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Estas leyes o grados de concentración dependen del valor de la sustancia de interés, o este
valor de las necesidades tecnológicas y de las leyes más frecuentes. Así, para que un
yacimiento de hierro sea beneficiable se requieran leyes del 25 al 65 por 100, la bauxita ha
de contener un 30 a 35 por 100 de aluminio. Las leyes de uranio o de cobre son del orden
0,05-2 por 100, mientras que las de plomo o cinc son del 3 por 100. El oro es beneficiable
con contenidos de unos gramos por tonelada. Estas leyes mínimas de utilidad dependen de
los gastos de explotación minera, de concentración o de comercialización de las menas
(parte útil de la extracción) y del transporte al centro de consumo.
- 1. Por su contenido en determinado elemento químico (Fe, Al, Na, Pb...). Entre éstos se
distingue entre elementos metálicos (Fe, Cu, Pb, Zn), y elementos no metálicos. Los
primeros tienden a concentrarse en los procesos geológicos del interior de la corteza
terrestre; en general se asocian al azufre en forma de sulfuros y constituyen unidades en
cierto modo independientes de las rocas, en forma de bolsadas, filones y capas. Los
elementos no metálicos (Al, K, Mg, Cl) se concentran en los procesos exógenos por
meteorización y extracción de parte de los minerales, dan lugar a suelos residuales,
evaporitas, capas en las series sedimentarias, etc.
Los yacimientos petrogenéticos pueden estar relacionados con los procesos geológicos
sedimentación, metamórficos o magmáticos. De éstos tienen especial interés los
posmagmáticos y los volcánicos, en particular las segregaciones sulfurosas de las rocas
volcánicas, denominadas pórfidos o riolitas cupríferas y las formaciones pegmatíticas de las
rocas plutónicas y metamórficas que contienen U, Th, tierras raras, Be, etc.
En los procesos hidrogenéticos, los fluidos geológicos o aguas profundas, cuya presión y
temperatura pueden ser muy elevadas, en cuyo caso se denominan hidrotermales, lixivian
los componentes metálicos existentes en los intersticios de las rocas y después de una etapa
de transporte deposita los concentrados en una barrera físico-química o en una trampa o
estructura tectónica adecuada. El transporte y la precipitación química pueden tener lugar:
en espacios creados por las aguas mineralizantes por disolución de las rocas carbonatadas;
en espacios naturales de las rocas como ocurre en las areniscas; a través de fisuras
tectónicas producidas en cualquier tipo de roca granitos esquistos; en espacios abiertos
como lagunas de evaporación, residuos de meteorización, depósitos estratigráficos o los
placeres detríticos.
Los yacimientos se clasifican según el elemento químico beneficiable en: yacimientos de
Fe, yacimientos de Co, etc. Según las rocas encajantes: yacimientos en calizas, yacimientos
en granitos. Por la forma de las bonanzas o zonas de concentración elevada: yacimientos en
filones, yacimientos diseminados, yacimientos metasomáticos o de acuerdo con el origen
de las aguas mineralizantes. Estas clasificaciones son más naturales, pero a veces son
complejas porque muchos yacimientos se producen cuando interaccionan fluidos de distinto
- Fluidos magmáticos que pueden ser juveniles, procedentes del manto y asociados a rocas
básicas (basaltos, peridotitas), suelen dar lugar a yacimientos de Cr, Fe, T, Pt, Ni o
regenerados en los procesos de granitización y dar lugar a yacimientos de Sn, W, Mo, Au,
Cu, As...
- Fluidos, liberados en los procesos metamórficos, dan lugar a las fisuras de las rocas
suprayacentes a yacimientos de Fe, Cu, Pb, H, Zn y Sb.
En las zonas oxidadas dan lugar a yacimientos de Fe, Cu, Pb, V.. y en las zonas reducidas
las mineralizaciones son de U, Cu, Pb, Zn, V.
Los yacimientos asociados a las rocas sedimentarias, tanto los estratigráficos como los de
infiltración, adquieren cada día mayor interés, pues aunque suelen ser de leyes bajas,
contienen grandes reservas, lo que unido a costos de extracción inferiores, proporcionan
mejores beneficios al permitir la construcción de grandes plantas de concentración que
pueden amortizarse en muchos años.
Ley de la sucesión faunística. Aceptamos que los fósiles se suceden en las capas siguiendo
una determinada ley que viene influenciada por la evolución.
Ley de La continuidad litológica. A esta ley también se la conoce como falsa ley de la
continuidad litológica, pues su campo de validez es mínimo a cualquier escala. Supone que
capas con la misma litología tienen igual edad.
Ley del actualismo. Se basa en la comparación entre lo actual y lo antiguo. «El presente es
la clave del pasado». Al principio de su publicación se admitió que las fuentes energéticas
que actuaron en el pasado eran las mismas que las que actúan en el presente, pero esta idea
la enmascaró un poco Lyell diciendo que los fenómenos no son los mismos, sino que son
análogos en naturaleza e intensidad (Principio de uniformismo).