"El contribuyente lo que tenía que hacer era una especie de
consultoría en donde el proveedor le cobraba un honorario y luego le daba el certificado digital; tenía que pagar un monto en forma anual. El certificado tiene un vencimiento de uno o máximo dos años, por lo que se tenía que renovar", explica la experta.
Con la nueva norma, se faculta a la Sunat a ejercer la función de
entidad de registro y verificación hasta el 2020, a fin de facilitar a las empresas con ingresos máximos de S/1'245.000 (300 UIT), la obtención de certificados digitales.
"Ya no tendrá la empresa que contratar al proveedor, sino que a
través de Sunat podrá hacer el trámite para la certificación digital. Esa es la diferencia más grande, en línea con masificar el uso de facturación electrónica", resalta.
El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) señaló que las
entidades certificadas que antes brindaban los certificados digitales no cuentan con la infraestructura administrativa y tecnológica necesaria y suficiente para recibir solicitudes y entregar certificados digitales de manera masiva a nivel nacional. Con el DL 1370, se espera aumentar el uso de los comprobantes de pago electrónicos.
Carlos Oliva, titular del MEF proyectó que espera cerrar el
2018 con 200.000 empresas registradas; actualmente son 120.000.
Si bien la certificación digital es un costo que asumen las
empresas, otra traba importante para adherirse a la facturación electrónica es el cambio de proceso (de manual al electrónico), señala Mollo. Ello considera una inversión adicional de otro tipo de equipos, nuevos software.