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Sociedades Epic. M. 1 – L.

Parte General. La sociedad


I. La Sociedad

1. Análisis del art. 1 de la Ley General de Sociedades

El artículo 1º, con la última reforma legislativa citada de la Ley Nº 26.994, nos brinda un concepto
de sociedad mediante la enumeración de los elementos necesarios e indispensables para su
conformación: la existencia de uno o más socios, la organización, la tipicidad, la realización de
aportes y la participación en beneficios y pérdidas.

La posibilidad de crear sociedades unipersonales bajo la forma de la sociedad anónima es una


de las novedades incorporadas, ya que antes la pluralidad de socios era una exigencia para la
constitución de la sociedad, y ahora puede admitirse mediante un acto de voluntad unilateral.

En cuanto al elemento organizativo, implica toda una estructura de un negocio que se


instrumenta en el acto constitutivo, donde se establecen las reglas y normas de funcionamiento
y organización para la realización de una actividad con el fin de obtener un lucro.

Otro aspecto para destacar del concepto de sociedad resulta de la eliminación de los actos de
comercio (ahora son actos jurídicos) es la eliminación de la distinción entre sociedades civiles y
comerciales, dejando de lado el vocablo “sociedades comerciales” para hablar meramente de
sociedades.

II. La personalidad de las sociedades

La personalidad jurídica del ente societario surge del artículo 2º de la LS, que establece que la
sociedad es un sujeto de derecho, otorgándole a dicha prerrogativa el alcance fijado en la ley.

A su vez, el Código Civil y Comercial, en su art. 141, establece que “Son personas jurídicas todos
los entes a los cuales el ordenamiento jurídico les confiere aptitud para adquirir derechos y
contraer obligaciones para el cumplimiento de su objeto y los fines de su creación”.

La personalidad jurídica del ente societario tiene justificación en la práctica, ya que su


patrimonio opera como garantía por las deudas en las que los representantes de la sociedad
incurran frente a los terceros contratantes con la sociedad.

Por otro lado, son instrumentos que aventajan el esfuerzo asociado y los capitales que los socios
han aportado, manteniendo en principio el patrimonio propio ajeno al riesgo empresario.

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