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El Arts and Crafts de William Morris: Una posibilidad real de sincretismo artístico

frente a la creciente idea industrial

Por Jaritza Oyaneder

La Revolución Industrial fue un proceso de transformación político, social y tecnológico que


abarcó los años 1760 y 1840 aproximadamente y se extendió desde Reino Unido hasta
Europa Occidental y América.

Durante este período de profundos cambios en las políticas económicas y los estándares de
vida surgen desde diferentes palestras, apreciaciones y juicios valorativos en lo que se puede
considerar la preservación de la esencia en las creaciones manufacturadas, hasta ese
momento, de modo artesanal sin dependencia de grandes tecnologías ni maquinarias.

Justamente, frente al escenario de la creciente modernidad, James Morris junto a unos


amigos diseñadores deciden crear una empresa la que años más tarde jugaría un papel
fundamental en el estudio del Arts and Crafts, que aún en nuestros días se lleva a cabo.

Se traduce como: Artes y Oficios o Artes y Artesanías, y el Arts and Crafts es un


movimiento artístico que se relaciona directamente con Morris, donde destaca el rescate y
regeneramiento de elementos medievales y el rechazo o renegación de las producciones en
masa que vienen a sinonimizar la aplicación de aspectos industriales en la disciplina de las
artes y diseño.

No obstante, el polifacético inglés según Anna Calvera en su artículo “La modernidad de


William Morris” podría ser caracterizado como un eclético:

No creo que, en su caso, tratarlo de ecléctico suponga un


menosprecio; más bien es una buena manera de describirlo,
pero también es lo que lo hace más cercano a nuestro tiempo.
Recordemos que la palabra ecléctico constituyó en algún
momento un elogio; se aplicaba a aquellas personas que no eran
sectarias, las que no defendían una única verdad en términos
absolutos.1

Y es por esta razón que el sincretismo cultural que caracterizó la producción de Morris podría
considerarse como la respuesta más sensata a la problemática que tiene como dualidad de la
producción artística del diseño, por una parte encontrando en la revolución industrial la posibilidad
de engrandecer la corriente del diseño como un servicio remunerado positivamente enriqueciendo
la recepción en la mayoría de los sectores de la sociedad no solamente en los elitistas y
permitiendo un alcance mayor que el obtenido hasta entonces.

Por otro lado, es indispensable no referirse al aporte esencial que posee el movimiento en la
valoración y reivindicación del arte, de la creación manual, humana, real y sincera propia de los
trabajos nacientes en ciudades que fueron cuna del Arts and Crafts como California y Budapest.

El idealismo de las Arts and Craftsse revelaba en su creencia de


que las cualidades morales de los objetos se transmitían junto al
cliente con su posesión 2

Se reconoce que el proceso creativo e industrial que llegó a adoptar la empresa de Morris (porque
nunca se desentendió de la modernización y maquinarias en su producción) es una importante
lección en torno al equilibrio que es posible adquirir cuando aún se intenta mantener respeto por
nuestras raíces, por los creadores a través de la generación de ambientes propicios y climas
favorables para la elaboración manteniendo como eje central el cuidado de los materiales y la
belleza inmutable e irremplazable del artista frente a la producción serial, repetitiva y conveniente
en el plano económico de la industrialización.

Morris, desde una era diferente a la nuestra, y a partir de la transgresión que pretendió generar en
su época, contradiciendo el modelo que estaba impuesto nos indica que “El pasado no está
muerto, vive en nosotros, y estará vivo en el futuro que estamos ayudando a hacer.” W. M.

1
Calvera Anna, La modernidad de William Morris http://tdd.elisava.net/coleccion/14/calvera-es. Consultada
el 02 de mayo 2016
2
Campi Isabel, La idea y la materia. Volumen 1: El diseño de producto en sus orígenes, Colección GG Diseños,
España. Página 112

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