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Esteban Echeverría
“Nos falta un libro para el pueblo; y el pueblo es el que más necesita la instrucción.
¿Dónde está el libro escrito para el pueblo; que sea el consejero de las familias; que
enseñe a las madres y a los padres cómo deben criar, educar y dirigir a sus hijos; que
esparza las semillas de las virtudes en los años fértiles de la infancia y la juventud; que
enjugue las lágrimas de la desgracia; que levante algunos de la sima de los vicios, y guíe a
todos por el áspero camino de la vida al fin dichoso y eterno de las almas? Pues bien,
señores: este libro tan útil, tan necesario, aparecerá entre nosotros”.
Marcos Sastre
Los románticos de la Generación del '37 se consideraban «hijos» de la Revolución de
Mayo, acaecida en 1810, porque habían nacido poco después de su estallido. Sin embargo,
consideraban que eran los únicos capacitados para hacer progresar el país, y que tendrían
que haber sido los «abuelos» de la Revolución. Se consideraban contrarrevolucionarios ya
que —aunque estaban de acuerdo con haberse independizado de España— no compartían
cómo se había llevado a cabo dicha revolución.
La Generación del '37 se caracterizó por el distanciamiento con respecto a la tradición
española y se manifestó en la literatura mediante la adopción del Romanticismo francés y el
inglés como modelos.
Se definian como "ni unitarios ni federales", ellos querian tomar lo mejor de los unitarios y
de los federales y con eso hacer un proyecto para el país. Eran en materia política liberales:
creían en la democracia, la soberanía popular, querian libertades absolutas en creencias,
pensamiento, etc. Para los hombres del 37, los males de su país se reducían principalmente
a tres: la tierra, la tradición española y los grupos étnicos locales. Solo la transformación
previa de estos factores conduciría al triunfo del progreso; por eso, de su análisis surge
también una serie de soluciones para enfrentar los problemas planteados.
La consolidación de estos ideales dentro del grupo y la notoria enemistad mutua entre estos
hombres y Rosas llevó a que muchas obras literarias tuvieran fines netamente políticos y
anti-rosistas.
Aquí van algunos fragmentos:
Los esclavos, o los hombres sometidos al poder absoluto, no tienen patria, porque la patria
no se vincula a la tierra natal, sino en el libre ejercicio de los derechos ciudadanos.
Esteban Echeverría
La sociedad argentina estaba [a 1837] dividida en dos facciones irreconciliables por sus
tendencias y sus odios. La federal, vencedora, que se apoyaba en las masas populares y
era la expresión genuina de sus instintos semibárbaros, y la unitaria, vencida, en el
destierro, con buenas tendencias, pero que había fundado escuelas sin bases locales de
criterio socialista y algo antipática por sus arranques soberbios de exclusivismo y
supremacía.
Esteban Echeverría, en su Ojeada retrospectiva.
Por un lado dos muchachos se adiestraban en el manejo del cuchillo, tirándose horrendos
tajos y reveses, por otro, cuatro, ya adolescentes, ventilaban a cuchilladas el derecho a
una tripa gorda y un mondongo que habían robado a un carnicero E…]. Simulacro en
pequeño era éste del modo bárbaro con que se ventilan en nuestro país las cuestiones y los
derechos individuales y sociales
Esteban Echeverría, en El Matadero