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PRÁCTICA 1

DEFINICION DE BLOG

Un blog es la forma moderna de expresión y de opinión en Internet. La


palabra blog proviene de la mezcla de las palabras web y log, y en español se le
conoce como bitácora o bitácora digital. Un blog es en realidad una página en
Internet que se actualiza periódicamente con material nuevo, mismo que
usualmente es publicado por una persona, expresando pensamientos u opiniones
en forma de prosa, siendo que algunos hasta llegan a tomar el formato de un
diario personal.
Sirve como publicación en línea de historias publicadas con una periodicidad muy
alta, que son presentadas en orden cronológico inverso, es decir, lo más reciente
que se ha publicado es lo primero que aparece en la pantalla. Es muy frecuente
que los blogs dispongan de una lista de enlaces a otros blogs, a páginas para
ampliar información, citar fuentes o hacer notar que se continúa con un tema que
empezó otro blog
CLASIFICACIÓN SEGÚN LA INFLUENCIA

Según el buscador de blogs Wikio, los cinco blogs más influyentes del mundo en
enero de 2008 fueronTechCrunch, Mashable!, Engadget, Gizmodo y Boing Boing.
El blog en español más influyente fue, de acuerdo con esta
clasificación, Microsiervos (España), situado en la décimo tercera posición. Entre
los veinte blogs más influyentes de Europa, existían cinco blogs de España, todos
en castellano: Microsiervos (2.ª posición), Mangas
Verdes (6.ª), Genbeta (7.ª), Loogic (19.ª) y Error 500 (20.ª). A nivel exclusivamente
de habla hispana, según la clasificación de Alianzo, 14 los blogs más influyentes en
español son los siguientes: Microsiervos (España),Barrapunto (España), Enrique
Dans (España), genbeta (España), Dirson (España), FayerWayer (Chile),Kriptópoli
s (España), Escolar.net (España) y Denken Über (Argentina).

TIPOS DE BLOGS

Hay muchos tipos diferentes de blogs, no sólo por el contenido, sino por la forma
en la que el contenido se escribe.

Blog personal
El blog personal, un diario en curso o un comentario de un individuo, es el blog
más tradicional y común. Los blogs suelen convertirse en algo más que en una
forma para comunicarse, también se convierten en una forma de reflexionar sobre
la vida u obras de arte. Los blogs pueden tener una calidad sentimental. Pocos
blogs llegan a ser famosos, pero algunos de ellos pueden llegar a reunir
rápidamente un gran número de seguidores. Un tipo de blog personal es el micro
blog, es extremadamente detallado y trata de capturar un momento en el tiempo.
Algunos sitios, como Twitter, permiten a los blogueros compartir pensamientos y
sentimientos de forma instantánea con amigos y familiares, y son mucho más
rápidos que el envío por correo o por escrito.

Microblogging

Microblogging es la práctica de publicar pequeños fragmentos de contenidos


digitales (puede ser texto, imágenes, enlaces, vídeos cortos u otros medios de
comunicación) en Internet. Microblogging ofrece un modo de comunicación que
para muchos es orgánica, espontánea y captura la imaginación del público. Lo
utilizan amigos para mantenerse en contacto, socios de negocios para coordinar
las reuniones o compartir recursos útiles, y las celebridades y políticos para las
fechas de sus conciertos, conferencias, lanzamientos de libros u horarios de
viajes. Una amplia y creciente gama de herramientas adicionales permite
actualizaciones complejas y la interacción con otras aplicaciones, y la profusión
resultante de la funcionalidad está ayudando a definir nuevas posibilidades para
este tipo de comunicación.

Blogs corporativos y organizacionales

Un blog puede ser privado, como en la mayoría de los casos, o puede ser para
fines comerciales. Los blogs que se usan internamente para mejorar la
comunicación y la cultura de una sociedad anónima o externamente para las
relaciones de marketing, branding o relaciones públicas se llaman blogs
corporativos. Blogs similares para los clubes y sociedades se llaman blogs de
club, blogs de grupo o por nombres similares; el típico uso consiste en informar a
los miembros y a otras partes interesadas sobre las fiestas del club y las
actividades de sus miembros.

Un Blog Corporativo suele formar parte de una estrategia de Content Marketing


o Marketing de contenidos, cuya finalidad es atraer tráfico orgánico hacia la web
de empresa y conseguir clientes interesados en un producto o servicio. Para este
fin, se aconseja que el Blog corporativo se delimite a ciertas normas no
consensuadas, pero aceptadas por las buenas prácticas:
Hay que escribir de lo que se sabe. Añadir valor es aportar conocimientos
cualificados y contrastables, es evitar la confusión informativa y es prohibirse a
uno mismo la polémica. Qué mejor forma de realizar esta máxima que escribiendo
desde la propia profesión.

Hay que evitar la autocomplacencia. Un blog corporativo busca atraer, no


convencer, por lo que escribir únicamente sobre las cualidades positivas y
excelentes de uno mismo o de la empresa suele causar suspicacia. En realidad, la
seriedad con la que se expresa el contenido ya hace el trabajo de la propia
excelencia

Hay que ser constante. No se debe publicar de tanto en tanto ni crear la sensación
de vacío y silencio entre aquellos que puedan estar esperando una respuesta. Un
artículo por semana puede ser suficiente para dar a entender que la empresa está
viva, pero dos o tres reflejan que está trabajando.

Hay que ganar suscriptores. Ley incondicional de todo blog: si se recaba


información de los lectores, se crea la propia base de datos de clientes potenciales
y, a partir de ahí, se crean estrategias de marketing más amplias y complejas,
como la de los e-mailing.

Hay que ser participativo. Esto es aplicable en dos sentidos.

Si la empresa cuenta con varios trabajadores cualificados es recomendable darles


también la palabra y que escriban artículos. Esto es sumamente efectivo si cada
uno de esos trabajadores es experto en un campo determinado. Además, de este
modo se asegura que el blog fluye porque no depende de la disponiblidad de una
sola persona.

El autor o autores de los artículos deben permitir la interacción con y entre los
usuarios que acceden al blog. Responder siempre y con educación no es
recomendable: es obligatorio. No se debe prohibir nada, pero sí intervenir cuando
el tono de algún usuario (sobre todo contra otro usuario) resulte grosero o
insultante: hay que crear comunidad.

Hay que tener una sola voz. Esto no atenta contra el apartado anterior: una sola
voz no es un solo escritor, sino un estilo determinado, una firma corporativa
específica, un tono característico. Si el Blog está conformado por varios autores,
estos deben coordinarse para evitar contradicciones entre artículos o cambios de
tono demasiado evidentes.

Hay que planificar. Significa crear una política clara de publicación, atendiendo a
elementos tales como:
Categorías: es recomendable que todas las categorías del blog tiendan al mismo
número de artículos.

Calendario: la constancia se consigue, la mayor parte de las veces, fijando fechas


de publicación.

Actualidad: el contenido de un artículo es más relevante cuanto más se aproxime


a la realidad del lector. Esto se suele conseguir si el tema que se trata es actual,
pues dada la realidad hiper-informada en la que vivimos, prácticamente todos
compartimos el mismo contenedor de actualidad. Si, además, se consigue que el
blog corporativo sea uno de los primeros en hablar sobre un tema concreto, habrá
alcanzado un nivel de prevalencia que la comunidad tendrá en cuenta.

Blogs educativos

Un blog educativo está compuesto por materiales, experiencias, reflexiones y


contenidos didácticos, que permite la difusión periódica y actualizada de las
actividades realizadas en la escuela. Los blogs educativos permiten al profesorado
la exposición y comunicación entre la comunidad educativa y el alumnado,
potenciando un aprendizaje activo, crítico e interactivo.

Por el género

Algunos blogs se centran en un tema particular, como los blogs políticos, blogs de
lgbt, blogs educativos, blogs de salud, blogs de viajes, (también conocidos como
cuadernos de viajes), blogs de jardinería, blogs de la casa, blogs de moda, blogs
de proyectos educativos, blogs de música clásica, blogs de esgrima, blogs
jurídicos, etc. Dos tipos comunes de blogs de género son los blogs de música y los
blogs de arte. A los blogs con discusiones especialmente sobre el hogar y la
familia no es infrecuente llamarlos blogs mamá, y este tipo de blogs se hizo
popular por Erica Diamond, creadora de Womenonthefence.com, que es seguido
por más de dos millones de lectores mensuales. Aunque no es un tipo legítimo de
blog, ya que se utiliza con el único propósito de hacer spams, se conoce como un
Splog.

Por el tipo de medios de comunicación

Un blog que incluye vídeos se llama blog, uno que incluye enlaces se denomina
linklog, un sitio que contiene un portafolio de bocetos se llama sketchblog, u otro
que incluye fotos se llama foto log. Los blogs con mensajes cortos y con tipos de
medios mixtos se llaman tumblelogs. Aquellos blogs que se redactan en máquinas
de escribir y luego son escaneados, se denominan blogs typecast. Un tipo raro de
blog incluido en el protocolo Gopher es conocido como un Phlog.
Por el dispositivo

Los blogs también pueden diferenciarse por el tipo de dispositivo que se utiliza
para construirlo. Un blog escrito por un dispositivo móvil como un teléfono móvil o
una PDA podría llamarse moblog. Uno de los blogs más nuevos es el Wearable
Wireless Webcam, un diario en línea compartido de la vida personal de una
persona, que combina texto, vídeo e imágenes transmitidas en directo desde un
ordenador portátil y un dispositivo Eye Tap a un sitio web. Esta práctica semi-
automatizada de blogs con vídeo en directo junto con el texto se conoce como
sub-supervisión. Estas revistas se han utilizado como pruebas en asuntos legales.

Blog inversa

Este blog está compuesto por sus usuarios en lugar de un solo bloguero. Este
sistema tiene las características de un blog y la escritura de varios autores. Estos
blogs pueden estar escritos por varios autores que han contribuido en un tema o
que han abierto uno para que cualquiera pueda escribir. Normalmente hay un
límite para el número de entradas, para evitar que se opere como un foro de
Internet.

Red de blogs

Es un grupo de blogs que están conectados entre sí en una red. Una red de blogs
puede ser o bien un grupo de blogs vagamente conectados, o un grupo de blogs
que son propiedad de la misma empresa. El propósito de esta red es por lo
general para promover los otros blogs en la misma red y, por tanto, aumentar los
ingresos publicitarios generados a partir de la publicidad en línea en los blogs.
Resumen:

En este artículo definiré el envejecimiento desde la Psicogerontologia, ciencia que trata el


envejecimiento desde el ámbito psicológico desde una perspectiva científica, práctica y psicosocial.
Plantearé el enfoque tradicional biomédico, junto a los nuevos enfoques desde dónde toman cada
vez más importancia otros ámbitos a la hora de poder orientar a la persona en su proceso de
envejecimiento.
Centrándome en el ámbito psicológico, abordaré los cambios (que afectan a la generalidad de las
personas mayores) considerados dentro de un envejecimiento normal, no abordando aspectos
referentes a trastornos mentales o psicopatológicos.

A modo de reflexiones planteare que para enfrentarse adaptativamente a esta nueva etapa en
nuestras vidas, es preciso realizar procesos de captación de información y reflexión para
desarrollar el propio proyecto de vida para mantener independencia y mejorar la calidad de vida.

1.- INTRODUCCION.

Las nuevas tendencias demográficas se traducen en la inversión de la pirámide poblacional de


muchos países (si hasta entonces las personas que sobrepasaban los 55 – 60 años no suponían
mucho porcentaje con respecto al volumen total de la población y el mayor volumen lo
encontrábamos en la infancia y la adolescencia, ahora se produce el fenómeno contrario, es decir,
la base de la pirámide poblacional empieza a disminuir aumentando su cúspide, donde se
encuentran las personas de más edad). Esto unido a los cambios que se producen en la sociedad
(aparición de servicios sociales organizados, cambios en el sistema de organización familiar,
incorporación de la mujer al ámbito laboral, avances tecnológicos y nuevos adelantes médicos....)
repercute en un incremento de las necesidades sanitarias y de la distribución de servicios sociales
para la población de edad.

Envejece el individuo y envejece la sociedad. Al considerar la etapa del envejecimiento se nos


plantea un problema social de primer orden, en cuanto las personas mayores como grupo diferente
e importante en el ámbito demográfico, con rasgos culturales específicos, intereses propios,...
están exigiendo a la sociedad que se garantice el incremento de su bienestar, el desempeñar roles
que den sentido a sus vidas, el desarrollar actitudes distintas a las actuales con las que se dé fin a
la marginalidad y al desarraigo, a la inseguridad, a la falta de calidad de vida y a todos los
prejuicios, mitos y estereotipos, que forman parte el imaginario social que envuelven al proceso de
envejecer.

Los recursos destinados por parte de las diversas acciones o políticas sociales no se han
incrementado en la misma proporción en que se ha producido el incremento poblacional en esta
franja de edad. Surge la necesidad por parte de todos los países de racionalizar los gastos y
recursos de forma que puedan llegar a todas las personas que los precisen de verdad.
Envejecer, visto desde la perspectiva de una persona adulta, puede suponer un proceso todavía un
tanto lejano, sin embargo, si tenemos en cuenta que múltiples funciones biológicas y fisiológicas a
partir de los 30 años empiezan a funcionar con una capacidad que se va reduciendo, debemos
replantearnos eso de que el proceso de envejecimiento es algo lejano en nuestras vidas.
Se hace preciso, pues, que cada adulto reflexione acerca de lo que dicho proceso significa. Para
poder reflexionar debe conocer que se entiende por envejecimiento y cuales son los cambios
esperables y normales a los que debe enfrentarse. Solo conociendo podrá prepararse y educarse
para afrontar, de manera adaptativa y sana dicho proceso.

2.-¿QUÉ ENTENDEMOS POR ENVEJECIMIENTO?.

Son muchas las ciencias y disciplinas que se han interesado por el envejecimiento. Son muchas
las perspectivas (Vega Vega J.L. cita como perspectivas más comunes la que realizan desde un
punto de vista: histórico, cultural, religioso, demográfico, sociológico, biológico, psicológico,
gerocultor y legal) desde las que se le puede enfocar y por lo tanto delimitar, tanto el proceso de
envejecimiento, como los fenómenos que aborda.

A mi juicio, las perspectivas se pueden agrupar entre:


Aquellas de naturaleza cultural (artes, religión....) y las de naturaleza científica (demografía,
sociología, medicina, psicología, biología,...)
Aquellas que plantean aspectos que afectan a la sociedad en general (demografía, sociología,
economía...) y las que afectan a cada individuo concreto que envejece (psicología, biología,
medicina....)

Respecto a lo que podemos entender por envejecimiento o envejecer, precisar que no existe una
única definición sino tantas como autores o estudiosos han abordado el estudio de esta etapa de la
vida.

“ Preferible a hablar de vejez, como estado, es hablar de envejecimiento, como curso o proceso, un
proceso que comienza tempranamente, al termino de la juventud, y que a lo largo de la vida adulta
se combina con procesos de maduración y desarrollo... El envejecimiento no constituye un proceso
simple o unitario, sino un haz de procesos, asociados entre sí, aunque no necesariamente
sincrónicos, y que se asocian, a su vez, con la edad cronológica, mas sin coincidir con ella e
incluso sin variar en conexión mecánica con ella..... El proceso de envejecimiento se despliega en
una secuencia compleja de cambios que tienen lugar en distintos niveles: biológico, psicológico,
social.” Fierro A. (1994)
“ El envejecimiento se asocia a una disminución de la viabilidad y a ser universal, progresivo,
decremental e intrínseco. No se puede evitar envejecer, se puede evitar y cuidar del
envejecimiento patológico (no natural). Envejecer es un hecho, el tiempo discurre sobre nuestros
organismos más o menos castigados, por nuestros vicios y enfermedades, pero ello no significa
que el tiempo transcurre solo en nuestra contra, la sabiduría solo se puede poseer disponiendo y
gastando en general bastante tiempo, la perspectiva es otro valor comparativo esta vez, que solo
nos da el tiempo. El envejecimiento en sí es un continuo proceso de desarrollo, nuevas
oportunidades, intereses y cambios de perspectiva sobre la vida que la hacen cada día más
interesante” Arriola Manchola, E. (1997)

“Nosotros definimos el envejecer como un proceso dinámico, gradual, natural e inevitable, proceso
en el que se dan cambios a nivel biológico, corporal, psicológico y social. Transcurre en el tiempo y
esta delimitado por este.... Si bien todos los fenómenos del envejecimiento son dados en todos, no
se envejece de igual manera, ni tampoco cada parte del organismo envejece al mismo tiempo. El
envejecimiento como todo lo humano siempre lleva el sello de lo singular, lo único, lo individual.”
Viguera V. (2001).

El envejecimiento bajo mi punto de vista es un proceso dinámico en el que confluyen multitud de


cambios en varios ámbitos: biológico, psicológico, social..., pero también un proceso donde existen
posibilidades de desarrollo, donde parte de los cambios que son esperables (aunque cuando y con
que intensidad se den varíen interindividualmente). y otros cambios pueden considerarse
patológicos. Es un proceso en el que confluyen variables ambientales, biográficas y factores
individuales como el cuidado, por eso, no hay una única forma de envejecer, sino tantas como
personas llegan a envejecer.

3.- ENFOQUE TRADICIONAL BIOMÉDICO.

Indudablemente envejecemos biológicamente. Disminuye nuestra competencia fisiológica y nos


volvemos más vulnerables en la composición química del cuerpo a medida que vamos cumpliendo
años (disminuye nuestra masa muscular y aumentan las grasas por eso es importante contrarrestar
esta tendencia practicando cierta actividad física), hay un incremento del pigmento lipofusión en
algunos tejidos y en las interconexiones de algunas moléculas, como el colágeno. Hay cambios
degenerativos en el ritmo de filtración glomerular, el ritmo cardiaco máximo al que podemos llegar,
la capacidad vital y otras medidas de capacidad funcional. Al disminuir nuestras capacidades
disminuye también el poder responder adaptativamente a las variaciones que podemos
experimentar en nuestro medio ambiente, nos volvemos más vulnerables a la enfermedad, incluso
algunas pueden volverse crónicas y en definitiva el riesgo de sufrir una muerte está latente con una
mayor probabilidad de ocurrencia.

Cuando una persona envejecía, desde este enfoque, se plantea que su entorno social o la misma
persona, acudía al médico y este profesional prescribe una serie de medidas a tomar ante los
deterioros que experimenta. En otros casos, procesos que experimenta la persona como por
ejemplo una pérdida de interés por su mundo cercano y sus actividades, se las relaciona a la edad
sin profundizar y valorar si estarán incidiendo factores de otros ámbitos fuera del bio-médico, la
persona esta sana aparentemente y la sensación de malestar de la persona mayor eran “nanas”.

4.- NUEVOS ENFOQUES EN EL ABORDAJE DEL ENVEJECIMIENTO.

Poco a poco se va tomando conciencia de la existencia de otros ámbitos, los cuales cada día
cobran más importancia en este proceso. Se hace preciso el explorarlos y ver como interaccionan
porque la persona es algo más que la mera carcasa del cuerpo que supone el ser humano.
Así se van añadiendo nuevas figuras profesionales a la hora de valorar y orientar a la persona
acerca de los cambios que supone el envejecer, surgiendo la necesidad de realizar un abordaje
multidisciplinar, siempre que sea posible.
Son múltiples los cambios a los que va enfrentarse una persona a lo largo de este proceso en
diferentes esferas o ámbitos, pero trataré de sintetizar aspectos fundamentales de los 5 ámbitos
que a mi juicio no hay que olvidar nunca.

Estos cinco ámbitos no son independientes interaccionan entre si continuamente. Un cambio en un


ámbito puede repercutir en los otros, por ejemplo cuando un individuo se jubila pierde el rol del
trabajador y la interacción con las relaciones sociales que creó en ese ámbito no serán tan
frecuentes, su ritmo de vida y la distribución del tiempo se ve alterada, puede que no sepa como
rellenar esas horas que antes pasaba en el trabajo y su permanencia en el domicilio genere ciertos
roces de comportamiento en el seno familiar o en la relación con su pareja, puede que se aísle
más de su familia y entorno social cercano y permanezca más tiempo mirando tv o realizando
actividades sedentarias, puede que se obsesione con el deporte como forma de recuperar una
juventud que ya no volverá, también tendrá que redistribuir las prioridades en cuanto los gastos
económicos que realice... Indudablemente la forma como afronte el adulto mayor los cambios que
se dan en esos múltiples ámbitos no es igual en todos los adultos mayores.

ECONOMICO.

Nos jubilamos en el mejor de los casos, llegando a la edad cronológica que por consenso marca la
entrada en la vejez y que suele variar entre los 55 y los 65 años. En caso contrario, seguiremos
trabajando o podremos optar a una pensión de vejez si tenemos la edad que marca la normativa
laboral del país en el que nos encontramos.
En el primer caso se supone que previamente hemos desarrollado una vida laboral, que hemos
realizado los aportes económicos necesarios para acceder a la jubilación y que se puede acceder
al monto económico de la jubilación (habrá que ver que pasará cuando la gente que actualmente
realiza sus aportes a un plan de pensiones privado o en Uruguay a una AFAP sea mayor, ante el
miedo cada vez creciente de la población de no poder cumplir con las condiciones y con la cada
día mayor inseguridad laboral o cuando la tasa de recambio generacional no pueda asegurar el
pago de las jubilaciones o pensiones de los sistemas públicos).

El Adulto mayor tiene que plantearse como seguir adelante día a dia, cubriendo sus necesidades
básicas (y las de su cónyuge si este no pudo acceder a una jubilación o pensión) con el monto de
su jubilación o si tendrá que recurrir a ahorros previos, generados en otras etapas de su vida, o si
precisará la ayuda económica de algún miembro de su familia y entorno. Es frecuente que cambien
algunas de las prioridades en el destino de sus fondos económicos con respecto a otras etapas de
su vida. En Uruguay, por ejemplo, la cobertura de salud, mientras la persona trabaja esta cubierta
por los aportes a Disse que realiza el trabajador, pero también el empresario; cuando se jubila
dichos aportes, son sustituidos por el pago de la cuota mutual a las entidades prestadoras de
servicios de salud y tiene que afrontarla el Adulto Mayor en su totalidad.

SOCIAL.

Cuando envejecemos nos enfrentamos a una progresiva pérdida de nuestra red social, además de
trastocarse el reparto de tiempos de nuestra vida diaria que teníamos en las etapas anteriores de
nuestra vida. En muchos casos al jubilarnos o cesar en nuestra actividad, perdemos el ámbito
laboral con lo que ello implica de pérdida de relaciones personales y roles. No somos longevos de
por vida a pesar del aumento de la esperanza de vida al nacer y a medida que envejecemos, nos
van dejando las personas con las cuales manteníamos relaciones de apego fuerte y eran para
nosotros personas significativas. Debemos enfrentarnos a procesos de pérdidas.
Nuestra vida se puede decir que tiene más momentos de soledad que en otras etapas de nuestra
vida. Coincide, además, en muchos países, con el fenómeno del “nido vacío”, es decir, en la familia
se nota un vacío, los hijos emprenden su propio proyecto de vida y las relaciones con ellos se
hacen más distantes.
Reflexionando sobre que es lo que puede incrementar la soledad o favorecer que aparezca en esta
etapa con mayor intensidad, a mi juicio, es un mayor peso de la rutina de vida diaria, trastocada
con un incremento del tiempo libre del que dispone ahora la persona, y la falta de una actividad
motivante a través de la cual refuerce su autoestima.

NUTRICIONAL.

No se trata de que debamos cambiar nuestros hábitos de alimentación al llegar al envejecimiento.


Si debemos hacer una revisión de nuestra dieta y de los alimentos que ingerimos porque cambia
nuestro organismo y la respuesta bioquímica a los alimentos. Tal vez la dieta que llevamos hasta
ahora no esta cubriendo todas nuestras exigencias nutricionales, por lo cual debemos prestar
atención a este aspecto. Igualmente deberemos incrementar el consumo de agua con el fin de
evitar la deshidratación y sequedad de la piel y permitir que los efectos de los fármacos que
tomamos no sean tan dañinos a nuestro hígado.

Cada uno de nosotros debería tomar conciencia de los alimentos que precisa para mantenerse
sano, cuales le son dañinos y poder llegar a personalizar su dieta. La dificultad surge si tenemos
que prepararnos la comida para nosotros solos, pero afortunadamente el poder acudir a servicios
nutricionales o servicios de comida a domicilio puede contrarrestar la mencionada dificultad.

HABITACIONAL.

Nos preguntaremos si nuestra casa o vivienda habitual está preparada para poder llevar una vida
en la que vamos a necesitar suplir ciertas habilidades o capacidades funcionales que vamos a ir
perdiendo. Si sufrimos un aumento de nuestra dependencia física o psíquica, real o subjetiva, o el
miedo de llegar a experimentarla en un futuro nos empezará a preocupar la solución a tomar con
respecto a donde viviremos: si continuaremos en nuestra vivienda habitual y ambiente, si se
precisarán ciertos ajustes en la misma, si se producirá una temida institucionalización, por cuánto
tiempo y si esta será permanente, si deberemos convivir con alguno de nuestros hijos...

Ante todo esto deberemos reflexionar sobre las medidas a adoptar para mejorar nuestra vivienda,
haciéndola más sana y segura valorando la viabilidad y los costos económicos. Deberemos
conocer como se producen los accidentes más frecuentes, como manejarnos en estas situaciones
y como prevenirlas.

PSICOLÓGICO.

El estudio del envejecimiento en el campo de la Psicología no es hasta la segunda mitad del siglo
XX cuando empieza a cobrar importancia como campo científico claramente definido. Las razones
de dicho auge hay que buscarlas en las presiones demográficas (se reduce la natalidad, se
produce un incremento progresivo en la expectativa de vida de la población de la mayoría de los
países, por lo cual muchos profesionales del ámbito de la psicología empiezan a centrar su interés
en esta etapa del ciclo vital).

Aparece interrelacionado con el ámbito psiquiátrico dependiendo de cómo esté estructurado el


Sistema de Salud en cada país y si es un Psicólogo o un Psiquiatra quien atiende a las demandas
de la población mayor y su entorno familiar y social.

En el ámbito psicológico nos cuestionamos: ¿qué pasa con nuestra mente?, ¿cómo funciona
cuando llegamos a viejos?, ¿nuestra personalidad cambia o se mantiene estable?,
¿experimentamos grandes cambios afectivos? ¿de qué tipo? ...

4.1 - ENVEJECIMIENTO PSICOLÓGICO NORMAL.


Desde un punto de vista psicológico, lo que más llama la atención son los fallos en la memoria
reciente que los propios adultos mayores y nuestro entorno social o familiar suele asociarlos a la
enfermedad de Alzheimer. Se da dicha preocupación porque se desconoce que en la vejez hay
cambios que se consideran normales con respecto al funcionamiento cognitivo. Igualmente se
producen cambios afectivos y en la personalidad que deben ser considerados como normales y
esperables.

La persona cuando llega a envejecer sufre un aumento de la vivencia de pérdidas, entendiendo


pérdida como la vivencia por la cual sentimos que ya no tenemos algo, a nivel real y subjetivo que
es significativo para nosotros. Dichas pérdidas afectan a todos los ámbitos, aunque en este artículo
me centraré en las pérdidas a nivel afectivo. Todas las pérdidas implican un proceso de duelo, es
decir, de un trabajo psíquico. El superar la pérdida es vital para la persona que envejece,
disminuyendo la probabilidad de que se produzcan repetidas crisis de identidad o que se atenúen
las repercusiones de las mismas en la vida de las personas adultas mayores.
Bajo mi punto de vista estos cambios psicológicos se presentan más acentuados cuando la
persona empieza a notar que los cambios físicos y biológicos generan una pérdida, real o
subjetiva, de la independencia que vivía hasta entonces.

En la Tercera Edad, quizás porque las primeras décadas después de la jubilación, es un tiempo
esperado y ansiado, no suele esperarse que la persona sufra grandes pérdidas, y si ocurren, la
tendencia general es que se resuelvan adaptativamente porque también la red social es amplia y
numerosa todavía, o incluso se empieza a agrandar en la medida que ocupa su mayor tiempo libre
en nuevas actividades que incluye en su proyecto de vida.
Llegando a la Cuarta Edad las pérdidas son más numerosas y desencadenan el recuerdo de
pérdidas que no han sido elaboradas, unido a que la red social empieza a disminuir y el pensar
asistir a entierros empieza a desencadenar la anticipación de su propia muerte.
La persona en definitiva empieza a cuestionarse más acerca de su identidad en la medida en que
no encuentra una respuesta satisfactoria que disminuya la angustia que los mitos, los prejuicios y
las ideas falsas sobre el proceso de envejecimiento le pueda generar y que la sociedad no trata de
contrarrestar devolviéndole una imagen con la que pueda identificarse plenamente, dañándose el
autoconcepto.

4.1.- Cambios afectivos.

El principal cambio esperable al que va a tener que enfrentarse es a procesos de pérdidas más
habitualmente que en otras etapas de su vida (la perdida de sus figuras parentales y de personas
significativas en su vida con las que mantenía fuertes lazos a nivel emocional y afectivo).
El duelo es el conjunto de reacciones de tipo físico, emocional y social que se producen por la
pérdida de una persona que nos es cercana. Dependiendo de la intensidad de la relación
podremos experimentar, desde un sentimiento transitorio o de tristeza, hasta una desolación
completa que puede persistir por años o volverse crónica. En este último caso decimos que el
duelo no se ha elaborado adaptativamente y va adquiriendo matices patológicos, ante los cuales
es preciso recurrir a la ayuda de profesionales con experiencia en su abordaje en personas
mayores.

El perder a un ser querido representa un gran trauma emocional que nos hace especialmente
vulnerables a padecer una enfermedad física y trastornos mentales.
El superar la pérdida implica un proceso de elaboración, en el cual debemos atravesar diferentes
etapas:

Shock o parálisis.
Se produce cuando nos enfrentamos a la noticia de la muerte y puede durar de minutos a días.
Nos vamos a encontrar apáticos, con embotamiento o tal vez con hiperactividad. Lo que
intentamos básicamente es defendernos del impacto que supone tal noticia en nosotros y nuestra
psique, pero tarde o temprano aparecerán los sentimientos de aflicción que pueden ser
atemperados en función de cómo recibamos la noticia y si era esperable o no.

Alivio o relajación.
Se podría decir que tras el funeral entramos en esta fase de duración corta e influenciada por el
tiempo que permanecen junto a nosotros otras personas importantes para nosotros que nos
otorgan cierto apoyo.
Es aconsejable expresar sentimientos de aceptación de la muerte. Puede que tratemos de
expresar gratitud hacia las figuras profesionales con las que tuvimos contacto y que facilitaron
cuidados a la persona muerta.
Es una etapa variable que oscila entre estados de animo tranquilo y llanto. Lo normal es que
pasado los 8 días aparezca una mayor tristeza y un sentimiento de desanimo que va influir en
nuestro comportamiento.

Resentimiento.
Cuando quedamos solos, cuando realmente nos enfrentamos a la no existencia más de esa
persona a nuestro lado entramos en la fase de resentimiento que puede durar de 3 a 4 meses.
Persiste en nosotros la sensación de soledad, inseguridad, falta de autoestima y culpabilidad, tanto
hacia nosotros mismos, como puede ser hacia los profesionales. Podemos caer en un estado
depresivo por varios meses.
Es importante que podamos reconocer y comprender nuestra irritabilidad y los sentimientos que
experimentamos son algo esperable y normal.

Recuerdo.
Desde los tres meses a los 12 o 15 del fallecimiento rememoramos constantemente nuestra vida
pasada con esa persona que ya no está, tratando de retener las experiencias positivas. Podemos
soñar con esa persona y llegar a sufrir alucinaciones ya sean visuales o auditivas.

Reparación.
Desde los 6 a los 12 meses entramos en una fase que es normal que vayamos aceptando la
pérdida y empezando a hacer un esfuerzo por reiniciar nuestra vida, tratando de cultivar nuevos
intereses, actividades... con posibilidad de ampliar nuestra red social y tratando de pensar más
lógica y racionalmente.

El proceso de duelo no es igual en todas las personas, por lo cual se puede afirmar que los
tiempos mencionados antes son orientativos.
Idealmente el apoyo a la persona afectada debe darse antes y después del duelo, existen casos
como la Enfermedad de Alzheimer o procesos oncológicos en lo cual esto se hace más necesario
pues aunque la persona continua con nosotros la sentimos como no presente.
En la elaboración del duelo normal se producen numerosas alteraciones en nuestros sentimientos
y cambios en la percepción de cosas o de nuestro comportamiento.

Es frecuente que experimentemos síntomas somáticos como pérdida de apetito, adelgazamiento,


insomnio o trastornos del sueño... Podemos llegar a experimentar alucinaciones auditivo visuales
con la persona fallecida o podemos llegar a somatizar síntomas que tenía esa persona como algo
normal a dicho proceso.
Expresar abiertamente la pena que sentimos es natural y deseable y supone una buena salida
psicológica y fisiológica para las emociones que podemos llegar a haber retenido.
Debemos tener en cuenta que en el proceso de envejecimiento nuestras reacciones del duelo
serán más sostenidas y durarán mayor tiempo por las dificultades que tenemos para ajustarnos a
los cambios, tememos el sufrimiento, la soledad y el miedo al futuro.
Si después del año continuamos deprimidos, nos aislamos socialmente y utilizamos medicamentos
psicoactivos deberemos consultar a un profesional de la psicología que nos ayude a superar
adaptativamente dicho proceso de duelo.
Bajo mi punto de vista no es verdad que todas las personas cuando envejecen están deprimidas o
sufren de trastornos afectivos. Si es normal que en algunas personas en esta etapa de la vida
exista un cierto sentimiento de tristeza pero no se puede establecer como norma genérica a toda la
población de adultos mayores. En mi opinión esto sucede por un aumento de las pérdidas a las
que debe enfrentarse unido a la falta de un proyecto de vida.

Es normal que cuando llegamos a viejos nos tengamos que enfrentar a situaciones que nos
generan cierta ansiedad o angustia, fruto del aumento de nuestros miedos y de no saber como
manejarlos y actuar. Por eso es importante poder anticipar situaciones y aprender como
manejarnos en ellas adaptativamente, de forma que no disparemos nuestros miedos y
mantengamos una actitud abierta ante los cambios a los que vamos a enfrentarnos en el proceso
de envejecimiento.

4.2.- Cambios en la personalidad.

A la hora de abordar la personalidad existen tres aproximaciones alternativas y complementarias


que estudian el desarrollo personal: el enfoque de rasgos, el de estadios y el de los eventos.

Enfoque de rasgos.

Los rasgos son manifestaciones o características de la personalidad que se miden mediante


escalas y cuestionarios. Desde este enfoque se sostiene que independientemente de la edad, las
personas poseen características fijas que explican su comportamiento.
Las investigaciones realizadas hasta la fecha se han basado por un lado en estructura de varios
rasgos multirasgo y por otro lado en rasgos concretos como predictores del comportamiento.
Dentro de estas últimas investigaciones hay que citar las referentes al lugar de control y la
autoestima.
El lugar de control está relacionado con la sensación de control personal y autocontrol de las
acciones y consecuencias que derivan de esas acciones humanas. Los niveles de lugar de control
interno disminuyen al aumentar la edad, puesto que con la edad son más numerosos los
acontecimientos negativos que viven las personas y no pueden evitar. Es probable que al disminuir
el control interno se incremente el control de lugar externo pero este punto no está confirmado
totalmente.

La autoestima refleja la valoración del propio yo.

Baltes y baltes (1990) encuentran niveles superiores a los esperados en personas mayores.
Coleman (1992) sostiene que la autoestima se mantiene estable a lo largo de la vida.

La autoestima se encuentra asociada con la salud, las actitudes hacia el envejecimiento y la


satisfacción con la vida pasada. Tener una buena autoestima, cuando envejecemos, es un buen
índice de que la adaptación a circunstancias difíciles, como por ejemplo el afrontamiento de la
viudez o la perdida de independencia, la realizaremos favorablemente. Niveles bajos de autoestima
serían señales de la posibilidad de la aparición de sucesos depresivos.

A través de los diversos estudios longitudinales que se han realizado en este enfoque se concluye
que la personalidad en la vejez es estable aunque la perspectiva interaccionista dentro de dicho
enfoque plantee excepciones. Por ejemplo desde la perspectiva interaccionista en los primeros
estudios se encontró que con la edad incrementa la intraversión y por lo tanto disminuye la
extraversión (Jung 1931). En la misma línea son las conclusiones del estudio de Berkeley.

Schaie y Willis (1991), también desde esta misma perspectiva, enfatizarían en el papel que tienen
los efectos generacionales, que pueden deberse a procesos tempranos de socialización en el
desarrollo de la personalidad. Sostienen que cada persona está influenciada por el momento de la
historia que le ha tocado vivir.

Enfoque de estadios.

Las teorías basadas en los estadios tienen su origen en las corrientes fenomenológicas de la
personalidad.

El impacto que cualquier acontecimiento tiene sobre la persona no sólo depende de sus elementos
objetivos (intensidad de las características estresantes), sino también de cómo el individuo lo
interpreta y le atribuye significado.

La forma en que una persona negocia las experiencias y acontecimientos de su vida depende
básicamente del contenido, organización y funcionamiento de su autoconcepto.
El autoconcepto es una organización que integra e interpreta la experiencia a lo largo del tiempo y
le da continuidad y significado, regula el afecto y motiva a la persona. Para Mc Crae y Costa (1988)
el autoconcepto y el significado del yo están asociadas a rasgos de personalidad como el lugar de
control.

Depende de la teoría que se tome el concepto de estadio varia, sin embargo se puede decir que
hay dos posiciones extremas:

 Estadio considerado como una forma de clasificar y describir a los individuos y por
lo tanto, identifican intervalos de la vida de una persona.
 Estadio como la organización lógica de la personalidad, representando niveles de
organización de la personalidad del ser humano.

Desde este enfoque, para comprender a las personas en la última parte de su vida y siguiendo el
concepto de integridad de Erikson (1982) hay que considerarlas en el contexto de su historia
personal, con los conflictos y crisis que se dieron en las etapas anteriores de su vida y los
esfuerzos que realizaron por resolverlos. Las experiencias individuales únicas de cada persona
marcan el que exista una mayor variabilidad interindividual en la vejez y que no tengan tanto
impacto los cambios madurativos.

Desde las teorías psicoanalíticas y las teorías del yo se han identificado varios estadios en la vejez.
A través de técnicas proyectivas y entrevistas semiestructuradas se han hallado cambios en la
personalidad que se identifican como estadios sucesivos e independientes.
Carl G. Jung (1931) sostiene que durante la vejez hay un incremento de la introversión y una
reorganización del sistema de valores propios.

Sin embargo podemos decir que las cuatro teorías basadas en el enfoque de los estadios (los
estadios del desarrollo del yo de Erikson, 1950; las etapas de Daniel Levinson, 1986; el modelo de
Loevinger, 1976; las tareas evolutivas de Havighurst, 1981) se centran en la edad adulta y ninguna
aborda el periodo posterior a los 60 años. Si Mencionan el periodo de transición a la edad adulta
tardìa, periodo comprendido entre los 60 y 65 años, en el cual la persona a través de la revisión de
vida la persona inspecciona su pasada y separa los aspectos buenos de los malos pero no
exploran a fondo dicha etapa de la vida.

Enfoque de eventos, sucesos vitales y estrés.

Los sucesos vitales que afectan a las personas en el envejecimiento, son factores de cambio en la
personalidad.
Desde la perspectiva situacional se establece que los eventos biológicos, cognitivos y sociales y
los antecedentes inmediatos tienen importancia en la forma de ser y de comportarse el ser
humano.
Reig (1992) establece lo siguiente: “ Tanto las enfermedades biológicas que afectan a la salud
como los acontecimientos sociales tienen un impacto muy importante en el individuo. Impacto que
se une a las transformaciones que la persona experimenta en el ambiente físico. Los cambios
sensoriales, motores y cognitivos en general, hacen que el mismo ambiente físico en el que venía
desenvolviéndose comience a ser diferente. El individuo empieza a percibir el mismo ambiente
como diferente. Estos acontecimientos externos al propio sujeto determinan una nueva forma de
comportarse que percibimos como característica de los viejos”.
En la reorganización que hace el individuo cuando se enfrenta a los múltiples cambios del
envejecimiento interviene su personalidad previa, es decir, la forma previa de comportarse y ser.
De cómo interrelacionan los efectos de los nuevos cambios y la personalidad previa surge la
adaptación que cada persona realiza respecto a su nueva etapa: la vejez.

No es un proceso puntual sino que lleva tiempo. A través del tiempo se va a ir adaptando a esos
cambios y en ese proceso se va dar según Vega Vega J.L. (1989) una continuidad o un cambio en
su forma de ser, en su personalidad.

Durante la vejez el desarrollo individual se regula externamente al propio individuo en función del
ambiente físico, cultural y social que le rodea.

Muchos de los acontecimientos a los que se enfrenta la persona en la vejez además de poder
transformar su personalidad pueden generar estrés en la persona que los vive, el cual puede
repercutir en una enfermedad física o mental.

No olvidemos que la forma en que la persona afronta un acontecimiento depende de los siguientes
seis factores:

 Anticipación del acontecimiento, es decir, si la persona se encuentra preparada


para recibir el suceso.
 Comprensión del acontecimiento y la interpretación subjetiva que realiza del
mismo.
 La salud física y los recursos físicos con los que cuenta para afrontar el estrés.
 Los factores de personalidad y la capacidad de adaptación del individuo a nuevas
situaciones.
 La historia previa de afrontamiento de acontecimientos aleatorios.
 Apoyo social y emocional que puede recibir la persona.

Algunos de estos factores como la salud física o el apoyo social pueden sufrir una disminución, y
por lo tanto, afectan a nuestra capacidad de afrontar acontecimientos.

Las personas mayores cuentan con estrategias adicionales para afrontar la ansiedad y la
depresión que pueden generar determinados acontecimientos vitales. Koening (1993) señala que
muchas personas no necesitan más apoyo que la religión para afrontar la soledad, la ansiedad, la
tensión, la desesperación o la depresión. En este sentido podríamos explicar la tranquilidad que
nuestros mayores encuentran en la religión.

Sin embargo desde los diversos enfoques de la personalidad no encontramos una teoría que trate
de explicar como podemos lograr un envejecimiento satisfactorio, para ello deberemos acudir a las
teorías clásicas del envejecimiento ( Teoría de la desvinculación de Cumming y Henry, 1961;
Teoría de roles; Teoría de la actividad de Havighurst, 1963,1968; Teoría de la continuidad de
Atchley, 1989; ...).

Bajo mi punto de vista en el envejecimiento si se producen cambios en nuestra personalidad, ya


sea para reafirmar rasgos establecidos en otras etapas de nuestra vida anteriores a la vejez, ya
sea para atemperarlos. Dichos cambios están influenciados por el deterioro físico y la dependencia
real o subjetiva que los cambios en los diversos ámbitos pueden generar en nosotros mismos.

Pueden acompañarse con pérdida de la autoestima y de aislamiento lo cual repercute en nuestra


red de apoyo social y en nuestras oportunidades de participación en actividades.

4.3.- Cambios en el funcionamiento cognitivo.

Antes de abordar los cambios normales que ocurren con respecto al funcionamiento cognitivo
debemos conocer como procesamos la información, para lo cual es preciso que distingamos entre
sensación, percepción y ejecución.

Llamo sensación a la recepción de la estimulación física que recibimos y la traducción que


realizamos de la misma en impulsos nerviosos.

Percepción es la interpretación que efectuamos de esa estimulación sensorial que hemos recibido.
Ejecución psicomotora se refiere a la realización de acciones, tareas... del ser humano y exige de
una actividad muscular coordinada.
En nuestro interactuar diario sensación y percepción mantienen una estrecha interrelación mutua y
afectan a nuestra ejecución psicomotora.

¿Por qué es importante conocer los cambios que se dan en la sensación, percepción y ejecución
psicomotora?

Fundamentalmente por las siguientes razones:

 Nuestra capacidad para tratar e interactuar adecuadamente con nuestro entorno


depende, en gran medida, de nuestro ambiente y habilidad para detectar,
interpretar y responder de forma apropiada a la información que llega a nuestros
sentidos.
 La forma en que percibimos se relaciona con diversos comportamientos nuestros
(somos más precavidos en la tarea que realizamos y más lentos,...)
 Para evitar caer en mitos y prejuicios anclados en la sociedad.

Haciendo un símil con el funcionamiento de una computadora se detectan varias fases en el


almacenamiento de la información:

Entrada de la información:
Los estímulos ambientales (imágenes, sonidos, sabores, etc...) entran al almacén sensorial. Es la
etapa receptiva. Se recibe y registra la información y la experiencia sensorial. Procesamos la
información a través de la sensación y así podemos ver, oír, saborear, ser sensibles al tacto... La
información registrada aparecerá alterada o distorsionada si los receptores sensoriales están
limitados en su capacidad de funcionamiento o si están presentes indicios que nos señalan
procesos patológicos. Es importante suplir adecuadamente deficiencias consecuencia de los
cambios para permitir que la información filtrada sea lo más fidedigna posible y ajustada a la
realidad.

Codificación y análisis perceptivo.


Se codifica, interpreta y analiza la información proveniente de la etapa anterior. Se llama a este
proceso percepción y en él operan múltiples factores como el estilo cognitivo y el tiempo de
reacción perceptivo-motor.
Decisión y selección de la respuesta.
En función de la información que se recibe de la etapa anterior el ser humano elige la respuesta o
acción apropiada, entrando en juego por ejemplo factores como la memoria, la inteligencia y la
personalidad.

Ejecución de la respuesta.
A través del comportamiento del ser humano se emite la respuesta elegida en la cual influye toda
la información de etapas anteriores y factores ambientales como experiencias previas... En dicho
comportamiento está reflejada la información del ambiente, como la hemos elaborado y
transformado mentalmente.

Debemos tener en cuenta que en el envejecimiento ocurren cambios normales y patológicos,


mencionaremos solo los normales y esperables.

En general se podría afirmar que el proceso de envejecimiento va unido a cambios lentos y


continuos que se manifiestan en diferentes áreas del funcionamiento cognitivo de manera
selectiva.
Los más estudiados por el interés despertado desde siempre son los referentes a la memoria y las
funciones sensoriomotoras.

Las funciones visopercepctivas, visoespaciales y visoconstructivas del hemisferio derecho de


nuestro cerebro son las más vulnerables aparentemente a los efectos del envejecimiento, mientras
que las funciones lingüísticas del hemisferio izquierdo se hallan mejor conservadas.

Seguidamente abordaré los cambios que se producen en la sensación, percepción y ejecución


psicomotora en el envejecimiento.

4.3.1.- Cambios en la sensación.

La sensibilidad cambia en este proceso. Dada la variedad de receptores sensoriales que


poseemos vamos a ver sentido por sentido.

4.3.1.1.- VISION.

Una pérdida de visión puede disminuir seriamente nuestra independencia, la cual puede estar
producida por los cambios normales y/o los patológicos o enfermedades.
Los problemas se vuelven más frecuentes a partir de los 60 años y tienen una mayor incidencia en
los mayores de 80 años.

Cornea: cubre y protege el iris y la pupila. Se hace más espesa y menos sensible a la estimulación
mecánica y suele perder su brillo.
Iris:: Pierde pigmentación y por lo tanto, disminuye el color de los ojos.
Pupila: Se hace más pequeña (cambio que ha ido progresando desde la juventud) Se llama miosis
senil. Responde más lentamente y por lo tanto nos cuesta adaptarnos a los cambios repentinos de
iluminación. Se producen cambios en la latencia de reflejo pupilar. (P.ej. cuando salimos o
entramos en un cine nos cuesta más habituarnos a la nueva situación).
Humor vítreo: Se vuelve más opaco, p.ej. a los 70 años la cantidad de luz que llega a los
receptores del fondo de ojo se puede reducir en dos tercios y por lo tanto, necesitaremos mayor
cantidad de luz para ver tan claramente como cuando eramos jóvenes.
Cristalino: Las células han ido creciendo a lo largo de la vida pero no se han perdido, por lo cual, la
lente se ha ido espesando y disminuye la cantidad de luz que llega a la retina.
A partir de los 35 años amarillea y por lo tanto, disminuye la capacidad de distinguir los colores del
rango verde, azul y violeta. Se distinguen mejor los amarillos, naranjas y rojos.
El ojo también es más sensible al reflejo, es decir la luz relativamente brillante que produce
desagrado o incomodidad y/o que interfiere con la visión óptima.
Pierde flexibilidad y por lo tanto, le resulta difícil cambiar de forma para enfocar correctamente en
distancias cortas. Alrededor de los 40 años al ojo le cuesta ver a distancias cortas, aspecto que va
empeorando con la edad (Presbiopia que se desarrolla unos 3-5 años antes por las mujeres) Su
corrección implica el uso de gafas.
Retina : El nervio óptico tiende a tener los márgenes menos claros y puede aparecer más pálido
porque disminuyen los capilares. Igualmente se dan cambios en la mácula, pero salvo que exista
una distorsión en los objetos que se ven o una disminución de la agudeza visual, estos últimos
cambios no son importantes.

Otros cambios:
Agudeza visual, sería la claridad de visión o capacidad del ojo para resolver los detalles.
La agudeza visual está en función de los objetos estáticos que disminuyen y de los objetos en
movimiento que disminuyen aún más. Dicha capacidad se estabiliza a los 40 años y decae a partir
de los 50 años.

Campo de visión es el espacio físico visible por el ojo en una posición dada. Disminuye
aceleradamente a partir de los 50 años, llegando en los 70 años a ser de 140º (como referencia
mencionar que en los jóvenes es de 170 grados).

Como consecuencia, disminuye sustancialmente nuestra capacidad para ver la información en las
zonas periféricas del campo visual. Así en el envejecimiento nos solemos sorprender cuando se
nos aproximan por detrás o por un lateral, no vemos a las personas hasta que las tenemos muy
cerca.

Implicaciones para la vida diaria.


Puede ser causa de abandono de actividades de ocio (jardinería, cocinar, coser, ocuparse del
mantenimiento del coche, escribir..)
Cambios abruptos en el nivel de luz pueden causar caídas y otros accidentes, los más frecuentes
se dan en los baños, al lado de la cama y los lugares de paso como pasillos,...
Relacionado con el reflejo y el destello, los suelos pueden convertirse en una amenaza para
nosotros, p.ej. en los hospitales, supermercados...
Discriminamos mal los colores.
Necesitamos a los 65 años el doble de luz para leer que cuando teníamos 20 años, podemos
experimentar dificultades para leer, ver la tv., mirar instrucciones de medicamentos...
Los cambios en la visión pueden interferir en la comunicación e interacción social, sobre todo en
los sordos porque cuando envejecen las señales visuales les aportan el 50 % de los elementos que
necesitan para entender un discurso.
Podemos experimentar inseguridad y evitación de lugares habituales.
Es recomendable hacernos revisiones oftalmológicas periódicas y usar gafas o lentes si las
precisamos.
Debemos tener cuidado en como nos acercamos a otras personas mayores, por lo que
mencionamos del campo visual, acercándonos lateralmente a ellas.

En cuanto al ambiente:
Procuraremos conseguir iluminación adecuada.
Evitaremos el reflejo, es decir, tendremos cuidado con ventanas, suelos encerados, espejos...,
utilizar bombillas amarillas en vez de azules y en el exterior o en el coche, usaremos gafas de sol y
viseras...
Colocaremos luces estratégicamente en nuestra vivienda y dejaremos algunas encendidas de
modo que los cambios en iluminación que experimentemos sean graduables.
Nos acercaremos a las cosas y a las personas con una estrategia para verlos mejor. Utilizaremos
contrastes para diferenciar objetos, zonas...
Si conversamos con gente con problemas de visión utilizaremos el tacto para compensar la
dificultad de comunicación en este sentido.
4.3.1.2.- AUDICIÓN.

Oído externo.
Cambios de tamaño, forma y flexibilidad del pabellón auditivo externo que no se sabe si afectan a
la audición. Cambios en el conducto auditivo externo relacionados con un aumento de acumulación
de cera y pérdida de agudeza auditiva.

Oído medio.
Calcificación de la parte clásica de la trompa de Eustaquio y menor elasticidad del tímpano.
Acumulación de fluido debido a los resfriados y dificultades en la audición. La cadena de
huesecillos muestra cambios artríticos en las articulaciones, pero no se ha demostrado su relación
con una disminución de la audición.

Oído interno.
Disminuyen la audición alteraciones del metabolismo y pérdida de células capilares. Se empiezan
a perder sonidos de alta frecuencia como por ejemplo el canto de los pájaros, el tic-tac del reloj...
un tercio de nuestra conversación son sonidos de frecuencia alta (consonante p, s, z, f...) y por lo
tanto oiremos distorsionado el discurso de los demás.

Enlentecimiento del cerebro y de las áreas de asociación y almacenamiento auditivo en el cerebro.

Zumbido.
Es un persistente pitido o retumbe en los oídos. Es más molesto por la noche y en ambientes
silenciosos. La frecuencia de aparición entre los 65 a 74 años es del 11%.

La relación entre Audición –Comunicación es muy estrecha. Por ejemplo: si una persona oye mal,
los demás, tienen que hablar más alto para hacerse oír y entender por ella. El tener que elevar el
volumen de la voz puede resultar incómodo a las personas, sobre todo en situaciones con normas
implícitas de buena educación. Al mismo tiempo genera dificultades a las personas con problemas
auditivos para seguir las conversaciones de otros, puede originar en ellos desconfianza y conducir
a un mayor aislamiento al disminuir las oportunidades de comunicación e interacción social.

Como regla se puede establecer que cuanto más tarde aparecen los desordenes auditivos y
cuanto más severa es la disfunción que sufrimos, mayores son los problemas de adaptación a
nuestro ambiente. La consecuencia de esto es una bajada en el autoconcepto y autoestima junto a
la aparición de sentimientos paranoides (¿estarán hablando de mí?..)

Estrategias facilitadoras para disminuir los cambios en la audición implican:

 Hablar con una intensidad ligeramente superior a lo normal.


 Hablar con una velocidad normal, no demasiado deprisa.
 Hablar a poca distancia de nuestro interlocutor (entre metro y medio y dos metros).

Si hablamos con alguien con problemas auditivos deberemos estar a una distancia que nos vea, no
mientras está en otra habitación o mientras ve la tv. o lee sin mirarnos.
No forzar a la persona a que escuche cuando exista un gran ruido ambiental.
No hablar directamente al oído de la persona. El oyente se pierde todo el lenguaje no verbal y
puede no entender lo que le dicen porque aumenta la intensidad del lenguaje.
Si la otra persona no comprende lo que se le dice, decir lo mismo con otras palabras en vez de
simplemente repetir las palabras no comprendidas.

4.3.1.3.- OLFATO Y GUSTO.


El sabor final de una comida es una combinación de olor y de sabor, por ejemplo, cuando el olfato
está afectado por un resfriado no se suele encontrar sabor a la comida y depende de cómo
procesemos esa información, actuaremos de una forma u otra. Así pues, las consecuencias de los
cambios en estos sentidos afectan, además, a aspectos nutricionales que debemos tener en
cuenta en nuestra dieta.

Olfato
Las células receptoras olfativas tienen una vida corta, de 5 a 8 semanas, luego mueren y son
reemplazadas por otras.
Al envejecer perdemos más células receptoras de las que se reemplazan.
Los tipos de pérdidas olfativas que podemos experimentar son:
Carencia del sentido del olfato = ANOSMIA.
Sensibilidad olfativa reducida = HIPOSMIA.
Distorsión del olfato = DISOSMIA.

Afectan al olfato las infecciones víricas, las bacterianas... Dañan tejidos nasales de forma que llega
menos aire y por lo tanto, se reduce la cantidad de estímulos que entran en contacto con los
receptores olfativas.
Se reduce también la sensibilidad a los olores concentrados, se suele necesitar una aumento
mayor de la concentración de la sustancia para notar que el olor ha aumentado en intensidad.

Gusto
Los receptores del sabor también se reemplazan continuamente, comenzando a atrofiarse hacia la
mitad de la década de los 40 años.
Cuando envejecemos:
Perdemos la elasticidad en la boca y en los labios.
Disminuye la cantidad de saliva y aumentan las fisuras en la lengua.

Sin embargo, estos cambios no afectan a la sensibilidad al sabor hasta bien tarde. Cuando
hablamos de sabores debemos tener en cuenta que existen cuatro sabores básicos:
Dulce (en la punta delantera de la lengua).
Salado (en los laterales y punta de la lengua).
Ácido (en los laterales y partes laterales traseras de la lengua).
Amargo (en la parte trasera entera de la lengua).

Los umbrales para lo salado, lo ácido y lo amargo aumentan con la edad y por lo tanto se necesita
mayor concentración para detectarlo, pero el umbral para lo dulce permanece inalterable.

Implicaciones para la nutrición.


Disfrutamos de la comida en base a combinar estos aspectos: olor, sabor, color, temperatura,
textura... con la edad disminuye la capacidad para detectar comidas mezcladas. Estaría
relacionado con la menor sensibilidad al olor y con la memoria.

La menor sensibilidad a los olores puede ser la causa por la que disfrutemos menos con la comida.
Deberemos masticar cuidadosamente, moviendo la comida por la boca para aumentar la
intensidad de los sabores.
Cualquiera que sea la pérdida de apetito que desarrollemos no debemos acusarla primariamente a
una pérdida de receptores olfativos ni gustativos.

4.3.1.4.- TACTO Y OTROS SENTIDOS SOMESTESICOS.

Tacto.
Disminuyen los siguientes aspectos cuando envejecemos:
Sensibilidad para el tacto.
Se debe a una disminución de la cantidad de receptores y de su sensibilidad individual (más
acusada hacia los 60 – 70 años porque la piel es más delgada).
No cambia en las zonas del cuerpo cubiertas de pelo, si en las palmas y en los dedos de las
manos y pies.

Sensibilidad a la vibración.
Los umbrales dependen mucho de la parte del cuerpo que se estimule (mayor es la pérdida en los
pies que en las manos).

Sensibilidad a la temperatura.
Para sobrevivir es necesario mantener o regular la temperatura corporal interna en una banda muy
estrecha, entorno a los 37º centígrados. A medida que envejecemos tenemos la temperatura
corporal más baja.
Las pérdidas relacionadas con la sensibilidad al tacto y a la vibración pueden estar relacionadas
con cambios en la temperatura corporal.

Cenestesia.
Habría que matizar entre:
Movimiento activo. Es el movimiento real de partes del cuerpo o de todo el cuerpo, por ejemplo el
caminar. La tensión que se produce en los músculos o tendones cuando interactuamos con
diferentes pesos permanece no afectada en el envejecimiento.
Movimiento pasivo es el que realizamos cuando permanecemos quietos ero vamos dentro de un
vehículo o aparato en movimiento por ejemplo en un tren. Se encuentra que cuando envejecemos,
la sensación del movimiento queda más afectada en rodillas y caderas.

La menor sensibilidad de los receptores cenestésicos se piensa que puede ser uno de los factores
que contribuye a nuestra mayor susceptibilidad a las caídas y sus complicaciones.

4.3.1.5.- DOLOR.

El sentido del dolor es imprescindible para la supervivencia humana porque mantiene la


homeostasis de muchas funciones vitales.
La percepción del dolor puede ser influida por múltiples factores como: la motivación, las
emociones, las creencias, la experiencia previa, la atención prestada al estímulo doloroso, la
personalidad, el status socioeconómico, la procedencia étnica, las diferencias en el tipo de
estímulo doloroso, las situaciones...

No se ha podido demostrar con certeza si la sensibilidad al dolor aumenta o disminuye cuando


envejecemos.

4.3.1.6.- EQUILIBRIO.

El sistema vestibular proporciona información sobre la posición de la cabeza, lo que permite


detectar la cantidad y dirección del movimiento corporal cuando envejecemos. Se produce una
experiencia de vértigo y de pérdida de la capacidad para mantener el equilibrio mientras se camina
o estando de pie que puede deberse a una pérdida de células sensoriales en las estructuras
vestibulares.

Al faltarnos el equilibrio más fácilmente o sufrir de vértigos pueden darse con mayor frecuencia
caídas cuando somos viejos. Ante esto debemos utilizar en nuestros desplazamientos ayudas
técnicas como bastones o pasamanos en los corredores o pasillos por ejemplo.

4.3.2.- Cambios en la percepción.


Los procesos perceptivos, referidos a la percepción auditiva y visual se enlentecen en el
envejecimiento.

4.3.2.1.- PERCEPCIÓN VISUAL.

Velocidad de procesamiento.
Procesamos la información más lentamente de lo que lo hacíamos en nuestra juventud (tanto en el
ritmo como en la latencia con la que se inician el procesamiento).

Comportamiento de búsqueda visual.


Cada vez somos menos capaces de ignorar la información irrelevante o redundante. En aquellas
tareas que realizamos a diario y casi automáticamente no se nota, pero si en aquellas que son
nuevas para nosotros o que requieren más tiempo para controlarlas.

Percepción de profundidad.
La profundidad la notamos a través de la superposición de dos imágenes: una en la que
intervienen señales que se captan independientemente por ambos ojos, y otra en la que
necesitamos de la imagen que nos envían los dos ojos a la vez.

Empieza a deteriorarse entre los 40 y 50 años.


Algunos investigadores piensan que esta influida por la menor cantidad de luz que llega a la retina,
y otros piensan que es por el deterioro de las células del córtex visual.

Organización perceptiva.
Aparecen dificultades a la hora de conseguir percepciones organizadas de los estímulos ambiguos,
incompletos, poco estructurados, irregulares o no familiares.

Flexibilidad perceptiva.
Vamos siendo menos flexibles en reorganizar o cambiar una percepción una vez que la hemos
realizado.

Ilusiones geométricas.
Ante ilusiones geométricas (por ejemplo la de las dos flechas en la que una flecha tiene las puntas
hacia fuera y la otra hacia dentro y tenemos que tratar de averiguar cual es más larga) en la vejez
somos más susceptibles a verlas diferentes aún siendo iguales.

Dependencia de campo.
Implica que hacemos juicios muy influidos por el entorno circundante. La independencia de campo,
que disminuye en el envejecimiento, implicaría lo contrario

4.3.2.2.- PERCEPCIÓN AUDITIVA.

Pérdida de sensibilidad absoluta a los tonos puros.


Es mayor en las mujeres que en los hombres. Sin embargo, a medida que envejecemos somos
más precavidos al dar una respuesta, no estamos familiarizados con la pregunta... En una
conversación por ejemplo hay bastantes diferencias entre la percepción de una consonante y de
una vocal y en la intensidad de las mismas no se han demostrado claras diferencias para la edad.

Enmascaramiento auditivo.
Supone que un sonido puede ser oscurecido o hacerse inaudible por otros sonidos.
Cuando escuchamos a alguien no suele ser generalmente bajo condiciones ideales de escucha y
por lo tanto, la incapacidad para descodificar sonidos cuando hay ecos, gran velocidad o
interrupciones progresivas aumenta. En el envejecimiento los principales déficits auditivos se
deben a que percibimos bajo condiciones de enmascaramiento.

4.3.3.- Cambios en la ejecución psicomotora.

Se da un enlentecimiento en dicha ejecución, pero no se puede unir a un déficit específico, pues


son muchos los mecanismos que están implicados.

Tiempo de movimiento.
Es el intervalo de tiempo que transcurre entre el inicio y la terminación del movimiento y aumenta a
medida que envejecemos.

Aparecen discapacidades para subir escaleras, correr, a partir de los 55 años pueden afectar
también a actividades como alcanzar objetos, agarrarlos, poderse estirar, agacharse para
recogerlos...

Fuerza muscular.
Es la máxima fuerza o tensión generadas por un músculo cuando realiza su contracción máxima y
disminuye con la edad. por un deterioro de la masa muscular provocado por una disminución en el
tamaño y en el número de fibras musculares. Las disminuciones están relacionadas también con el
tipo de actividad que realizamos y el número de músculos que participan.
Si la persona se mantiene activa los cambios son más pequeños y se puede decir que a un nivel
preventivo un aumento de la actividad física con suficiente intensidad, duración y frecuencia
debilita el proceso de discapacidad

Como implicaciones para nuestra vida diaria debemos tener en cuenta que mantenernos en buena
forma física puede ayudar a prevenir discapacidades y mantener nuestra fuerza y tono muscular.

En la ejecución psicomotora están implicados también aspectos como la atención, el aprendizaje,


la memoria, el lenguaje y la inteligencia que abordaré a continuación.

4.3.3.1.- Inteligencia.

Existen diferentes puntos de vista entre investigadores dependiendo del material evaluativo
utilizado para medir dicha función, pero en líneas generales hay que precisar que los resultados
que se obtienen están en función de la familiaridad, del grado de dificultad, del esfuerzo y la
velocidad del material evaluativo.
Sobre la base del WAIS Albert y Heaton (1986) pudieron establecer que durante el envejecimento
existe una mayor dificultad en las pruebas manipulativas que en las verbales, posiblemente
facilitadas estas últimas por el aprendizaje y las habilidades verbales adquiridas y consolidadas a
lo largo de las diferentes etapas evolutivas del ser humano.

Botwinick (1977) sostenía que las tareas verbales del WAIS se relacionaban con la utilización de la
información almacenada en la memoria y refrescada por el vivir diario, de ahí que las personas
mayores obtuvieran un mayor éxito en este tipo de pruebas y las manipulativas le suponían
enfrentarse a materiales novedosos, no familiares y a menudo complejos para ellos.

Horn (1982) sostiene que la inteligencia cristalizada (la que es producto del aprendizaje) se
mantenía en el envejecimiento, mientras que se deterioraba la inteligencia fluida.

Bajo mi punto de vista la inteligencia es una función psíquica multifactorial en la que existen
factores que mejoran con la edad y por lo tanto en el envejecimiento como la inteligencia
cristalizada, es decir, la comprensión verbal y el razonamiento aritmético y otros factores como la
inteligencia fluida es decir, la capacidad perceptual, razonamiento inductivo y simbolización que
disminuyen con la edad. Además entran en juego las diferencias individuales derivadas de las
trayectorias profesionales, sociales, familiares... que generan diferentes experiencias de vida e
inciden en distintas habilidades. Igualmente influyen los factores genéticos y los ambientales.

El tener todo esto en cuenta nos lleva a trabajar más unos aspectos que otros para ralentizar el
proceso de perdida de estas capacidades y habilidades.

4.3.3.2.- Lenguaje.

La creencia de que las habilidades verbales se preservaban en el envejecimiento motivo que dicha
área del funcionamiento cognitivo no suscitará durante mucho tiempo el interés de los
investigadores.
Conviene precisar a la hora de hablar sobre el lenguaje, que entendemos por fonología, léxico,
semántica y sintaxis.

Fonología se refiere a la capacidad de utilizar y combinar los diferentes sonidos del lenguaje.
Durante el envejecimiento esa capacidad queda preservada.

Cuando representamos un objeto dándole un nombre convencional estamos utilizando la


capacidad del léxico, la cual la adquirimos a través de la lengua. Salvo la velocidad de respuesta
no existen diferencias cualitativas en dicha capacidad durante el envejecimiento.

La representación semántica de una palabra se refiere al mismo significado de esa palabra.


Cuando envejecemos aparecen dificultades en lo referente a los aspectos como la evocación de
palabras y la fluidez verbal.
La sintaxis se refiere a la capacidad de combinar palabras para que adquieran un significado. No
aparecen efectos en función de una mayor edad, las estructuras complicadas lo son tanto para los
jóvenes como para los mayores.

Se podría decir pues que los cambios que ocurren en el lenguaje durante el proceso de
envejecimiento se reducen a la dificultad en la denominación o evocación de palabras y en una
reducción de la fluidez verbal, y aspectos como el vocabulario o la expresión verbal mejoran en
este proceso por las experiencias acumuladas.
La preservación del lenguaje nos está dando pautas de que el proceso de envejecimiento es
normal, se adecua a lo esperado

4.3.3.3.- Memoria.

Son múltiples las quejas subjetivas que refieren los adultos mayores con respecto al
funcionamiento de su memoria, de ahí que esta área del funcionamiento cognitivo haya sido la más
estudiada.
De hecho procesos degenerativos como la demencia senil se manifiestan con alteraciones de
memoria en sus inicios, pero hay que precisar que algunos aspectos de la memoria se deterioran
con el paso de los años, pero no todos por igual ni en todas las personas.

La memoria es un proceso cognitivo que permite al individuo almacenar experiencias y


percepciones que luego puede recordar en situaciones posteriores.

Comprende tres niveles o estadios que interactúan entre sí:

Memoria sensorial.
Representa la primera fase en el procesamiento de la información que realizamos dependiendo de
modalidades sensoriales. En dicha memoria la información no permanece mucho tiempo, tan solo
unos segundos, pero si es procesada adecuadamente la información pasa a la siguiente memoria.
En ella influyen los cambios sensoriales y perceptivos mencionados anteriormente, pero no tiene
propiamente cambios importantes que generen limitaciones en nuestro comportamiento cuando
envejecemos aparte de que precisamos mayor tiempo para extraer la información o fijarla.

Memoria a corto plazo.


También llamada memoria primaria o memoria inmediata. La información es retenida tan solo
durante algunos minutos a no ser que sea reactivada por nosotros.
A medida que envejecemos experimentamos dificultades para retener listas de dígitos en orden
inverso especialmente. La latencia de respuesta, es decir, la rapidez con la que damos una
respuesta a una tarea es también mayor precisando más tiempo para procesar la información y
dándose en general un enlentecimiento en el proceso cognitivo de la información.
En nuestro rendimiento influye tanto el tipo de material presentado como la metodología que
utilicemos a la hora de retener y aprender.

Memoria a largo plazo o memoria remota.


Puede almacenarse en ella una cantidad indeterminada de información durante largos periodos de
tiempo.
La información la olvidamos en secuencia inversa al orden en que se aprende (ley de Ribot), por
eso, cuando somos mayores tenemos mayores dificultades para recordar hechos recientes pero no
aquellos que están anclados fuertemente en nuestra experiencia individual, como por ejemplo
acontecimientos de nuestra niñez o juventud.

Basándonos en el tipo de contenidos que retenemos debemos distinguir entre la memoria referida
a los hechos recientes y la referida a acontecimientos remotos.

Existe, además, una memoria declarativa y una memoria procedural. La primera es la resultante de
considerar a la memoria como una base de datos, es nuestro conocimiento sobre el mundo y
requeriría de un conocimiento o familiaridad con los datos,. En ella, cuando envejecemos podemos
tener más dificultades para encontrar palabras en discursos espontáneos o veremos como
disminuye nuestra fluidez verbal. La memoria procedural es la referida a la codificación de
operaciones de los procedimientos y que implica saber como llevar a cabo una tarea determinada,
muy practicada y por lo tanto, automática. Esta memoria procedural no es afectada en el
envejecimiento normal.

Debemos finalmente distinguir entre la memoria explicita y la implícita. La primera es la que


requiere la intención de recordar y hacerlo. En la segunda no experimentaríamos esa conciencia
de que queremos recordar. En ambas no hay cambios en el envejecimiento.

A medida que envejecemos nos es más difícil recordar hechos recientes, pero en la medida en que
utilizamos pistas se puede lograr el recuerdo de dicha información. Tenemos dificultades a la hora
de planificar estrategias de memorización, repercutiendo en la cantidad de información que
podemos retener y posteriormente evocar.
La capacidad para distinguir entre recuerdos percibios (más ricos en detalles) y generados (más
esquemáticos) disminuye cuando envejecemos y aumenta la probabilidad de cometer errores de
confusión.

Nuestro rendimiento memorístico se ve afectado por diversos factores:

1.- Familiaridad de los materiales o tareas a realizar.


2.- Experiencia.
3.- Salud física o mental. Cuando se experimentan deterioros en ambas nos resulta más difícil
aprender o recordar lo fijado. Los estados de ansiedad o depresión pueden dificultar nuestro
funcionamiento. La ansiedad lleva a que nos preocupemos y centremos en nosotros mismos en
lugar de en la tarea a realizar, con lo cual, al retirarse la atención de la misma disminuye nuestro
rendimiento. La depresión puede operar de forma indirecta, es decir, cuando nos deprimimos nos
preocupamos más por los lapsus de memoria que experimentamos y nos quejamos más de ellos,
provocando que esta mayor atención en ellos pueda conducir a declives reales.
4.- La tendencia a la polimedicación, unido a que hay un cambio en los niveles de metabolización
de los mismos, lleva a que la administración de tranquilizantes como el diazepan alteren el
funcionamiento de la memoria.
5.- El uso de alcohol afecta al sistema nervioso y daña la memoria.
6.- Se produce una disminución de los niveles de motivación cuando envejecemos.
7.- La precaución genera que los errores que cometemos son más por omisión que por respuestas
erróneas realmente.
8.- La estructura social a través de los estereotipos trata de que nos conformemos con las
expectativas y roles que la sociedad tiene sobre nosotros cuando envejecemos.

En resumen, podríamos decir que la memoria que se altera en el proceso de envejecimiento es la


memoria procedural y la memoria episódica, manteniéndose estable la memoria semántica.

Existen diferentes opiniones con respecto a la posibilidad de que las personas mayores tengan
dificultades para recordar localizaciones espaciales de los objetos.

Para Tubi y Calev (1989) existiría déficit de memoria verbal-visoespacial en las personas mayores,
comportándose peor en pruebas visoespaciales que en verbales (asimetría del deterioro), lo cual
es atribuible a dos posibles causas. La primera plantea que los cambios asociados con el
envejecimiento aparecen más rápidamente en el hemisferio derecho que en el izquierdo. La
segunda causa se refiere a que aumenta la practica del material verbal a medida que aumenta la
edad y decrece la de material de tipo visoespacial.
Ante todo esto no podríamos dejar de preguntarnos ¿por qué se producen tales cambios en la
memoria de las personas mayores?.

Craik (1977) sostenía que la adquisición de la memoria a corto plazo dependía de factores como la
organización del material a recordar o a almacenar.

Rabinowitz y Ackerman (1982) plantean que los ancianos codifican el material de forma más
general, en términos de características semánticas globales y como consecuencia de esto tienen
mayor dificultad en integrar relaciones nuevas y una mayor desvinculación con el contexto.

Houx et al. (1991) pensaban que los déficits que tradicionalmente han sido atribuidos al
envejecimiento normal pueden surgir de la existencia de factores de riesgo no controlados
(hipertensión, diabetes...) que influyen.
Bolla et al., (1991), refieren que las quejas de memoria de las personas de edad están
relacionadas con el estado de ánimo más que con la ejecución real de las pruebas evaluativas y a
mayor nivel intelectual de la persona las quejas son menores.

Rabbitt (1991) sostiene que el ser optimista con respecto al rendimiento de la propia memoria
depende de factores emocionales y de personalidad más que de la edad cronológica.

En mi modesta opinión los déficits en el funcionamiento de la memoria en personas mayores son


debidos a que tenemos déficits en la planificación de estrategias a la hora de almacenar y
recuperar la información. Posteriormente a la adquisición de estrategias memorísticas y a la
familiaridad con los materiales a utilizar, aparte de la similitud con sus actividades diarias el
rendimiento de las personas mayores en lo referente a tareas memorísticas mejora.

4.3.3.4.- Atención.
Es la energía o la capacidad necesaria para apoyar el procesamiento cognitivo.

Existen cuatro tipos de atención:

Atención sostenida.
También llamada vigilancia, es la atención que utilizamos en una tarea cuando la realizamos a lo
largo de un tiempo.
Cuando envejecemos nos distraemos con más facilidad en las tareas que implican el uso de esta
atención y por lo tanto, no podemos darnos cuenta con igual facilidad que antes de cual es nuestro
objetivo.

Atención dividida.
La utilizamos cuando realizamos dos tareas a la vez. Cuando las tareas a realizar son simples,
como indicar si un objeto está presente o no en alguna representación no hay cambios en el
proceso de envejecimiento con respecto a otras etapas de nuestra vida, si se presentan
dificultades cuando las tareas son complejas.

Atención selectiva.
La empleamos por ejemplo cuando debemos seleccionar señales de un conjunto de estímulos. Si
la tarea a realizar es irrelevante y sencilla no experimentamos grandes dificultades cuando
envejecemos.

En mi opinión la atención que prestamos cuando somos viejos depende de lo motivados o


estimulados que estemos hacia la tarea o suceso al que debemos prestar atención. Si es algo que
nos interesa indudablemente le prestaremos toda la atención de la que seamos capaces.

4.3.3.5.- Aprendizaje.

En general el aprendizaje puede ser definido como la adquisición de asociaciones estimulo –


respuesta.
En el aprendizaje verbal si existe un declive claro a partir de los 60 años pero existen diferencias
interindividuales que nos impiden fijar una línea en dicho declive. Si logramos organizar el material
a aprender en categorías y espaciarlo en el tiempo logramos mejorar nuestro rendimiento en la
capacidad de aprendizaje.
A medida que envejecemos mejora sustancialmente nuestra ejecución en razonamiento, resolución
de problemas y otras habilidades cognitivas complejas.

Cambia nuestro ritmo de aprendizaje pero mantenemos nuestra capacidad para adquirir nuevos
aprendizajes. Indudablemente la metodología de aprendizaje que utilicemos influye, no podemos
utilizar la misma que se utiliza con los jóvenes. La metodología que utilicemos en esta etapa debe
estar basada en enfoques de aprendizaje de adultos y adaptada a las circunstancias con la
finalidad de lograr una mejor fijación de las asociaciones estimulo – respuesta.

Para mejorar la capacidad de aprendizaje cuando somos viejos debemos seguir una serie de
pautas:

 Darnos más tiempo para aprender, lo cual nos va a permitir organizar, buscar y
recuperar la información.
 Compensar determinadas deficiencias sensoriales y perceptivas a través de
técnicas auxiliares como por ejemplo material audiovisual.
 Establecer un ambiente de aprendizaje positivo, en el que nos encontremos
estimulados para usar ayudas didácticas y metodológicas.
 No darle mucha importancia a si al principio no recordamos lo aprendido.
 No encontrarnos muy ansiosos o fatigados a la hora de aprender.
 Entender las instrucciones que se dan perfectamente o preguntar en caso de
dudas.

Tal como apunta Rubio Herrera R. Podemos desarrollar nuestro potencial de aprendizaje en esta
etapa de nuestra vida fundamentalmente en dos áreas:

 Las habilidades intelectuales como la interacción social y la sabiduría.


 Las habilidades relacionadas con aspectos del sistema de conocimiento y
experiencia que pueden verse facilitadas por el medio ambiente en el que nos
desenvolvemos y sus demandas hacia nosotros.

5.- ¿COMO AFRONTAR EL PROCESO DE ENVEJECIMIENTO?.

Dos son los puntos básicos a tener en cuenta a la hora de afrontar nuestro proceso de
envejecimiento:

5.1.- Informarse y reflexionar sobre el proceso de envejecimiento a nivel individual.

A nivel personal, es sumamente necesario que cada uno de nosotros, y especialmente cuando
llegamos a Adultos Mayores, nos lleguemos a desprender de los prejuicios, mitos, estereotipos...
acerca del envejecimiento que circulan en la sociedad.
Para ello debemos conocer cuales son los cambios a nivel biológico, psicológico, social y en los
otros ámbitos mencionados anteriormente con los que vamos a poder enfrentarnos.
Tras obtener información fidedigna y objetiva debemos reflexionar, es decir, volver a considerar la
información obtenida con más atención y detenimiento. Es importante que al afrontar este proceso
actuemos con una actitud positiva, de manera que podamos llegar a desarrollar nuestras
potencialidades, a nivel individual y desarrollar nuestro proyecto de vida en el que plasmaremos
todas nuestras motivaciones y podremos adquirir nuevos roles, desarrollar actividades, seguir
activos en la sociedad...

El proceso de asimilación de información y reflexión es constante y continuo, pues cada día se


conoce o aprende algo que puede resultar interesante a nuestra vivencia y experiencia en este
proceso.
La información realista puede ayudarnos a que nos cuidemos mejor, que conozcamos que
recursos podemos utilizar para ello a corto, medio y largo plazo y saber si podremos acceder a
ellos o no, a saber como podemos participar en nuestra sociedad....

Como estrategia a generalizar en toda la sociedad, en lo referente a la información, es preciso que


la información fluya y se difunda en todas las generaciones, con la finalidad de romper con ese
imaginario social que existe entorno al envejecimiento (como el creer que envejecer es estar
enfermo continuamente o vivir en una casa de salud...) que coexiste con el modelo deficitario.

Los profesionales de atención primaria y los especialistas podemos contribuir en gran medida en
este proceso de ruptura de prejuicios y co-guiar la experimentación de nuevos modelos de
envejecer alternativos.
La información deberá alcanzar a nuestro entorno más cercano como forma de reforzar nuestra red
social primaria.

Virginia Viguera menciona que “posicionarse en el proceso de envejecer es tomar conciencia de lo


que pasa en él” y yo añadiría que deberíamos también reflexionar acerca de cómo vivimos ese
proceso, como lo experimentamos, como nos sentimos y poder llegar a compartir nuestras
inquietudes y experiencias con pares de iguales, es decir, con otros adultos mayores. En definitiva,
reflexionar es tomar conciencia de nuestro presente reconstruyendo nuestra propia historia y
reforzando así nuestro autoconcepto, identidad y autoestima e integrando nuestro pasado en el
presente para aminorar los cambios a los debemos enfrentar.

5.2.- Desarrollar nuestro propio proyecto de vida.

En líneas generales, desarrollar un proyecto de vida supone, después de informarnos y reflexionar,


pensar, planificar y decidir como queremos vivir esos años del proceso de envejecimiento,
preparándonos, eligiendo que actividades (que sean fuente de placer, de esparcimiento y de
desarrollo personal) vamos a incluir en él, desarrollando hábitos de autocuidado, participando en la
sociedad,... sabiendo, pero sin angustiarnos por ello, que sufriremos más pérdidas que en otras
etapas de nuestra vida y que en algún momento de este proceso nuestra muerte puede aparecer.
Tiene que ver con el sentido que cada uno de nosotros le demos a nuestra vida y a nuestra
autonomía o independencia entendiendo que esta es siempre parcial.

La clave está en que busquemos cuales son nuestras motivaciones, nuestros motores para seguir
viviendo, porque la vida merece la pena vivirla, disfrutando cada momento y al llegar a esta etapa
de nuestra vida nos quedan muchos años por delante como para sentarnos en un rincón
esperando pasivamente a la muerte.
El objetivo a largo plazo al desarrollar nuestro proyecto de vida es mejorar nuestra calidad de vida,
es decir, llegar a experimentar un sentimiento de bienestar psicofísico y socioeconómico en el que
influyen tanto factores personales o individuales (salud, independencia, satisfacción con la vida,
autoestima....) como factores socioambientales (redes de apoyo, recursos como servicios sociales,
ayudas técnicas, supresión de barreras arquitectónicas....)

Dicho proyecto de vida debe, asimismo, ser lo suficientemente flexible como para permitir ir
añadiendo cambios en función de nuestras expectativas con respecto al proyecto y la contrastación
del mismo con la realidad que nos rodea.

Si no sabemos por donde empezar y precisamos ayuda para la elaboración de nuestro proyecto de
vida, deberemos acudir a un profesional especializado que nos pueda orientar y guiar, al menos al
inicio de este proceso para poder desarrollar actitudes y estrategias preventivas hacia un proceso
de envejecimiento patológico.
El estar abierto a adquirir nuevos aprendizajes e implementarlos en nuestra vida diaria, como
pueda ser saber usar una computadora o nuevas tecnologías, o conocer hábitos de salud... puede
ayudarnos a cuidarnos mejor y facilitar nuestras actividades de vida diaria.

Nos cuidamos en la medida en que conocemos los cambios a los que nos vamos a enfrentar en
este proceso y prevenimos con nuestras actitudes y comportamientos los procesos de un
envejecimiento patológico.
La disminución de nuestros temores y miedos a no saber como manejarnos en situaciones de crisis
y mejorar nuestra salud bio-psico-social, de manera que aportemos vida a los años y no años a la
vida, como dice la OMS, se ven facilitados por el conocimiento y utilización de recursos como:
estancias en centros de día, ayuda domiciliaria, urgencias domiciliarias sanitarias a través de la
coronaria o un médico de radio, ayudas técnicas, fármacos o remedios accesibles, adaptaciones
en nuestra vivienda, acceso a profesionales y tratamientos que precisemos,...

Por otro lado la educación en esta etapa de nuestras vidas realiza un papel fundamental en el
mantenimiento de nuestro funcionamiento intelectual, sirviéndonos para fomentar el desarrollo de
habilidades, ampliar las bases de nuestro conocimiento... que nos serán de gran utilidad ante
nuevos procesos de aprendizaje que emprendamos.

La participación social hace referencia a sistemas de apoyo o suministros psicosociales como


uniones entre individuos, caracterizados por aportar: ayuda material, asistencia física, compartir
pensamientos, sentimientos y experiencias, y establecer contactos sociales positivos para
nosotros. La participación social la hallamos en cuatro áreas fundamentales: educación, ocupación,
actividad física y recreativa de carácter grupal y las relaciones sociales (familia, amigos,
conocidos...).

A través de mecanismos de participación social y cultural podemos permanecer en contacto con la


sociedad y aportar todas nuestras experiencias y valores a las futuras generaciones para que,
sobre todo en nuestros países de Latinoamérica, no se repitan errores del pasado.

El participar en organizaciones, clubes... de adultos mayores podemos experimentar juntos nuevas


propuestas, ensayar nuevos roles y desarrollar actividades pendientes o nuevas que se planteen
en nuestros proyectos de vida, permitiendo como menciona Vargas J.H. “... pasar de ser una
ciudadanía asistida propio de un estado benefactor intervensionista en toda la esfera social a una
ciudadanía emancipada protagonista como actores sociales en su dimensión individual y social
hacia el logro de la inclusión social...”. y así ayudar a racionalizar gastos y recursos.

A la labor de permitir la participación social por parte de estas organizaciones se van añadiendo
también otros ámbitos, más formales, como el académico, más concretamente la universidad
(siendo pionera la de Francia en 1973). La educación se empieza a hacer permeable, permitiendo
que podamos seguir aumentado nuestros conocimientos, a través de procesos educativos
permanentes, pudiendo aprender a lo largo de toda la vida. En el ámbito de la universidad
empiezan a desarrollarse programas de extensión universitaria para mayores o las llamadas
universidades de la tercera edad.

El participar en plataformas de cooperación, ongs... a través de adquirir el rol de voluntario es otra


forma de participación social y cultural y nos permite mantener valores como la solidaridad
haciendo visible nuestra presencia en la sociedad. En la medida en que la cultura del voluntariado
se instale en nuestros adultos mayores actuales o los que lleguemos a esta etapa de nuestras
vidas podamos expresar este rol, ampliaremos las actividades a realizar en nuestro proyecto de
vida.
Las personas que participan en grupos sociales mantienen un estado de salud superior a los que
se mantienen socialmente aislados y el desarrollar una vida rica en relaciones afectivas
significativas contribuye a vivir más años, mejorando así nuestra calidad de vida.

En la medida en que nuestra vivencia de este proceso sea positiva y podamos ir cumpliendo
nuestro proyecto de vida podremos desarrollar estrategias y mecanismos de participación social
para poder llegar a ser agentes de cambio en la sociedad, generando nuevos modelos de
envejecimiento distintos al modelo deficitario.
En lo relacionado con los cambios psicológicos, aunque a lo largo del artículo he ido mencionando
las implicaciones en la vida diaria que debemos tener en cuenta, preciso que es fundamental incluir
en nuestro proyecto de vida estrategias dentro de la educación permanente que nos permitan
prevenir la aparición de envejecimiento patológico, contribuyendo a mantener nuestras funciones
psíquicas en funcionamiento el mayor tiempo posible. En este sentido preciso que deberemos
incluir en nuestro proyecto de vida otro tipo de estrategias como entrenamiento en memoria,
reminiscencia, técnicas de relajación, entrenamiento en habilidades sociales, participación grupal...
en definitiva se trata de mantenerse activos, no sólo físicamente sino también psicológicamente.

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Montevideo 12 de noviembre del 2001.

Elaborada por Milagros Martín Guerra.


Psicogerontóloga. Actualmente no ejerzo.
Montevideo. Uruguay.

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