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SILENCIO

Todo trayecto largo agradece una pausa.

Estación de servicio,

seis y cuarto:

la camarera limpia

las manchas de café que hay en la mesa.

Tomo nota:

también las relaciones dejan manchas,

o mejor:

en cada relación hay un arroyo

y si se estanca

su agua se corrompe.

No dices nada.

Ya no dices nada.

Tras el cristal,

veo girar la tarde


en las llantas de una furgoneta.

Deja un rastro de humo al alejarse:

como el pasado.

Como ahora.

JOSEP M. RODRÍGUEZ

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