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Introducción
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relaciones de poder entre las personas y el conocimiento en la escuela.
Básicamente es la narración de un encuentro entre dos educadoras que,
partiendo de un mismo contexto y habiendo recorrido caminos distintos, se han
dispuesto a repensar el currículum desde otro lugar.
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perspectivas educativas y empezamos una discusión acerca de cómo se piensa y
se trabaja el currículum de primaria en el aula, pues en aquel momento Ana
Carolina acababa de asumir su puesto como profesora en un primer año y estaba
bastante preocupada sobre cómo “enseñar a los alumnos todos los contenidos”
que le proponían en el programa del curso, puesto que había estado algunos
años lejos del contexto del aula como maestra. A mí me interesaba mucho la
cuestión de replantear la manera de enseñar a los alumnos y debatir el currículum
desde un punto de vista construccionista (Berger y Luckmann, 1967; Gergen,
1999; Ibáñez, 2001).
Más que las lecturas, nuestro primero encuentro dentro del aulario fue el
instrumento determinante para plantear cómo se desarrollaría la experiencia.
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Después de conocer el cuerpo administrativo de la escuela fui conducida a la sala
donde estaban Ana Carolina y los alumnos del primero año “C”, ella me presentó
a los niños de la clase y, en una conversación informal, les expliqué que estaba
muy interesada en estar en el aula y que habíamos conversado de antemano y
estábamos pensado en invitarles a participar en algo con nosotras. Cuando me
correspondió el turno de palabra pregunté a los niños sobre la posibilidad de
participar en el grupo como un miembro más del “equipo” y, resumidamente, les
conté que la propuesta era intentar aprender cosas de una manera diferente.
Rápidamente los niños se animaron a acogerme y participar en la experiencia.
Mientras los niños habían salido para participar en una actividad con la maestra
de Educación Física mantuve una conversación con Ana Carolina que fue
fundamental para terminar de establecer el rol que yo ocuparía en el aula. Ella
había sido en todo momento muy amable conmigo e intentaba hacerme sentir a
gusto en el espacio que, por tradición, tenía ella como actriz principal, pero yo
todavía notaba como si esperase algo de mí y la confirmación de mis sospechas
vino cuando me invitó a mirar los cuadernos de sus alumnos y me hizo la
siguiente pregunta:
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sobre la práctica de la otra. Estaba ahí para acompañarle y sentirme
acompañada, para enseñar y aprender con ella y con los niños. Como maestra
que también soy, imaginaba que en un primero momento no podía emitir
opiniones acerca de sus conocimientos, ya que al hacerlo desacreditaría a la
maestra como autora de un posible cambio en su trayectoria. En palabras de
Hernández y Sancho:
Al final de aquel primer día me fui de la escuela reflexionando sobre todo lo que
había pasado y relacionando lo que había vivido con los conocimientos que
llevaba dentro de mí, pero no me fui sin antes despedirme de Ana Carolina:
Ana, he estado pensado: ¿y tú? ¿Cómo lo ves? ¿Cómo te sientes con todo lo que
está pasando teniéndome a mí en el aula?
Durante los días que siguieron fui una presencia constante en el aula de Ana
Carolina donde, lejos de guiarnos por una metodología, optamos por pensar
nuestras posiciones (y la de los alumnos) bajo una óptica construccionista y
teniendo en cuenta la perspectiva educativa de los proyectos de trabajo
(Hernández, 2000, 2002,2004), donde “el proceso de aprendizaje esté basado en
las dudas e incertidumbres de los alumnos y los posibles lugares en donde buscar
respuestas, que no solo en la institución escolar o en el conocimiento del
profesor”. (Bellido, Paulino da Silva, Abakerli y Ventura, 2012, p.158).
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De acuerdo con Linuesa (2011), una perspectiva construccionista está
contrapuesta a la visión realista de concebir el conocimiento. Mientras que para
los realistas “el valor del conocimiento reside en su capacidad de reflejar una
realidad externa con cierto grado de fiabilidad” y accede a “una realidad objetiva”,
para la posición construccionista “tanto el conocimiento en general como el
conocimiento escolar son una construcción social que refleja determinados
valores dominantes” (p.14). Adoptar ese tipo de mirada nos hizo considerar que
existen otras maneras de concebir el mundo, más allá de una sola perspectiva, y
para nosotras supuso entre otras cosas rechazar el mito de una verdad única y
“abrir los ojos” a la posibilidad de considerar otras historias, alternativas a aquellas
que siempre nos han contado y que, a veces, también reproducimos cuando
asumimos el rol de maestro en la escuela.
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Desde ahí llegamos a la palabra “atmósfera” y para comprender ese concepto
consideramos la hipótesis de entrevistar a un “especialista en nubes”, que quizás
nos podría ayudar en esa aventura.
Es preciso, sobre todo, (...) que quien se está formando, desde el principio
mismo de su experiencia formadora y al asumirse también como sujeto de
la producción de saber, se convenza definitivamente de que enseñar no es
transferir conocimiento, sino crear las posibilidades de su producción o de
su construcción. (Freire, 2006, p.24)
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Discusión y conclusiones
Los docentes que optan por considerar otras maneras de mirar y narrar en el aula
adoptan un ángulo de visión que potencia la búsqueda de narrativas alternativas
sobre los asuntos que ocurren a diario. Es decir, el maestro que escoge trabajar
bajo una manera diferente de comprender la enseñanza, paulatinamente
abandona el concepto tradicional de enseñar una única verdad absoluta a los
alumnos y pasa a construir con ellos mapas de relaciones y versiones de los
acontecimientos u objetos estudiados.
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conocimientos, investigar en distintas fuentes por iniciativa propia y
lograr la participación de las familias en el aula. Pienso que eso ha sido
un beneficio estupendo. Para acabar, quiero destacar que evaluando
los conocimientos que trabajamos en el tiempo disponible logramos
tocar los contenidos desde distintos puntos de vista, (diferentes de la
forma en que se suele trabajar) de una manera mucho más
diversificada y significativa.
Referencias bibliográficas
Bellido, E., Paulino da Silva, F., Abakerli, M.B. & Ventura, M. (2012). El proceso
de reflexión sobre la documentación de un Proyecto de trabajo realizado por
alumnos de primero de primaria. En Hernández, F. & Aguirre, A. (Ed.)
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Ibáñez, T. (2001) Municiones para disidentes. Realidad-Verdad-Política.
Barcelona: Gedisa.
Rose, N. (2007). Terapia y Poder: Techné y Ethos. Revista Archipiélago., 76, 101-
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Sancho, J., Hernandéz, F., Larraín, V. & Montané, A. (2011). La entrevista como
espacio de relaciones en una investigación planteada como
acompañamiento. Recuperado de
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