Y la discalculia, que se
entiende como la real dificultad que tiene el niño o adolescente para hacer cálculos matemáticos
elementales”.

Para la docente de la Universidad del Pacífico, a estas problemáticas se suman aquellas


discapacidades en el procesamiento auditivo y en la memoria. “Ellas incluyen la dificultad de
comprender y recordar palabras o sonidos. En este caso, es posible que un niño escuche con
normalidad y, sin embargo, no recuerde las partes importantes porque su memoria no está
almacenándolas ni descifrándolas de manera correcta”, aclara.
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Junto a estas alteraciones, se encuentra el conocido Trastorno por Déficit de Atención (TDAH),
“probablemente la dificultad más diagnosticada en los últimos años, en donde se calcula que entre un
4% y 12% de los niños lo presentan”, asegura la experta.

Niños con problemas de aprendizaje no son menos inteligentes

Para la especialista es importante clarificar que los niños que presentan problemas de aprendizaje
poseen niveles de desarrollo cognitivo similares al promedio de sus compañeros. “En general, la falta
de conocimiento respecto de los problemas de aprendizaje conlleva a la creencia de que en todos
estos casos está implicado el nivel de inteligencia, lo que no es así”, apunta.

Es esta misma razón la que probablemente dificulta a los padres poder comprender y asimilar que sus
niños puedan tener algún problema. “Resulta habitual que la primera reacción sea ´proteger´ al hijo y
culpar al cuerpo de profesores por los deficientes resultados obtenidos. Al contrario, mientras más
rápida sea la reacción de los adultos para asumir y enfrentar estas dificultades, los niños obtendrán
ayudas efectivas que potencien sus aprendizajes”, afirma Susana Arancibia.

En todos los casos, los padres deben constituirse en el factor protector más importante que le permita
al niño sentirse seguro y, al mismo tiempo, aprender estrategias que faciliten su vida escolar. “Mientras
más tardío haya sido el diagnóstico, es probable que mayor sea el daño de su autoestima. Por lo tanto,
una primera medida es afrontar la dificultad como equipo, donde el niño se percibe ya no como ´el
perdedor´, sino como partícipe de una estrategia orientada a superar el problema escolar. Y es muy
importante que, dependiendo del caso, exista la evaluación y tratamiento de especialistas, sean
neurólogos, psicólogos y/o psicopedagogos”, enfatiza la psicóloga Susana Arancibia, docente de la
Escuela de Trabajo Social de la Universidad del Pacífico.

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