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Modelo de desarrollo: el mercado laboral colombiano

Angie Paola Moreno Sepúlveda; Vanessa Candanoza Cardona


Estudiantes de pregrado de Administración en Salud con Énfasis en Servicios de Salud y Gestión
Sanitaria y Ambiental.

Aunque, el crecimiento del empleo moderno urbano se ha ido desacelerando, durante esta
década, al menos hasta el 2007, su desempeño fue bastante aceptable ya que se
caracterizó por un incremento del PIB de 7,52% siendo mayor al de 2006, en el cual se
registró una variación de 6,96%. Sin embargo, las tasas de empleo se han estado inclinado
a favor de la población con altos índices educativos desfavoreciendo a aquellos que no
tienen acceso a la educación superior, en contraste con la dotación educativa de la fuerza
de trabajo. De ahí la elevada rotación de personal asalariado simple (su reemplazo
permanente por personal calificado) y el auge del empleo informal que ha ido
incrementando más con la crisis reciente; de ahí la existencia e intensificación del ciclo de
vida laboral que, con la edad, lleva a los menos educados de los empleos asalariados a los
informales.
Teniendo en cuenta las características del fenómeno de la informalidad laboral, que resulta
ser considerado una temática propia de los dominios urbanos, su medición se realiza para
las 13 y 23 principales ciudades y sus respectivas áreas metropolitanas, cuya proporción
en el trimestre de octubre a diciembre del año 2016 y 2017 fue de 48,7% y 48,3%
respectivamente, y volvió a elevarse en el primer trimestre del año 2018 (48,4%). Aunque
se ha desacelerado en el largo plazo, resulta bastante aceptable en comparación con la del
PIB cuyo valor en el año 2016 fue de 2,0%, en el 2017 1,8% y en lo corrido del año 2018
2,2%.
Según los criterios del Dane (deficiencia horaria y/o desacoplamiento entre habilidades y
oficios desempeñados), la informalidad laboral se ha mantenido en niveles del 50%-53%
en las trece áreas metropolitanas durante el período 2007-2013. Asimismo, se registra que
el primer trimestre del 2018 la proporción de ocupados informales fue 47,3%. Uno de los
niveles más bajos desde que hay cifras comparables en el 2007. La Seguridad social
de este periodo de cotización a pensión y a salud fue 50,7% y 49,3%, respectivamente, es
decir, que 10.560 de las 21.831 personas ocupadas están afiliadas al régimen contributivo
y 9.221 al régimen subsidiado. En el primer trimestre de 2017 estas proporciones fueron
50,2% y 48,8%, respectivamente.
Sin embargo, si se mide dicha informalidad a través de la relación Cotizantes Activos al
PILA se observa que dicha relación se mantiene estática en el rango 32%-34%. Esto implica
entonces que cerca de un 70% de la PEA no cotiza a la seguridad social, bien porque está
desempleada (un 10% de dicha PEA), o porque está en sectores donde dicha informalidad
se manifiesta no cotizando a la seguridad social (un 60% de la PEA) estando asegurados
en su mayoría al régimen subsidiado, lo que indica que todavía un 60% o 65% de las
contrataciones no cumple con sus obligaciones correspondientes al aseguramiento en la
salud; señal de que el componente parafiscal continúa induciendo tercerización o abierta
evasión de dichas obligaciones laborales.
Una de las principales causas de la informalidad son los elevados costos laborales que
exige el mercado formal. El Salario Mínimo Legal (SML) sigue aumentando por encima de
la fórmula universal: var. % SML = Inflación +/- Productividad Laboral (PL), conllevando a
una tendencia de pobreza. Por ello, se debe trabajar por el lado de los costos no salariales
(parafiscales).
Aun si se dijera que el desempleo friccional en Colombia puede ser tan alto como un 4%-
5% de la PEA, en todo caso se tendría niveles de informalidad laboral (medida de forma
objetiva a través de ver quiénes cotizan a la seguridad social) del orden del 65% (70% de
no cotizantes y 5% de aquellos en desempleo friccional). Estos elevados niveles de
informalidad laboral se reflejan en la baja productividad laboral (creciendo a ritmos de tan
sólo el 1%-2% anual) y en la elevada inestabilidad laboral.
El denominado “subempleo subjetivo” corresponde a aquellos que manifiestan su deseo de
mejorar sus ingresos, incrementar el número de horas trabajadas y/o emplearse en labores
que correspondan a sus competencias personales. Cuando se suma la población que sufre
alguna de estas deficiencias laborales, se observa que dicho subempleo subjetivo promedió
un 32% de la PEA durante 2004-2012. Sin embargo, al ajustar dicha cifra de subempleo
subjetivo por aquellos que responden que estarían dispuestos a abandonar inmediatamente
su actual trabajo para ajustarse a sus deseos (mayor intensidad horaria o cambio de
actividad), se observa que dicho subempleo bajaría del 32% a sólo el 11% de la PEA.
De esta manera, el Dane concluye que “en realidad” el “subempleo objetivo” sería sólo de
ese 11% de la PEA, la porción que estaría dispuesta a cambiar inmediatamente de
actividad.
La discriminación contra el trabajo poco educado se ha agravado por la evolución del salario
mínimo, que no ayuda a los más pobres y en cambio perjudica la generación de empleo no
calificado, y puede acentuarse más hacia el futuro por la forma en que se están dando los
incentivos a la inversión de capital. El crecimiento económico es condición necesaria para
corregir estos problemas estructurales del mercado laboral; pero como no es condición
suficiente se requieren estrategias complementarias. Se debería considerar una
combinación de estrategias: de demanda (una política para el salario mínimo, qué hacer
con los parafiscales y los estímulos tributarios a la inversión); estrategias de oferta
(calificación de la fuerza laboral y acceso a la educación superior de la masa de bachilleres
pobres), reformas a la seguridad social (pensiones para los informales; financiación de la
salud con impactos sobre el empleo; seguro de desempleo) y programas, tipo Empleo en
Acción que generen empleo moderno para los más pobres, urbanos y rurales.
Por lo tanto, es necesario hacer un contraste a las mediciones que ilustra el Dane que no
reflejan las necesidades de la población, sino que al contrario sitúa cifras bajas en
comparación a lo que en realidad vive cada persona en Colombia, el cual representa índices
multidimensionales de pobreza, mala calidad de vida, falta de aseguramiento en salud y en
su mayoría condiciones de vivienda precarias que no permite sobrellevar condiciones
óptimas de salud. Un ejemplo de esto es el caso de Carmen Emilia García, que como
muchos colombianos le ha tocado sobrevivir con las ventas informales.
Esta es una señora de 72 años que trabaja de 10 am a 5 pm en su puesto durante todos
los días de la semana. Donde tiene que soportar, humo, gasolina y un ruido superior a 80
decibeles. Algo perjudicial para su salud y rendimiento en su trabajo informal. Tiene
Osteoporosis y parece resistir a la contaminación y/o emisiones atmosféricas a la que se
encuentra expuesta en su trabajo y que le empeora la asfixia que la acompaña desde niña,
condición que la obliga a usar inhaladores para medio protegerse y oxigenar un poco sus
pulmones.
Desde muy niña por condiciones económicas difíciles y poco accesibles trabaja como
vendedora ambulante, donde sus primeros inicios en esta labor se dieron junto a su padre.
En ese ambiente informal, ruidoso y expuesto a múltiples peligros, aprendió las bases
educativas como leer, escribir, sumar y restar. Desde el año 2000 ha tratado de conservar
su puesto cerca a la alpujarra porque es una zona muy transitada y central, lo cual le
representa algo positivo para sus ventas. Para que este ejercicio fuera posible, Carmen
consiguió un permiso en la oficina de espacio público, sin embargo, aún no ha sido
renovado de nuevo.
Carmen no tiene los recursos económicos suficientes para una alimentación adecuada
diariamente, razón por la cual vive de los sobrantes de los restaurantes que le regalan a
altas horas del día, por lo que tiene un desorden alimenticio. Además de los peligros de
seguridad pública en los que se encuentra expuesta en su puesto de trabajo, donde se
entiende que, al ser una zona central y transcurrida, abundan los ladrones y los habitantes
de calle que más de una vez la han atacado, robado y dejado sin nada teniendo que
empezar de cero nuevamente en una situación devastadora.
A falta de una mejor oportunidad, posibilidad económica y exposición a altos riesgos de
enfermedad por contaminación atmosférica y auditiva, Carmen está decidida en seguir con
su trabajo informal hasta el último día de su vida ya que no cuenta con otra alternativa de
ganarse la vida.
Esta situación se ha desprendido del contexto real de exclusión, desigualdad y vulneración
de los derechos civiles que sufre gran parte de la población Colombiana a base del sistema
que no tiene una buena redistribución del capital en toda la población, abriendo brechas y
diferenciación entre las clases sociales para el acceso a las oportunidades y servicios de
forma adecuada y equitativa, dejando a expensas de la vulnerabilidad, inseguridad,
informalidad e insalubridad a gran parte de los colombianos que no cuentan con suficientes
recursos económicos y posibilidades de educación temprana para el mercado laboral
formal.
Así pues, el mercado laboral es uno de las principales cargas de la economía colombiana.
Ejemplo de esto son el elevado desempleo y la informalidad de dos terceras partes de los
ocupados. Diversas instancias han buscado atacar esos obstáculos a través de reducir las
cargas no salariales y modificar el seguro de desempleo, aunque produciendo soluciones
subóptimas en ambos casos, pero se está en un umbral de desempleo estructural elevado,
del orden de 10%-11%, la tasa más alta entre los países grandes de América Latina.
A su vez, preocupa que la tasa de informalidad laboral se ubique en un 61% de la PEA,
medida a través de aquellos que no cotizan a la seguridad social, mientras que las cifras
“objetivas” del Dane habla de informalidad de sólo el 48,4% hasta marzo de 2018.
Finalmente, en materia de cesantías, Colombia ya cuenta con un buen esquema de seguro
de desempleo, sólo que las prácticas actuales engañan al sistema y no lo dejan operar para
el propósito que fue creado. Así, es evidente que se ha logrado poco en materia de
reducción del desempleo y de ganancias en formalidad laboral, por ello, el principal riesgo
económico de corto plazo en Colombia proviene del agotamiento en las reducciones en la
tasa de desempleo, pues ya se ha alcanzado los niveles estructurales del 10%-11%, sin
que se hayan emprendido reformas que permitan romper esa barrera estructural ni reducir
la informalidad (salvo por la reciente sustitución subóptima de fuentes de financiamiento del
13.5% de parafiscales de un total cercano al 60%).

REFERENCIAS
1. Dane. Medición de empleo informal y seguridad social. Trimestre octubre - diciembre de 2017
[Internet]. Bogotá; 2018. [Consultado 2018 Jun 02] Disponible en:
http://www.dane.gov.co/files/investigaciones/boletines/ech/ech_informalidad/bol_ech_informalidad_oc
t17_dic17.pdf
2. Dane. Medición de empleo informal y seguridad social trimestre octubre - diciembre de 2016
[Internet]. Bogotá; 2017. [Consultado 2018 Jun 02] Disponible en:
http://www.dane.gov.co/files/investigaciones/boletines/ech/ech_informalidad/bol_ech_informalidad_oc
t_dic16.pdf
3. Dane. Producto Interno Bruto Total anual y Cuarto Trimestre de 2007 [Internet]. Bogotá;2008.
[Consultado 2018 Jun 02] Disponible en:
http://www.dane.gov.co/files/comunicados/cp_pib_IVtrim07.pdf
4. Dane. Cuentas Trimestrales - Colombia Producto Interno Bruto (PIB) Cuarto Trimestre de 2016
[Internet]. Bogotá; 2017. [Consultado 2018 Jun 02] Disponible en:
http://www.dane.gov.co/files/investigaciones/boletines/pib/bol_PIB_IVtrim16_oferta_demanda.pdf
5. Dane. Cuentas Trimestrales – Colombia Producto Interno Bruto (PIB) Cuarto trimestre de 2017
[Internet]. Bogotá; 2018. [Consultado 2018 Jun 02] Disponible en:
http://www.dane.gov.co/files/investigaciones/boletines/pib/bol_PIB_IVtrim17_oferta_demanda.pdf
6. Dane. Producto Interno Bruto (PIB) Primer trimestre de 2018 [Internet]. Bogotá; 2018. [Consultado
2018 Jun 02] Disponible en:
http://www.dane.gov.co/files/investigaciones/boletines/pib/bol_PIB_Itrim18_producion_y_gasto.pdf
7. Dane. Producto Interno Bruto Tasa de crecimiento anual 2010-2018 [Internet]. Bogotá; 2018.
[Consultado 2018 Jun 02] Disponible en:
http://www.dane.gov.co/files/investigaciones/boletines/pib/presen_PIB_Itrim18_produccion.pdf
8. Dane. Fuerza Laboral y Educación [Internet]. Bogotá; 2018. [Consultado 2018 Jun 02] Disponible en:
http://www.dane.gov.co/index.php/estadisticas-por-tema/mercado-laboral/fuerza-laboral-y-educacion
9. López H. El mercado laboral colombiano [Internet]. 2010, Núm. 606. [Consultado 2018 Jun 02]
Disponible en: http://www.banrep.gov.co/sites/default/files/publicaciones/pdfs/borra606.pdf

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