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Esta carta fue escrita a Peter Wood, el director de Fiesta de cumpleaños, justo antes de que los ensayos empezaran para el estreno de la obra
olvidado totalmente, hasta que encontré una copia en un viejo archivo hace pocos meses. Había estado allí alrededor de 22 años. No es la clase
El debate entre Peter Wood y yo resultó académico ya que la pieza bajó en Londres después de una semana en cartel.
30 de marzo de 1958
Querido Peter:
La primera imagen de esta pieza, la primera cosa que escribí hace alrededor de un año fue una cocina, Meg, Stanley, copos de maíz y leche cuaj
sentaban, se paraban, se inclinaban, se volvían, incontrovertibles. Poco tiempo después aparecieron Goldberg y Mc Cann. Habían venido con un
para llevarse a Stanley. Así lo hicieron, sin que Meg lo supiera, sin que Peter pudiera hacer nada, Stanley arrastrado, final de la pieza. Esta era la
librarme de ella. No tenía en ese momento ninguna idea sobre qué o por qué. La cosa germinaba y crecía por sí misma. Procedía de acuerdo a s
seguía las indicaciones, el ojo atento a las pistas que yo mismo iba dejando. La escritura se acomodó por sí sola y sin problemas en términos dra
en mis oídos; era claro para mí lo que un personaje diría y cuál sería la respuesta del otro, en cualquier momento dado. Era claro para mí lo que
sea lo que fuere que uno deseara. Yo interfería sólo a nivel técnico. Mi tarea era no dañar su consistencia en ningún momento a través de mi pro
Cuando la cosa estaba cocinada empecé a formular ciertas conclusiones. El punto es que, in embargo, para entonces la pieza era ya su propio m
propia imagen generadora original. Mis conclusiones sólo fueron útiles en cuanto surgían del crecimiento de la obra misma. Cuando empecé a pe
puedo, que no es mucho) lo hice manteniéndome a tono con lo que sugería el material, juzgando la escritura total a través de una apreciación p
descriptos, o lo que creí que era una apreciación precisa. Nunca confronté el material con otro espejo, no lo remití a nada fuera de sí mismo. Con
La obra en sí misma. No es otra. Tiene su propia vida (cualquiera sea su mérito en términos dramáticos o sus logros y a pesar del displacer que
respecto a ella). Entiendo que usted querría que yo insertara una clarificación o juicio moral o ángulo del autor acerca de la obra, de la fuente m
puedo hacerlo.
Confundí el punto en discusión por hablar sobre lo que yo "pensaba" de los personajes. A quién invitaría a tomar el té, etc. Eso es irrelevante. La
mí, usted o cualquiera. Creo que lo que pasa en escena tendrá una potente imagen dramática y una buena cuota de esa fuerza va a ser visual, q
los personajes, y esto ayudará enormemente a la expresión de la cosa, la transmisión. El telón sube y baja. Algo ha sucedido. ¿No es cierto? Ridí
comentario. ¿Dónde está el comentario, la tendencia de la pieza, la nota explicatoria? En la obra. Todo lo que tiene que ver con la obra está en l
Muy bien. Usted sabe lo que yo pienso de Stanley. Pienso que tiene el derecho haga lo que haga o esté por hacer y al diablo con los costos. Eso
el punto de la pieza. Esa es una conclusión que saco de ella. ¿Es un punto expresado en la obra? Sólo por implicación, concedido. Y yo concluyo
implicación. Stanley pelea por su vida, no quiere que lo ahoguen. ¿Quién quiere? Pero él no es un personaje que sabe expresarse con claridad. L
establece que dos hombres vienen a llevarse a otro hombre y lo hacen. ¿Absorberá el público las implicaciones o no? Pregúntele a Magoya.
La reacción del público, me parece, podría ser una de estas tres: a) lo debieran haber dejado solo, b) el hijo de puta se lo merecía, c) es una mo
por supuesto d) ¡Qué fascinante!, ¿pero qué quiere decir? A lo cual contesto. El significado empieza en las palabras, en la acción, continúa en su
parte. No hay final para el significado. El significado que se resuelve, se parcela, se etiqueta y listo para exportar está muerto, inoportuno y care
propia pieza y pregunto, ¿qué pasa aquí? Noto, esto parece venir de aquello, yo concluiría esto otro, pero los personajes en sí no hacen nada am
suceso, una mañana, una noche, una mañana. Este suceso, tiene admitámoslo, un número de implicaciones. Cualquiera tiene el derecho de ver
-la cual es que él es lo que es- y por lo tanto ciertamente no puede expresarlo con claridad. Sólo sabe intentar justificarse a sí mismo a través de
engaños, a través de su miedo. Si él hubiera caído en la cuenta del hecho de que él necesita sólo admitirse a sí mismo lo que en realidad es o no
McCann no lo hubieran visitado-, y si lo hubieran hecho, no podríamos asegurar de ninguna manera el desenvolvimiento de la misma línea de ac
hombre. La obra hubiera sido otra. Una pieza con un héroe sensible, intelectual y capaz de examinarse a sí mismo y expresarse calramente, hub
Stanley es el rey de su castillo y pierde su reino porque lo valora y se valora equivocadamente. Debemos ser muy cuidadosos. La bota está ansio
eficiente.
¿Goldberg y McCann? Están muriéndose, pudriéndose, son escabrosos, arañas en descomposición, la flor de nuestra sociedad. Saben cómo move
¿Qué haría usted, dicen? En el tercer acto Stanley no puede hacer nada más que un ruido. ¿Qué más? ¿Qué más ha descubierto? Ha sido reducid
que un ruido de garganta. ¿Pero este sonido significa algo? Bien podría significar algo. Pienso que sí. El está tratando de ir más lejos. Está al bor
un borde largo, imposible, y la expresión, si él pudiera articularla, podría resultar ser sólo un profundo y "cataclismático" pedo.
¿Piensa que estoy bromeando? Póngame a prueba. Con el ruido de su garganta Stanley se aproxima más a la verdadera naturaleza de sí mismo
En esa encrucijada, usted apreciará, que no puede esperarse de él que recobre de repente el don de la palabra y pronuncie una pieza de auto an
puntualizar una pequeña moral. Tampoco lo hubiera podido hacer antes en la pieza porque jamás se le hubiera ocurrido justificarse a sí mismo e
ejemplo, podría Peter en su última conversación con Goldberg y McCann pronunciar el pensamiento del día en la homilía sobre "lo que hemos ap
experiencias" ya que, aparte de cualquier otra cosa, no estamos tratando con un hogar esclarecido y no hay Coro en esta pieza. En otras palabra
Nada de lo que he dicho significa que renuncio a la responsabilidad sobre mis personajes. Por el contrario. Soy responsable por ellos y ante ellos
pero confieso que la escribí con intención, maliciosa, expresamente, con control de su crecimiento. ¿Esto contradice todo lo que dije antes? Esplé
este control no fue lo suficientemente estricto o lúcido pero ¿quién supone que estoy luchando por la lucidez? Pienso que la casa está en orden.
jerarquía, el establishment, los árbitros, los monstruos socioreligiosos llegan para reformar y censurar a uno de los miembros del club que ha ren
(¿Cuál es su opinión a todo esto, sobre el acto de suicidio?) El posee sin embargo, apuesto, una cierta fibra; él pelea por su vida. No dura demas
una ciénaga engañosa, su mente una inconsistente caja de explosivos, se derrumba bajo el peso de la acusación de ellos - una acusación más pe
de siglos de tradición. Aunque inconformista no es tampoco un héroe ni un ejemplar revolucionario. Nada complaciente para que el público se id
al mismo tiempo, creo que habrá una mayor cuota de identificación que la que pareciera posible. Una gran parte, me parece, dependerá del acto
Stanley de sí mismo creo que emanará una cierta cuota de patetismo. ¿No podría cualquiera de nosotros encontrarse en el lugar de Stanley en u
En cuanto a la cuestión práctica del final del segundo acto. ¿dónde está la dificultad? Stanley se comporta extrañamente. ¿Por qué? Porque ha te
disminución, lo han dejado fuera de sí mismo, ha perdido toda comprensión adulta e involuciona hacia una malicia y travesura infantil, como su p
La obra es una comedia porque el conjunto de los acontecimientos es absurdo y vergonzoso. Es, sin embargo, como usted sabe, una pieza muy
Harold Pinter