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Mercado de trabajo

Enviado por Karin Mabel Quispeccopa


Partes: 1, 2

1. Introducción
2. Mercado de trabajo
3. Definición de mercado de trabajo
4. Generalidades
5. Indicadores del mercado de trabajo
6. Mercado laboral: oferta y demanda agregada
7. Situación actual y opciones para los próximos años del mercado de trabajo
8. Perspectivas para los próximos años
9. Conclusiones
10.Bibliografía
INTRODUCCIÓN
El presente trabajo monográfico sobre el tema: El mercado de trabajo, tiene por objetivo dar un
alcance macroeconómico y su repercusión económica-social de hoy en día en nuestro país. Es así,
que el trabajo comprende la definición del mercado de trabajo, su conformación y
el análisisdescriptivo de los indicadores económicos que comprende el mercado laboral.

El mercado de trabajo es aquel en donde los individuos intercambian servicios de trabajo, los que
compran servicios de trabajo son las empresas o empleadores de la economía. Estos configuran
la demanda de trabajo. Los que venden servicios de trabajo son los trabajadores y ellos conforman
laoferta de trabajo. La interacción de demanda y oferta de trabajo determina los salarios que se pagan
en la economía.

La dinámica del mercado de trabajo se relaciona mucho con los precios. Las mayores presiones de
demanda existentes en el mercado de trabajo, provocan la subida de los salarios y esto eleva
los costos de producción, obligando a las empresas a su vez a subir los precios o ajustar de algún
modo sus costos.

Asimismo, se tratará de dar un alcance específico de lo que representa la oferta y demanda del
mercado laboral; Es decir, se apreciara los problemas que se presentan en estas variables en relación
el desempleo.

Por otro lado, se hará referencia a la situación actual y las opciones para los próximos años del
mercado de trabajo y su implicancia en nuestra economía.

Finalmente, se estará en condiciones de extraer algunas conclusiones del presente tema elaborado.

MERCADO DE TRABAJO
DEFINICIÓN DE MERCADO DE TRABAJO
El mercado de trabajo es aquel en donde los individuos intercambian servicios de trabajo, los que
compran servicios de trabajo son las empresas o empleadores de la economía. Estos configuran la
demanda de trabajo. Los que venden servicios de trabajo son los trabajadores y ellos conforman la
oferta de trabajo. La interacción de demanda y oferta de trabajo determina los salarios que se pagan
en la economía.

Por consiguiente, el mercado de trabajo se define al mercado en donde confluyen la demanda y la


oferta de trabajo. El mercado de trabajo se relaciona con la libertad de los trabajadores y la necesidad
de garantizar la misma. En ese sentido, el mercado de trabajo suele estar influido y regulado por el
Estado a través del derecho laboral y por una modalidad especial de contratos, los convenios
colectivos de trabajo.

GENERALIDADES
Conformación del mercado de trabajo

En la práctica el mercado de trabajo tiene dos grandes conformaciones relacionadas:

1. Una conformación individual, que suele exteriorizarse mediante la solicitud pública (oferta) de
trabajadores por parte de una empresa seguida de unaentrevista con los postulantes y que finaliza con
la selección y contratación del trabajador elegido.

2. Una conformación colectiva, en la que uno o más sindicatos negocia con una empresa, un grupo de
empresas, o una organización de empleadores, las condiciones de contratación laboral, estableciendo
los acuerdos en un convenio colectivo de trabajo.

Para que exista mercado de trabajo es requisito indispensable que el trabajador sea libre, de lo
contrario lo que se presenta es en realidad una relación de esclavitud cuyo intercambio se produce en
un mercado de personas. A tal efecto, la libertad sindical ha sido considerada un componente
indispensable de la libertad de trabajo.

En el mercado de trabajo se denomina "trabajador" al que ofrece su trabajo, y "empleador" al que


demanda trabajo. El acuerdo entre el trabajador y el empleador que da origen a la relación laboral se
denomina contrato de trabajo. El precio del trabajo se denomina salario o remuneración.

La denominación "mercado de trabajo" ha sido cuestionada porque en términos económicos un


mercado es un espacio en el que se ofrecen y demandan mercaderías, las que son objeto de comercio.
Debido a la naturaleza peculiar del trabajo, se ha establecido que el trabajo no debiera ser considerado
como una mercadería.

INDICADORES DEL MERCADO DE TRABAJO


Para analizar el estado y características del mercado de trabajo se utilizan una serie de indicadores.
Los más importantes son:

- Población económicamente activa (PEA): es la cantidad de personas en una población edad de


trabajar y que desean trabajar.

- Desempleo o desocupación: se refiere a las personas que integran la PEA y no se encuentran


empleados.

- Subempleo: se refiere a las personas que trabajan menos tiempo que el que establece la jornada
legal (usualmente entre 35 y 45 horas semanales).
- Índice de salario real: mide el aumento o disminución del promedio de los salarios en
su poder de compra.

- Empleo informal: índicador muy utilizado pero sin una definición única. Se refiere a las personas
que poseen empleos que carecen algunos elementos básicos: registración, protección
legal, seguridad social, estabilidad, relación laboral, etc.

- Feminización: se refiere a la cantidad de mujeres presentes en un mercado de trabajo.

Mercado de trabajo y convenio colectivo de trabajo


Debido a la gran desigualdad que suele existir entre el trabajador individual y el empleador, se
considera que no puede hablarse de relación laboral libre aquella que no se encuentra regulada por
una negociación colectiva entre el empleador o los empleadores de un mercado, y un conjunto de
trabajadores asociados en un sindicato. Esa posibilidad se denomina libertad sindical, libertad que
integra el conjunto de derechos humanos básicos.

El acuerdo alcanzado entre el trabajo (sindicato) y el capital (empleador) se inscribe en un convenio


colectivo de trabajo, un tipo especial de contrato, con algunas características de la norma legal, que se
aplica incluso a aquellas empresas y trabajadores que no han participado directa ni indirectamente de
las negociaciones.

Las normas del convenio colectivo de trabajo se aplican en las relaciones laborales en tanto y en
cuanto resulten más beneficiosas para el trabajador (principio pro operario).

Regulación del mercado de trabajo por medio del derecho laboral


Desde fines del siglo XIX los Estados de todo el mundo han dictado leyes laborales para regular
los mercados de trabajo y proteger a los trabajadores. Este conjunto de normas se denomina derecho
laboral. Las normas del derecho laboral tienen la característica general de ser de aplicación
obligatoria, sin poder ser renunciadas, a menos que las condiciones de trabajo sean más beneficiosas
para el trabajador (principio pro operario).
MERCADO LABORAL: OFERTA Y DEMANDA AGREGADA
Antecedentes generales

La dinámica del mercado de trabajo se relaciona mucho con los precios, por ejemplo, supongamos
que las empresas responden a un aumento de lademanda de bienes, elevando la producción, para esto
es necesario aumentar el empleo, este aumento provoca una reducción en el desempleo. Las mayores
presiones de demanda existentes en el mercado de trabajo, provocan la subida de los salarios y esto
eleva los costos de producción, obligando a las empresas a su vez a subir los precios o ajustar de algún
modo sus costos.

Un cambio lento del nivel agregado de empleo puede reflejar un mercado de trabajo con muchos
desempleados (trabajadores que dejan o pierden el trabajo), de modo que las contrataciones no vayan
a la par del nivel de desempleo existente. Puede también reflejar un mercado de trabajo estancado en
el que hay poco desempleo y muy pocas contrataciones.

El mercado de trabajo puede tener dualidades, es decir puede estar formado por un mercado de
trabajo primario en el que los puestos son buenos, los salarios altos y la rotación es baja y un mercado
de trabajo secundario, en el que los puestos son malos, los salarios son bajos y la rotación es alta.

Esto implica que los niveles salariales deben ser altos para garantizar el funcionamiento del mercado
primario, en este caso hablamos de un enfoque conocido como salarios de eficiencia, debido a que la
buena paga garantiza la calificación, eficiencia y motivación constante de los trabajadores, condición
necesaria para la competencia en mercados exigentes. En el segundo caso, se puede tratar de
mercados locales poco competitivos, de altos niveles de desmotivación y de sectores económicos
deprimidos y poco innovadores, también puede tratarse de una sobreoferta laboral.

Problemas en la oferta y demanda laboral: El desempleo.


Ausencia de empleo u ocupación: están desocupadas o desempleadas aquellas personas que, deseando
trabajar, no encuentran quien las contrate como trabajadores. Para que exista una situación de
desempleo, sin embargo, es necesario que la persona no sólo desee trabajar sino que además acepte
los salarios actuales que se están pagando en un momento dado. También suele hablarse, en un
sentido menos preciso, del desempleo de otros factores productivos: tierra, maquinarias, capital, etc.
Las causas del desempleo son múltiples y variadas, originando en consecuencia diferentes tipos o
modalidades de desempleo. El desempleo que se llama friccional o de búsqueda es aquel que se
produce por la falta de homogeneidad y de informaciónperfecta que pueda existir en el mercado de
trabajo. Obedece, por lo tanto, a una situación claramente transitoria, motivada por el tiempo en que
los trabajadores y empleadores pierden hasta que encuentran la colocación o el personal que satisface
sus necesidades. Dado que la búsqueda de trabajo representa un costo, básicamente por el tiempo
requerido.

La división social del trabajo se delimitan papeles de consumidores productores y distribuidores


intercambio con variables reales -bienes y servicios- intercambio con variables nominales -Dinero- en
obtener la información sobre las ofertas existentes, la persona desempleada evaluará los posibles
beneficios de una búsqueda más larga contrastándolos con el aumento en los costos que ella
representaría. Esta evaluación determinará el tiempo medio de búsqueda y, por lo tanto, dará origen a
un mayor o menor desempleo friccional. Cuando el trabajador no acepta ciertas colocaciones porque
tiene la expectativa de conseguir otra mejor si espera un tiempo prudencial, se habla de desempleo de
precaución o especulativo. En todo caso el desempleo friccional, en las sociedades modernas, que
usan ampliamente diversos medios de comunicación, resulta bastante reducido en términos
porcentuales. Se habla de desempleo estacional, por otra parte, para referirse al que se produce por la
demanda fluctuante que existe en ciertas actividades, como laagricultura, por ejemplo. En este caso
existen períodos del año económico que requieren de mucha mano de obra -como la temporada de
cosecha, por ejemplo- y otros en que la demanda se reduce notablemente. El desempleo estacional se
hace menor cuando las personas tienen posibilidades de ocuparse en otras ramas de actividad durante
el período en que desciende la demanda de trabajo. Suele hablarse también de desempleo tecnológico
cuando éste es producido por cambios en los procesos productivos que hacen que las habilidades que
poseen los trabajadores no resulten ya útiles, en tanto que puede no haber suficientes personas
entrenadas en las nuevas técnicas como para satisfacer la demanda. En condiciones en que la
demanda agregada disminuye, como en la fase recesiva del ciclo económico, se produce también un
incremento en el desempleo que, por lo tanto, suele llamarse cíclico. La disminución en la demanda
de trabajo presiona los salarios hacia la baja hasta que llegan a un punto en que, finalmente, se
reactivan lasinversiones y la economía en general, con lo que el desempleo comienza a decrecer. En la
economía keynesiana se habla también de un desempleo producido como consecuencia de
deficiencias en la demanda agregada que no tienen carácter cíclico: la preferencia por la liquidez hace
que no todos losingresos se canalicen hacia la inversión o el consumo, lo que produce una deficiencia
de la demanda que lleva a un equilibrio económico en una situación que no es de pleno empleo, y que
sólo puede ser compensada mediante el incremento en la demanda que origina el gasto público. El
desempleo, además, es producido también por factores de tipo legal o institucional: cuando las
autoridades de un país fijan un salario mínimo impiden que se ofrezcan colocaciones a un nivel
inferior a éste, con lo que no es posible el descenso de los salarios reales y se dificulta el crecimiento
de la demanda de trabajo; del mismo modo opera la fijación de salarios diferenciales para diversas
categorías de trabajadores y cualquier limitación al desplazamiento de la mano de obra, ya sea
geográfica o según ramas de actividad. Las limitaciones que pueden imponer
los sindicatos y grupos de presión a la contratación de mano de obra -según
edad, sexo o nacionalidad- o los requisitos formales de aprendizaje que se establezcan operan en el
mismo sentido. Por último, se ha comprobado que el propio seguro de desempleo, cuando ofrece
compensaciones tan altas o tan largas que desestimulan la búsqueda de trabajo, aumenta el
desempleo global de un país, y lo mismo sucede cuando se establecen subsidios directos a sectores
pobres de la población que estarían, de otro modo, dispuestos a conseguir una colocación. En estos
casos las personas reciben un ingreso que, aunque menor que el salario, se ofrece sin la
contraprestación de su trabajo; la relación costo / beneficio se altera así de modo sustancial, por lo
que se reduce notablemente la oferta de trabajo. La combinación de estas compensaciones
de pobreza o desempleo con la fijación de un salario mínimo alientan notablemente el desempleo de
una sociedad y estimulan en muchos casos, paralelamente, la emergencia de la economía informal.

El campo laboral, cada vez más amplio


Los grandes cambios que se han dado lugar en el plano económico, político, comercial y tecnológico
en todo el mundo han redefinido la estructura de los mercados y de los sectores empresariales en los
que hoy se producen y comercializan bienes o servicios. Las empresas se han visto obligadas a
adaptarse a procesos y operaciones cada vez más complejos, con tiempos más ajustados de
producción y compras, y con sistemas que requieren un conocimientoamplio y preciso de cada una de
las fases de las operaciones.

Hoy en día, fuerzas del entorno, como la apertura de los mercados, el mayor poder y acceso a la
información por parte de los clientes, las regulaciones de las actividades empresariales, el impacto
ambiental y las tendencias ecologistas, exigen de las empresas una mayor atención en cada una de las
fases de producción y entrega de bienes y servicios al cliente o consumidor.

Hoy, el cliente conoce una amplia y variada oferta, y hoy sabe qué compra y porqué compra. Esto
establece un gran desafío a las empresas, que, para satisfacer esa compleja demanda, debe asegurar
la calidad, la oportunidad de la entrega y el servicio de mantenimiento y postventa.

En el plano económico, una mayor capacidad de consumo en muchas economías del mundo -incluidas
las emergentes- y un mayor acceso al crédito, implican hoy un incremento en la demanda de bienes y
servicios. La estabilidad económica antes calificados como "de riesgo" incentivan hoy la inversión de
capitales extranjeros, lo cual genera más demanda, más trabajo, más oferta y más competencia,
haciendo girar la rueda de la economía e incrementando, además, la complejidad en las transacciones
y en los mercados.

Asimismo, los Tratados de Libre Comercio (TLC) y la apertura de las fronteras para el intercambio
comercial traen consigo una competencia más agresiva y una necesidad de especialización muy alta
por parte de las empresas y los trabajadores.

Todo ello exige -y exigirá, cada vez más- la presencia de personas capacitadas y profesionales
altamente calificados y capacitados para gestionar las operaciones de estas empresas, y en este nuevo
y vertiginoso entorno.

Actualmente, los sectores empresariales en los cuales se desempeñan las empresas de Servicios son
los que más rápidamente crecen y, sin duda alguna, son de los que más aportan a la economía
mundial. Negocios muy variados que se ocupan de proveer distintos tipos de servicios al público, se
han desarrollado tanto en las últimas décadas que hoy sus procesos y operaciones son de los más
complejos y retadores para los ingenieros industriales y administradores que buscan nuevos campos
de desempeño donde poder aplicar sus conocimientos y su experiencia.

Desajustes entre oferta y demanda laboral


Los candidatos suelen tener mayor calificación que la que requieren las ofertas de empleo. También
hay desfase en el salario.

Hoy en día, en nuestro país se puede apreciar que en muchas empresas cuando requieren de un
personal para ocupar un puesto, muchas personas presentan. Así, se tiene que por cada oferta de
empleo hay 20 candidatos, cada vez más formados desde el punto de vista académico. La mayoría
cuenta con un título universitario y una buena parte añade a su currículo un curso de posgrado o
máster. Y es ahí donde se produce un elevado desajuste porque muchos de los puestos de empleo que
se ofrecen requieren un nivel de estudios básicos o medios.

Entonces, se da el caso de una 'sobrecalificación de los titulados universitarios en comparación con los
requerimientos de la mayoría de ofertas de empleo, y que éstos se han centrado en internet para
gestionar su carrera profesional'. O lo que es lo mismo, muchos de ellos ejerce y ocupa un puesto para
el que no se requiere la calificación que tiene. Hay un claro desajuste entre las características de los
que buscan trabajo y el puesto ofrecido. Y esto aumenta a medida que crece la titulación.

SITUACIÓN ACTUAL Y OPCIONES PARA LOS PRÓXIMOS AÑOS


DEL MERCADO DE TRABAJO
Los condicionantes

Existen hechos y situaciones que condicionan la situación actual del mercado de trabajo: el tamaño de
la población, el nivel de la participación laboral y elcomportamiento de la demanda de mano de obra.

1. El crecimiento demográfico
En los últimos años la población peruana creció en mas de 4 veces como resultado de un significativo
incremento en las tasas de crecimiento poblacional.

Este crecimiento demográfico determinó la aparición de cohortes poblacionales numerosas, que en la


actualidad cuentan con edades entre 18 a 30 años. Es decir, las cohortes nacidas en el periodo de
máximo crecimiento demográfico, se insertaron en el mercado de trabajo entre fines de los ochenta y,
fundamentalmente, en la década de los noventa. Este fenómeno dio origen a un incremento en el
número de nuevos aspirantes al mercado de trabajo - principalmente jóvenes- con la consecuente
mayor competencia por los puestos de trabajo en el mercado laboral y mayores dificultades para
conseguir empleo.

2. La evolución de la tasa de participación


Adicionalmente, la tasa de participación (proporción de personas que trabaja o busca trabajo) se
incrementó significativamente en las ultimas décadas

El crecimiento de la participación laboral se explica principalmente por el masivo ingreso de las


mujeres al mercado de trabajo en las últimas años. Es decir, la proporción de mujeres en el mercado
laboral actualmente es claramente mayor a la de hace tres décadas. Diversos factores explican este
comportamiento. Entre ellos, la evolución positiva del nivel educativo de las mujeres es uno de los
más importantes. Es decir, las mujeres han incrementado sus niveles educativos de manera más
rápida que los hombres, lo cual definitivamente ha cambiado su rol en el hogar y el mercado de
trabajo.

Asimismo, cabe señalar que la reducción de las tasas de fecundidad también debe haber influido de
manera considerable en este proceso pues implica menor necesidad de tiempo de la mujer en el hogar
y por tanto mayor tiempo disponible para actividades del mercado de trabajo.
3. La caída en la demanda de mano de obra y el excedente laboral
No solo la oferta de mano de obra se incrementó en las últimas años. Desde mediados de los setenta,
el Producto Bruto Interno (PBI) inició una tendencia decreciente que se mantuvo hasta principios de
los noventa. Este fenómeno ha sido analizado en varios estudios y ha sido vinculado
conpolíticas económicas artificialmente expansivas que finalmente terminaron por deteriorar la
producción nacional. En cualquier caso, al caer la producción agregada ante
cualquier elasticidad producto empleo positiva la demanda de mano de obra se debió contraer de
manera proporcional. Como se sabe, la demanda de mano de obra se deriva directamente de la
producción: si no hay producción, no se puede demandar trabajo.

De esta manera, ambos procesos – crecimiento de la oferta y caída en la demanda - dieron origen al
denominado excedente de mano de obra que no pudo ser acomodado adecuadamente en el mercado
laboral. Cabe enfatizar que este excedente de mano de obra es el acumulado de varios años en que
existió exceso de oferta y por tanto difícilmente podrá desaparecer en el corto plazo.

Por último, cabe decir que la existencia de este excedente de mano de obra no dio origen a un
importante nivel de desempleo en el país. Por el contrario, el ajuste del mercado de trabajo ocurrió vía
precios, es decir, ha determinado menores ingresos reales para todos los participantes del mercado
laboral.

4. La evolución del empleo


El volumen de empleo ha evolucionado de manera directamente relacionada con el nivel de
producción y se caracteriza por ser un periodo en el cual el empleo se mantuvo prácticamente
estancado en vista de las dificultades económicas que experimentaba la economía.

Posteriormente se tuvo un alto crecimiento del empleo. Nuestra economía creció a tasas sumamente
elevadas (promedio anual) especialmente liderado por los sectores de servicios no
personales, pesca y construcción, el último de los cuales tiene elevados efectos multiplicadores sobre
el empleo. Finalmente, empieza un periodo de fluctuaciones en el empleo, de manera muy similar a
las observadas en el nivel del PBI. La producción se vio afectada por diversos factores entre los que
destacan, principalmente, choques derivadas de la presencia del fenómeno del niño y
la crisis internacional.

Para aliviar la oferta de trabajo, se creó empleo a una tasa que ha superado el crecimiento de la oferta
de mano de obra. Las ramas en las que se creó el empleo han sido la construcción y los servicios
(personales y no personales). En la industria nacional, el nivel de empleo se mantuvo prácticamente
inalterado.

La totalidad del empleo se ha creado en la microempresa (empresas de hasta 5 trabajadores). La


gran empresa recién ha empezado a crear empleo en los últimos años en tanto que la mediana y
pequeña empresa (Pymes) mantuvieron su nivel de empleo en los últimos años.

Por otro lado, el empleo asalariado se redujo principalmente por la drástica reducción del empleo
público. En cambio, la proporción de trabajadores independientes se incremento ligeramente.

Aunque, el empleo asalariado privado se mantuvo, en su interior se han observado importantes


cambios. en función a los cambios ocurridos en la regulación laboral. Como se sabe, la reforma laboral
implico entre otras cosas, la eliminación de la estabilidad laboral absoluta y la promoción de
contratación temporal de mano de obra. Esto ha determinado que la proporción de trabajadores
asalariados privados permanentes se haya reducido. Por el contrario, los trabajadores temporales se
han incrementado. Un tema interesante, es que ni las controversiales formas de contratación por
services o cooperativas ni los convenios de capacitación laboral, han sido utilizados de manera
importante por las empresas. Por el contrario, lo que parece haberse incrementado notablemente es la
subcontratación directa, principalmente bajo la forma de locación de servicios u honorarios
profesionales. Asimismo, los trabajadores sin contrato (bajo la mesa) se han incrementado.

5. La evolución del desempleo


El problema del desempleo es la principal preocupación de todos los peruanos. Es decir, muchas
personas consideran que cada vez es más difícil conseguir un empleo.

Esta percepción, sin embargo, contrasta con las estadísticas oficiales sobre desempleo. Las tasas de
desempleo registradas por el INEI han fluctuado alrededor del 8% de la Población Económicamente
Activa (PEA) en lo que va de la década. Mas aún, las series de desempleo indican que esta tasa jamás
ha excedido el 10% de la PEA desde que se cuenta con estadísticas laborales en el país. Si se comparan
estas tasas con las existentes en otros países, se puede decir que Perú se encuentra en el promedio
latinoamericano. Este tipo de observación ha llevado a la conclusión de que el problema del
desempleo en el país en realidad no seria muy grande.

¿Cómo es posible que las tasas de desempleo sean bajas si la percepción generalizada es que el
problema es mayor?. Se muestra que la tasa de desempleo es un indicador estático que captura de
manera muy limitada los dinámicos fenómenos que ocurren en el mercado de trabajo. Los
desempleados no son los mismos siempre y en general las personas cambian de status laboral de
manera muy frecuente. Así tenemos que las personas cambian de situación laboral al interior del año
en tanto con respecto al empleo de todo el año. Entonces, casi no existen desempleados que se
mantengan en esa condición durante todo el año, es decir, no existe desempleo de larga duración en el
país.

Por estas razones, analizar dinámicamente el mercado laboral. Un análisis dinámico requiere
observar la rotación laboral y la duración del fenómeno. Bueno, podemos apreciar que en primer
lugar, la proporción de la PEA que estuvo desempleada al menos una vez al año, lo cual da una idea de
rotación. No es de sorprender entonces que una fracción importante de la población en el Perú tenga
la percepción que el desempleo es un tema principal.

La rotación laboral no necesariamente es perjudicial para el mercado de trabajo. De hecho, si la gente


pierde sus trabajos con la misma facilidad en que los encuentra, el desempleo no constituiría un
problema. En general, el solo hecho de estar desempleado no constituye tanto problema sino más bien
cuánto tiempo se está desempleado.

Por consiguiente, se podría pensar que efectivamente los desempleados consiguen empleo de manera
mas o menos rápida. Sin embargo, vale la pena recordar que el desempleo no siempre termina en
empleo. Existe mucha gente que luego del desempleo prefiere pasar a la inactividad. Una estimación
gruesa de estos flujos indica que la mitad de los desempleados termina en el desempleo y la otra mitad
en la inactividad. Más aún, se muestra que laprobabilidad de conseguir empleo es constante a lo largo
del tiempo en tanto que la probabilidad de terminar como inactivo crece rápidamente. Cada semana
los desempleados iniciaron la búsqueda de empleo con las mismas oportunidades que la semana
anterior, no importa cuánto tiempo de desempleo tengan. Es decir, la duración del desempleo es corta
no porque los desempleados consigan crecientemente empleo. Lo que ocurre es que muchos de ellos
se desalientan y pasan muy rápidamente a la inactividad.

6. Salario
El impacto del Salario Mínimo (RMV) en el mercado laboral peruano. Se estima que existe una
relación negativa entre el empleo formal y la RMV. La elasticidad empleo-RMV es aproximadamente
-0,13. Esta evidencia se complementa al estimar que la probabilidad de mantenerse ocupado, en un
contexto en el cual se produjo un incremento legal de la RMV, es menor entre aquellos individuos que
perciben ingresos cercanos a la RMV (y entre jóvenes. Se da cuenta la evidencia que sustenta de que la
RMV es un referente en la determinación de remuneraciones en el sector formal. Asimismo, se
encuentra evidencias sobre los efectos distributivos de un incremento de la RMV a favor de los
trabajadores de bajos ingresos.

Bajo condiciones de competencia, un incremento en el salario mínimo puede aumentar las


remuneraciones de los trabajadores con menores ingresos, sólo si se cumplen ciertas condiciones.
Una de ellas es que el salario actual esté fijado por debajo de la productividad de los trabajadores y
otra es que el incremento de la RMV no aumente la tasa de incumplimiento de la norma.

A pesar del incremento en productividad e inflación de los últimos años, sólo se ha producido un alza
de la RMV de S/. 410 a S/. 460 en el año 2003; y, en promedio, las remuneraciones reales no han
aumentado en los últimos años según el INEI. Esto podría reflejar el exceso de oferta de mano de obra
existente y cierto poder monopsónico en el mercado de trabajo, lo que implica la necesidad de realizar
ajustes graduales continuos bajo una regla que considere la productividad laboral y la inflación. Hasta
ahora, los incrementos de la RMV han sido discrecionales y con poca evaluación técnica.

Según cifras del BID, mientras que el Perú está entre los cinco países con el salario mínimo más alto
de la región (junto con Nicaragua, Costa Rica,Colombia y Venezuela), a su vez se encuentra como uno
de los países con menor cumplimiento de las normas de salario mínimo. La tasa de no cumplimiento
de salario mínimo en el Perú es de 23,5% mientras que en América Latina es de sólo 6,6%. Sin
embargo, aunque la RMV no lo resuelve todo, el comportamiento del mercado de trabajo peruano
sugiere que la consecución de incrementos graduales y anticipados del salario mínimo puede generar
mayor confianza en los agentes y una despolitización de su uso.

¿Cómo se ajusta el mercado de trabajo ente cambios en el salario mínimo en el Perú?

Luego de alcanzar un pico histórico en el año 1986, el salario mínimo sufrió una caída estrepitosa,
junto con el nivel medio de las remuneraciones, hasta inicios de los noventas se ha incrementado
considerablemente, acercándose al nivel promedio de las remuneraciones tanto de trabajadores no
calificados como de informales. Este estudio describe el marco institucional del salario mínimo en el
mercado laboral peruano y analiza su relación con ladistribución de los ingresos laborales para
diferentes grupos del mercado laboral (trabajadores no calificados, informales, mujeres y jóvenes).
Así mismo, aprovecha las variaciones recientes para identificar los efectos de un alza sobre las
remuneraciones y el empleo a lo largo de la distribución de los ingresos laborales. A diferencia de lo
que ocurre en otros países de América Latina, en el Perú el efecto del salario mínimo sobre las
remuneraciones es muy limitado, afectando sólo a los trabajadores del sector formal cuyo nivel de
salarios está alrededor del salario mínimo. Por otro lado, se encuentran efectos más amplios y
negativos sobre el empleo tanto en el sector formal como en el informal.

7. Inversión
El país, consciente de su importancia, de captar inversiones de riesgo, tiene actualmente en la Agencia
de Promoción de la Inversión Privada (PROINVERSIÓN), a la entidad estatal para promoverlas, con
el fin de impulsar la competitividad y el desarrollo sostenible del Perú, contribuyendo a la mejora del
bienestar de la población. En suma, un aliado estratégico para el desarrollo de las inversiones
privadas, nacionales y extranjeras, que muestra las siguientes fortalezas:

- Economía estable y abierta comprometida con el proceso de globalización.

- Acceso a bloques regionales.


- Clima estable y previsible para la inversión.

- Políticas de inversión basadas en principios internacionales.

- Empresariado nacional dispuesto a compartir su conocimiento del mercado laboral peruano


- El país viene reduciendo progresivamente su déficit fiscal.

- Manteniendo el crecimiento en sus últimos 69 meses.

- Impulsado por el incremento de la inversión privada.

- El fortalecimiento en el sector externo por el incremento de la Balanza Comercial desde el segundo


trimestre del 2003. Es decir, exportamos más de lo que importamos.

- Con reservas internacionales netas crecientes que superan 12 meses de importación.

- En un marco de estabilidad macroeconómica. Factores que son reconocidos por el mercado y que
facilitan la reducción del riesgo país.

- El manejo prudente y responsable del programa económico ha permitido mantener nuestro


indicador de Riesgo País, entre los más bajos de la Región.
- Perú ofrece un marco legal favorable para la inversión extranjera.

- Con un sistema legal que garantiza la estabilidad de las normas y regulaciones básicas.
- Con un régimen de impuestos estables.

- Y una estructura arancelaria reducida y con baja dispersión.

- Además de un importante mercado externo basado en una agresiva política de liberalización


comercial.

- Con abundantes oportunidades de inversión sectorial en Agro Industria, Pesca y


Acuicultura, Minería, Textil y Confecciones, Forestal, Turismo e Infraestructura.

- Recuperación de la confianza y el divorcio entre el crecimiento económico y la estabilidad política,


dándole un soporte adicional al crecimiento de la inversión.

Las inversiones en capacitación


Las inversiones en capacitación y el mejoramiento de las condiciones de salud de la población
constituyen factores importantes para lograr el desarrollo, pero de por si no garantizan el crecimiento.
Asimismo, la globalización ofrece nuevas oportunidades a la mayoría de los trabajadores, se señala
que en los casos en que las exportaciones han aumentado rápidamente, también han aumentado los
salarios reales , en promedio en un 3% anual.

Cabe señalar sin embargo, que algunos analistas consideran que la integración internacional
aumentaría la vulnerabilidad de los países en desarrollo. Los resultados hasta el momento dicen lo
contrario, pero cabria anotar que se hace necesario que en nuestros países, se incidiera en una mayor
y mejor capacitación de los trabajadores o en su defecto, prepararles para desarrollar nuevos empleos.
En el caso del Perú, y como una forma de compensación por las reformas laborales llevadas a cabo a
partir de inicio de la presente década, se pusieron en marcha programas de "reconversión laboral"
dirigidos básicamente al segmento de trabajadores que salieron del sector publico, según cifras de
algunos estudios realizados sobre el tema, se estima que estos fueron alrededor de 200 mil
trabajadores.

Las reformas económicas implementadas, han incidido de manera significativa en la estructura del
mercado laboral, a nivel mundial en general y a nivel de país en particular, estas reformas han creado
mejores oportunidades para algunos trabajadores y empeorado la de otros.

Algunas evidencias presumibles acerca de la calidad de la educación, también se señala en


dicha investigación, es decir, los retornos a la educaciónaumentan con la calidad de esa educación, se
observo que "el retorno a la educación entre los egresados de alguna institución privada (que se
presume de mayor calidad que una publica), es mayor que para aquellos que concluyeron su
educación en una institución publica".

En conclusión podemos señalar, que ya se observa en algunos sectores de la economía los efectos de
este proceso, y la manera como esta relacionándose con la fuerza laboral, dependerá de que tan rápida
sea la adecuación de esta, para mantener y aumentar la presencia del país en el resto de la economía
mundial, queda desde luego, analizar diferentes variantes al respecto.

PERSPECTIVAS PARA LOS PRÓXIMOS AÑOS


El contexto descrito anteriormente requiere un conjunto de acciones tanto desde el punto de vista de
la política económica como de la política laboral. Las propuestas más frecuentemente mencionadas se
pueden clasificar en:

a. La necesidad del crecimiento económico

Existe un saludable consenso respecto a que el crecimiento de la producción es una condición


necesaria para el crecimiento del empleo. De hecho, en la medida que la demanda de mano de obra es
una demanda derivada de la producción, si no hay crecimiento económico no puede haber
crecimiento del empleo.

La mayor parte de las propuestas políticas existentes proponen – realistamente - cifras de crecimiento
anual. A la luz del ejercicio realizado, esta cifra será claramente insuficiente a menos que se
propongan políticas expresas para incrementar la elasticidad producto empleo. Sólo en ese caso, para
una tasa dada de crecimiento, se podría generar mayor crecimiento proporcional del empleo.

Más aún, si se diera este crecimiento solo será suficiente para acomodar el flujo de oferta que cada
año ingresa al mercado de trabajo. Es necesario recordar que existe un excedente acumulado muy
grande, que será muy difícil de recuperar, a menos que se crezca a tasas extraordinarias. Esta
evidencia indica que la solución al problema del empleo no necesariamente se encontrara en el corto
ni mediano plazo. El reto, es empezar cuanto antes para evitar que el excedente de mano de obra siga
creciendo.

b. Fomento de sectores con potencial de desarrollo: el caso del turismo

El crecimiento económico no es una condición suficiente para la generación de empleo. Depende de


cómo se crece. Una forma de incrementar la elasticidad producto empleo de la economía es
impulsando el desarrollo de sectores intensivos en mano de obra.

Existen sectores como la minería o la generación de energía, en donde la generación de empleo es


realmente cara. En cambio, existen otros sectores donde es mas barato crear empleo. Entre estos,
destacan el turismo y la agricultura por ser actividades productivas. Sobre el empleo en la agricultura
existen numerosos trabajos recientes que muestran un enorme potencial. Por razones de espacio y
dado que casi no hay estudios al respecto, concentraremos la atención en el caso del turismo.

Lo interesante es que el volumen de empleo ha evolucionado de manera similar al comportamiento de


la producción creciendo de manera sostenida en los últimos años. Esto confirmaría claramente que
este sector tiene elevadas probabilidades de generar empleo de manera rápida. Por tanto, es necesario
que el crecimiento del sector promueva la formalización y la productividad de la mano de obra de este
sector. Dado que el turismo es un servicio que depende de la calidad del servicio al cliente, es muy
importante que se consolide una oferta adecuada de formación de personal de establecimientos
turísticos. Solo así se podrá mantener la calidad del servicio y mejorar la productividad, condiciones
de trabajo y remuneraciones de los trabajadores de este sector.

El turismo representa, así, una oportunidad importante para el país. Se muestra que el crecimiento
observado ha estado vinculado a dos factores principalmente: i) El boom del turismo que se esta
viviendo a nivel mundial, el cual está creciendo y se prevé que mantenga ese ritmo durante los
próximos años y ii) Estabilidad social y económica del país, como consecuencia de los éxitos en la
lucha contra el terrorismo. Asimismo, cabe indicar que el turismo es un bien que se consume en la
fabrica (el país de destino), por lo cual las condiciones socio económicas son muy importantes.

Es así que dentro de este contexto, las políticas de desarrollo del sector turístico, antes de seguir
promocionando el país, deberían orientarse a consolidar la calidad de la oferta y fundamentalmente
establecer mecanismos de articulación entre los diferentes operadores. De otro modo, la calidad del
servicio siempre se verá comprometida

c. La legislación laboral

Otra forma de elevar la elasticidad producto-empleo, es a través de modificaciones en la regulación


laboral. A inicios de la década de los noventa eldebate al respecto se centraba en el grado de rigidez o
flexibilidad del mercado de trabajo. Con el argumento que mientras más protegido esté el mercado de
trabajo, más dificultades tienen los nuevos aspirantes para ingresar en él, en la primera mitad de la
década de los noventa se aplicó en el país una reforma laboral que afectó tanto
los derechos individuales como colectivos de los trabajadores.

Los severos cambios en las normas de derecho colectivo determinaron por ejemplo que la tasa de
sindicalización se redujera. En el plano de los derechos individuales se eliminó la estabilidad laboral
absoluta y se promovieron modalidades de contratación flexibles. Sin embargo, los empleadores no
parecen utilizar masivamente los mecanismos legales introducidos en este campo. Lo que más ha
crecido es el empleo sin contrato o subcontratado directamente a través de honorarios profesionales.
¿A qué se debe esto?. A nuestro juicio, existen dos tipos de factores:

* Por un lado, la legislación laboral tiene un espacio muy reducido de aplicación dado que sólo abarca
a los trabajadores asalariados del sector privado, lo que constituye el empleo total existente en el
mercado de trabajo. Si además excluimos a los trabajadores de microempresas (entre las cuales existe
mucha informalidad). Los cambios en la legislación laboral tendrían efecto sólo en uno de cada cuatro
miembros del mercado de trabajo.

d. Políticas activas en el mercado laboral: capacitación para el trabajo

El impulso a programas de capacitación para el trabajo. En realidad este tipo de política tiene por
finalidad incrementar la empleabilidad y los ingresos de grupos especialmente vulnerables, como las
mujeres y los jóvenes. En teoría, el objetivo de los programas de capacitación es crear una fuerza de
trabajo calificada, productiva y capaz con el fin de incrementar la competitividad del país así como el
logro de un mayor crecimiento general y equidad en la distribución de la riqueza.

Los programas de capacitación para el trabajo se han hecho bastante populares en los últimos años en
el país. Las experiencias más importantes en este sentido se ubican en la modalidad de capacitación
pre empleo. Las experiencias más conocidas son el PRO Joven, PROFECE, CAPLAB, Fe y Alegría,
Bonopyme, etc. Simultáneamente coexisten iniciativas públicas, privadas y mixtas de capacitación o
formación para el trabajo en los Centros Nacionales de Capacitación (SENATI, CENCICO, INICTEL,
CENFOTUR), los Centros de Educación Ocupacional y los Institutos de Educación Superior. En el
mercado de trabajo peruano existe un 34 % de la PEA ocupada que declara haber sido capacitada.

Pero, lamentablemente, no todos los programas de capacitación para el trabajo efectivamente logran
sus objetivos.

CONCLUSIONES
De acuerdo al tema desarrollado, se está en condiciones de extraer algunas conclusiones que nos
permita formarnos un concepto más claro de lo que representa el mercado de trabajo y su repercusión
en nuestra economía:

* Se tiene entendido que el mercado de trabajo es el mercado en donde se complementan la demanda


y la oferta de trabajo.

* En el mercado de trabajo se denomina "trabajador" al que ofrece su trabajo, y "empleador" al que


demanda trabajo. El acuerdo entre el trabajador y el empleador que da origen a la relación laboral se
denomina contrato de trabajo. El precio del trabajo se denomina salario o remuneración.

* En nuestro país es común caracterizar la relación entre el sistema educativo y el sistema laboral y
productivo como un problema de exceso de la oferta de mano de obra, tanto de los que tienen estudios
medios y los profesionales. Es necesario avanzar hacia un enfoque más complejo que incorpore temas
como el de pertinencia, equidad y calidad de la educación superior.

* Actualmente, podemos apreciar que el sistema de educación superior ha experimentado un


crecimiento explosivo en los últimos años. Pues bien, mientras la población entre 15 y 24 años de edad
se duplicó a lo largo del período, el número de postulaciones a las universidades se multiplicó en
veinte veces. Actualmente el número de trabajadores con educación superior representa casi el 30 %
de la fuerza de trabajo en nuestro país, un stock relativo de profesionales comparable al de países
asiáticos y europeos desarrollados.

* El desajuste entre educación superior y empleo no sólo se traduce en subempleo por calificaciones
sino también en la baja calidad del desempeño de muchos profesionales egresados de las
universidades e institutos superiores. Basta interrogar a empresarios y empleadores en general para
ver la importancia de este problema que se arrastra desde los niveles básicos.

* El lento crecimiento del empleo en el país, pese a las cifras hacia arriba de la economía, tiene como
explicación la gran actividad en sector exportador demateria prima, que no es generador de un mayor
número de mano de obra.

* El mercado de trabajo actual en nuestro país esta asociado a un excedente acumulado de mano de
obra que genera presiones a la baja en los salarios reales de los trabajadores. Este excedente se
conformó en las últimas décadas como resultado de recurrentes excesos de oferta en el mercado de
trabajo vinculados al crecimiento demográfico y al incremento de la participación laboral. La
demanda de mano de obra no pudo absorber el creciente flujo de oferta laboral
* El desempleo es una preocupación principal, debido principalmente a que se ha incrementado la
rotación en el mercado de trabajo. Aun cuando la tasa de desempleo no supera a la PEA. Por otro
lado, aun cuando la duración del desempleo es corta, las probabilidades de que
un individuo desempleado termine con un trabajo son constantes a medida que avanza el tiempo y
solo las probabilidades de terminar como inactivo son crecientes.

* Se han realizado diversas propuestas para generar empleo. Por un lado, existe consenso respecto a
que es necesario que la producción nacional crezca a tasas elevadas. En la medida que la tasa de
crecimiento de la oferta laboral asciende, asumiendo una elasticidad empleo a crecer a tasas anual
sólo para absorber ese flujo de oferta. Aun cuando es muy importante el logro de este objetivo, esto
sólo impedirá que el problema del empleo en el país siga creciendo. Solo una tasa de crecimiento
mayor y sostenida permitirá que el importante excedente de mano de obra acumulado.

* Otra de las alternativas propuestas es fomentar el crecimiento de sectores intensivos en mano de


obra como la agricultura y el turismo, con la finalidad de incrementar la elasticidad producto empleo.

* Asimismo, existe la posibilidad de realizar cambios en las normas laborales. La preocupación se


centra en si el mercado es o no muy rígido. Actualmente, el problema parece girara en torno a la
necesidad de tener reglas más aplicables, simples y estables, a fin que la mayor parte de empleadores
pueda adoptar los cambios en la legislación. El margen de aplicación de la legislación laboral es muy
reducido, aproximadamente uno de cada cuatro trabajadores se ven afectados por cambios en la
legislación.

* Finalmente, también se han propuesto políticas activas, como por ejemplo, capacitación para el
trabajo.

BIBLIOGRAFÍA
* CHACALTANA, Juan. El mercado laboral peruano: situación actual y opciones para los próximos
años. Socialismo y participación. Mayo 2000.

* ALARCO G. Y DEL HIERRO, P. Empleo, salarios y distribución del ingreso: márgenes de política. La
problemática del empleo, las remuneraciones y la distribución del ingreso en una perspectiva
macroeconómica. Fundación Friedrich Ebert. Lima. Julio 1995.

* GONZALES I. Jorge. Análisis Dinámico del Desempleo en el Perú. PUCP. Lima – Perú. 2005.

* LA REPÚBLICA. El mercado laboral en el Perú. Publicación dominical. Lima. Agosto 2005.

* REVISTA ECONOMICA. Demografía y empleo: Los efectos de la explosión demográfica en el


mercado laboral. Boletín de Economía Laboral. No 5. Lima - Enero. 2006

* DIARIO EL COMERCIO. La dinámica del desempleo en el Perú. Lima – Perú. 2006.


* WWW.WIKIPEDIA.ORG

* WWW.GOOGLE.COM

Autora:

Karin Mabel Quispeccopa


Jk_carito28[arroba]hotmail.com

Profesor:

Jorge Córdova

Perú, Lima

2008-06-05

UNIVERSIDAD DE SAN MARTIN DE PORRES

Facultad de Ciencias Administrativas y Relaciones Industriales

Julio César Neffa, Mariano Féliz, Demian Panigo y Pablo Pérez

Teorías económicas sobre el mercado de trabajo


I. Marxistas y keynesianos
Fondo de Cultura Económica/CEIl-PIETTE/Trabajo y Sociedad, Buenos Aires, 2006, 188 págs,
ISBN 950-557-687-0

Introducción
Julio C. Neffa
A partir del último cuarto del siglo anterior, el medio académico, ante el desafío del desempleo elevado y
persistente, ha intensificado los estudios teóricos y las investigaciones empíricas sobre la Economía del
Trabajo, consolidándose esta especialidad dentro de la Economía Política.
En este contexto, la experiencia traumática argentina, con sus fuertes crisis y contradicciones en cuanto al
crecimiento, el empleo, la distribución del ingreso, los salarios, las condiciones de trabajo y de vida,
constituye un caso apasionante para su estudio. Pero salvo contadas excepciones, sólo se lo ha enfocado
desde una perspectiva teórica. En su versión ortodoxa, los supuestos no distinguen el mercado de trabajo
de los demás mercados, partiendo del postulado de que los niveles de empleo y de salario real se
determinan en la intersección de las curvas de oferta y demanda de fuerza de trabajo en un mercado de
competencia pura y perfecta, por lo tanto no habría desocupación porque el salario real debería ajustarse
naturalmente a la productividad marginal física del trabajo. No da así explicaciones adecuadas sobre los
desequilibrios persistentes en el mercado laboral y ha inspirado políticas de empleo poco eficaces, basadas
en la flexibilización en cuanto al uso de la fuerza de trabajo y en la reducción de los costos laborales
directos e indirectos, cuyos resultados han sido dramáticos, lo que obliga a revisar sus postulados, el
diagnóstico y las recomendaciones de política.
Dentro del área de investigación “Empleo, desocupación y políticas de empleo” del Ceil-piette del Conicet,
surgió la idea de profundizar no sólo la teoría económica dominante, sino, fundamentalmente, revisitar en
sus fuentes los enfoques alternativos. Se estableció así una división del trabajo dentro del equipo para el
estudio, en la que cada subgrupo siguiera un esquema similar que permitiera la confrontación y poner en
evidencia los respectivos supuestos, el desarrollo y las políticas derivadas.
Cada texto resultante se discutió luego dentro del equipo y la versión final fue sometida al referato de
especialistas nacionales e internacionales, cuyo aporte sirvió para corregir y completar la versión que aquí
se publica.
El objetivo propuesto fue tan ambicioso como la necesidad identificada. Según nuestro conocimiento, y con
estas dimensiones, no existe un trabajo similar publicado en ingles, francés o español, pues
los handbooks y manuales de economía del trabajo reconocen, por lo general explícita o implícitamente, la
perspectiva de una sola teoría, a partir de la cual se hacen breves menciones a un número limitado de otras
que se consideran relevantes.
Las teorías económicas sobre el mercado de trabajo así analizadas se han agrupado en tres volúmenes,
según las orientaciones con puntos en común, referidos respectivamente a las teorías marginalistas
(neoclásica y neokeynesiana), marxianas y keynesianas, y a las diversas escuelas institucionalistas.
Varios centros de investigación colaboraron eficazmente facilitando el acceso a la bibliografía no disponible
en la Argentina: el Centre d’Études de l’Emploi (CEE), el Institut de Recherches Économiques et Sociales
(IRES), el Centre d’Études et Recherches sur les Qualifications (CEREQ), el Laboratoire d’Économie et
Sociologie du Travail (LEST-CNRS), y en ellas, prestigiosos especialistas hicieron aportes o aceptaron leer y
criticar uno o varios capítulos, lo cual enriqueció indudablemente sus contenidos: Robert Boyer, Hughes
Bertrand, Christian Bessy, Benjamin Coriat, François Eymard-Duvernay, Jacques Freyssinet, Jerôme Gautié,
Eric Verdier y Pascal Petit. A su vez, los investigadores Saúl Keifman, Axel Kiciloff y Javier Lindenboim
hicieron lo propio en nuestro medio. A todos ellos hacemos público nuestro agrade-cimiento. Pero la
responsabilidad de la redacción nos incumbe exclusivamente a los autores.
Los destinatarios a quienes están dirigidos estos trabajos son básicamente los investigadores, docentes y
estudiantes, de grado y posgrado, en economía del trabajo, así como los especialistas en sociología,
derecho y relaciones de trabajo, administración del personal y gestión de recursos humanos.
Somos conscientes de que no se trata de un estudio completo y acabado, pues adolece de las deficiencias
propias de un trabajo pionero, cuyos autores prefirieron transferir los conocimientos adquiridos a la
comunidad académica y someterlos a sus críticas, facilitando así que otros puedan utilizarlos para
perfeccionarlos y completarlos. Nos alienta el propósito de comprender y transformar la estructura y el
funcionamiento del mercado de trabajo, para reducir la desocupación y la precariedad en todas sus formas,
aumentar la participación de los asalariados en el ingreso nacional y mejorar los salarios reales.
Es así como desde el ceil-piette deseamos contribuir al desarrollo científico y tecnológico de nuestro país. Si
la lectura de estos trabajos suscita comentarios y críticas y abre nuevos caminos para la reflexión,
habremos logrado uno de nuestros principales objetivos.
En mi calidad de coordinador de este proyecto, y en nombre de todo el equipo, quiero también agradecer al
conicet, al foncyt de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación Científica, a docentes y alumnos
de las facultades de Ciencias Económicas de la uba y de la unlp, así como a los colegas del ceil-piette del
conicet, por el apoyo recibido, sin el cual la tarea no se hubiera podido desarrollar.
Buenos Aires, mayo de 2005

Introducción a las teorías marxistas y radicales del mercado de trabajo:


el análisis marxista de los mercados de trabajo
Jacques Freyssinet*
Para Karl Marx, la fuerza de trabajo en el modo de producción capitalista no se produce y reproduce como
una mercancía, sino que se intercambia como una mercancía. Existen entonces uno o varios mercados de
trabajo en los que se opera este intercambio. Sin embargo, como destacan Mariano Féliz y Julio Neffa en su
contribución, el análisis del mercado de trabajo no ocupa un lugar importante en la obra de Marx, aunque el
trabajo es un concepto central, indisociable del concepto de capital.
Es útil comprender las razones de semejante falta de interés y medir el impacto que tuvo en las diversas
corrientes de análisis económico que se inscribirán en una problemática marxista.
Si bien Marx no otorga al mercado de trabajo más que un lugar secundario en su construcción teórica,
nuestra hipótesis es que no se trata de una negligencia de su parte, sino de la consecuencia de opciones o
diagnósticos estratégicos que adopta acerca del estatus del trabajo y de los trabajadores en las economías
capitalistas del siglo xix. El análisis de los mercados de trabajo obliga a los economistas, con la excepción
quizás de los autores neoclásicos más primitivos, a enfrentar la cuestión de la heterogeneidad del trabajo. Si
bien Marx evidentemente no ignora la realidad empírica de esta heterogeneidad, se ve llevado por razones
teóricas, históricas y políticas a desplazarla a un segundo plano.
En el plano teórico, en primer lugar, la teoría del valor y de la explotación, es decir del modo de extorsión del
sobretrabajo específico de las relaciones de producción capitalistas, se basa necesariamente en la noción
de trabajo abstracto. En efecto, Marx escribe:
la igualdad de los trabajos que difieren enteramente unos de otros no puede consistir más que en una abstracción de su desigualdad
real, que en reducción a su carácter común de gasto de fuerza humana, de trabajo humano en general y es sólo el intercambio el que
opera esta reducción poniendo en presencia unos y otros, en un pie de igualdad, los productos de los trabajos más diversos.

El mercado de trabajo, lugar del intercambio, revela la homogeneidad del trabajo abstracto más allá de la
infinita variedad de trabajos concretos que se manifiestan en los procesos productivos.
En segundo lugar, Marx ve en el desarrollo de la gran industria la fuente ineluctable de una eliminación del
trabajo calificado, o trabajo complejo, en beneficio del trabajo simple. Este diagnóstico, que está presente
desde sus primeras obras, será reafirmado constantemente después. No se trata aquí, como para el
concepto de trabajo abstracto, de una opción teórica necesaria para establecer una medida de la
explotación capitalista; se trata solamente de un juicio de hecho sobre las características de una fase
particular del desarrollo de las fuerzas productivas.
Finalmente, y en tercer lugar, la actitud de Marx es probablemente el resultado de una opción política. Si la
consigna es: “¡proletarios del mundo, uníos!”, entonces no es oportuno orientar la atención hacia la profunda
heterogeneidad de las formas de trabajo que caracterizan el período de la Revolución Industrial. El ejemplo
de Francia es, en este aspecto, significativo. A mediados del siglo xix coexisten, como en los otros países en
vías de industrialización, por lo menos tres estatus radicalmente diferentes de los trabajadores: en primer
lugar, el trabajo a domicilio, rural o urbano; luego el trabajo de los obreros de oficio en el artesanado y la
pequeña empresa fami-liar; finalmente el trabajo parcelizado de las fábricas. Marx dedicó tres análisis
sucesivos al movimiento obrero francés. Emplea indiferentemente los términos “clase obrera” o
“proletariado” para designar un conjunto que siempre aparece como un actor unificado o indiferenciado. De
hecho, Marx no se refiere más que a la acción de la clase obrera parisina, mientras que en realidad se trata
principalmente de obreros de oficio, muy diferentes de los proletarios de las grandes fábricas metalúrgicas o
textiles. Marx no ignoraba nada de las divisiones de la clase obrera y se comprometió activamente con ella,
pero el mensaje producido debía privilegiar la unidad.
Hemos presentado las razones por las que Marx no deseaba ir más allá de una visión del mercado de
trabajo como el lugar donde se opera la reducción de los trabajos concretos en trabajo abstracto
conmensurable, así como no deseaba desarrollar el análisis de los factores de diferenciación de la oferta y
la demanda de fuerza de trabajo. Esta primera interpretación está deliberadamente simplificada. La obra de
Marx propone una serie de pistas para abordar los problemas de la heterogeneidad de los mercados de
trabajo. Los mismos fueron explorados, en orden disperso, por muchos autores situados en las perspectivas
abiertas por Marx.
Comencemos por el primer eje de reflexión que, según nuestra opinión, resultó estéril pero ocupó un gran
lugar en los debates de fines del siglo xix y de la primera mitad del siglo xx. Se trata de la oposición entre
trabajo productivo y trabajo improductivo. Esta distinción es fundamental para la teoría de la puesta en valor
y la acumulación del capital, lo que no nos concierne aquí. Toda la cuestión está en saber si la división entre
dos tipos de actividades, según contribuyan o no a la creación de valor, engendra un corte entre dos
categorías de asalariados que se denominarán “productivos” o “improductivos”. Sólo los primeros, en tanto
creadores de valor, serían explotados por el capitalismo; los segundos serían remunerados mediante la
transferencia de una fracción de la plusvalía creada por los primeros. Sólo los “productivos” constituirían la
clase obrera o el proletariado; para los “improductivos” se plantearía únicamente la cuestión de las alianzas,
es decir, de las condiciones de su desvinculación de una solidaridad objetiva con el capital que los
mantiene, para unirse a las luchas de la clase obrera.
Una voluminosa literatura alimentó el desarrollo de una casuística sofisticada orientada a trazar una frontera
entre trabajadores productivos e improductivos o a sondear la posibilidad de una adhesión de las diferentes
categorías de asalariados improductivos a los combates del proletariado. Hoy parece haberse abandonado
este tema; en efecto, no se ve muy bien por qué el estatus o el grado de conciencia de las diferentes
fracciones de los asalariados estarían predeterminados por la naturaleza de las actividades de los
capitalistas que los emplean.
Un segundo eje de reflexión fue alimentado por la tesis de Marx según la cual el desarrollo del maquinismo
engendraría ineluctablemente la destrucción del trabajo calificado, reemplazado tendencialmente por tareas
parcelizadas y repetitivas. El auge del taylorismo y de las diversas formas de “organización científica del
trabajo” proporcionó nuevas ilustraciones de este movimiento, y diversos autores lo teorizaron como una
tendencia inherente a las formas capitalistas de desarrollo de las fuerzas productivas. Es significativo que en
1974, el mismo año en que despunta la crisis del régimen fordista de acumulación, aparecen dos obras
típicas de este enfoque.6 Éstas describen una polarización de la fuerza de trabajo entre una masa
constantemente ampliada de trabajadores de ejecución, desposeídos de toda calificación y de toda
autonomía, y una elite restringida de trabajadores muy altamente calificados, encargados de tareas de
concepción y dirección.
La experiencia de los últimos treinta años desmintió el carácter ineluctable de semejante tendencia.
Globalmente, la proporción de trabajo calificado aumenta, mientras que los análisis desagregados revelan
evoluciones muy diferentes. Robert Salais y Michael Storper, por ejemplo, construyen una tipología de los
“mundos de producción” posibles en función de la naturaleza de los mercados y de la de los procesos de
producción. Establecen correspondencias con “imágenes típicas” de trabajadores, características de cada
uno de estos mundos de producción. Ya no existe entonces un movimiento único e irreversible, sino una
pluralidad de opciones posibles y una heterogeneidad estructural de los mercados de trabajo que le están
asociados.
Una tercera vía de investigación fue abierta por los análisis de Marx referidos a los márgenes de la clase
obrera. Si bien el capitalismo produce en su centro un proletariado completamente liberado de los vínculos
extraeconómicos, que no encuentra más que en la venta de su fuerza de trabajo la fuente de su
subsistencia cotidiana y de su reproducción en tanto clase social, genera también en la periferia formas
intermediarias e inestables de movilización parcial y/o irregular de recursos de trabajo de reemplazo. Marx
desarrolló principalmente la noción de ejército de reserva indus-trial, distinguiendo sus diferentes
componentes; recurrió también a la noción ambigua de lumpenproletariat.
El aumento del desempleo y de las diversas formas de subempleo en el capitalismo contemporáneo, así
como los estatus inferiorizados impuestos a ciertas fracciones del salariado (mujeres y jóvenes no
calificados, inmigrantes, minorías étnicas, etc.), generaron un nuevo auge de las investigaciones que parten
de la hipótesis de que el desarrollo del capitalismo no engendra la generalización de un proletariado
homogéneo, sino que saca partido permanentemente de la existencia de poblaciones mantenidas en los
márgenes del sistema.
Una cuarta orientación de investigación comparte con las dos anteriores la hipótesis de una pluralidad de
formas de movilización de la fuerza de trabajo, y por lo tanto, de los mercados de trabajo asociados. Se
distingue por los instrumentos de análisis que utiliza, tomados del enfoque institucionalista de los mercados
de trabajo, cuyos resultados son reinterpretados en una perspectiva de luchas de clase. Richard Edwards,
Davis Gordon y Michael Reich son probablemente los autores más representativos de tal orientación.10
Para ellos, el capitalismo no engendra la unificación del salariado porque el mantenimiento duradero de su
dominación, no sólo económica sino también política y social, requiere la división, incesantemente
renovada, de la clase obrera. La pluralidad de los mercados de trabajo (mercados primarios y secundarios o
mercados externos, internos y profesionales) no constituye más que la representación, en el nivel del
intercambio de la fuerza de trabajo, de una segmentación fundamental que no sólo refleja necesidades
funcionales del sistema, sino sobre todo una estrategia política.
Se trata probablemente de la orientación más fecunda entre los enfoques contemporáneos de los mercados
de trabajo que afirman una filiación con los análisis de Marx. Si bien es fiel a una tradición marxista de
análisis de la dinámica del capitalismo como producto de la lucha de clases asociada a las transformaciones
de las fuerzas productivas y de las relaciones sociales de producción, se aparta en cambio radicalmente de
una concepción del desarrollo del capitalismo como proceso de generalización de una relación salarial en
vías de homogeneización.

Introducción a las teorías keynesianas y poskeynesianas del mercado de trabajo


Patricio Narodowsky
Estudiar a Keynes y, sobre todo, enseñarlo es tal vez más difícil que hacerlo con el propio Marx y más difícil
aún en las universidades de la Argentina, donde hasta mediados de los años ochenta con pocas
excepciones, la economía keynesiana era la que surgía de los manuales de macroeconomía de orientación
neoclásica. ¿A qué debemos atribuir esta dificultad?
En primer lugar, como ha sucedido con muchos otros “clásicos”, la dificultad puede explicarse debido a que
existen contradicciones entre las obras del mismo autor, incluso, entre diversas páginas de la misma obra,
en este caso, la Teoría General (tg).
Pero ése no es el problema fundamental. La cuestión central es el éxito de una idea que ya contaba con
adeptos en la década de 1920: que la persistencia del desempleo podía ser consecuencia de una
insuficiencia de la demanda y que la solución era –tal cual ya había probado la política de Bismark–
asegurar en el corto plazo, con la intervención del gobierno, niveles deseables para dicha demanda y así
reactivar el sistema.
Es con Keynes que esta idea asume rango de paradigma entre los economistas, pero fundamentalmente se
transforma en la base de la relación económica entre la sociedad y el Estado. El debate económico –en
particular el relacionado con la política económica– se realiza fundamentalmente dentro del “mundo
keynesiano”, y de ahí la gran cantidad de interpretaciones que surgen durante la posguerra.
Antes de que el mundo pudiese discutir cuánto de heterodoxa tenía la teoría de Keynes, en una operación
realmente admirable, la teoría neoclásica impuso la demostración de que la tg se ocupaba sólo de un caso
particular; sobre todo intervinieron Hicks en 1937 y, años más tarde, Modigliani. A partir de ellos, el nuevo
dogma sostuvo que la persistencia del desempleo involuntario debía explicarse por circunstancias
específicas: cuando la demanda de inversión es insensible a la tasa de interés, en el caso de la trampa de
liquidez y cuando los salarios son rígidos a la baja debido, entre otras causas, a que los trabajadores sufren
de ilusión monetaria o por la acción de los sindicatos.
Pigou, contemporáneamente a Keynes, argumentó que las dos primeras condiciones (causas de la caída de
la demanda agregada por debajo del nivel de pleno empleo) se neutralizarían con la caída del nivel general
de precios, ya que el valor real de los balances aumentaría, que provocaría un efecto riqueza que
incrementaría la demanda de consumo; sólo se plantea la posibilidad de la acción gubernamental para
incentivar la demanda agregada como medida de corto plazo alternativa al efecto saldos reales. La única
condición que permanece, desde la perspectiva de Pigou, es la tercera; el desempleo persistente se explica
sólo por la rigidez de los salarios nominales.
Para llegar a esta conclusión, la teoría neoclásica supone que es posible agregar las conductas individuales
consideradas racionales y que los mercados, salvo en los casos analizados, funcionan perfectamente. Por
lo tanto, las expectativas se traducen en precios y tasa de interés (supuesto que incide especialmente en la
explicación acerca del comportamiento de la inversión). En Keynes, según esta interpretación, la
incertidumbre no impide, por lo menos, asignar probabilidades, y la propensión a consumir es única y
constante, aunque Keynes mencione algunas causas subjetivas. Siempre según la interpretación
neoclásica, en el largo plazo se alcanza un estado estacionario donde las variables se encuentran en sus
valores de equilibrio. En este contexto, las instituciones se ven como barreras que no permiten alcanzar el
equilibrio.
Sin embargo, si tratamos de indagar las proposiciones neoclásicas mencionadas en la tg, llegaremos a la
misma conclusión de Leijonhufvud: es difícil encontrar dónde dice que el problema es la trampa de liquidez
o que el escollo sólo aparece cuando la inversión es inelástica respecto de la tasa de interés. En el lugar de
la función de inversión de la síntesis neoclásica, encontramos el concepto de eficacia marginal del capital,
mucho más complejo y de final abierto. En el lugar del exclusivo problema de la rigidez de los salarios, en la
tg aparece claramente el nivel de ocupación ligado a la demanda efectiva, y ésta a la propensión a
consumir, a la eficiencia marginal del capital y la tasa de interés. Para Keynes, las consecuencias de una
modificación en los salarios nominales son, sobre todo, complicadas.
Mucho se podía y puede discutir cuán keynesiana era la síntesis neoclásica, pero el operativo fue rápido y
estaba muy bien respaldado. Increíblemente, quedaron relegados a un segundo plano algunos de los
mejores discípulos del mismo Keynes, que dedicaron esos años a generalizar las ideas heterodoxas de
Cambridge: son Joan Robinson, Richard Khan y Nicholas Kaldor, consi-derados hoy los fundadores de la
actual escuela de los llamados poskeynesianos. Marc Lavoie define al grupo por su enfrentamiento a la
síntesis neoclásica. Agregaremos aquí que ese enfrentamiento se organizó en torno a la crítica de la idea
general del marginalismo y la competencia perfecta.
Luego aparece una “segunda generación de poskeynesianos” entre los cuales sobresalen Minsky y
Davidson. Una definición más amplia, que incluye a neorricardianos como Sraffa y Garegnani, es la de
"pensamiento posclásico".
Surge, con una riqueza enorme, una interpretación en la que la tg es el inicio de un amplio debate que
incluye desde el significado mismo del concepto de capital, la formación de los precios y el concepto de
mark-up, los problemas de la formación de las expectativas, es decir, la cuestión de la racionalidad y, dentro
de éste, el de la incertidumbre como un estado esencial del sistema. También aparece la necesidad de
pasar a un enfoque holista en el que los individuos influyen y son influenciados por el ambiente en el que
actúan. Para todo se cita a Keynes, y a veces se extreman algunos de sus postulados.
En lo que se refiere al mercado de trabajo, aparece entre los autores poskeynesianos una interpretación de
la demanda agregada de trabajo como la consecuencia de una serie de factores vinculados a la demanda
efectiva: la distribución del ingreso, la propensión a ahorrar entre las distintas clases, los diferentes efectos
ingreso.
Para definir la oferta de trabajo es importante la relación entre las decisiones de trabajar y las decisiones de
consumir, lo cual hace extremadamente sistémico el análisis. En fin, el desempleo puede existir aun con
salarios totalmente flexibles y explicar por qué sucede este fenómeno es muy difícil.
Es necesario resaltar que en este enfoque hay intentos serios de establecer desde otra perspectiva todas
las funciones micro que forman el sistema macroeconómico. Existe una discusión sobre los supuestos y a la
vez un intento de lograr otra macro; un esfuerzo enorme, que creció a la sombra, pero con fuerza, y
representa una lógica que vale la pena ser estudiada, sobre todo para pensar en profundidad los ciclos
económicos. Luego, el debate se ampliaría aún más con otros enfoques (fundamentalmente los nuevos
keynesianos), generalmente propensos a volver a las rigideces como explicación central de la crisis.
Es decir, cada vez la discusión dentro del “mundo keynesiano” se complicaba más en el nivel mundial: en
los ochenta, en las reuniones anuales de poskeynesianos y neoricardianos, había académicos de más de
veinte países. Pero en la Argentina se seguía enseñando la microeconomía tradicional. Recién a mediados
de los años noventa, en algunas universidades y sobre todo en los cursos avanzados, aparece una buena
cantidad de profesores que intentan transmitir a los alumnos la complejidad del debate. Sin embargo,
muchos de los que lo hacemos nos encontramos sin materiales y, además, debemos reconocerlo, sin la
actualización necesaria y sin la especificidad en el análisis de cada mercado.
Los autores, investigadores del ceil-piette, graduados de la unlp y hoy profesores, incursionan en esta
discusión en lo que respecta al mercado laboral y demuestran conocerla a fondo: manejan las distintas
posiciones con gran soltura, discuten los supuestos teóricos y se mueven fácilmente con las herramientas
abstractas. Por eso la lectura del libro permite obtener interesantes conclusiones y un mapa de los
mencionados intentos de microfundación más allá de los modelos macroeconómicos tradicionales.
En cuanto al modo de abordar el tema, es interesante que hayan comenzado por hacer una lectura propia
de Keynes, participar directamente, con compromiso, del debate. En el capítulo referido directamente a
Keynes, en efecto, se tiene una visión completa del pensamiento analizado. El enfoque es importante en la
medida en que, antes de entrar en la problemática del trabajo, toca todos los elementos centrales de la
teoría. La conclusión en torno a la idea de que de Keynes no tenía en mente la noción neoclásica de
mercado de trabajo, es desafiante y está bien fundamentada. Se trata de un capítulo que será muy útil como
material de apoyo para la lectura de la tg.
En el caso del capítulo poskeynesiano, debe tenerse en cuenta que el trabajo realizado sirve más allá del
mercado laboral, pues permite entender el enfoque como un todo. Justamente se aborda la cuestión de la
incertidumbre y las instituciones; a partir de esta discusión “epistemológica”, se analiza la versión
poskeynesiana de la teoría de la moneda, los precios y la distribución del ingreso. Se trabaja el mercado
laboral en el corto plazo: primero el modelo de Weintraub, de 1956, un aporte de Robinson algo posterior, la
innovación de Appelbaum en los años ochenta y el retorno de Davidson a Weintraub, menos kaleckiano que
Appelbaum, aunque llegue a algunas conclusiones similares.
Pero según mi criterio, es muy interesante la exposición de los modelos de largo plazo. En todo el capítulo
es sumamente esclarecedora la refinada descripción de los modelos y del debate en el interior del grupo.
El esfuerzo ha sido enorme, el resultado muy positivo. Quedan para más adelante las discusiones sobre la
importancia de cada aporte, sus ventajas y desventajas. Se discutirá si es más importante que sean fieles a
Keynes o que reflejen la realidad lo mejor posible. También se debatirá si tal diagnóstico o tal política es
keynesiana, poskeynesiana, neokeynesiana o “neoliberal”. Ojalá sirva para el debate. Ojalá el debate,
aunque desde el humilde lugar de la academia, sirva para formular políticas de empleo con otro alcance y
que las políticas contribuyan al desarrollo y al bienestar de la gente.

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