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SOSLAYO IMPENETRABLE DE NADAS CONCATENADOS.

Elucubraba palabras insomnes, olvidos repentinos


era la noche que escondías en tus ojos
la profundidad fangosa de los misterios
"esa, la que me disolvía".

Y yo, que soy pobre en alma y espíritu


que áridamente exalto mis anhelos
soy carne, y nada más;
presencia nauseabunda
extranjera y perene,
fruto inasible,
regada fantasía de podredumbre.

Al fin.
Ha llegado el vetusto momento
de saberse pronto, diáfano,
superfluo y nada.
Esos ojos embusteros que resguardas con recelo, me han atacado violentamente, me han
sometido a una persecución infinita, ua no mi alma da tregua, ni tu mirada (voraz) da
clemencia.
Mi paso circunda los aires detrás de tuyo forman corrientes, vorágines viles, me alejan, me
poseen, mi detestan.
Tus agrvios no cesan.
Se concatenan las galerías de tus vistas en mis vistas y en mis ojos se replican, y sin alto
acaecen tus figuras.
Torrente benigno.
Me embisten marismas infinitas en socavones perpetuos, maldito cuerpo, maldito espíritu,
maldito horizonte (indeterminado).
Eres pues, la reina del Nilo, la Venus de mi cielo, la pandora…
Y así te impones siempre donde veo, secuestras mis momentos con tus momentos, en mi
memoria, embeleses el dulce néctar.
Oprobiosa tregua para el que ama.

Aquel hombre que tuvo la desgracia de saberse perdido

En la solemne sombras de su extravío


En las prístinas memorias de istantes sin tiempo
En los olvidos recurrentes de un presente incontinuo

Se encontró.

En los escorsos redimidos de un alma partida

Saberse y ya nunca más.

Acaesen las golondrinas en los portales


y la tarde es sobria, no es diferente,
hoy ellas miran sus dominios y se exilian con ojos furicos,
no es diferente, la tarde es sobria
y en los portales nadie mira la tierra de nadie.
Y si mi alma se ha marchitado volverá con renovadas fuerzas,
enfrentará apabullantes ventiscas (chubascos) y cruzará ignotos caminos,
todo a la par de un muerte cálida e intranquila,
aquella que transcurre cuando se sigue tu paso, y por espíritu etéreo se te confunde,
intraterrestre, corrupta, fangosa mierda.
La sublime alma tuya
Musita mi pecho palabras roncas e irreconocibles, nadie vislumbraría que esos sonidos
descompuestos encubren en su seno el cariño que te escondo. Sólo tú las conocerás, ni aun
yo las sospecho, nadie más las sabrá ni por asomo.

Ojalá disimulara mejor mis anhelos o hiciera nulas mis pasiones, quedaría claro entonces lo
que mi boca besa, lo que mi pecho grita.

Las incoherencias que el cuerpo oye el alma muy bien comprende, exhalo tus nostalgias e
inhalo tus memorias, no es un secreto que te extraño, pero sólo tú verás lo mucho que te
amo.

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