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Las causas del triunfo del fascismo italiano

Por Eduardo Montagut Contreras. Doctor en Historia Moderna y Contemporánea

La Gran Guerra debe ser considerada un factor fundamental a la hora de entender el ascenso
del fascismo por varias razones. En primer lugar, porque generó un grupo social nuevo, el de
los combatientes, que tuvieron serias dificultades para reintegrarse a la vida civil
+marcharoma2por las dificultades económicas de la posguerra, pero también existieron
razones ideológicas y hasta psicológicas. Los combatientes habían sufrido una guerra muy
dura, sentían nostalgia de la acción, del combate, de la camaradería de las trincheras, y no
entendían la vida burguesa y cotidiana. Estaban acostumbrados a las órdenes, a la disciplina, a
mandar y obedecer, a lucir un uniforme y a desfilar. Los combatientes se organizaron en
milicias, en tropas de choque, en escuadras. El escuadrismo es un fenómeno muy importante
para entender lo que estaba ocurriendo en Italia en ese momento histórico. Si los escuadristas
no entendían la vida cotidiana burguesa tampoco comulgaban con la vida y la lucha de
socialistas y anarquistas. Los escuadristas combatieron las huelgas, participaron en verdaderas
batallas urbanas contra los miembros del movimiento obrero, suplantaron, en fin, al Estado en
la conservación del orden y podían, de ese modo, recuperar algunos elementos de su vida
militar con sus acciones. Estaban desclasados y empleaban la violencia para participar en la
vida política y social italianas. A partir de 1922 serán muy fuertes, y las autoridades no sólo no
les combatieron, sino que les toleraron y hasta alentaron.

El auge de la violencia en la posguerra, consecuencia de la propia contienda y del


desclasamiento social tuvo, además, un apoyo en cierta intelectualidad y hasta en la
vanguardia artística del futurismo. Aparecieron nuevos valores que pasaban por la demolición
de los que la burguesía había encumbrado antes de la Gran Guerra, la vida familiar, el afán del
ahorro y de la adquisición de bienes y propiedades, pero tampoco se optó por los valores del
movimiento obrero porque se consideraba que sus reivindicaciones buscaban solamente el
progreso material, un egoísmo de clase, que les alejaba del patriotismo. Debían plantearse
nuevos valores basados en la acción, la fuerza, la jerarquía y la obediencia.

El resultado de la guerra generó una sensación de frustración. Las promesas de la Entente para
que Italia entrara en la guerra no se habían cumplido. Italia se sentía la perdedora de los
vencedores. Se generó un claro rencor fundamentalmente contra Francia, pero también contra
la nueva Yugoslavia porque ocupaba alguno de los territorios irredentos. En este clima se
producirá la ocupación del Fiume por D’Annunzio, uno de los intelectuales más destacados del
momento y que ejemplifica ese apoyo al uso de la acción y la violencia que hemos planteado
anteriormente.

La economía es el otro gran factor explicativo. En realidad, la crisis económica es


determinante, ya que empobrece a las clases medias y hunde en la miseria a los campesinos.
En este universo medio social hay que encontrar los primeros apoyos al fascismo. Ya no sirven
los partidos tradicionales que habían dominado el sistema político italiano desde la unificación,
y esta pequeña burguesía no iba a abrazar la causa de socialistas y anarquistas. El miedo al
desclasamiento entrega en brazos del fascismo a estos grupos sociales. Por su parte, el
movimiento obrero se desarrolla con fuerza con el auge de las huelgas en respuesta a la crisis.
Esta lucha obrera indigna a la pequeña burguesía que potencia un mayor sentimiento de
frustración porque piensa que los obreros consiguen más del Estado y del poder que ella. Esa
indignación también conduce a esa burguesía hacia el fascismo.

La industria italiana había experimentado un importante auge en la guerra por el considerable


aumento de la demanda de productos. Los beneficios empresariales subieron de forma
considerable, pero al terminar la contienda disminuyeron muy rápidamente por una crisis de
superproducción, ya que la demanda se contrajo considerablemente. Para evitar los efectos de
la crisis los patronos quisieron frenar a los obreros, al potente movimiento obrero italiano, que
como hemos visto desarrolló toda su actividad, espoleado, además, por el ejemplo de la
Revolución Rusa, un fantasma que asusta al capital europeo y, por supuesto, al italiano. Para
combatir al movimiento obrero ya no eran suficientes los instrumentos del Estado. Es el
momento de recurrir a las milicias, a los escuadristas, a los fascios, en suma. En un primer
momento se les financia, después se les entregará el poder.

Por fin, el aumento del paro generó otro grupo social, un infraproletariado que creía que los
partidos obreros y los sindicatos no atendían sus demandas. El fascismo les ofreció una
alternativa porque les unía, les ofrecía un sueldo y, por fin, un sentido en la vida, un objetivo
por el que luchar.

Fuente: https://losojosdehipatia.com.es/cultura/historia/las-causas-del-triunfo-del-fascismo-
italiano/

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