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Los pobladores raizales de la isla de San Andrés luchan por mantener viva su cultura en medio de la sobrepoblación, el narcotráfico y
la llegada masiva de turistas.
San Andrés se paralizó a mediados de abril pasado. Decenas de raizales, como se conoce a los nativos que descienden de los primeros
pobladores de la isla, perdieron la paciencia tras un mes sin recibir agua potable. Salieron a protestar, bloquearon algunas vías y no se
movieron hasta que camiones cisterna repartieron el líquido en cada una de sus casas. El malestar era evidente: mientras la zona
turística y el comercio tenían garantizado el servicio las 24 horas, ellos ni siquiera podían bañarse.
La situación, que se había agravado por la sequía, venía gestándose desde hace varias décadas por la sobrepoblación. Aunque San
Andrés tiene solo 27 kilómetros cuadrados, alberga a cerca de 100.000 personas y el año pasado recibió 900.000 turistas. El agua no
alcanza para todos, hay déficit de vivienda, los empleos no son suficientes, el servicio de salud es deficiente y la acumulación de las
basuras se ha convertido en un problema de salubridad.
En medio de todo están los raizales. Un pueblo que se forjó hace seis siglos, cuando colonizadores británicos y holandeses llegaron a la
isla en la que habitaban indígenas misquitos, y a la que luego llevaron grupos de esclavos africanos. Esa mezcla de razas dio como
resultado una etnia particular de origen caribeño, que habla inglés y creole (un inglés caribe mezclado con algunos dialectos africanos),
y en la que predomina la religión protestante. Su música –con ritmos como el reggae o el calipso–, su comida y sus tradiciones locales
son diferentes a las del resto del país. “Somos gente que vive de nuestro entorno: del mar, que nos llenó de riquezas, y de la tierra, que
cultivamos y en algún tiempo nos permitió exportar coco y madera”, cuenta Raymond Howard, pastor de la Primera Iglesia Bautista de
San Andrés.
Pero hoy la realidad de esta etnia no es fácil. Son apenas el 35 por ciento de la población total, una minoría en un territorio que
consideran suyo y que de a poco ha ido perdiendo su esencia, su cultura y sus formas de subsistir. El otro 65 por ciento está ocupado
por continentales –como se refieren al resto de colombianos– y algunos extranjeros. Estar en desventaja en un territorio sobrepoblado
tiene en riesgo a una cultura que es única en Colombia: la lengua que más se habla en la isla ahora es el español, la religión católica ha
ganado mucho espacio, las tradiciones de los nativos se han ido acabando y la gastronomía tradicional está en riesgo porque el litigio
con Nicaragua y el cambio climático les ha quitado espacios para pescar.
Convirtiéndose en minoría
“La cultura de la mayoría está predominando sobre la minoría”, dice Corine Duffis, sanandresana de 65 años, vocera del movimiento
AMEN SD, una organización de raizales nacida en 1999 que se ha fortalecido debido a los recientes fallos de La Haya, en los que el país
perdió soberanía sobre parte del mar que rodea a las islas. “Nosotros exigimos que Colombia respete nuestros derechos ancestrales
sobre nuestro territorio. Tenemos derecho a la autodeterminación”, señala.
La población raizal siente que su cultura se ha perjudicado luego de que sus antepasados se unieron voluntariamente a la Gran Colombia
en 1822. Ellos dicen que su territorio ancestral se ha perdido en tratados y litigios internacionales y que sus costumbres cambiaron
desde que la isla fue declarada puerto libre, en 1953, por la llegada de masiva de colombianos del interior.
Entonces la fisionomía de la isla cambió. Las casas raizales dieron paso a grandes hoteles, algunos manglares fueron rellenados para
hacer vías y en los colegios públicos se comenzó a hablar español, por lo que muchos raizales perdieron su lengua.
La Constitución de 1991 intentó cambiar las cosas, pues reconoció a los raizales como un pueblo ancestral. Las autoridades crearon una
oficina encargada de controlar el ingreso a San Andrés, se decidió que los colegios fueran bilingües y se ordenó que todos los empleados
públicos hablaran el idioma de los nativos. Los raizales, sin embargo, dicen que muchas de esas disposiciones son letra muerta.
1. Étnicamente, los raizales corresponden a un grupo: 5. la realidad de la etnia raizal actualmente es compleja
A. Aborigen, de los misquitos de San Andrés. debido a:
B. Étnico resultado del mestizaje en San Andrés. A. La llegada masiva de colombianos del interior.
C. Indígena nativo del archipiélago de San Andrés. B. La sobrepoblación, el narcotráfico y el turismo masivo.
D. Afrodescendientes, asentados en San Andrés. C. La presencia mayoritaria de la población en la isla.
D. La extinción del grupo indígena nativo original de la
2. El principal motivo de la protesta de los raizales fue:
región.
A. La pérdida de soberanía sobre el mar.
B. La acumulación de basuras en la isla.
6. Que ventajas y desventajas infieres para los raizales si
C. La ausencia de servicio de agua.
se reduce el turismo en San Andrés.
D. El ingreso de más de 90.000 turistas.
3. La organización de los raizales AMEN SD 7. ¿Consideras que San Andrés debería separarse de
A. Hace una fuerte resistencia a la constitución política de Colombia para proteger su identidad cultural? ¿Por qué?
1991.
B. Está en funcionamiento desde 1822, a partir de la Gran 8. Describe hechos que evidencien discriminación hacía la
Colombia. cultura raizal, según la lectura.
C. Se creó para defender a San Andrés de los fallos de la
Haya.
D. Tiene como objetivo reivindicar el derecho a la
autodeterminación.
4. Los raizales, fruto del proceso de mestizaje, se
caracterizaron por
A. La ausencia de elementos africanos.
B. La semejanza de la comida con la del resto del país.
C. El predominio de la religión protestante.
D. El dialecto originalmente basado en el portugués.