El actual puente Lircay, escenario del suceso que die paso c la consolidación de la República.
Historiador resalta que el episodio ocurrido en Villa Alegre
“consolidó el ordeny el estado de derecho:>
TALCA (Darío Almendras, correspon-
sal).- Para el historiador villalegrino Jaime
González Colville, miembro del Instituto
Histórico de Chile y del Instituto de Inves-
tigaciones José Miguel Carrera, “la batalla
de Lircay habría carecido de consecuencias
si no se consolidan el orden y el estado de
Derecho, en forma definitiva, en la batalla
de Loncomilla, ocurrida en Villa Alegre, el
8 de diciembre de 1851”.
Hablando con “Las Ultimas Noticias”, el
investigador indicó que “si bieE es cierto, ss
altamente loable y digna de elogio la deci-
sión del Intendente de la Séptima Región,
Manuel Gamboa, quien por iniciativa del
periodista talquino Raúl Lara ha dispuesto
la conmemoración de la batalla de Lircay,
ello no debe ser tomado como un hecho ais-
lado ni de consecuencias definitivas, por
cuanto los resultados sociol6gicos, políticos
e incluso económicos de este hecho de ar-
mas sólo pudieron advertirse después de la
acción de Loncomilla, ocumda cinco ki-
lómetros al norte de la actual comuna de
Villa Alegre”.
González Colville es autor de varios tra-
bajos de investigación, entre ellos un acu-
cioso libro sobre la batalla de Loncomilia
editado en 1986, con prólogo del ex Minis-
tro del Interior Sergio Onofre Jarpa, obra
que obtuvo el premio Provincial de Historia
en 1987. Dijo que el mencionado hecho de
armas tuvo por escenario la “Hacienda de
Reyes” y el costado del actual puente sobre
el río Loncomilla, en el camino a Constitu-
ción. Allí, el general Manuel Bulnes, que re-
cién había entregado el mando supremo a
Manuel Montt, enfrentó y derrotó al ejér-
cito revolucionario del general José María
de la Cruz, quien intentaba llegar a Santia-
go y derrocar al gobierno legítimamente
constituido. De haberlo logrado, “habría
arrojado al país a las más espantosa anar-
quía”, expresó González.
“Bulnes -dijo el historiador-, al em-
puñar la espada contra su pariente consan-
guíneo (el general De la C m era su primo),
entendió que el dilema que enfrentaba el
país era trascendental y aun superior al de
1830, por cuanto si triunfaban los revolu-
cionarios, significaba, como dice enfática-
mente Encina, “el retroceso de Chile al ú1-
timo o penúltimo lugar en el concierto de
los pueblos hispanoamericanos”.
Gonziilez manifestó que al precipitarse la
crisis que desembocó en la batalla de Lir-
cay, “la clase dirigente, de opinión y culta
del país, no particip6 en la contienda, aun-
que después apoyó a Portales. Pero el triun-
fo no significó en absoluto la consolidación
del orden v el remeto a la naciente institu-
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fronda, de caudillismo y de revuelta queda-
ron latentes. Prueba de ello son las medidas
en extremo drásticas que debió tomar Por-
tales, que fueron desde el destierro hasta la
pena de muerte. Pero, aún así, no pudo evi-
tar el alzamiento de Vidaurre en Quillota,
que costó la vida del gran estadista”.
Ya como Presidente de Chile, “el general
Bulnes -agregó- tuvo que enfrentar tam-
bién audaces intentos revolucionarios, que
sofocó personalmente y espada en mmo.
Sin embargo, roua e m espiral de cuarteia-
zos y revueltas tuvo su culminación cuando
los ideólogos de la llamada “Sociedad de la
Igualdad” designaron al general José María
de la Cruz como candidato presidencial y,
una vez derrotado por Montt en 1851, se hi-
cieron fuertes en Concepción, para avanzar
sobre Santiago y dembar al gobierno. En-
tonces, al revés de lo ocurrido en 1830, esta
vez los sectores de opinión del país, la clase
influyente y culta, se puso sin condiciones
al lado de Manuel Montt, para “enfrentar a
sus adversarios y mantener el orden y el Es-
tado en forma, cueste lo que cueste, suceda
lo que suceda”, según explica Encina.
La batalla de Loncomiüa se dio en “Las
casas de Reyes”, dijo González Colville,
donde se atrincheró De la Cruz, y las “Ca-
sas de Chocoa”, donde Buines instaló su
cuartel general, las cuales aún se mantienen
en pie. Allí se colocó en 1986 una placa de
mármol que recuerda aquella acción bélica,
ocasión en que estuvo presente el consejero
de Estado Francisco Bulnes Sanfuentes, bis-
nieto del héroe de Loncomilla, el ex Minis-
tro Sergio Onofre Jarpa y otras autoridades.
Con esa bataila terminaron definitiva-
mente los movimientos subversivos y se
consolidó en el país uria era de progreso que
se extendió durante cuarenta años (1851-
1891), permitiendo a Chile obtener impor-
tantes progresos. “Por ello d i j o González
-es necesario que la comisión regional que
evalúe estos antecedentes, tenga en consi-
deración esta perspectiva histórica, por
cuanto la fecha que se determine como con-
memoración en cuanto a Lircay de este
acontecimiento, debe necesariamente con-
siderar la batalla de L o n c o d a como la ac-
ción que determinblas bases democráticas e
institucionales del país”.
El intendente de la Séptima Región, lue-
go de recibir la iniciativa del periodista tal-
quino Raúl Lara para que se conmemore la
batalla de Lircay, junto con felicitarlo, dis-
puso que una comisión estudie estos hechos
de armas que tuvieron por escenario la zona
de Talca. La misión está a cargo del secre-
tario regional del Ministerio de Educación,