Está en la página 1de 10

Este artículo es copia fiel del publicado en la revista Nueva Sociedad No 275,

n COYUNTURA mayo-junio de 2018, ISSN: 0251-3552, <www.nuso.org>.

América del Sur: ¿todo vuelve?

Martín Schapiro

Luego de dos potentes ciclos político-ideológicos –neoliberal y


progresista–, la región ha ido girando hacia la derecha. Pero los
nuevos líderes posprogresistas enfrentan la inestabilidad global
y restricciones políticas y económicas internas que les impiden
construir un proyecto político capaz de brindar certezas hacia
el futuro, además de aceptables niveles de bienestar social.
Lejos de llegar con ideas novedosas, su propuesta es encontrar
márgenes para reeditar las viejas; y sin coyunturas favorables
a escala global, sus proyectos solo pueden funcionar mediante
una regresiva transferencia de ingresos, con riesgosos escenarios
para el futuro democrático regional.

P ese a sus discursos «refundacio-


nales» referidos al cambio cultu-
ral, el gobierno del presidente argen-
amargamente de que había hablado a
los empresarios con el corazón y es-
tos le habían respondido con el bolsi-
tino Mauricio Macri afronta serias llo, Macri cayó en la cuenta de que el
dificultades en el terreno económico, mundo en 2018 está lejos del escenario
en el que supuestamente residía su «globalista» de los 90, más allá de las
principal fortaleza. Su confianza en «restricciones políticas» y los desequi-
una «lluvia de inversiones», alentada librios económicos internos difíciles
por sus políticas promercado y su cer- de resolver (inflación, aumento de ta-
canía personal con el mundo empre- rifas, turbulencias en el valor del dó-
sarial, rápidamente se enfrentó a las lar). Y las de Macri son dificultades
propias lógicas de los mercados. Si en comunes a otros gobiernos «pospro-
la década de 1980 el ministro de Eco- gresistas». En Brasil, Michel Temer
nomía Juan Carlos Pugliese se quejaba ha logrado sobrevivir, pero el país se

Martín Schapiro: es abogado especializado en derecho administrativo por la Universidad de Bue-


nos Aires (uba) y maestrando en Estudios Internacionales en la Universidad Torcuato Di Tella (utdt).
Palabras claves: consenso antipopulista, neoliberalismo, progresismo, América del Sur.
1. «Caen las expectativas políticas y la confianza en la economía» en Clarín, 19/4/2018.
5 Coyuntura
América del Sur: ¿todo vuelve?

encuentra envuelto en un halo de in- principales símbolos de una oleada


certidumbre y se ha reducido signi- regional de gobiernos de orientación
ficativamente su influencia regional, neoliberal que había avanzado, en ma-
como quedó patente con el abandono yor o menor medida, en el programa
–¿temporal?– de la Unión de Nacio- de reformas económicas estructurales
nes Sudamericanas (Unasur) por la conocido como Consenso de Washing-
mayoría de los Estados miembros, el ton durante la década de 1990.
deterioro institucional y el avance de
la violencia política y social. Es difícil El programa de reformas, que in-
imaginar hoy en día un conjunto de li- cluía privatizaciones a gran escala,
derazgos liberal-conservadores con la apreciación monetaria, desregulación
potencia de los «progresistas» de los financiera, apertura comercial y flexi-
años 2000. Y a ello se suman avances bilización laboral, se inscribía en un
progresistas en países que no pasaron clima de época global favorable, mar-
por el «giro a la izquierda», como Mé- cado por la caída del Muro de Berlín
xico y Colombia. Por todo esto, parece y el proclamado «fin de la Historia», y
difícil la construcción de un sistema resultó eficaz para dar por terminado
de creencias con la solidez del neoli- el ciclo de hiperinflaciones y crisis de
beralismo de los 90 o del progresismo deuda que había signado los años 80,
de los 2000. consagrados como la «década perdi-
da» de América Latina. Con estabili-
nnn zación económica y apoyo global, los
gobiernos neoliberales prometían
En 2001 caía en Argentina el gobierno inaugurar una etapa de crecimiento
de la Alianza para el Trabajo, la Justi- y eficiencia en toda la región.
cia y la Educación, liderado por Fer-
nando de la Rúa, y junto con él, el Las lacras de aquellos modelos tar-
régimen de convertibilidad que con- darían en manifestarse; durante los
solidó la paridad peso-dólar, en medio primeros y exitosos tiempos, la corrup-
de un estallido y una crisis social sin ción desplazaría al debate económico
precedentes en la historia argentina. del centro de las críticas. Presiden-
Antes, en 1999, el gobierno brasile- tes como Carlos Menem, Fernando
ño había convalidado una devalua- Collor de Mello, Alberto Fujimori y
ción del real, en medio de una crisis Carlos Salinas de Gortari presenta-
económica y un programa de ajuste ban vulnerabilidades evidentes en la
fiscal destinado a cumplir los com- materia, y ya desde el comienzo la co-
promisos con los acreedores extran- rrupción pasó a ocupar un lugar cen-
jeros. Brasil, por su peso específico, y tral de los discursos opositores. No
Argentina, por la radicalidad de sus fue otro que Luiz Inácio Lula da Silva
reformas, habían sido años antes los quien encabezó la campaña que, en
Nueva Sociedad 275 6
Martín Schapiro

1992, terminó en la destitución de El 20 de noviembre de 2002, de visita


Collor de Mello, en medio de enor- en Brasil tras la victoria de Lula, el en-
mes protestas populares. tonces presidente del Banco Mundial,
Jim Wolfensohn, declaraba muerto el
Fue sin embargo solo a finales de «Consenso de Washington». Dos me-
los años 90, tras una fuerte caída en los ses después, desde el emblemático
términos del intercambio y un em- Foro de Davos, el mandatario brasi-
peoramiento en las facilidades para leño encantaba a los inversores pro-
el endeudamiento, cuando los daños poniendo la conciliación del lucro
causados por el neoliberalismo se hi- empresario con el combate a la extre-
cieron evidentes e insalvables. Los ma pobreza y una distribución algo
problemas estructurales, sobre todo más equitativa del ingreso entre em-
en materia de carencias sociales, con el presarios y trabajadores. Después de
aumento pronunciado de la desigual- la deuda externa, la deuda de moda
dad, la desprotección causada por la en América Latina era la «deuda so-
retracción del Estado y la desocupa- cial». Y, para saldarla, los nuevos mo-
ción creada por la apertura comercial delos implementarían programas de
y la reconversión productiva, se hicie- transferencia directa de ingresos en
ron epidérmicos y se apoderaron del favor de los sectores más posterga-
centro del debate. A las viejas acusa- dos como paliativo para las situaciones
ciones contra el neoliberalismo latino- de desempleo y precariedad, am-
americano fundadas en la corrupción pliarían los alcances de la seguridad
se sumaron entonces las nuevas, por la social y crearían mecanismos de ar-
responsabilidad de la crisis. bitraje estatal favorables a los traba-
jadores en las disputas laborales; en
Tras algunos gestos y garantías al
este sentido, se destacó el aumento
establishment nacional y extranjero
sostenido de los salarios mínimos.
para permitir que el deseo de cambio
En contrapartida, los empresarios
se impusiera sobre los temores de re-
se beneficiarían de una reducción de
greso de crisis pasadas, la región abría
la conflictividad social, así como del
una nueva etapa. Hugo Chávez, en
aumento del consumo.
1998, inauguró un ciclo de transfor-
maciones de signo político al que
Según el Banco Interamericano de
se sumaron Brasil, Argentina, Uru-
Desarrollo (bid), entre 2002 y 2014, to-
guay, Bolivia y Ecuador. En todos
dos los países de América Latina –a
los casos, con mayor o menor radi-
excepción de México– experimenta-
calidad, los nuevos gobiernos pro-
ron una reducción significativa de la
metían una regeneración nacional,
desigualdad. Si en 2003 el índice de
tanto social como moral.
Gini latinoamericano era de 0,542, en
nnn 2013 se ubicaba en 0,486, una mejora
7 Coyuntura
América del Sur: ¿todo vuelve?

del segmento más pobre de alrede- ejecutivos de Techint, que recibieron


dor de 10% en su relación con el seg- casi 2.000 millones de dólares del go-
mento más rico de la sociedad. La bierno venezolano tras la estatización
supuesta tensión entre distribución de la siderúrgica Sidor3.
del ingreso y crecimiento económico
no se verificó, y el promedio del creci- Al calor del aumento del consumo, cre-
miento regional se mantuvo cercano cieron la confianza de los sudame-
a 4% anual. No es de extrañar que en ricanos y la confianza en América del
el mismo periodo, según la Comisión Sur. Si el patrocinio norteamericano y
Económica para América Latina y el las inversiones europeas habían mo-
Caribe (Cepal), la pobreza se reduje- torizado los proyectos de integración
ra de 43,9% a 28% y la indigencia, de regional durante los años de desin-
19,3% a 12%2. flación y privatización de la década
anterior, los de esta etapa fueron
Quizás por primera vez en la histo- «endógenos». La Unión de Naciones
ria latinoamericana, durante algún Suramericanas (Unasur) y la Comu-
tiempo, ganaron todos. Algunos co- nidad de Estados Latinoamericanos
mieron tres veces por día por prime- y Caribeños (Celac) se posicionaron
ra vez, otros pudieron comprar autos, como una novedad en el tratamiento
heladeras, equipos de aire acondicio- de problemáticas regionales, tanto por
nado y celulares. Mientras, los más ri- la extensión de los países que abarca-
cos contaban dinero y el crecimiento ban como por el peso del que excluían
compensaba con creces la menor par- (Estados Unidos). Fue un tiempo de
ticipación relativa en los ingresos na- diplomacias presidenciales: los más
cionales. Si durante la década de 1990 carismáticos aprovecharon para po-
personajes como Fernando Henrique sicionar globalmente a sus países.
Cardoso, uno de los intelectuales más Chávez, referente de los países más
reconocidos de la izquierda regio- radicalizados, desafiaba al presidente
nal, había abrazado el clima de épo- norteamericano en la propia Organi-
ca como arquitecto del «neoliberal» zación de las Naciones Unidas (onu),
Plan Real, los signos distintivos de teorizaba junto a intelectuales y poli-
la fiesta latinoamericana de los años tólogos europeos sobre el socialismo
2000 también se extendieron trans- del siglo xxi y, de la mano de la diplo-
versalmente. Los gobiernos derechis- macia petrolera, extendía su pro-
tas en países como Colombia o Perú pio proyecto integrador, la Alianza
implementaron programas sociales,
mientras que incluso las izquierdas 2. Gerardo Caetano y Gustavo de Armas: «Po-
más radicales del continente conse- breza y desigualdad en América Latina» en El
País, 30/3/2015.
guían entendimiento con sus bur- 3. «Expropiación a valor de mercado» en Pági-
guesías, como podrían atestiguar los na/12, 8/5/2009.
Nueva Sociedad 275 8
Martín Schapiro

Bolivariana para los Pueblos de Nues- seriamente la rentabilidad empresa-


tra América (alba), por América Cen- rial, al tiempo que distribuía parte
tral. Mientras, el presidente obrero de esos recursos por vía de diversos
brasileño, cara visible de los mode- subsidios que beneficiaron tanto a
rados –saludado por The Economist, los ciudadanos como a diversas in-
Financial Times y hasta el propio Ba- dustrias dedicadas a la producción
rack Obama como el presidente más para el mercado interno. El origen de
popular del mundo–, intentaba utili- la demanda, en el mercado asiático y
zar su popularidad para posicionar la necesidad de esas materias primas
a Brasil como actor relevante a escala vinculada a sus numerosísimas po-
mundial. Desde el intento de globali- blaciones y sus altas tasas de creci-
zar sus grandes empresas nacionales miento, hacía pensar en un fenómeno
hasta el de constituirse en mediador que no sería pasajero. En su discurso
en el conflicto por el programa nu- en la Cumbre del Mercado Común
clear iraní, pasando por su expansión del Sur (Mercosur) en 2008, la presi-
a África, Brasil encaró un proyecto denta argentina, Cristina Fernández de
autónomo cuyo punto más alto fue la Kirchner, aventuraba que se había
formalización del grupo bric junto a producido una modificación esencial
Rusia, la India y China, al que luego en los términos del intercambio, que
se sumaría Sudáfrica. calificaba como «una oportunidad in-
édita». Ese mismo año, los precios de
nnn los commodities sufrieron una breve si
bien pronunciada caída, debido a la
Lejos de una fórmula alquímica o mi- crisis económica global generada en
lagrosa, aquel ciclo de crecimiento los países centrales. Se recuperaron,
contó con una inestimable dosis de sin embargo, rápidamente, y sin vol-
ayuda de las condiciones externas. ver a tocar su techo, se estabilizaron
Entre 2002 y 2008, los precios de los en valores altos que se mantendrían
commodities se multiplicaron más de hasta 20144.
cuatro veces, desde valores mínimos
hasta máximos históricos. La fórmula de las izquierdas latinoa-
mericanas para generar consensos
Siempre competitivo debido a la extendidos requería tanto de la ex-
abundancia de recursos naturales a lo pansión del Estado y su voluntad re-
largo del continente, el sector prima- distributiva como de condiciones in-
rio exportador permitió generar divi- ternacionales favorables. En presencia
sas genuinas, fortaleció los resultados
de la balanza comercial y habilitó
4. Fuente: Fondo Monetario Internacional (fmi),
un aumento en la captura de recur- <www.imf.org/external/np/res/commod/
sos por parte del Estado sin afectar Charts.pdf>.
9 Coyuntura
América del Sur: ¿todo vuelve?

de ambas y con relatos fundaciona- las materias primas y la tasa de inte-


les que contrastaban el presente ex- rés del Sistema de la Reserva Federal
pansivo con un pasado de pobreza y (Fed) que por las muy cambiantes po-
exclusión, durante años ocuparon el líticas internas de los países.
centro indisputado de la escena. Las
clases dominantes, si bien material- Frente al crecimiento exponencial de
mente satisfechas, quedaron huérfa- los valores de las materias primas du-
nas de representación política. Obli- rante la primera etapa del ciclo pro-
gadas a ceder participación relativa gresista, la parte final fue de relativo
para garantizar ganancias absolu- estancamiento, si bien en valores his-
tas, debían convivir con movimien- tóricamente elevados. La economía
tos gobernantes que no eran los su- quedó sin una locomotora que im-
yos. Sin referencias opositoras claras pulsara el crecimiento. La respuesta
ni partidos fuertes, el lugar de la de los sectores de mayores ingresos a
oposición fue ocupado por los me- un modelo que les había garantizado
dios de comunicación. A imagen y sus ganancias manteniendo vocación
semejanza de la década de 1990, la redistributiva se hizo sentir en los
corrupción se convirtió nuevamente relativamente bajos niveles de inver-
en la línea principal de ataque con- sión privada, incapaces de garantizar
tra gobernantes electoralmente in- un crecimiento sostenido por fuera
vulnerables, esta vez progresistas. del ciclo económico. Ese lugar tampo-
Estos ataques, a veces fundados y co fue ocupado por los Estados, cuya
otras antojadizos o selectivos, hora- intervención resultó, en la mayoría de
daban sin embargo las pretensiones los casos, ineficiente para llevar a cabo
morales del discurso refundacional las transformaciones necesarias de la
e igualaban a los gobernantes pro- estructura productiva y, algunas ve-
gresistas con el imaginario asociado ces, absolutamente contraproducente,
a sus predecesores neoliberales. como en el caso venezolano, donde
las intervenciones estatales sobre el
nnn sector privado agravaron sistemáti-
camente cada uno de los problemas
Según el minucioso estudio de los del país. Los gobiernos acusaron este
politólogos Daniela Campello y Ce- desgaste. Mientras el sostenimiento
sar Zucco Jr., los gobiernos suelen co- de los logros de los trabajadores sin-
sechar el rédito, o ser culpados, por dicalizados y los beneficiarios de pla-
circunstancias que en gran parte no nes sociales comenzaba a impactar en
manejan5. A lo largo de décadas, la
popularidad de los gobernantes lati-
5. D. Campello y C. Zucco Jr.: «Presidential
noamericanos estuvo más determi- Success and the World Economy», Fundación
nada por el precio internacional de Getúlio Vargas, 3/11/2015.
Nueva Sociedad 275 10
Martín Schapiro

el bolsillo de las clases medias y me- contribuyentes. La caída –sensible–


dias altas, los principales actores eco- de los precios de las materias primas
nómicos se abocaron activamente a la terminó de acentuar el desgaste de
construcción de un bloque de oposi- los modelos económicos, motivado
ción viable. Los dirigentes opositores sobre todo por la restricción externa,
asumieron algunos logros oficialistas, y ninguna de las respuestas ensaya-
sobre todo en materia de programas das por los principales países de la
sociales, buscando ampliar el espec- región proveyó siquiera una pista so-
tro de votantes y dando nacimiento bre un camino posible.
a lo que José Natanson bautizó como
«nuevas derechas latinoamericanas»6. La profundización del modelo vene-
La segunda etapa de la oleada pro- zolano derivó, a su turno, en una ca-
gresista resultó más conflictiva que la tástrofe humanitaria y en una crisis
primera y, lejos de los resultados ple- económica sin antecedentes en el país,
biscitarios de antaño, la estrechísima contenida mediante un incremento
elección de Nicolás Maduro en 2013, del autoritarismo gubernamental y del
aun con el impulso del fallecimien- rol de los militares, por encima de los
to de Chávez, y la no menos dispu- votos, como garantes últimos del go-
tada reelección de Dilma Rousseff en bierno7. En Argentina, la decisión del
2014 –sostenida por la popularidad de gobierno de posponer el tratamien-
Lula– se sumaron al fortalecimiento to de los desequilibrios económicos
de la oposición parlamentaria a Cris- estructurales acumulados en la eco-
tina Fernández de Kirchner en las nomía evitó una crisis, pero no la
elecciones de medio término de 2013. victoria de Macri. Mientras tanto, en
Emergieron así oposiciones de centro- Brasil, el intento de Rousseff de rea-
derecha que prometían cambiar, pero lizar un ajuste suave, acomodar el
«mantener lo bueno». déficit fiscal y relanzar el proceso de
crecimiento derivó en una contrac-
Hacia comienzos de 2015, todos los ción económica y privó a la presiden-
factores que en algún momento ha- ta de su base de apoyo entre los más
bían convertido la intervención esta- pobres, sin mejorar su posición frente
tal en virtuosa dinamizadora de la a las clases dominantes. Movilizacio-
demanda interna, garante de la ma- nes callejeras, causas judiciales, cons-
yor equidad y engranaje armoniza- piraciones políticas y operaciones
dor entre capital y trabajo, mutaron
casi por arte de magia –en las percep-
6. J. Natanson: «La nueva derecha en América
ciones de la opinión pública– en fac- Latina» en Le Monde diplomatique edición Cono
tor asfixiante de la iniciativa privada Sur No 185, 12/2014.
7. V. «Venezuela: el ocaso de la revolución», el
y fuente de corruptelas y clientelis- Tema Central de Nueva Sociedad No 274, 3-4/2018,
mo, financiado con el esfuerzo de los disponible en <www.nuso.org>.
11 Coyuntura
América del Sur: ¿todo vuelve?

mediáticas mediante, el resultado de de ese relato sostiene que la riqueza


ese fracaso es conocido. creada fue dilapidada en sostener la
estructura corrupta de los partidos
nnn gobernantes, lo que volvería posible,
mediante un proceso de purificación
Aun con la particularidad de que su de la clase política, una reconducción
llegada no se hubiera producido por a los países al camino de grandeza al
los canales democráticos habituales, que se encuentran destinados. La en-
el desembarco de Temer en el Planal- carnación más pulida de esa ilusión
to no desentona en el mapa político «honestista»8 es el juez brasileño Ser-
regional. Las elecciones argentinas, gio Moro. Sus dos detenidos más em-
chilenas, paraguayas y peruanas con- blemáticos, Lula y Marcelo Odebrecht,
sagraron a candidatos derechistas. En encarnan una narrativa cuyos ten-
Ecuador, un victorioso Lenín Moreno táculos se extienden por toda América
decidió romper con Rafael Correa y Latina. Si Lula es el principal referente
apoyarse en la oposición conservado- político del proyecto de conjugación
ra para desplazarlo del mapa político de autonomía, igualdad y crecimien-
ecuatoriano; y, al margen de la crisis to en un continente atrasado, des-
venezolana, solo Uruguay y Bolivia igual y dependiente, Odebrecht es,
mantienen el crecimiento económi- para bien o para mal, el rostro de la
co como los oficialismos elegidos en clase empresarial que estaba llama-
la década anterior, lo que no excluye da a darle sustento. Pródiga en libe-
un escenario lleno de dificultades, ralidades para todos los gobiernos de
como lo demuestran la renuncia del la región y crecida al calor de contra-
vicepresidente uruguayo Raúl Sendic tos espurios con los Estados, alcanzó
tras un escándalo de corrupción y la sin embargo a competir en igualdad
derrota de Evo Morales en el referén- de condiciones con empresas chinas,
dum constitucional de 2016, solo re- norteamericanas o europeas. No es de
vertida en forma pretoriana por los extrañar, entonces, que su caída haya
tribunales. arrastrado la de los representantes de
la etapa agotada, a la izquierda y a la
Se ha vuelto un lugar común hablar derecha de arco político. En su cruza-
del fin del ciclo populista en América da, Moro cuenta con una ventaja di-
Latina, señalando a los gobiernos de fícil de exagerar: sus decisiones solo
izquierda o nacional-populares cuyas impactan directamente sobre los al-
falencias explicarían una nueva opor- canzados por los procedimientos ju-
tunidad perdida para la región, tras diciales. Comparte esta ventaja con
haber desaprovechado un contexto
internacional favorable. La versión 8. Martín Caparrós: «Honestismo» en El País,
menos sofisticada y más extendida 23/4/2013.
Nueva Sociedad 275 12
Martín Schapiro

todos y cada uno de los jueces de la marco, cualquier esquema suficiente-


región, llamados desde las empresas mente audaz de reducción impositiva
de medios a mirarse en su espejo. como para tentar el apetito empresa-
rio resulta inviable.
Ni Temer, ni Macri, ni Moreno cuen-
tan con esa ventaja. En última instan- Por último, y como ha sido señalado
cia, será el impacto de sus gestiones hasta el hartazgo, el mundo al que los
en el nivel de vida de la población lo nuevos gobiernos intentan abrirse es
que determine si tendrán éxito en po- el opuesto al del anterior proceso de
ner fin al ciclo anterior y, sobre todo, reformismo capitalista, a principios
en iniciar uno nuevo. Lejos de llegar de los años 90. Desde la elección de
con ideas novedosas, su propuesta Donald Trump, eeuu abrazó y acen-
es encontrar márgenes para reeditar tuó una tendencia estructural de
las viejas. Desregulación económica, disminución de su propio liderazgo,
apertura comercial, flexibilización rechazo de sus impulsos globalistas
laboral y privatizaciones aparecen y competencia con China, el otro so-
nuevamente en el menú de recetas cio comercial importante de la región.
destinadas a atraer a los inversores En estas condiciones, el proyecto de
extranjeros y moderar niveles salaria- las derechas regionales se ubica más
les que afectarían la competitividad cerca de perder lo ganado que del es-
de los empresarios locales. En ausen- bozado intento de construir hegemo-
cia de condiciones internacionales nía. Convencer a las personas de vivir
extraordinarias, sin embargo, se en- peor no es sencillo, e incluso si tuvo
frentan con las dificultades de reducir evidentes problemas de sustentabi-
Estados que crecieron enormemente lidad y fue posibilitado por un ciclo
en tamaño y responsabilidades des- extraordinario de crecimiento basado
de el final de la década de 1990. Los en factores externos, muchos perciben
amplios consensos sobre la necesidad que el de la última década fue un pro-
de sostener las políticas sociales para yecto para ensanchar el campo de los
los ciudadanos más empobrecidos y beneficiarios.
la dificultad para afectar prestacio-
nes de seguridad social ponen un lí- Si no se repitieran circunstancias ex-
mite estructural a cualquier política traordinarias, recuperar el estado de
viable de reducción del presupuesto cosas anterior al advenimiento de la
estatal, mientras las elecciones agre- oleada progresista requiere una enor-
gan presiones coyunturales y las po- me transferencia de riqueza de po-
sibilidades de financiar las reformas bres a ricos. Ni el deslucido final de
mediante el recurso al endeudamiento sus ciclos de gobierno, ni las extendi-
se encogen al ritmo del aumento de das (y muchas veces probadas) acu-
las tasas de interés de la Fed. En este saciones de corrupción, ni la imagen
13 Coyuntura
América del Sur: ¿todo vuelve?

del descalabro venezolano, presentado volatilidad peligrosa incluso para la


como el único final posible para cual- continuidad democrática. La situa-
quier intento igualitario, alcanzan ción brasileña, donde Lula encabeza
para otorgarle brillo a esa circunstan- todas las encuestas para la elección
cia. El riesgo, sin factores estructura- presidencial mientras el establishment
les favorables, es que un choque entre empresarial apoya sin fisuras su de-
el proyecto de las elites y las nostal- tención, al tiempo que aumentan los
gias populares de un precario pero episodios de violencia contra las or-
presente Estado benefactor ahuyen- ganizaciones sociales, ofrece apenas
te cualquier posibilidad de compro- un esbozo del oscuro escenario posi-
miso y termine por alimentar una ble para el futuro cercano.

RE­VIS­TA DE CIEN­CIAS SO­CIA­LES


Mayo de 2018 Quito No 61

DOSSIER: Hacia una reapropiación de la geografía crítica en América Latina. Presentación del
dossier, Sofía Zaragocin Carvajal, Melissa Moreano Venegas y Soledad Álvarez Velasco.
Las «otras» geografías en América Latina: alternativas desde los paisajes del pueblo Chatino,
Gerónimo Barrera de la Torre. Geografías de la cocaína: trayectos de mujeres colombianas en-
carceladas por drogas en Ecuador, Ana María Cerón Cáceres. El mapa son los otros: narrativas
del viaje de migrantes centroamericanos en la frontera sur de México, Rodrigo Parrini Roses
y Edith Flores Pérez. Cartografía social de Chapiquiña: reivindicando los derechos territoriales
indígenas en los Altos de Arica, Chile, Joselin Leal Landeros y Alan Rodríguez Valdivia.
Ideologías geográficas y producción de la naturaleza: elementos para pensar la resignación de los
bosques frente a la crisis del capital, Luis Fernando De Matheus y Andrei Cornetta. Pueblo
de papel: la producción social del territorio en el poblado industrial de Atenquique, México,
Alejandro Ponce de León Pagaza. ENSAYO: Evocación a Jorge León Trujillo (1948-2017),
Hernán Ibarra. ENSAYO VISUAL: Cuerpo / territorio, Sofía Acosta «La Suerte». TEMAS:
Saber hablar: construcción del capital militante en movimientos populares en Argentina, María
Mercedes Palumbo. Prácticas políticas de los sectores populares en Río de Janeiro: urbaniza-
ción de la favela Santa Marta, Maximiliano Duarte Acquistapace. RESEÑAS.

Íconos es una publicación cuatrimestral de Flacso-Ecuador, La Pradera E7-174 y Av. Almagro,


Quito, Ecuador. Tel.: (593 2) 3238888. Correo electrónico: <revistaiconos@flacso.org.ec>. Pá-
gina web: < www.revistaiconos.ec>.

También podría gustarte