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EL CONCEPTO DE FALO “Las Mujeres y sus goces” Silvia E.

Stendraz

El concepto de falo fue variando en la obra de Lacan:

1) El falo comienza siendo un significado (esta perspectiva guarda cierta


ambigüedad hasta acentuarse su estatuto significante: se desplaza de lo
imaginario a lo simbólico).

“No se trata de un termino del desarrollo evolutivo, sino de un significado que se


produce en el sujeto durante su estructuración edipica. La madre nunca esta a
solas con el niño, siempre existe un tercer término que es el falo”.

En el esquema R (“De una Cuestión Preliminar…”) especifica el valor de imagen


que cobra el falo: “El tercer término del ternario imaginario, aquel en el que el
sujeto se identifica opuestamente con su ser de vivo, no es otra cosa que la
imagen fálica…”. La madre simboliza en el falo el objeto del deseo.

Miller: la metáfora produce un plus de significación. La metonimia introduce una


negatividad, un menos. La significación metonímica del falo se presenta en el
tríptico madre- hijo- falo. La metafórica, en la acción de la Metáfora Paterna.

2) El falo como significante del deseo: (”La Significación del Falo”) (1958)

“El falo aquí se esclarece por su función…no es una fantasía (efecto imaginario).
No es tampoco como tal un objeto…Menos aun es el órgano, pene o clítoris que
simboliza. El falo es un significante particular: es el significante del deseo y no se
reduce a una captación imaginaria”.

(La función aquí concierne al deseo y difiere de la función fálica posterior).

Por otra parte, hay una doble vertiente:

1) Es el conjunto de los significantes: la batería significante

2) Designa el conjunto de los significados nombrados por un significante.

El lenguaje da nacimiento al deseo. La demanda es “la significación de la


necesidad…que proviene del Otro en la medida en que de él depende que la
demanda sea colmada”.

El reino del instinto, de la necesidad, queda perdido para el hablante, puesto que
la necesidad se metaforiza en la demanda (sin recubrirla por completo) el resto de
esta operación es el deseo.
La necesidad del niño queda confrontada a la discontinuidad significante de la
respuesta de la madre: es la estructura del mensaje invertido (el mensaje del Otro
se le dirige como tu, pero el niño lo recibe en forma invertida, en tanto yo).

La necesidad queda apresada en la red significante como sentido del Otro.

Lacan distingue dos valores de la demanda:

1) articulación significante
2) demanda de amor

La demanda de amor busca los signos de presencia del Otro todopoderoso en


forma incondicional. El Otro primordial (la madre) al responder a esta demanda lo
reconoce como faltante, en tanto ella misma es confrontada a la falta.

Lo que el niño demanda esta del lado de la necesidad o del amor, pero el deseo
se sostiene en el Nombre del Padre, en la medida que introduce una hiancia entre
la madre y el niño.

Una de las dimensiones fundamentales del significante es poder anularse a si


mismo a través de la barra (la tachadura). Desaparece, pero queda su lugar (no su
marca). El órgano fálico al desaparecer se vuelve significante

La barra puesta sobre el Otro inscribe el falo como significante y marca así lo que
el Otro desea en tanto que tachado S(₳). La división del Otro se produce por la
acción del significante fálico.

El falo simbólico nombra: 1) la acción del goce, y al mismo tiempo 2) la castración,


porque es una simbolización de la falta.

3) Es el significante del goce

ɸ significante del deseo (encarnando la tachadura del Otro (₳)

φ como objeto metonímico (circula del lado de lo imaginario)

-φ castración imaginaria (no hay imagen de la falta)

La negativización del falo tiene dos consecuencias:

1) se vuelve el significante del deseo, pero al mismo tiempo

2) concierne al goce volviéndose la “reserva libidinal”. No es especularizable,


recortada de la imagen.

Se produce así un desplazamiento del falo como el significante del deseo, al falo
como significante del goce articulado a lo real.
Una imagen especular, en la medida en que el falo nombra al goce, aparece como
un objeto que no tiene imagen y se inscribe como –φ.

En lo imaginario nombra la castración imaginaria

En lo simbólico es el símbolo que nombra una falta.

En lo real queda articulado al goce.

El destino del falo en la última enseñanza de Lacan

Lacan abandona la noción de significante del goce, porque la naturaleza misma


del goce le parece reacia a ir prendida del término significante (Miller).

Pasa del ɸ al objeto a (no es lo mismo: ɸ es el otro significante y el objeto a es


goce).

El objeto a nombre la falta de objeto (así articula significante y goce). El vacio que
nombra el objeto a como objeto causa del deseo, se enlaza con los objetos
pulsionales que lo circunscriben.

El objeto causa del deseo tiene que ver con lo real, con lo imposible como
categoría lógica (así deja sin efecto la articulación entre significante y goce).

PULSION

Arribar al concepto fue un obstáculo epistemológico para Lacan. Al comentar


“Pulsiones y Destinos de Pulsión” (Freud 1915) dice que para Freud la pulsión es
un montaje: su estructura está conformada por elementos imaginarios, simbólicos
y reales.

Se detiene en el empuje (Drang) (al que traduce como borde y Freud denomina la
‘fuente’) para indicar que lo que caracteriza a la pulsión es su empuje constante
(“no cesa”) esto es igual que en Freud.

Lacan habla de voluntad para dar cuenta de esa exigencia que no cesa. De qué?
De pedir satisfacción.

El instinto tiene ciclos (o se satisface o muere el sistema).

Para la lógica modal: existen las categorías de lo posible, lo imposible, lo


contingente y lo necesario.

El “no cesa” asume dos formas:

1) lo que no cesa de producirse (corresponde a lo necesario) es la pulsión que


insiste
2) lo que no cesa de no producirse

Articula la pulsión a la demanda: $ < > D es el sujeto aferrado a una demanda de


la que no puede decirse con propiedad que este dirigida a otro (se diferencia de la
demanda de amor, que pide del Otro un signo).

También se diferencia de la demanda articulada al deseo: se dirige al Otro, quien


no la satisface nunca, porque hay un resto que queda insatisfecho (deseo).

La demanda pulsional: no parece dirigirse a otro. Se agota en si misma.

La zona erógena (que tiene un empuje, un quantum energético); lo que Freud


llama ‘fin’ lo divide entre el trayecto mismo del circuito pulsional.

La meta propiamente dicha a partir de la que Lacan localiza el verdadero fin (en
tanto objetivo) de la pulsión: el retorno del circuito, el repliegue de la pulsión sobre
si misma.

El objeto (el objeto a): cualquier objeto de la realidad puede ocupar ese lugar: el
trayecto de la pulsión cumple su función en el retorno autoerotico sobre la fuente,
luego que ha sido contorneado el objeto que falta. La pulsión en su trayecto
recorta un objeto. ¿Qué quiere decir?

El objetivo de realizar un trayecto en el circuito pulsional es asegurarse la


satisfacción. En este trayecto se captura un objeto con el objeto a, hueco, vacio,
que constituye la causa misma del movimiento, del trayecto pulsional. Este objeto
cualquiera debemos identificarlo con un objeto de la realidad material, es un
referente material. Ese objeto material pertenece al campo del Otro (al cuerpo del
Otro que tiene un plus de valor libidinal). Se separa al Otro del objeto recortado y
goza del cuerpo del Otro en el retorno del circuito a la fuente (la zona erógena). La
relación al Otro ha sido reemplazada por un goce autoerotico. (goce parcial).

El objeto es parcial y toma distintas formas: oral, anal, fálico (y Lacan agrega la
voz y la mirada)

El objeto a es causa del recorrido de la pulsión. El que secretamente guía el


trayecto, determina su orientación, traza su meta y hace partir de la fuente para
retornar al borde. Por eso el objeto a es, pero al mismo tiempo no es: el seno, la
boca, las heces o el falo freudiano. Por un lado es la sustancia corporal que está
allí en juego, pero por el otro es la causa que hace que aquellos objetos sean
recortados del cuerpo y que obtengan a partir de los bordes su valor pulsional.
EL INCONCIENTE Y LA REPETICION

LACAN: (Seminario 2): “llamamos repetición a la estructura combinatoria del


significante” (s1 s2).

Retoma “Mas allá del principio del Placer”: “la compulsión a la repetición que
Freud encuentra, se reduce a la insistencia de la cadena significante”. Acá hay
una ley de determinación simbólica.

En “La carta Robada”: no hay azar en nada de lo que se diga. Todo está
determinado. El azar está sujeto a leyes (probabilidad). No hay más que un
método: detectar la red (uno regresa, vuelve, porque uno se cruza con su camino,
los cruces se repiten y son siempre los mismos).

En las formaciones del inconciente suponemos un sujeto. ¡Como se localiza? Cuál


es el método? La repetición es el método para detectar al sujeto del inconciente.

Cosas distintas son la memoria, la rememoración, la reminiscencia, la repetición.

Rememoración: supone que los acontecimientos se agrupan por su significado


simbólico.

La reminiscencia platónica: todo lo que tengo que saber, ya lo supe en el contacto


con el mundo de las ideas; no hay nada que se pueda aprender.

El retorno y la insistencia dan cuenta del fenómeno de la sintaxis del significante.

La repetición no ha de confundirse con el retorno de los signos.

Freud: articula la repetición a la pulsión.

Lacan: elimina el factor pulsional y deja el carácter automático, repetitivo de la


sintaxis significante. Habla de automatismo de repetición y lo escinde en dos: 1)
automatismo 2) repetición

1) Automatismo: la insistencia del significante, el retorno de los signos. Esto se lo


llama necesidad (una de las categorías de la lógica modal). Es “lo que no cesa” de
insistir siempre de la misma manera. Esto se ubica en la dimensión de la ley.

Es el síntoma, lo que no cesa de repetirse siempre de la misma manera.

2) Repetición: (a partir del seminario 11)


Freud: en “Mas allá del Principio del Placer” y “Recuerdo, repetición y
elaboración”: “lo inconciente no ofrece resistencia alguna a los esfuerzos de la
cura (…) lo inconciente no aspira a otra cosa que a irrumpir en la conciencia”.

El inconciente tiene como modalidad de existencia la insistencia. Lo ubica bajo la


perspectiva del automaton (del retorno de la insistencia). La resistencia hay que
buscarla por otra parte (no pertenece al registro propiamente inconciente.

Lacan: (Seminario 7: “La Ética del Psicoanálisis”): Hay un núcleo (la Cosa: Das
Ding) Todo el sistema del principio del placer, todo el sistema primario, la
concatenación significante, la cadena, es algo que gira en redondo, que termina
mordiéndose la cola y que no da ningún acceso a este núcleo.

El retorno de los significantes no es exhaustivo (no se dice todo); en el retorno


(comandado por el principio del placer) algo se repite y algo se escapa. Lo que se
escapa es la causa de lo que se repite.

Miller: el principio del placer es un principio que funciona para eliminar el displacer
(UNLUST).

UNLUST + P.P =0

(Displacer) (S1S2)

P.P= para Freud es el esfuerzo por ligar las representaciones.

El displacer, pasado por el principio del placer debería dar por resultado 0. La
experiencia analítica demuestra que lo que da es repetición (se separa del
principio del placer). Aparece de nuevo lo que molesta (el displacer).

La repetición de lo placentero es la repetición de lo displacentero (Lacan: trauma).

“El sueño traumático es el ejemplo de ese núcleo que permanece imposible de


reabsorber por el principio del placer”.

Lacan: toma lo que vuelve siempre al mismo lugar, lo que no cesa (que se parece
a la idea de retorno y habla de un “no cesa de no poder inscribirse”). Junta el “no
cesa” de la repetición con lo imposible; con ese imposible de reabsorberse a nivel
del principio del placer, con ese núcleo imposible de simbolizarse, de reducir, de
digerir y que vuelve siempre.

Esto le permite a Lacan, ubicar la repetición en relación a lo Real.

$_____Inconciente_____Repeticion_____Real

“Lo real esta mas allá del automaton (retorno, regreso, insistencia de los signos”).
“El núcleo esta mas allá del automatismo de lo que se repite”.

Freud: en “Construcciones en Psicoanálisis” dice que con la rememoración se


recupera parte de la historia del sujeto, hay partes que nunca vuelven. (Aquí la
construcción). Es la construcción de una ficción con la que el sujeto se las arregla
bien (como relleno), porque esa construcción fantasmática es una ficción que da
cuenta de eso que falta en la cadena significante.

Lacan: lo real es soporte del fantasma; el fantasma protege lo real. El fantasma es


lo que disimula ese núcleo que está en el medio y que motoriza toda la repetición.
Introduce la diferencia entre tyche y automaton (recupera de la física de Aristóteles
donde examina las causas: material, formal, eficiente y final). Agrega otras dos: el
azar y la fortuna.

En griego: automaton (azar) y tyche (fortuna). La diferencia en general, es lo que


sucede accidentalmente en los fenómenos naturales y humanos.

La tyche: pudiendo ser el acontecimiento producto de un propósito, de una


deliberación, estando la posibilidad de la elección presente, tiene lugar (al menos
en una de las dos series causales) sin propósito (sin intencionalidad). Incluye o
supone la dimensión humana (la elección).

El automaton: queda eliminado el factor de la elección.

La tyche es la dimensión del encuentro (que no se hace deliberadamente, es


inesperado, accidental, aunque no inexplicable). No es un buen encuentro; es un
encuentro fallido, donde uno no se encuentra con quien se quiere encontrar.

Es el encuentro traumático; es encontrarse con lo que uno no quería, pero una vez
que se encontró, no se puede hacer como que no paso nada, sino que hay que
arreglárselas con eso.

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