El entender este proceso es fundamental para entender cómo
funciona el cerebro, ya que el aprendizaje es el elemento básico de la inteligencia humana y de la mayoría de los procesos cerebrales.
Desde el punto de vista neurocientífico, el aprendizaje se puede
definir como cualquier variación en las redes sinápticas, producida por la percepción de nuevos estímulos del mundo exterior –información teórica, práctica o experiencias de vida- o desde el mundo interior -mediante el pensamiento- que produzca cambios en el comportamiento y/o en el pensamiento, entendiendo por cambios en el comportamiento el que variemos la respuesta ante el mismo estímulo.
A través del aprendizaje y la memoria vamos construyendo
nuestro mundo interior (nuestro yo) y a través de él evaluamos la realidad exterior. IMPORTANCIA DEL CONOSIMIENTO Y DEL APRENDZAJE
El aprendizaje es parte de la estructura de la educación y tiene
una importancia fundamental para el ser humano, ya que, cuando nace, se halla desprovisto de medios de adaptación intelectuales y motores. Durante los primeros años de vida, el aprendizaje es un proceso automático con poca participación de la voluntad, después el componente voluntario adquiere mayor importancia (aprender a leer, aprender conceptos, etc. dándose un reflejo condicionado, es decir, una relación asociativa entre respuesta y estímulo.
A veces, el aprendizaje es la consecuencia de pruebas y errores,
hasta el logro de una solución válida. De acuerdo con Pérez Gómez (1992) el aprendizaje se produce también, por intuición, o sea, a través del repentino descubrimiento de la manera de resolver problemas.