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ANALISIS FUNCIONAL DE LA EVALUACION CONDUCTUAL

El Análisis Funcional (AF), es la herramienta clínica básica de toda terapia


psicológica. Su objeto de análisis es el comportamiento de las personas. (Zenon, Matias,
Luque, Moreno,etal, n.f). Consiste en identificar las variables antecedentes y
consecuentes (internas y/o externas) que controlan una conducta determinada y en
establecer relación entre esas variables y dicha conducta.

Tal como aquí lo entendemos, el análisis funcional consiste en la identificación


de relaciones funcionales, causales y no causales, importantes y controlables, aplicables
a determinadas conductas de un individuo (Haynes y O'Brien, l990, 2000).

Los elementos considerados en este análisis son cuatro: estimulo antecedente


(E), variables del organismo (O), respuestas (R) y estímulos consecuentes (C).

Estímulos antecedentes: son aquellos acontecimientos que ocurren


inmediatamente antes de la conducta problema y que guardan una relación funcional
con la misma. No todo lo que precede a una conducta puede considerarse
automáticamente como un antecedente, sino solo lo que influye sobre ella de alguna
forma.
Se puede clasificar en dos tipos: 1) los externos: son los que se producen en el
medio donde se encuentra el sujeto. Nos referimos a objetos (ej. Un interruptor para la
respuesta de encender la luz), personas con sus gestos y palabras (ej. Un grupo de
alumnos riéndose para la respuesta de dejar de explicar de un profesor), hechos o
acontecimientos (ej. Un accidente para la respuesta de parar el coche y salir corriendo
hacia otro). Todos estos sucesos de producen fuera del individuo. 2) los internos: son
los producidos por los propios sujetos, pueden ser motoras, cognitivas (ej. Pensar en que
se va a contraer una enfermedad para la respuesta de evitar entrar a los hospitales) y
fisiológicas

Variables del organismo: sexo, edad, nivel educativo, profesión, habilidad para
resolver problemas sociales. Dentro de estas variables también se encuentran, 1)
determinantes biológicos anteriores: son los factores hereditarios, así como los factores
prenatales y perinatales que pueden dar lugar a cambios irreversibles en el organismo,
2) determinantes biológicos actuales: abarcan factores como pueden ser las
enfermedades transitorias, estados de privación, fatiga, o estados producidos por la
ingestión de medicamentos, drogas, alcohol.

Estímulos consecuentes: son aquellas que ocurren inmediatamente después dela


conducta problema que inciden sobre ella haciendo que la probabilidad de su aparición
aumente o disminuya. Estas consecuencias pueden ser de dos tipo: 1) positivos, pueden
darse dos casos: reforzamiento positivo y reforzamiento negativo; 2) negativas: castigo
positivo y negativo.

El AF aplicado al comportamiento humano ayuda a identificar las relaciones existentes


entre las respuestas de la persona y las variables del contexto. De este modo, es la
interacción entre las respuestas de la persona y el contexto lo que nos interesa en un AF.
Dicho de otra forma, lo importante al elaborar un AF es identificar la función que tienen
las respuestas de la persona en el contexto en el que se producen. Dos personas pueden
emitir una respuesta idéntica en cuanto a su forma o topografía y, sin embargo, en cada
caso dicha respuesta puede tener funciones claramente distintas, lo cual resulta clave
para entender por qué se mantiene dicha conducta. Por ejemplo, una persona "evita
comer” a la hora en que habitualmente suele hacerlo porque ha comido un buen
aperitivo y no tiene hambre; mientras otra persona "evita comer" porque está
insatisfecha con su peso y no quiere engordar. En estos ejemplos la conducta es la
misma pero el contexto cambia, haciendo que el mismo comportamiento presente
funciones distintas: en el primer caso, el no comer es la ausencia de respuesta debido a
que no existe la estimulación previa que llamamos "hambre"; en el El comportamiento
es la interacción entre un organismo y su entorno. Puede ser tanto manifiesto u
observable (puede ser observado por otros organismos) como encubierto (el único
observador es el organismo que emite el comportamiento). Ejemplos de
comportamiento humano manifiesto son reír, llorar, bailar, conducir o gritar, y ejemplos
de comportamiento encubierto son pensar, sentir, recordar o preocuparse. 7 segundo
caso, el no comer tiene la función de evitar sentirse culpable por ganar peso o de
conseguir sentirse satisfecho/a por saber "autocontrolarse". (Zenon, Matias, Luque,
Moreno,etal, n.f)

PROCESO DE LA EVALUACIÓN CONDUCTUAL


Formulación y evaluación del problema
Consiste en la identificación y concreción de las conductas que evidencia el
alumno (desadaptadas por exceso, por defecto, o no compatibles con la dinámica del
centro) y de las condiciones particulares en las que lo hace, hecho que en no pocas
ocasiones resulta dificultoso. Sin embargo, debemos concretar el qué está ocurriendo en
términos precisos que faciliten la operativización de las vivencias en datos
cuantificables o mensurables y que nos permitan la ubicación del problema en unas
coordenadas lo más objetivas posibles.
Si, además ese conjunto de conductas no adaptativas se acompaña de
información sobre conductas alternativas, estaremos precisando hacia dónde se
encaminará la definición de las conductas-objetivo y trazando el esquema de lo que será
la intervención modificadora concreta.
Esta necesidad de atender y clarificar todo el conglomerado de quejas y
demandas que presenta el propio paciente, así como las demandas que el entorno en que
vive le presenta, requiere una exploración minuciosa y activa por parte del evaluador, si
es que no quiere quedarse únicamente en aquellos problemas más llamativos o más
molestos que son los primeros en salir a la luz en las entrevistas diagnósticas iniciales y
que pueden quedar como los únicos existentes (al menos durante un largo período del
proceso evaluador y terapéutico), si el terapeuta no se mantiene vigilante. Esta
exploración activa de los posibles motivos de consulta parece necesaria aun en aquellos
casos en los que el problema aparentemente resulta «mono sintomático», Hawkins
(1975). Si el sujeto acude a consulta es porque el «síntoma» es importante. Esto es,
porque influye sobre aspectos importantes de su vida o de su entorno. Por ejemplo,
nadie acude a consulta porque le tenga miedo a subir a los aviones si ello no acarrea
consecuencias importantes en su vida diaria.
Hecho esto y priorizados los objetivos, resultará más fácil seleccionar y diseñar
los métodos de recogida de información necesarios.

Tratamiento y evaluación de resultados


Rosen y Proctor (1981) diferenciaron entre lo que ellos denominan los resultados finales
(metas últimas) los resultados instrumentales (conductas objetivo) y los resultados
intermediarios del tratamiento.
Los resultados finales hacen referencia a los criterios utilizados para considerar el
tratamiento como un éxito. A estos resultados, por tanto, se les pedirá que posean
validez clínica y social. Por ello, los cambios directa o indirectamente logrados deberán
ser clínicamente relevantes y socialmente significativos. Esto es, los resultados finales
deben haber solucionado las demandas del paciente y de los agentes sociales
significativos que lo rodean.
Los resultados instrumentales, para Rosen y Proctor, son aquellos que son suficientes
para alcanzar otros resultados sin intervención adicional. Deben, pues, poseer validez
clínica, en el sentido de que con su consecución se logre afrontar con éxito las
respuestas clínicas que se persiguen (por ejemplo, todas y cada una de las conductas que
se conciben propias de la depresión). De la misma forma, deben valorarse también
según su contribución en la consecución de los resultados finales. Esto último tiene una
doble vertiente: que los resultados instrumentales sean suficientes para alcanzar los
resultados finales, y que exista alguna forma de intervenir sobre los resultados
instrumentales. Por último, Rosen y Proctor diferencian lo que ellos denominan
resultados intermediarios, es decir, aquellos que facilitan la continuación del tratamiento
o posibilitan la aplicación de determinadas técnicas de intervención (por ejemplo, la
capacidad de imaginar para aplicar la desensibilización sistemática por medio de la
imaginación).
Con las expresiones metas, objetivos últimos de la terapia, o «resultados finales», en
palabras de Rosen y Proctor, suele hacerse referencia a las metas o efectos finales que se
espera produzca el tratamiento (por ejemplo, un mejor rendimiento académico, un mejor
ajuste laboral, la mejoría de las relaciones familiares, etc.). Las conductas objetivo
hacen referencia a aquellas variables concretas de la conducta o del contexto en el que
ésta sucede y sobre las que se enfoca el tratamiento (de ahí que se las proponga como
«resultados instrumentales»). Los objetivos últimos de la terapia, por el contrario, se
expresan en términos de los efectos que deben producir las conductas cambiadas
durante el tratamiento. No se trata ya de que la conducta o la situación manipuladas se
hayan modificado en la dirección deseada. Se hace necesario que hayan cambiado en la
magnitud y con la generalización y perdurabilidad necesarias para producir los efectos
que se pretendían.
Aspectos importantes del análisis funcional

Para Haynes y O’Brien (2000) hay varios aspectos del análisis funcional que
particularmente son importantes en el área clínica:

El análisis funcional hace hincapié en las relaciones funcionales entre los


problemas y sus variables causales en cada cliente individual (en lugar de en grupos de
clientes con el mismo problema). Las relaciones funcionales pueden ser causales o no
causales, pero las relaciones causales son más importantes en el análisis funcional, ya
que suelen ser el foco de la intervención conductual.

El análisis funcional destaca los problemas de conducta, las variables causales y las
relaciones funcionales importantes. Por eso se centra en problemas de conducta
identificados por el cliente o por el clínico como los más angustiantes o socialmente
significativos, así como sobre las variables causales que están más fuertemente
relacionadas con dichos problemas.

El análisis funcional enfatiza las variables causales y las relaciones


causales modificables. Muchas variables causales importantes influyen profundamente
sobre un problema, pero no son modificables (v.gr., factores genéticos, maltrato infantil,
lesión cerebral o experiencias vitales traumáticas). Aunque estas variables causales no
puedan modificarse directamente, con frecuencia conllevan secuelas que sí resultan
modificables (v.gr., recuerdos del trauma, reacciones emocionales condicionadas o
déficits de habilidades sociales).

Los análisis funcionales son ideográficos, es decir, se supone que un análisis


funcional es válido y útil sólo para un cliente individual, ya que a menudo hay
diferencias importantes entre clientes con un mismo problema u objetivo de tratamiento.
Los modelos nomotéticos de los trastornos de conducta, basados en datos sobre grupos
de pacientes, son una parte importante de la ciencia clínica y pueden ayudar al
profesional a restringir su búsqueda de variables causales para un cliente individual,
pero con frecuencia sigue siendo necesaria una evaluación ideográfica complementaria.

Cuestiones sobre fiabilidad validez en la evaluación conductual


La medida es un componente central de cualquier acercamiento científico a la
evaluación psicológica. Las cualidades psicométricas de las medidas utilizadas
necesariamente afectan la validez de los juicios clínicos que se realicen, pues los índices
de validez de las medidas son esenciales para establecer el grado de confianza que
puede depositarse en las inferencias realizadas a partir de ellas. La validez de un
instrumento puede variar a través de poblaciones, entornos y objetivos de la evaluación
y no es un atributo que sea susceptible de fácil generalización. Siendo su validez
condicional, los instrumentos de evaluación deben ser validados para el propósito
concreto de la evaluación.
Cualquier medida de una conducta o problema está directamente relacionada con
como esta conducta puede cambiarse, sin embargo, la mayor parte de los instrumentos
de evaluación utilizados en la evaluación conductual no ha seguido un proceso riguroso
de evaluación, no existiendo, en muchos casos, datos sobre sus propiedades
psicométricas en determinadas situaciones, poblaciones o problemas, aun así la validez
del tratamiento de la evaluación llevada a cabo si resulta atractiva para muchos clínicos
e investigadores, siendo este uno de los activos de la evaluación conductual.
A pesar de la conciencia sobre la importancia de este tema, frecuentemente los
intentos de establecer la fiabilidad y validez de los instrumentos de evaluación
conductual han quedado reducidos a intentos aislados y limitados. De hecho,
actualmente importantes áreas de la psicología clínica no tienen desarrollados
instrumentos conductuales que permitan el curso óptimo de la evaluación conductual.
Sin embargo, el cambio no ha resultado tan radical y este déficit sigue siendo más
generalizado de lo que cabría haber esperado. Incluso técnicas emblemáticas como la
observación conductual en el ámbito natural tienen todavía problemas de sesgo. El
problema con los auto informes cognitivos es similar, pudiendo estar afectadas las
medidas obtenidas por problemas como diferencias en el significado del contenido de
las pruebas entre evaluado y evaluador. Por otra parte, el uso de sistemas multimetodo
de evaluación debe contar con datos sobre la validez incremental que supone utilizar

REFERENCIA BIBLIOGRAFICA
Centro de recursos de educación especial de navarra equipo de conducta. (n.f). La
evaluación conductual. Recuperado de:
http://creena.educacion.navarra.es/equipos/conducta/pdfs/evaluacion_conductual.
pdf
Haynes, S. N. y O'Brien. W. O. (2000). Principles and Methods of Behavioral
Assessment: New York: Plenum/Kluwer Press.
Pérez, M. Borda, M. (1997). Análisis topográfico y funcional en el marco de la terapia
de conducta. Departamento de Psiquiatría, Personalidad, Evaluación y
Tratamientos Psicológicos. 18(6)
Zenón, I. Matias, T. Luque, A. Moreno, D. Aranda, D. Morales, C. Garcia, M. Marquez,
M. (n.f). Guia para la elaboración de un análisis funcional del comportamiento
humano. Recuperado de:
http://www.uam.es/centros/psicologia/paginas/cpa/paginas/doc/documentacion/rin
con/protocolo_analisis_funcional.pdf

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