riva *Me una fuente que es la de la vida
HENRI BERGSON
Y EL MISTICISMO
L centenario del nacimiento d& Hsa-
• rí Be-rgson ha sido la ocasión pro-
f
picia para mus la critica filosofía»
cccideatal pu«d& revalorar su toiportaíita
obra y p«eda actualizar en términos con»
crstos su figura. Bergson ha siete un filó-
sofo de indiscutible magisterio. Su psrso-
nalidad ha dominado «nás de medio siglo
la filosofía francesa y ha ejercido un In-
contestable influjo en ÍES corrientes de
ideas <te todo el mundo «ue' partiera de
la cultura occidental. Discípulos suyos, hoy
ya maestros.y-coiegas*de su fesundo ma*
glsterio, ya célebres, tales Emils Brehi&r,
Jacqa?» Chevaliér, Jantcélevich, Charles du
Bos. Lecombre, han podido confirmar en
repetidas ocasiones cuto importante, ha
sido la in&uenpia'de Bergson en la filoso-
fía, coníemporánsa. • • . • . •
Entre Sos trabajos de cierto peso y res-
ponsabilidad escritos en «1 centenario d»
Bergson, desde cuya muerte no han pa-
• sado todavía loa veinte años, msreee una
particular atención, sin duda alguna, el
que K&se-Marie Mosaé-Bastids consagra
al tema "Bergson eí Plotin" (París, Pres-
ses Uníversitaires, 195&>, estuáío da gran-
des proporciones, de excelente documen-
tación y seguro análisis. El parentesco
entre Bergson y, Plotino no es éz ahora.
Su importancia fue puesta de manifiesta
hace algún tiempo por Emils Brtíhier en,
sus "Estudios bergsoaianos",
. De las mil sugerencias que «frece este
estadio- sobre los lazos espirituales y las
implicaciones intelectuales qua unsn, »
través do los siglos, a Bergson, ülósofo del
intuicionSsmo, del "dan" vital y de los
complajoa fundamentales psicológicos ásl
alma, con Plotino, filósofo de la contaaa-
placiótE pura, del ascesis absoluta y d«l
atoa cósmica, creemos q«e que una me-
rece, sobre tosió, nuestra atención. La que
§e refiere a la actitud tía la filosofía da
Bgfgson.: ante el .misticismo y las ex$»a-
,,'riendas místicas, relacionadas con aque-
lla forma arqustípiea y de la filosofía £5 í
la contemplación, la más sugestiva y más
indescifrable de todos los ttsmsos, q«e fue
la filosofía de Plotino,
Bergson se tía sentido siempre airaíáa
hacia el fenómeno religioso y las expa-
riendas místicas. En 1909 presenta él anta
la Academia da Clensias Morales y Polí-
ticas las ideas esenciales de sus "Estudios
de historia y psicología del misticismo",
donde consagra una parte importante a
los místicos católicos y especialmente a
Santa Teresa de Avila. Estas ideas contie-
nen "in nuce" los argumentos que Bsfg-
son esgrimirá en favor tM misticismo en
su obra "Las dos fuentes da la moral y
la religión".
En toda -experiencia mística Bergson v»
dos momentos esenciales. £1 primero es
el momento de la contemplación, en el
cual se produce, para el tilma,, "una ale-
gría inmensa", "Dios está allí", "ya no
hay misterio". "Los problemas desapare-
cen, las oscuridades se disipan; es una
iluminación". Sólo mes tarde; este mo-
mento culmina en la perfección, accedien-
do, después de la "noche oscura" como
en San Juan de la Cru», en la "supra-
abundancia" de vida, a saber en la acción.
M procedimiento d» comprensióa de la
experiencia mística, tal como lo concibe
Bargson, recuerda las ideas de Plotino, en
torno a ía contemplación, aunque existan
sensibles diferencias entre ambas filosofías
«n cuanto a la interpretación del misti-
cismo y que el filósofo francés someta a
una crítica apretada la misma teoría pío-
tiniana de la contemplación.
ABC (Madrid) - 25/10/1959, Página 61
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Relevante interés presenta, en cuanto a
ía actitud del filósofo ante el misticismo,
¡a atracción que la espiritualidad hispana
ha ejercido siempre sobre Bergson. El re-
centísimo libro que acaba da publicar el
filósvfo, francés J'.ÍCCJU?Í! Chsvalisr—-moá-s»
Da la crítíea que Bergson' hace de la lo üs pensador, de hombre de fe y cárác-
mística plotiniana, se dsduee la misma tar—titulado "Conversaciones con Berg-
actitud y el interés, «wa ei '-padre del in- son", nos ofrece en este sentido material
tukioaismo demuestra por las- experien- de inapreciable valor. Ohevalier, que hace
cias ...místicas y el misticismo en general treinta y tres afiois publicó el mejor libro
Según Bargson, la exp-erie-nsla mística-pío- escrito hasta ahora sobre Bergson, rapro-
tini&na es incompleta una "veleidad de duce una serie de apreciaciones del filó-
apostolado", ya que en ella se opsra una sofo sobre España. En el esplritualismo
recalda en lo sensible e inteligible, con el bergsonteno» en el auténtico proceso d©
fia vano de explicar lo que se ha visto.' conversión de Bergson ai cristianismo, esta
En las "Dos fuentes de la moral y la re- actitud desempeña un innegable papel.
ligio»" Bsrgson .plantea eí problema de "Ea Madrid, afirma Bergson refiriéndose
un misticismo activo, actuante, verdadero. a un viaje suyo a España en 1816, puse
• En el cual,' en vez ds la recaída plotiniana a prueba mi público mediante una confe-
o, de la culminacióa del éxtasis en el re» rencia sobre el saafio: después, viendo que
' éste me seguía mm
bien, hasta el ¡punto
ds anticiparse a mí
ipor el camino que yo
ssgula, abordé la «le-
vada cuestión del al-
ma, ds su espirituali-
dad, de su supervi-
v e n c i a , de nuestro
• d e s tino Samaría! y
llevé a mi auditorio
• snás Isjos y mes arri-
ba da lo qua había
" hesiio «tunca. Ningu-
na sorpresa, $w>r tan-
to,, al comprobar qaa
•España «s el país de
los espiritas gsnero-
s«:s como Don Quijo-
ts'y da místicos como
Santa Tares» y San
Juan de la Craz." Ea
1923 dscia lo
te. en estas
saetees" ya campa-.
ra-dss a las famosas
"CkJnvei'saokmes" d e
Ooetbs c o n Ecker-
inann: "El español es
n o b l e y <gsn-smso,
teta .«n sus srrores.
Ka? -sn España u n a
%mn fuerza espiritual
en «serva, qua po-
drá «ntrar en Juego
cuando la tía de la
industrialización h a -
tora sucumbido." Pa-
ra, años más tarde,
haesr «sta afirmación
profétiea: "España:
un gran p>aís, cuya
'» actitud «sjjirlfcual d^-
• cubrí-con gran mara-
poso absoluto, se produce, como contínua- villa, «1 mét& es-p.-z sin duda de resistir al
' cien, de la faes contemplativa, una "ata- bolchevismo, en el cual yo veo la mayor
ste", fase activa de "supraabundaneía. de amenaza de nuestra civilización." De los
vida", una necesidad de difuaidir en torno filósofos españoles apreciaba a Unamuno,
úil Que realiza la experiencia mística la a Ortega y sobre todo a García Moraste.
que él mismo ha, visto, un "elan" de amor. Por ello sa siente felia cuando, en manso-
£1 místico bergsoniano va. por Jo tanto, de 193?» se entera que este último ha pa-
más allá de la alegría suprema del éxta- sado del lado ds los nacionales. En efec-
sis, buscando un estadio superior en la to, como observa Ohevauer, a Bergson y
"identificación &s la voluntad 'humana ai' padr.9 Pougst m dsl:« en «ran -parte
con la volanfed divina", "El a t a » del
gran místico no se detiene- ea el Esta- la impresionante conversión de García Mo-
sis «orno al término de un viaje... Para reate "Por mi parte, diría Bergson en el
el alma «o &s trata de un tomsnso hn~ coloquio del 18 de enero de 1938, creo en
ipetu (elan), Vn impulso irresistible que la renovación de España y del mundo ibé-
la lanza en las más vastas empresas.., rico; creo que, de esta guerra civil, Es-
una exaltación calma de todas sus facul- paña saldrá regenerada y engrandecida,
tades hace que ella vea en grande y, por porque es extraño comprobar cómo, en la
muy débil que sea, realice poderosamen- Historia, las guerras civiles han prepara-
te... tJn enorme despliegue de energías... do generalmente el despertar de los pue-
Una superabundancia de vitalidad que de-
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