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El corto plazo requiere decisión, el medio exige tenacidad, y el largo plazo, mucha fe y

valentía.

En mi profesión me encuentro con gran frecuencia, comentarios relacionados con el corto,


medio y largo plazo.

Es habitual que un profesional atareado y agobiado por su día a día (algo que no nos
sorprende a nadie) diga que no tiene tiempo para pensar en el medio y mucho menos en el
largo plazo. Suele estar convencido de que su día a día es parecido a un apagar fuegos
continuo que no le deja pararse a pensar en cómo debieran hacerse las cosas.

Lo curioso es que ese hoy agobiado por tanta tarea y tanto apagar fuegos, se reproducirá
mañana y pasado mañana y pasado pasado mañana. La situación de hoy se reproducirá con
tenacidad trasladando en el tiempo de forma inexorable la oportunidad del medio y del
largo plazo.

Cuando nos quedamos con esta reflexión como verdad indiscutible, estamos
condenándonos a una existencia de “apagafuegos” que aparte de acabar con nuestras
fuerzas, provoca una progresiva pérdida de ilusión y confianza en lo que el futuro puede
aportarnos como valor.

Sin embargo, en el momento en que introducimos un pequeño matiz


en nuestras reflexiones, todo esto puede cambiar de forma sustancial.

¿Cuándo podemos intervenir en el medio y el largo plazo? Si uno piensa en esta pregunta y
lo hace con serenidad, se da cuenta de que el único momento en el que puede intervenir
para modificar el medio y el largo plazo, es precisamente hoy. Es decir, sólo será en algún
“hoy” concreto cuándo podremos actuar sobre lo que no ha ocurrido aún para convertirlo en
consecuencia de lo que estemos haciendo en ese “hoy”.

Continuando con ese pensamiento, terminamos dándonos cuenta de que para provocar
cambios mañana, basta con incorporar pequeños cambios hoy. Pequeños cambios que no
suponen esfuerzo importante en sí mismos, sino que exigen mantener la alerta necesaria
para no dejar que pasen de largo.

Al final, el peor enemigo de las mejoras a medio y largo plazo, no es nuestro complejo y
agobiante hoy, sino nosotros mismos.

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